Educ. Humanismo, Vol. 17 - No. 28 - pp. 64-88 - Enero-Junio, 2015 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-2121
http://publicaciones.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/ojs/index.php/educacion
Heterodesignaciones patriarcales,
representadas interculturalmente,
en la participación femenina estudiantil*
Aura Inés Aguilar Caro**
Universidad Simón Bolívar
http://dx.doi.org/10.17081/eduhum.17.28.1167
Recibido: 12 de agosto de 2014 Aceptado: 10 de noviembre de 2014
Heteropatriarchal designations culturally represented
by the female student body in Barranquilla
Resumen
Basándose en el material discursivo de personeras/os estudiantiles en el departamen-
to del Atlántico y la ciudad de Barranquilla (Colombia), este artículo da cuenta de
los resultados de una investigación doctoral que desde el abordaje interpretativo de
la educación intercultural y las representaciones sociales devela el nivel de aspira-
ción de la libertad de expresión, en cuanto símbolo autodesignante de estas jóvenes,
como un mecanismo capaz de contrarrestar las heterodesignaciones que se viven-
cian en el liderazgo escolar, en materia de desigualdad y dominación masculina. De
esta manera, a través de las representaciones abstraídas se aporta interculturalmente
a la comprensión moderna de la participación femenina y sus implicaciones en el
espacio escolar y en la vida pública.
Abstract
This article reports the results of a doctoral research from the interpretative approach
to intercultural education and social representations obtained from the discursive
material of student representatives in the city of Barranquilla, in the Atlantico region
(Colombia). This research reveals the aspirational level of freedom of speech as a
symbol for auto designating the youngsters. It is a mechanism able to counteract the
patriarchal hetero designations existing in school leadership from inequality and
male dominance. All these elements contribute to a modern cross-cultural under-
standing of women’s participation and their implications in school environment and
public life.
Palabras clave:
Representaciones sociales,
Participación estudiantil,
Género, Educación intercultural.
.H\ZRUGV
Social representations,
Student participation,
Gender, Intercultural education.
Referencia de este artículo (APA): Aguilar Caro, A. I. (2015). Heterodesignaciones patriarcales, representadas interculturalmente,
en la participación femenina estudiantil. En Revista Educación y Humanismo, 17(28), 64-88. http://dx.doi.org/10.17081/
eduhum.17.28.1167
* Proyecto de investigación: Representación femenina e intercultural. De los reconocimientos legales a los reales en las IE del Departa-
mento del Atlántico: Malambo, Ponedera, Tubará y la ciudad de Barranquilla. Para optar el título de doctora en Ciencias de la Educa-
cion, mención Educación Intercultural. Universidad Santiago de Chile. Julio 2015.
** Trabajadora Social. Doctora en Educación Intercultural. Universidad Santiago de Chile. Docente Investigadora, programa de Trabajo
Social. Grupo estudios de Género, Familia y Sociedad. aaguilar2@unisimonbolivar.edu.co
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HETERODESIGNACIONES PATRIARCALES, REPRESENTADAS INTERCULTURALMENTE, EN LA PARTICIPACIÓN FEMENINA ESTUDIANTIL
Introducción
Desde la antigüedad hasta la alta Edad Me-
dia la representación de lo femenino siempre se
contrapuso a lo masculino. Lo primero fue vin-
culado al mundo de la vida privada mientras que
lo segundo, a la vida pública según la asignación
del compromiso reproductivo y productivo que
se le dio a la mujer a partir de la especie y el
capital, respectivamente. Una vez extrapoladas
de la vida familiar, las heterodesignaciones pa-
triarcales se concatenaron no solo en áreas como
OD¿ORVRItDODUHOLJLyQOD HVWpWLFD\ODOLWHUDWXUD
sino que sus sesgos también se arraigaron en los
espectros educativo y político, inclusive la ad-
TXLVLFLyQGHGHUHFKRV\GHLGHDOHV±XWySLFRV±GH
igualdad que se vienen promulgando desde la
modernidad (Amorós & De Miguel, 2007).
Por lo tanto, se puede mirar que el logro de
la participación democrática y educativa ha sido
mediante construcciones paulatinas tanto para
hombres como en el caso de las mujeres, aunque
aquellos obtienen primero su propósito. En cam-
bio, las segundas deben manifestar con fuerza
su inconformismo mientras exigen los derechos
mínimos de ciudadanía para la participación de-
mocrática e inclusión educativa. Si bien legal-
mente se avanza, en realidad existen algunos
desafíos pendientes.
