* Producto de la investigación: El ajedrez y su relación con las funciones ejecutivas y la atención.
1. larisaramos02@gmail.com – http://orcid.org/0000-0001-6526-8401
2. vanessaaran@gmail.com – http://orcid.org/0000-0002-0753-5089
3. gabrielakrumm@doc.uap.edu.ar – http://orcid.org/0000-0002-2765-9062
Resumen
Objetivo: Diversas investigaciones han demostrado los beneficios del ajedrez para el desarrollo
cognitivo. Sin embargo, son escasos los estudios que han analizado el efecto del ajedrez en las Fun-
ciones Ejecutivas (FE) con base en un modelo que evalúe cada uno de los componentes del cons-
tructo, el fin del presente estudio fue analizar las diferencias de rendimiento cognitivo en tareas
que valoran las FE de memoria de trabajo, inhibición, flexibilidad cognitiva y planificación entre
niños practicantes de ajedrez y no practicantes. Método: A través de un estudio de tipo ex post
facto de corte transversal, con una muestra seleccionada a través de un muestreo no probabilístico
intencional, empleando el Análisis Multivariado de Varianza (MANOVA) para analizar las dife-
rencias de rendimiento cognitivo según la práctica de ajedrez. Se evaluaron 65 niños escolarizados
de 8 a 12 años, de ambos sexos divididos en dos grupos de acuerdo a la práctica de ajedrez: (1) 30
niños practicantes activos y (2) 35 niños sin ninguna experiencia con el ajedrez. Resultados: El
MANOVA reveló diferencias significativas según la práctica de ajedrez, en todas las FE analizadas
a favor de los niños practicantes. Estos datos sugieren que el ajedrez podría emplearse como una
estrategia efectiva para favorecer el desarrollo de los procesos ejecutivos en la niñez. Se discuten
los resultados en función de sus implicancias clínicas y educativas. Conclusión: Para la realización
de futuras investigaciones sería relevante estudiar el efecto de la práctica de ajedrez en las FE en
poblaciones adolescentes y adultas, para comprobar si la experticia y la edad podrían explicar,
en parte, las variaciones individuales de funcionamiento ejecutivo según la práctica de ajedrez.
Abstract
Objective: Research has demonstrated the benefits of chess for cognitive development. However,
few studies have analyzed the effect of chess on the Executive Functions (FE) based on a model
that evaluates each of the components of the construct, the purpose of this study was to analyze
the differences in cognitive performance in tasks which assess work memory, inhibition, cogni-
tive flexibility, and planning between child chess practitioners and non-practitioners. Method:
Through an ex post facto cross-sectional study, using a sample selected through an intentional
non-probabilistic sampling, using the Multivariate Analysis of Variance (MANOVA) to analyze
differences in cognitive performance according to the practice of Chess. Sixty-five schoolchildren
aged 8 to 12 years old, of both sexes were divided into two groups according to the chess prac-
tice: (1) 30 active child practitioners and (2) 35 children with no experience with chess. Results:
MANOVA revealed significant differences according to chess practice, in all FE analyzed in favor
of practicing children. These data suggest that chess could be used as an effective strategy to favor
the development of executive processes in childhood. The results are discussed according to their
clinical and educational implications. Conclusion: In order to carry out future research, it would
be relevant to study the effect of chess practice on EFs in adolescent and adult populations, in
order to verify if the experience and age could explain, in part, the individual variations of execu-
tive functioning according to practice of chess.
Palabras clave:
Ajedrez,
Funciones Ejecutivas,
Niños escolarizados,
Desarrollo cognitivo.
Keywords:
Chess,
Executive Functions,
Schoolchildren,
Cognitive development.
