
336
Gaona, Crhová & Molina-Landeros, 2015),
pues es preciso que las personas unan sus forta-
lezas para hacer frente a los desafíos del trabajo
laboral, la vida en comunidad y la innovación
continua. Además, las actividades de desarrollo
e investigación actualmente se estructuran
respecto a problemas complejos que rebasan los
límites disciplinarios (Gibbons, 1998). Ante este
panorama, cabe resaltar las siguientes considera-
ciones introductorias en torno al trabajo colabo-
rativo:
1. A través de la colaboración se identi-
can, interpretan, argumentan y resuelven
problemas del contexto de manera conjunta
(Hernández et al., 2015), lográndose un
mayor alcance del que se consigue de manera
individual. De modo que esta condición
permitiría satisfacer necesidades y contribuir
al tejido social, al desarrollo socioeconómico
y a la sustentabilidad ambiental (Hernández,
Tobón & Vázquez, 2014).
2. La colaboración es clave para desarrollar el
talento de las personas, ya que quienes cuentan
con un mayor desarrollo de las competencias
se convierten en ejemplo para los demás y en
una fuente de estimulación y creatividad. Por
lo tanto, con ella se promueve la transferencia
de conocimientos y habilidades (Loan-Clarke
& Preston, 2002). De esta manera, la colabo-
ración es un factor relevante en la promoción
y transmisión de capital humano, cientíco y
técnico (Lee & Bozeman, 2005).
3. La colaboración es esencial para que las
personas se apoyen de manera mutua
(Hernández, Tobón, González & Guzmán,
2015) y se brinden compañía intelectual
(Loan-Clarke & Preston, 2002).
4. La colaboración es un proceso en el que los
miembros del grupo deben aprender a respetar
el conocimiento y habilidades que cada uno
aporta (Cano, 1996). Esto último favorece la
cohesión social (Lanza & Barrios, 2012) y,
por tanto, el respeto a las ideas de los demás
por medio de la escucha activa y la tolerancia,
lo que es importante para la convivencia y la
cultura de la paz (Hernández, Nambo, López,
& Núñez, 2015).
5. Mediante la colaboración se promueve la
inclusión, ya que se aceptan a todos como
son, independientemente de su condición
física, cognitiva o sociocultural. Además,
estimula el apoyo de los integrantes para lo
que los requieran (Tobón et al., 2015).
Por lo anteriormente expresado, es funda-
mental poseer una argumentación conceptual
precisa del trabajo colaborativo que apoye la
construcción de la sociedad del conocimiento
(Ortega-Carbajal, Hernández & Tobón, 2015a).
Ya se ha expresado que los planteamientos
actuales hacen referencia a otros contextos
sociales como la sociedad industrial (Germani,
1962; Ulrich, 2003) y la sociedad de la infor-
mación (Lucas, 2000; Martín, 1997, 2007),
pero no se enfocan en los retos de la sociedad
del conocimiento. Por otra parte, aunque se ha
avanzado en la conceptualización del trabajo
colaborativo (Tobón & Vázquez, 2015), aún
existen aspectos que requieren mayor claridad,
como la caracterización, metodología y diferen-
josé manuEl vázquEz antonio, josé silvano hErnándEz mosquEda, jEnnifEr vázquEz-antonio,
luís Gibran juárEz hErnándEz, clara EuGEnia Guzmán caldErón
educ. humanismo, Vol. 19 - No. 33 - pp. 334-356 - Julio-Diciembre, 2017 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-2121
http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/educacion/index