Lo anterior se perpetúa referenciando el in-
concluso proyecto de la modernidad, con prin-
cipios universalistas de igualdad que aportó la
Revolución Francesa, así como en las particu-
ODULGDGHVLQWUDQDFLyQORFXDODGHPiV GHVHUXQ
dilema dialéctico que emerge entre géneros, per-
PHDODHWQLDOD LGHRORJtD\OD FODVHUHÀHMDQGR
una dinámica social que empieza apenas a com-
prenderse desde la integración global alterna a la
desintegración sociocultural.
De esta manera, desde el cariz femenino que
interpreta la política del reconocimiento, dife-
rencias y desigualdades crean identidades a ni-
vel de los grupos sociales que señalan un nuevo
imaginario para un análisis de segundo orden
%HQKDELE*DUFtD7D\ORU
En ese sentido, el abordaje de este estudio
respecto a las representaciones interculturales
que se visibilizan de la mujer y lo femenino pue-
de coadyuvar valorativamente a re-interpretar la
manera cómo las líderes estudiantiles asumen el
nuevo rol femenino cuando se insertan en los es-
pacios democráticos del ámbito educativo, como
es el caso de las personeras.
Siguiendo aspectos empíricos, teórico-me-
todológicos, luego del planteamiento inicial del
problema se detallan a continuación los resulta-
dos y conclusiones de lo que en el espacio edu-
cativo se pretende abordar sobre las condiciones
del liderazgo femenino.
1. Planteamiento del problema
(QFXDQWRJpQHUR IHPHQLQRVHUH¿HUHWRGRV
los abordajes tienen históricamente rezagos des-
de lo académico dada la situación que las muje-
res sin distingo alguno han vivenciado alrededor
del mundo.
66
Han sido los desafíos iniciales una permanen-
te búsqueda de reconocimiento desde la Revolu-
ción Francesa, cuando se promulgó la búsqueda
de la igualdad, la fraternidad y la solidaridad.
Es clave esa premisa de Kant: ¿qué es la Ilus-
tración? Pues como las mujeres habían quedado
SRUIXHUDHOODVPLVPDVD¿QDOHVGHOVLJOR;9,,,
iniciaron un periplo inédito, para avanzar en la
construcción de sus propias autodesignaciones,
a partir de las heterodesignaciones históricas a
que fueron expuestas en la sociedad patriarcal.
En ese sentido, se han ido develando las rei-
vindicaciones femeninas en materia política, con
la posibilidad, desde el siglo XIX, de acceder al
voto y la inclusión en los niveles superiores de
educación.
Sin embargo, hay desafíos pendientes ya que
apenas a nivel mundial existe un nivel porcen-
WXDOGHOGHSDUWLFLSDFLyQSROtWLFDIHPHQLQD
sin la representatividad de la colectividad de mu-
jeres, la política pública no está cumpliendo con
los objetivos trazados después de la Conferencia
de Beijing, en donde se promulgó la vigencia de
integrar la construcción de género transversal-
mente y la participación activa de la mujer en los
espacios públicos.
Ahora, en la delimitación de esta investiga-
ción (respecto a develar las representaciones
interculturales juveniles de las personeras estu-
GLDQWLOHVHQORVOXJDUHVHVSHFL¿FDGRVHVQHFHVD-
rio contrastar la realidad que experimentan estas
jóvenes en cuanto a la dinámica que vivencian
junto con la comunidad educativa mientras desa-
rrollan su liderazgo y proyectan las aspiraciones
que tienen en el campo político.
(QGH¿QLWLYDEDMRODWHRUtDGHODVUHSUHVHQWD-
ciones sociales dentro del plano intercultural se
plantea este problema desde el entramado educa-
tivo, dando los aportes que posibilitan contribuir
a una transformación social con el conocimiento.
2. Contextualización empírica
Aun cuando la escuela realiza una distribu-
ción de conocimiento desde lo básico hasta lo
PiVFXDOL¿FDGR±ORTXHLPSOLFDFRPSHWLFLyQLQ-
WHUQD±SRURWURODGRODFRQFLHQFLDS~EOLFDH[LJH
que todos/as puedan ejercer el derecho a la máxi-
ma educación posible. Por lo tanto, la escuela no
puede actuar como igualadora y a la vez como
instrumento que establezca y refuerce distincio-
nes (González, 2013).
Por esta razón, desde lo educativo y la inclu-
sión de género, según Olivera (2013), es hora de
asumir el lugar de compromiso de investigacio-
nes sociales relacionadas con la transformación
social y cuestionar el aporte cualitativo de su im-
plicación tanto con el saber como en el objeto
de conocimiento de este mismo saber (Olivera,
2013).