Referencia de este artículo (APA):
Ramos, L., Arán, V. & Krumm, G. (2018). Funciones ejecutivas y práctica de ajedrez: un estudio en niños escolarizados. Psicogente, 21(39),
25-34. http://doi.org/10.17081/psico.21.39.2819
Funciones ejecutivas y práctica de ajedrez: un estudio en niños escolarizados*
Executive functions and playing chess practice: a study conducted with schoolchildren
Recibido: 08/02/2017 /Aceptado: 30/05/2017
http://doi.org/ 10.17081/psico.21.39.2819
Larisa Ramos
1
Universidad Adventista del Plata, Provincia de Entre Rios, Argentina
Vanessa Arán Filippetti
2
, Gabriela Krumm
3
CONICET y Universidad Adventista del Plata, Provincia de Entre Rios, Argentina
artíCulo de investigaCión
| Psicogente | 21 (39): pp. 25-34 | Enero-Junio, 2018 | Colombia ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X |
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funCiones ejeCutivas y práCtiCa de ajedrez: un estudio en niños esColarizados
Introducción
El deporte es un instrumento de socialización
ampliamente utilizado por educadores para promover
un desarrollo integral de los estudiantes (Fraile-Aranda,
2004). Para Tamorri (2004), el deporte es un fin en sí
mismo y una herramienta que contribuye a mejorar las
habilidades mentales del individuo.
Entre los deportes que requieren de habilidades
cognitivas de alto orden y tienen efectos positivos sobre
el desarrollo cognitivo se encuentra el ajedrez. El ajedrez
es una ciencia, un arte, un deporte y una gran herra-
mienta educativa (Fernández-Amigo & Sánchez-Rincón,
2011). Para Gobet y Campitelli (2006), ser competente
en ajedrez requiere la adquisición de un conocimiento
especializado, incluyendo la memorización de un gran
número de patrones específicos del juego que pueden
implicar movimientos apropiados, evaluaciones o planes.
Requiere, además, la capacidad de hacer una búsqueda
efectiva y evaluar correctamente las posibles posiciones
de ajedrez. Los procesos que se ponen en juego duran-
te la práctica son considerados habilidades transferibles
que cumplen un papel importante en el establecimiento
y el alcance de metas y en el logro de un aprendizaje
auto-regulado (Hong & Bart, 2007).
Diversas investigaciones han demostrado que el
ajedrez tiene un impacto positivo en la concentración, la
visualización, la previsión, la toma de decisiones, el pen-
samiento abstracto, la planificación, la memoria (Kova-
cic, 2012) y el rendimiento académico (Kazemi, Yektayar,
& Abad, 2012; Kovacic, 2012; Thompson, 2003). Se ha
indicado, además, que mejora procesos cognitivos como
el pensamiento estratégico, la resolución de problemas
(Dauvergne, 2000; Ferreira & Palhares, 2008; Kazemi et
al., 2012) y la inteligencia (Aciego, García & Betancort,
2012; Gobet & Campitelli, 2002), entre otros. En los
útimos años, estudios neuropsicológicos han comenza-
do a enfatizar los beneficios de la práctica de ajedrez en
las funciones ejecutivas (FE). Estos procesos cognitivos
de alto orden posibilitan la adaptación a situaciones
complejas o novedosas, que no son rutinarias y requie-
ren de mecanismos de control para ser resueltas de un
modo eficaz (Collette, Hogge, Salmon, & Van der Lin-
den, 2006). Se considera un constructo multidimensio-
nal que incluye los subprocesos de: 1) memoria de tra-
bajo, 2) inhibición y 3) flexibilidad cognitiva (Diamond,
2016). La memoria de trabajo es el sistema cerebral que
posibilita almacenar temporariamente y mantener en
la mente la información necesaria para la ejecución de
tareas cognitivas complejas (Baddeley, 1992). La inhibi-
ción se refiere a la habilidad para suprimir, intenciona-
damente, respuestas dominantes, prepotentes o automá-
ticas, cuando es necesario (Miyake, Friedman, Emerson,
Witzki, Howerter & Wager, 2000). Por último, la fle-
xibilidad cognitiva, se define como la capacidad para
cambiar o alternar entre diferentes sets mentales o como
la habilidad para ver algo desde diferentes perspectivas
(Diamond, 2016). Esta estructura de tres dimensiones
o componentes ejecutivos ha sido demostrada tanto en
niños de habla finlandesa (Lehto, Juujärvi, Kooistra &
Pulkkinen, 2003) como de habla hispana (Arán Filip-
petti, 2013). Finalmente, una FE más avanzada que se
construye a partir de las tres dimensiones centrales, es la
capacidad de planificación (Diamond, 2016; Miyake et
al., 2000). Esta FE implica la posibilidad de plantearse
un objetivo, ensayar mentalmente y emplear una estrate-
gia para alcanzarlo y, finalmente, valorar si se logró o no
el objetivo planeado (Tirapu-Ustárroz, Muñoz-Céspedes,
Pelegrín-Valero & Albéniz-Ferreras, 2005).