Al estudiar temas tan sensibles al género
como controvertidos, y muchas veces de difí-
FLOHVDMXVWHV FRQHVWD RDTXHOOD WHRUtDHVSHFt¿-
ca, como investigadoras sociales consideramos
importante buscar distintas(os) aliadas(os) con
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los(as) cuales podamos dialogar y construir un
FRQRFLPLHQWRFLHQWt¿FRVLQROYLGDUODSURSLDFD-
pacidad de transformar realidades, de aprender,
crecer y ser críticas con nosotras mismas (Oli-
vera, 2013). En ese sentido, desde sus inicios el
movimiento feminista reivindicó el papel de las
PXMHUHVHQODVRFLHGDGORTXHVLJQL¿FyXQDWRPD
de conciencia como colectivo, que se convirtió
en un movimiento social, político, cuestionador
de la sociedad patriarcal, y defensor de ideolo-
gías igualitarias, de justicia social, de la necesi-
dad de lograr la equidad de las mujeres ante la
ley (Castillo & Morales, 2013).
Aunque también es cierto que después de
ciertas pesquisas, se encontraron algunos estu-
dios que enmarcan la educación y la ciudadanía
VLQTXHVHLQFRUSRUHODLQWHUSUHWDFLyQGHJpQHUR
por ejemplo, localizados en su mayoría en Sue-
cia (2OVRQ 7KRODQGHU \TXH GDQ
cuenta de la interpretación de la teoría existen-
te en estos temas (educación y ciudadanía), así
como de la importancia que reviste el hecho de
que en el microespacio de la escuela pueda abrir-
se esta posibilidad.
Por otro lado, se indica que la democracia
debe ser estudiada como un proceso interactivo.
Esto implica enfocar cómo los/las estudiantes
hacen la democracia en la escuela en lugar de la
forma en que aparecen como seres democráticos
o la forma en que experimentan la democracia
estudiantil (Tholander, 2007). Así aparece una
propuesta diferente de enmarcar la democracia
y la educación para la ciudadanía democrática:
para aumentar el potencial de la educación en
cuanto a la renovación de la democracia y la ciu-
dadanía democrática (Olson, 2009).
A su vez, en el contexto latinoamericano, un
estudio desarrollado en tres escuelas de Argen-
tina mostró que estas presentaron diferencias
VLJQL¿FDWLYDVHQHOPRGRGHJHVWLRQDUODSDUWLFL-
pación y relacionarse con su comunidad. En este
PDUFRVHSHU¿ODQ ORVPRGRVHQ TXHOD HVFXHOD
aporta a la construcción de ciudadanía, no solo
la de sus alumnos, sino la de los otros actores in-
volucrados que pueden encontrar en los ámbitos
de interacción con esta institución, espacios para
HOHMHUFLFLRGHODSDUWLFLSDFLyQ\OD UHD¿UPDFLyQ
de su autonomía (Oraisón, 2009).
En ese mismo orden, en Colombia Hurtado y
Alvarado (2007) proponen la acción ciudadana
desde la escuela como potenciación de autono-
mía, que será asumida como la posibilidad que
tienen los seres humanos de crear, desde imagi-
narios instituyentes, nuevas formas de institucio-
nalidad y de participación política. Formar a las
y los jóvenes en la autonomía es proponer desde
la institución escolar un camino para la creación
de sociedades autónomas, o sea, sociedades inte-
gradas por sujetos autónomos una vez compren-
dieron que las leyes que rigen su sociedad están
en pie si existe la voluntad de sus integrantes de
mantenerlas (Hurtado & Alvarado, 2007).
(QGH¿QLWLYDVH SXHGHFRQVWDWDUTXHORV HV-
tudios aquí descritos avanzan desde la educación
y la democracia, de manera general aunque no
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HVSHFL¿FDQOD LQWHJUDFLyQGHO JpQHUR FRPRXQ
componente importante y fundamental.
2.1. Estudios que representan gobiernos es-
colares
En América Latina, las investigaciones que
se aproximan a la comprensión de la interacción
de los/las estudiantes en el espacio escolar, se
destacan por la indagación de la ciudadanía y la
participación tanto interna como externa de los
muchachos. En Colombia, trasciende a la com-
SUHQVLyQGHOFRQÀLFWRTXHVHJHQHUDGHODSDUWLFL-
pación si bien se consolidan las investigaciones
desde los niveles de directivos y docentes, arti-
culados en los estudiantes.
2.1.1. Internacional
En el contexto de los noventa, en Chile hubo
injerencia en la formación para la ciudadanía,
TXHKDEtD GHMDGR GHODGR ODHGXFDFLyQ FtYLFD
según un estudio (Cox, 2004), el cambio puede
describirse en términos de una triple expansión
de la educación cívica tradicional: expansión te-
mática, cuantitativa y formativa.
En este sentido, es temática, porque el foco
de los contenidos de conocimiento se amplía
desde la institucionalidad política (nación, Esta-
do, Gobierno, ley) hasta problemáticas actuales
de la sociedad, entre ellas, equidad, derechos
KXPDQRVPHGLRDPELHQWHFRPR WDPELpQFLHQ-
cia y tecnología, en contextos de sociedades que
GHOLEHUDQVREUHVXV¿QHV\VXVPHGLRV&XDQWLWD-
tiva, porque la presencia de la formación ciuda-
GDQDHVUHGH¿QLGDHQ IRUPDVXVWDQFLDOGHVSXpV
GHHVWDUXELFDGDDO ¿QDOGHODVHFXHQFLDHVFRODU
±~OWLPRVJUDGRVGH ODHGXFDFLyQPHGLD± DKRUD
TXHGD WRWDOPHQWH DPSOLDGD GHVGHNtQGHU KDV-
ta grado doce. Lo anterior en razón a que lue-
go de ser parte de una asignatura especializada,
sus contenidos pasan a estar distribuidos en va-
rias asignaturas, según lo que se entiende como
³WUDQVYHUVDOHV´\ HV IRUPDWLYDSRUTXH SODQWHD
que el aprendizaje junto con el conocimiento se
UH¿HUHQD KDELOLGDGHV \DFWLWXGHV &R[ 
(Ver Tabla 1).
Tabla 1. De educación cívica
a formación ciudadana
Educación cívica Formación ciudadana
• Foco en institucionalidad
política.
• Ubicada en últimos cursos
de la educación media.
• Orientada a adquisición
de conocimientos foco en
contenidos.
Doble foco: institucionalidad
política y ampliación
matemática a “problemas
actuales de la sociedad”.
• Presente a lo largo de la
secuencia escolar.
• Orientada a adquisición de
conocimientos, habilidades y
disposiciones (actitudes).
Fuente: Adaptación a partir de datos de Cox (2004)
En un estudio (Torney-Purta & Amadeo,
2004), con la presencia al menos de una orga-
nización en los cuatro países analizados (Chile,
Colombia, Portugal y Estados Unidos), se tuvo
en cuenta dentro de la participación estudiantil
desde la línea editorial del diario escolar y los
consejos estudiantiles hasta los equipos y grupos
religiosos. Se encontró que entre un 80 % y un
90 % de los adolescentes participan al menos en
una organización.
En general, el estudio muestra que los/las es-
tudiantes han adquirido los conceptos relativos a
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la democracia y las instituciones políticas (Tor-
ney-Purta & Amadeo, 2004). Sin embargo, no
parecen comprender del todo los aspectos más
sutiles de la democracia tales como los derechos
políticos, la responsabilidad de los ciudadanos y
el papel de los medios de comunicación y de las
instituciones económicas. Especialmente preo-
cupante resulta que los jóvenes de 17 años de
&KLOH\&RORPELDPXHVWUDQPHQRVFRQ¿DQ]DHQ
las instituciones vinculadas al Gobierno y menos
orgullo nacional que sus pares de 14 años. Esta
tendencia inquieta en tanto sugiere que mientras
PiVLQIRUPDFLyQVH WLHQHPHQRUHV ODFRQ¿DQ-
za. Los resultados del estudio muestran el alto
JUDGRGHFRQ¿DQ]DGHORVDGROHVFHQWHV\MyYHQHV
chilenos y colombianos en la escuela como insti-
tución, lo que refuerza su valor como agencia de
transmisión de conocimientos y prácticas sobre
ciudadanía y democracia. Entre tanto, sobre la
SDUWLFLSDFLyQHVSHFt¿FDGHORVFRQVHMRVHVWXGLDQ-
tiles, el mayor porcentaje lo logran los estudian-
tes de Estados Unidos y Portugal, con un 30 %
\ UHVSHFWLYDPHQWHHOUHJLVWURSRUFHQWXDO
más bajo lo tienen Chile y Colombia, con un
\YHU*Ui¿FR
En contraste con la participación en conse-
jos estudiantiles, el mismo estudio revela que en
PDWHULDGHD¿OLDFLyQGH ODRUJDQL]DFLyQDDOJ~Q
partido político Estados Unidos continúa lide-
UDQGRDXQTXHHVEDMRHOSRUFHQWDMHDSDU-