En general, los estudios que han analizado los
efectos de la práctica de ajedrez en las FE se han centra-
do en alguno de sus componentes específicos. Así, por
ejemplo, Unterrainer, Kaller, Halsband y Rahm (2006)
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larisa ramos, vanessa arán filippetti, gabriela Krumm
valoraron las dimensiones memoria de trabajo y planifi-
cación (mediante la tarea Torre de Londres) en jugadores
de ajedrez y no practicantes y hallaron que, los jugadores
de ajedrez, presentan un mejor rendimiento en la tarea
de planificación. Sin embargo, no hallaron diferencias
significativas entre los dos grupos en cuanto a la inte-
ligencia y la memoria de trabajo verbal y viso-espacial.
Por su parte, Cuéllar y Díaz (2009) no encontraron dife-
rencias entre ajedrecistas profesionales, aficionados y no
practicantes en el desempeño en pruebas ejecutivas que
valoran la capacidad de planificación (Torre de Hanoi,
Laberintos de Porteus y el Mapa del zoológico) aunque
hallaron que, los sujetos no practicantes de ajedrez, re-
accionan más rápidamente para iniciar las actividades y
emplean más tiempo para finalizar las tareas, respecto
de los practicantes de ajedrez profesionales y aficiona-
dos. Según los autores, estos hallazgos sugieren que los
sujetos no practicantes de ajedrez presentan una menor
capacidad de planificación y un menor autocontrol que
los sujetos practicantes. En cuanto a las dimensiones fle-
xibilidad cognitiva e inhibición, Nejati y Nejati (2012)
no encontraron diferencias significativas entre adultos
jóvenes practicantes de ajedrez y no practicantes. Final-
mente, si bien se ha demostrado el papel del compo-
nente visuoespacial y ejecutivo central de la memoria de
trabajo en la práctica de ajedrez (Robbins et al., 1996),
hay autores que no han hallado relaciones significativas
entre la habilidad para el ajedrez y la memoria visual
(Waters, Gobet & Leyden, 2002).
Si bien los estudios referenciados hasta el momen-
to se han realizado en poblaciones adultas, existen tam-
bién investigaciones realizadas con poblaciones infanti-
les y adolescentes que han demostrado los beneficios del
ajedrez para el desarrollo cognitivo. Así, por ejemplo,
Aciego et al. (2012) hallaron que niños y adolescentes
practicantes de ajedrez presentan una mejor capacidad
de planificación, memoria y mejores habilidades visuoes-
paciales, en comparación con niños y adolescentes que
practican fútbol o baloncesto. Además, los participantes
del estudio que jugaban ajedrez presentaron una mejor
capacidad de resolución de problemas, afrontamiento
y desarrollo socio-emocional. Con relación a la memo-
ria, tanto Horgan y Morgan (1990), como Schneider,
Gruber, Gold y Opwis (1993), han encontrado efectos
del ajedrez en diferentes tareas que implican la capaci-
dad mnésica. Finalmente, también se han demostrado
los efectos del ajedrez en la flexibilidad cognitiva. Por
ejemplo, Rojas-Vidaurreta (2001) encontró un mejor
desempeño en esta FE, valorada mediante el test de clasi-
ficación de tarjetas de Wisconsin en su versión computa-
rizada, en niños de 7 a 11 años practicantes de ajedrez en
comparación con niños que no practicaban el deporte.
En conjunto, se evidencian algunos estudios que
han analizado los efectos del ajedrez sobre algunas FE
específicas con diferencias según la edad analizada y la
tarea de FE empleada. Sin embargo, dada la escasez de
estudios que analicen la relación entre la práctica de aje-
drez y la FE en niños de habla hispana, considerando
bajo este análisis a las diferentes dimensiones del cons-
tructo según uno de los modelos actuales de FE (Miyake
et al., 2000; Diamond, 2016), el objetivo del presente es-
tudio fue analizar las diferencias de rendimiento cogni-
tivo en tareas que valoran las FE de memoria de trabajo,
inhibición, flexibilidad cognitiva y planificación entre
niños practicantes de ajedrez y no practicantes.