tidos políticos dentro del país. Esto indica que
hay mayor probabilidad de participación cuando
se toma partido desde espacios educativos, se-
gún la relación directa que existe en este caso
(ver*Ui¿FR
*Ui¿FR3DUWLFLSDFLyQHQFRQVHMRVHVWXGLDQWLOHV
HQORVSDtVHVGH&KLOH&RORPELD3RUWXJDO\
Estados Unidos
Fuente: Torney-Purta y Amadeo (2004)
*Ui¿FRËQGLFHSRUFHQWXDOGHRUJDQL]DFLyQ
MXYHQLOD¿OLDGDDSDUWLGRSROtWLFR
Fuente: Torney-Purta y Amadeo (2004)
A modo de clausura de este punto podemos
decir que si bien no se encontraron estudios
HVSHFt¿FRVHQ HODQiOLVLVGHO OLGHUD]JRIHPHQL-
no, cabe resaltar la importancia de los estudios
comparados e individuales de algunos países la-
tinoamericanos, donde se constata que el ejerci-
cio ciudadano al interior de las instituciones, en
algunos casos, es manifestado con un alto nivel
GHFRQ¿DQ]D HQHOODV 'HVGHHO DVSHFWRGHPR-
crático esto puede facilitar la incorporación de
prácticas favorables en la vida futura de los/las
estudiantes.
2.1.2. Colombia
/DUHVSRQVDELOLGDG VRFLDOGH¿QLGD HQOD HV-
cuela, para contribuir al fomento de la demo-
cracia dentro de ella e irradiarla al conjunto de
la sociedad, es un imperativo categórico en la
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contemporaneidad. En el caso de Colombia, este
proceso se está llevando a cabo a través de la
participación de estudiantes, padres de familia,
docentes, directivos, exalumnos y comunidad en
general con el recién creado gobierno escolar,
que surge a partir de la Ley General de Educa-
ción, promulgada en 1994. Se señala cómo los
sectores mencionados concurren a través del
aprendizaje para trabajar en equipo y el empleo
GHORVSURFHVRVGHOHFWXUD\GHHVFULWXUDVRQGRV
maneras concretas de llevar a cabo la construc-
ción de una cultura democrática, pese a los obs-
táculos contra los que es necesario luchar en pos
de la creación de democracia dentro y fuera de la
escuela. Se destaca que por sus características, la
escuela es un posible escenario excepcional para
la construcción de una cultura democrática.
9DULRVHVWXGLRV&XELGHV  &DVWLOOR
2003) demuestran las limitaciones existentes
en el ejercicio democrático en las instituciones
educativas en Colombia, aun cuando se hayan
consagrado derechos en torno a la participa-
ción después de la Constituyente de 1991 y Ley
SRU HVWDUD]yQ WRGDYtDHV QHFHVDULR
seguir avanzando en la movilización de volun-
WDGHVDOLQWHULRUGHOD HVFXHODD¿QGHTXHQLxDV
y niños puedan ejercer libremente el derecho de
participar tanto en la elección como en el acto
mismo de poder ser elegido.
Por otra parte, también se establecen las re-
laciones entre ciudadanía, sociedad civil y expe-
riencia escolar haciendo énfasis en los siguientes
WHPDVHOFRQÀLFWRFRPRHOHPHQWRGHPRFUDWL]D-
dor de la escuela, la rutinización/ritualización, la
LQVWLWXFLRQDOL]DFLyQ\ODFRQVWUXFFLyQFLXGDGDQD
se concluye así que existe una tensión central en-
tre la cultura escolar y la demanda democrática
de sus actores, la cual exige respuestas desde la
SHGDJRJtDSDUDTXHDVtSXHGDQUHGH¿QLUVXLGHQ-
tidad como institución social (Castillo, 2003).
El periodo previo a la elección de los repre-
sentantes para los distintos órganos del gobier-
no escolar concentra la atención principal de
las instituciones, al punto que para algunos es-
tudiantes: Solo le dan importancia al gobierno
escolar cuando lo van a formar, pero después no
se sabe más de él. Por el contrario, lo que inten-
tan los jóvenes es precisamente distanciarse cada
vez más del establecimiento de modalidades es-
colarizadas de participación que, en su sentir,
los apabullan. Sus deseos y afectos circulan por
otras latitudes hasta encontrar formas novedosas
de comunicación y de cooperación mediante las
cuales experimentan su propio sentido del noso-
tros (Cubides, 2000).