Método
Diseño
La investigación realizada se corresponde a un es-
tudio de tipo ex post facto de corte transversal (Arnau,
1978; Cortada de Kohan, Macbeth & López-Alonso,
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2008; Montero & León, 2007), dado que la variable in-
dependiente (practicantes de ajedrez vs no practicantes)
no es posible de manipular.
Participantes
La muestra, obtenida a través de un muestreo no
probabilístico intencional, estuvo conformada por 65 ni-
ños, de los cuales 42 (64,6 %) eran varones y 23 (35,4 %)
eran mujeres. El 29,2 % (n = 19) de los niños tenía 8
años, el 20 % (n = 13) tenía 9 años, el 36,9 % (n =24)
tenía 10 años, el 6,2 % (n = 4) tenía 11 años y el 7,7 %
(n = 5) tenía 12 años. Del total de participantes, 35 no
tenían ninguna experiencia con el ajedrez y asistían a
dos instituciones educativas y los otros 30 eran practi-
cantes activos de ajedrez. Los criterios de inclusión para
los practicantes de ajedrez fueron: 1) que asistieran a un
taller organizado específicamente para niños de su edad,
ya sea municipal o privado y 2) que llevaran un mínimo
de dos años practicando sistemáticamente el deporte.
Para la muestra total se consideró, además, que los niños
no presentaran antecedentes clínicos, neurológicos ni
psiquiátricos, y que cursasen sus estudios escolares con
regularidad, sin repitencia escolar. En cuanto a los ni-
ños que eran practicantes activos de ajedrez, la media de
edad fue de 9,40 (DE = 1,50), siendo 2 niñas y 28 niños,
siendo la media del nivel educativo de los padres 7,73
(DE = 1,14), correspondiendo a un nivel universitario in-
completo. En relación al grupo de niños que no tenían
experiencia, la media de edad fue de 9,29 (DE = 0,86).
El grupo quedó conformado por 21 niñas y 14 niños. En
este caso, la media del nivel educativo de los padres fue
de 7,83 (DE = 1,25), correspondiéndose también a un
nivel universitario incompleto. En la Tabla 1 se presen-
tan las características sociodemográficas para cada grupo
(practicantes de ajedrez vs. no practicantes). Dado que
la edad es un factor asociado al desempeño en tareas
que valoran las FE (Arán-Filippetti, 2011), para controlar
esta variable, se realizó una prueba t para muestras inde-
pendientes para estudiar si existían diferencias significa-
tivas en cuanto a la edad según la práctica de ajedrez. Los
resultados indicaron que no existen diferencias entre los
grupos Practicantes ajedrez vs. No practicantes (t (63) =
1.014, p = .316) (ver Tabla 1).
Para acceder a las escuelas y a los talleres de aje-
drez, se contactó al personal directivo de las institucio-
nes, explicando los objetivos de la investigación y la mo-
dalidad de aplicación de los instrumentos. Teniendo en
cuenta que los participantes del estudio eran menores
de 18 años, se les entregó un consentimiento para brin-
dar información a los padres o tutores responsables del
menor, aclarando que la participación era voluntaria y
anónima.