En síntesis, la forma como los docentes, y di-
rectivos han guiado los procesos democráticos
en muchas instituciones, conduce a que la de-
mocracia escolar se convierta en una palabra sin
contenido. A propósito de las respuestas de los/
ODVHVWXGLDQWHVHVFODURTXHODGL¿FXOWDGGHKDFHU
realidad la democratización de la escuela se debe
en parte a las contradicciones que se viven en su
interior.
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3. Referentes teóricos
Dentro de los conceptos delimitados en este
estudio se encuentra lo relacionado con la educa-
FLyQLQWHUFXOWXUDO\ODVUHSUHVHQWDFLRQHVVRFLDOHV
en ambos casos se complementan de acuerdo al
interés de abstraer desde los espacios democráti-
cos de la escuela la manera como se simbolizan
y están representadas las líderes estudiantiles.
3.1. Educación intercultural
Desde posiciones progresistas, la escolari-
zación cumple un papel fundamental: buscar la
igualdad de oportunidades diluyendo las discri-
minaciones, por razón de género, etnia, proce-
dencia cultural, estatus económico, creencias
religiosas, ideológicas o cualquier otro factor
social que impida el desarrollo personal o comu-
nitario. Desde una apuesta progresista es impres-
cindible la necesidad de una institución educati-
va para que los ciudadanos/as del futuro posean
las herramientas necesarias con las cuales pue-
dan ejercer el derecho democrático en toda su
plenitud (Sánchez, 2006).
De esa manera, en los últimos años se ha asis-
tido a un espectacular incremento de los temas
relacionados con el carácter multicultural de las
sociedades hasta ahora consideradas monocultu-
rales. Con estas y otras expresiones equivalen-
WHVKDQVXUJLGRUHÀH[LRQHVHLQYHVWLJDFLRQHVSRU
parte de profesionales de diversos campos, pero
muy especialmente en las Ciencias Sociales. En
el debate anglosajón, se plantea la necesidad de
multiculturizar los sistemas educativos median-
WHPHFDQLVPRV GH DFFLRQHV D¿UPDWLYDV \GLV-
criminación positiva que permitan empoderar a
determinadas minorías étnicas, tanto autóctonas
FRPRDOyFWRQDV HQVXV SURFHVRVGH LGHQWL¿FD-
ción, etnogénesis y emancipación. En este orden
de ideas, se plantea la educación intercultural, no
a partir de las necesidades identitarias de las mi-
QRUtDVVLQRDQWHODLQFDSDFLGDGPDQL¿HVWDGHODV
sociedades mayoritarias para hacer frente a nue-
vos desafíos de la heterogeneidad de los educan-
dos, de la creciente complejidad sociocultural
y, en resumidas cuentas, de la diversidad como
característica de las futuras sociedades europeas
(Dietz & Mateus, 2011).
/D¿OyVRID5RVD&ROOHQXQWH[WRGH-
nominado Escuchar el mundo: una ética femeni-
na, comunica que las mujeres se integran desin-
tegrándose, y siguiendo a Heidegger, lo traduce
como la capacidad técnica de dominar las cosas
TXHVHGHVSOLHJDQHQXQDDJLWDFLyQVLQ¿Q+DEOD
del agotamiento de una visión y de un deber-ser
de la saturación de un paradigma. El dejar-ser no
tiene de femenino ni la pasividad ni la debilidad.
El mundo de la escucha tiene que ver con la
ÀXLGH]\ODVXWLOH]DFRQ ODVVHxDOHVHQDUPR-
QtDHQ OXJDUGH GRPLQLR&RQ ODD¿UPDFLyQ
del poder al servicio de la vida, en lugar de la
vida al servicio del poder, que tiene que ver
con la dignidad, con el respeto, con la espera
en lugar de miedo, con la astucia en lugar del
sometimiento (Coll, en Hierro, 1995, p.138).
La educación del futuro requiere ser una en-
señanza fundamental y universal centrada en la
FRQGLFLyQKXPDQD HQODSHUWHQHQFLD DXQD HUD
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planetaria, puesto que los seres humanos, don-
de quiera que estén, están embarcados en una
aventura común. Entonces es preciso que se re-
conozca la diversidad cultural inherente a todo
lo humano. Se consideran así las unidades com-
plejas de multidimensionalidad individual que,
a su vez, son colectivas, como son lo biológico,
psíquico, social, efectivo, racional, que en la so-
ciedad se comportan en dimisiones históricas,
sociológicas y religiosas (Morin, 2001).