Tabla 1. Características sociodemográficas de la muestra
Grupo
Practicantes de ajedrez No practicantes
Número de sujetos 30 35
Edad 9.60 (1.50) 9.29 (0.86)ns
Sexo 2 F/ 28 M 21 F/ 14 M
Nivel educativo padres ‡ 7.73 (1.14) 7.83 (1.25)
ns = diferencias no significativas. ‡ Para el Nivel educativo de los padres
se tuvo en cuenta el nivel más alto alcanzado por el padre o madre de
cada niño. Las categorías empleadas fueron las siguientes: 0=No asistió a
la escuela, 1=Escuela primaria incompleta, 2=Escuela primaria completa,
3=Secundaria incompleta, 4=Secundaria completa, 5=Terciario incompleto,
6=Terciario completo, 7=Universidad incompleta, 8=Universidad completa,
9=Doctorado en curso, 10=Doctorado completo
Instrumentos
Test de Colores y Palabras de Stroop (Golden, 2007)
Brinda una medida de la resistencia a la interfe-
rencia y la capacidad de inhibición de respuestas ver-
bales. Está integrado por tres láminas. En la primera
lámina, se solicita la lectura en voz alta, lo más rápido
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posible, de las palabras rojo, verde, azul, impresas en ma-
yúscula negra en orden aleatorio. En la segunda lámina,
compuesta por grupos de cuatro XXXX impresos al azar
en color rojo, verde o azul, se solicita que se nombre el
color de la tinta, lo más rápido posible. La última lámi-
na, está constituida por los nombres de los colores de
la lámina 1 pero coloreados en rojo, verde o azul de un
modo en que no coincida el nombre con el color. En
esta última instancia, se le solicita al niño que mencio-
ne, lo más rápido posible, el color de la tinta. La pun-
tuación directa obtenida en la lámina palabra-color, fue
la utilizada como medida de inhibición y capacidad de
interferencia, en tanto demanda inhibir la lectura de la
palabra para denominar el color de la tinta.
Memoria de trabajo, WISC IV (Wechsler, 2010)
Está compuesto por dos subtest principales: 1) Dí-
gitos (D), consiste en la lectura por parte del examinador
de una serie de dígitos, en complejidad creciente, y de
su repetición por parte del niño. Este subtest ofrece una
medida de la retención verbal inmediata cuando se eva-
lúa con dígitos en orden directo y el mantenimiento y la
manipulación de la información (memoria de trabajo)
cuando se emplean dígitos en orden inverso. 2) Letras y
números (LN), consiste en la lectura, por parte del exami-
nador, de una serie de números y letras desordenadas y
el niño debe recordar la serie ordenando los números de
menor a mayor y las letras por orden alfabético. La suma
de ambos subtest permite obtener un índice compuesto
de memoria de trabajo.
Test de clasificación de tarjetas de Wisconsin (WCST)
(Heaton, Chelune, Talley, Kay & Curtiss, 1997)
Es una tarea que requiere habilidad para desarro-
llar y mantener las estrategias de solución de problemas
que resultan adecuadas para conseguir un objetivo a tra-
vés de condiciones que implican cambios de estímulos
(Soprano, 2003). Específicamente brinda una medida
del cambio o la flexibilidad cognitiva (Miyake et al.,
2000). El test consiste en emparejar un mazo de dos blo-
ques de 64 tarjetas respuesta, con 4 tarjetas estímulo (un
triangulo rojo, dos estrellas verdes, tres cruces amarillas
y cuatro círculos azules) que se colocan frente al sujeto.
Cada vez que el sujeto empareja una tarjeta con una de
las 4 tarjetas estímulo, se le indica si es correcto o inco-
rrecto, pero nunca el criterio que debe tener en cuenta
para clasificar. El test finaliza cuando se completan con
éxito 6 categorías o hasta que se hayan empleado las 128
tarjetas. El indicador utilizado en el presente estudio
como medida de la flexibilidad cognitiva fue el número
de categorías completas.
Laberintos de Porteus (Porteus, 2006)
Es una prueba que permite valorar la capacidad
de planificación. Está constituido por doce laberintos
de complejidad creciente, que según el nivel de dificul-
tad, ofrece dos o cuatro intentos de resolución. El suje-
to debe trazar con un lápiz el camino desde la entrada
hasta la salida, sin repasarlo previamente con el dedo o
el lápiz. Se puede aplicar en niños a partir de los 3 años
de edad. El indicador empleado como medida de la pla-
nificación fue el número del total de laberintos comple-
tados correctamente.
Procedimientos de recolección de datos
Una vez obtenido el consentimiento y asentimien-
to del niño se aplicaron los instrumentos de manera in-
dividual, en un periodo de tiempo de aproximadamente
40 minutos. En el caso de los niños que participaban de
un taller de ajedrez, se le solicitó, además, un informe
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al profesor sobre el nivel de juego según su criterio y la
cantidad de torneos en los que participó cada niño.
Análisis de datos
Para analizar las diferencias de rendimiento cogni-
tivo según la práctica de ajedrez, se empleó Análisis Mul-
tivariado de Varianza (MANOVA). El procesamiento y
análisis estadístico de los datos se realizó utilizando IBM
SPSS Statistics versión 20.0.