/RVLJQL¿FDQWHGHODHGXFDFLyQQRVHFRQVWUX-
ye solo sobre la base de saberes objetivos y aca-
bados, sino que estos están cargados de valores
sociales que se representan a través del currículo
RFXOWRHVXQKHFKRDPSOLDPHQWHDFHSWDGR
Por ello es necesario que desde la educación
VHDWLHQGDQ DODV PRGL¿FDFLRQHV GHORV FRQWH-
nidos curriculares y a las representaciones ico-
QRJUi¿FDVGHORV PDWHULDOHVHVFRODUHVTXHVROR
consideran las expectativas del profesorado en
relación con los roles de género.
Es también necesario potenciar la visibili-
zación de los/las estudiantes en el aula, en los
órganos de representación del centro educativo,
y la construcción equitativa de los espacios es-
colares. En las escuelas los rituales y normas de-
berían ser revisados y analizados desde lo repre-
sentativo y la semántica del lenguaje, para que
se puedan delimitar interacciones entre la comu-
QLGDGHGXFDWLYDFRQOD¿QXUDGHODFRPSUHQVLyQ
y de lo dialógico, a partir de los abordajes que lo
femenino va delimitando en el espacio escolar y
externo.
De allí que la interculturalidad parte del su-
puesto de que es deseable normativamente el
diálogo transcultural, del cual se deben extraer
formas complejas, y en ningún caso segregacio-
nistas, de convivencia social.
Esta posición apuesta por una relación respe-
tuosa entre culturas y se orienta a la búsqueda
de nuevas síntesis culturales, habida cuenta de
TXHHOLQWHUFXOWXUDOLVPR HVPDQL¿HVWDPHQWHDQ-
tiesencialista.
6LJQL¿FDWLYDPHQWHODHVFXHODHVXQOXJDUSD-
radigmático de interacción entre individuos de
diversas culturas, y supone dejar atrás currícu-
los monoculturales en la medida en que impide
la división de acuerdo a género, nivel social o
étnico, pues posibilita la integración a partir de
ODVGLIHUHQFLDVFRQ¿UPDQGRTXHORGLDOyJLFR HV
fundamental para comprender las determinacio-
nes que unen y separan (Cobo, 2006).
(QGH¿QLWLYDHVDVGLIHUHQFLDVGHVGHHO HVSD-
cio escolar, ya sean por género, etnia, nivel so-
cial o cultural, pueden armonizarse desde la in-
terculturalidad como patrimonio (García, 2009).
Además, este enfoque (intercultural) debe ser un
núcleo de la comprensión de esas prácticas que,
DVXYH]LQVWH DODSROtWLFDS~EOLFD DUHGH¿QLU-
las, para establecer una reacomodación tal que
particularizando las sesgos de género, amplíe
un canon con mayores desplazamientos desde
el lenguaje y la interacción social en el contexto
institucional.
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3.2. Representaciones sociales
Estas representaciones buscan explicar fenó-
menos sociales bajo formas variadas y comple-
MDVODVFXDOHVLGHQWL¿FDQLPiJHQHVTXHFRQGHQ-
VDQXQFRQMXQWR GHVLJQL¿FDGRVVLVWHPDVGH UH-
ferencias que permiten interpretar lo que sucede
GH¿QLpQGRVHHQSULPHUOXJDUSRU XQFRQWHQLGR
integrado por información, imágenes, actitudes
y opiniones. En ese sentido, este contenido, a su
vez, se relaciona con un objeto, que se materia-
liza mediante un trabajo a realizar, un aconteci-
miento o un personaje social. En segundo lugar,
ODVUHSUHVHQWDFLRQHVVRFLDOHVGH¿QHQDXQVXMHWR
(individuo, familia, grupo, clase) en relación con
otro sujeto.
Es así como la representación es tributaria de
la posición que ocupan los sujetos en la socie-
dad, la economía o la cultura. Por ello debemos
partir de la premisa “toda representación social
es representación de algo y de alguien” (Jodelet,
HQ0RVFRYLFLDVtGHQLQJXQDPDQHUDVH-
ría el fenómeno a investigar el duplicado de lo
real, como tampoco de lo ideal ni de la parte sub-
jetiva del objeto ni la parte objetiva del sujeto,
sino que constituye el proceso por el cual se esta-
blece su relación. Por ello el fondo del estudio de
toda representación encuentra su conexión con
el mundo y las cosas.