Conflictos de intereses
Los autores informan que no existen conflictos
de interés.
Resultados
Los resultados indican que existen diferencias sig-
nificativas en cuanto al rendimiento de tareas que valo-
ran las FE según la práctica de ajedrez, F de Hotelling (4,
60) = 3,91, p = .007, η² = .21. Estas diferencias se encon-
traron para todas las FE evaluadas: inhibición F(1, 63) =
7,00, p = .010, η² = .10, memoria de trabajo F(1, 63) =
7,30, p = .009, η² = .10, flexibilidad cognitiva F(1, 63) =
7,62, p = .008, η² = .11, y planificación F(1, 63) = 10,12,
p = .002, η² = .14, observándose puntuaciones medias su-
periores en los niños practicantes de ajedrez (ver Tabla 2).
Tabla 2. Desempeño en tareas de FE según la práctica de ajedrez
Indicadores
Practicantes
de ajedrez
No
practicantes
p
M DE M DE
Funciones
Ejecutivas
Inhibición PC 30,97 9,19 25,69 6,86 .010
IMT-WISC IV 31,17 7,36 26,51 6,52 .009
FC-NCC 3,70 2,02 2,49 1,52 .008
Plan-TL 12,92 1,50 11,37 2,27 .002
Nota. PC = palabra-color stroop; IMT-WISC IV = índice memoria de trabajo
WISC IV; FC-NCC= Flexibilidad cognitiva - Número de categorías completas
WCST; Plan-TL= Total laberintos correctos Porteus.
Discusión
El objetivo del presente estudio fue examinar
las diferencias de rendimiento cognitivo en tareas que
valoran las FE entre niños practicantes de ajedrez y no
practicantes. Nuestros resultados indican que los niños
que practican ajedrez presentan puntuaciones superio-
res en tareas que valoran la planificación, la inhibición,
la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva respecto
de aquellos que no lo practican. Estudios previos tam-
bién hallaron efectos del ajedrez, no solo en diferentes
tareas que valoran las FE (Unterrainer et al., 2006; Ro-
jas-Vidaurreta, 2001), sino también en dominios cogni-
tivos como la habilidad meta-cognitiva y la resolución
de problemas matemáticos (Kazemi et al., 2012), en el
rendimiento académico en matemáticas y lengua (Gliga
& Flesner, 2014) y en el desarrollo socio-emocional de
niños y adolescentes (Aciego et al., 2012).
Específicamente en lo que refiere a la capacidad
de planificación, se halló que los niños que practican
ajedrez obtuvieron puntuaciones superiores respecto del
grupo control. Estas diferencias podrían explicarse por
el hecho que, desde el inicio de cada partida, el sujeto
debe planificar los movimientos a realizar, y anticipar-
se a las posibles jugadas de su oponente, para lograr su
objetivo. Específicamente, el jugador debe considerar to-
dos los movimientos posibles, evaluar sus consecuencias
y seleccionar el más apropiado. Si bien Cuéllar y Díaz
(2009) no encontraron diferencias entre ajedrecistas pro-
fesionales, ajedrecistas aficionados y no practicantes en
diferentes tareas que valoran la capacidad de planifica-
ción, autores como Unterrainer et al. (2006) y Aciego
et al. (2012) sí hallaron diferencias en las tareas Torre
de Londres y Laberintos de WISC-R, respectivamente,
entre jugadores de ajedrez y no jugadores.
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También se hallaron diferencias entre los grupos
en cuanto a la capacidad de inhibición, siendo los niños
practicantes de ajedrez los que demostraron tener un
mejor control inhibitorio. Así, la inhibición sería una
habilidad implicada en el ajedrez en tanto el sujeto debe
ser capaz de prestar atención, seleccionar el movimiento
más conveniente e inhibir los inapropiados y no apre-
surarse a efectuar una jugada sin considerar las posibles
consecuencias. A pesar de que las pocas investigaciones
que relacionaron estas variables no han hallado dife-
rencias significativas entre ajedrecistas y no practican-
tes (Nejati & Nejati, 2012; Postal, 2012), es importante
señalar que las mismas se han llevado a cabo con po-
blaciones de jóvenes y adultos expertos en ajedrez. Así,
podría pensarse que la capacidad de inhibición sería im-
portante durante la niñez y en los inicios de la práctica
de ajedrez y la experticia explicaría, en parte, la mayor o
menor demanda a los procesos inhibitorios durante la
práctica de ajedrez.
Con respecto a la memoria de trabajo, los resulta-
dos también demostraron que sería una función impli-
cada en las partidas de ajedrez, en tanto los niños que lo
practican mostraron un rendimiento superior. Autores
como Horgan y Morgan (1990), Schneider et al. (1993)
y Robbins et al. (1996) también hallaron un efecto del
ajedrez en diferentes tareas de memoria. Según Robbins
et al. (1996) la memoria de trabajo, principalmente el
componente ejecutivo central, estaría implicado en la se-
lección de movimientos, es decir, en el proceso durante
el cual se generan las secuencias de movimientos y se
sopesan las ventajas de unos sobre otros.
Finalmente, la flexibilidad cognitiva sería otra
de las FE implicadas en el ajedrez. Nuestros resultados
indican que los niños que practican ajedrez presentan
puntuaciones superiores respecto de aquellos que no lo
practican. Consistentemente, Rojas-Vidaurreta (2001)
halló diferencias significativas en cuanto a la flexibilidad
cognitiva entre niños ajedrecistas y un grupo control.
Según la autora, la flexibilidad cognitiva se pondría en
juego cuando el sujeto debe plantear, organizar y rees-
tructurar las jugadas considerando las reglas específicas
del juego y las variaciones imprevistas del oponente.
En síntesis, nuestros resultados indican que los
niños que practican ajedrez muestran un mejor desem-
peño en tareas ejecutivas de planificación, inhibición,
memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva. Así, la prác-
tica de ajedrez durante la niñez impondría demanda a
diferentes procesos cognitivos ejecutivos, lo que sugiere
que sería una herramienta efectiva para favorecer el de-
sarrollo de las FE durante la niñez. Según Remine, Care
y Brown (2008) la habilidad para anticipar, planificar los
movimientos antes de realizarlos y analizar la efectividad
de los movimientos ejecutados serían los procesos ejecu-
tivos implicados en el juego de ajedrez.
Los resultados de este estudio tienen importantes
implicaciones para el ámbito clínico, educativo y fami-
liar. En el ámbito clínico, estos datos tienen implican-
cia para la intervención terapéutica con poblaciones
infantiles, particularmente con aquellas que presenten
un patrón neurocognitivo de disfunción ejecutiva. Al
respecto, un estudio reciente demostró una mejoría en
los síntomas de desatención e hiperactividad en niños
con TDAH tras la aplicación de un programa de entre-
namiento ajedrecista (Blasco-Fontecilla et al., 2016). Así,
podría pensarse al ajedrez como una estrategia terapéu-
tica útil para la estimulación de las FE en la clínica in-
fantil. Por otra parte, los resultados del presente estudio
tienen implicancias para el ámbito educativo en tanto
larisa ramos, vanessa arán filippetti, gabriela Krumm
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ponen de manifiesto la importancia del ajedrez para el
desarrollo de FE necesarias para el aprendizaje escolar.
Esto promueve el diseño de estrategias de entrenamien-
to en ajedrez para favorecer el desarrollo de las FE, y del
rendimiento académico en general, desde el inicio de
la escolaridad formal. Según Rojas-Vidaurreta (2001), la
práctica de ajedrez favorece el desarrollo ejecutivo de las
personas, lo que a su vez potencia la resolución de pro-
blemas en la vida diaria. Finalmente, estos datos tienen
implicancias para el ámbito familiar en tanto revelan la
posibilidad de estimular lúdicamente las FE a través de
la práctica de ajedrez.
Para la realización de futuras investigaciones sería
relevante estudiar el efecto de la práctica de ajedrez en las
FE en poblaciones adolescentes y adultas, para compro-
bar si la experticia y la edad podrían explicar, en parte,
las variaciones individuales de funcionamiento ejecutivo
según la práctica de ajedrez. Por otra parte, considera-
mos importante evaluar las FE en instituciones educa-
tivas en donde se utilice el ajedrez como herramienta
pedagógica de apoyo para el rendimiento académico.
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