Con este término, incorporado desde 1961
por Serge Moscovici, desde entonces se ha pa-
sado de la elaboración de un concepto a un desa-
rrollo de la teoría que ha permeado las Ciencias
Sociales porque constituye un nuevo enfoque
que uni¿FDHLQWHJUDORLQGLYLGXDO\FROHFWLYROR
VLPEyOLFR\ORVRFLDOHOSHQVDPLHQWR\ODDFFLyQ
(Araya, 2002).
A medida que se precisan las representacio-
nes sociales, se desarrollan los conocimientos y
se cristaliza un campo de investigación en cuyo
LQWHULRUVH GHOLPLWDQ ODViUHDV HVSHFt¿FDV\ VH
esbozan ópticas diferentes. La noción de repre-
sentación ha sido abordada clásicamente por la
SVLFRORJtD\ OD¿ORVRItD SHUR HQOD VRFLRORJtD
es donde se empezó a hablar de representación
colectiva y tomó vigencia el término representa-
ción social (Reyes, 2009).
Por ello se considera que la ocupación de
esta teoría tiene mucho sentido con este estudio,
debido a que hay aproximaciones a los actores
sociales desde lo individual y lo colectivo que
permiten extraer representaciones referentes al
objeto de estudio, en las dimensiones propues-
tas, estableciendo nociones del sentido común
que nos orientaron en la consolidación de un
análisis claro y articulado con la realidad social.
Moscovici (1984) estudió que las personas
construyen y son construidas por la realidad so-
FLDOD SDUWLUGHVXV HODERUDFLRQHVSURSXVR XQD
teoría cuyo objeto de estudio es el conocimiento
en el sentido común, enfocado desde una doble
vía: desde el plano social e intelectual y como
forma de construcción social de la realidad
(Banchs, 1999). En este sentido, la noción de la
realidad social y su proceso de construcción es
un elemento clave para la comprensión de esta
teoría.
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Destacándose así, como una manera de inter-
pretar y de pensar la realidad cotidiana, que en
el marco del conocimiento social está determi-
nada por el contexto concreto en que se sitúan
los individuos y los grupos, así como por la co-
municación establecida entre ellos a través de
los marcos de aprehensión que proporciona su
bagaje cultural, sus códigos, valores e ideologías
relacionados con las posiciones y pertenencias
VRFLDOHVHVSHFt¿FDV0RVFRYLFL
(Q GH¿QLWLYDOD QRFLyQ GH ODV UHSUHVHQWD-
ciones sociales se sitúa en el punto donde se in-
tercepta lo psicológico y lo social, es la manera
como los sujetos sociales aprenden de los acon-
tecimientos de la vida diaria, las características
del medioambiente, las informaciones que en él
circulan, las personas del entorno próximo o leja-
QRHVWHHVHOOODPDGRFRQRFLPLHQWRHVSRQWiQHR
que habitualmente se denomina conocimiento
del sentido común, por oposición al pensamiento
FLHQWt¿FR-RGHOHWHQ0RVFRYLFL
4. Enfoque metodológico
(QPDUFDGRV SRU ORVQ~FOHRV WHyULFRV GH¿-
nidos, a los cuales anteceden los empíricos, se
procede a darle fundamentación metodológica
como parte esencial del cuerpo del estudio que
va decantando su desarrollo.
Por consiguiente,
saber situarse ante la realidad de hoy es una
tarea imperativa, pero no solo como un desafío
de conocimiento, pues más que conformarse
con quedar aprisionado en el interior de de-
terminados constructos se hace necesario tras-
cenderlos, desde ciertas exigencias valóricas,
mediante un acto deliberado de consciencia
(Zemelman, 1992, p.9).
En ese sentido, ocupando la investigación
cualitativa, se dio un tipo de diseño: el estudio de
caso, que en líneas generales puede considerarse
FRPRXQLQVWUXPHQWRH¿FD]SDUDODIRUPDFLyQGH
profesionales en las Ciencias Humanas y Socia-
les, así como en una modalidad de investigación
educativa.
Algunos fundamentos del estudio de caso,
soportaron la elección de ocho instituciones edu-
cativas públicas de los municipios de Malambo,
Ponedera, Tubará y la ciudad de Barranquilla
(Colombia) y dentro de ellas, personeros/as es-
tudiantiles (PE), directivos (D), profesores (P) y
YRFHURVHVWXGLDQWLOHV9(HQORVSULPHURVWUHV
tipos de actores/as, un total de ocho por institu-
ción, a través de entrevistas a profundidad. En
los últimos actores, hay variación en el número
de participantes ya que se implementó la técnica
de grupo focal.
Para este artículo solo se utilizó el canon dis-
cursivo de los/las personeros/as estudiantiles a
partir del análisis de contenido como técnica de
investigación para la descripción objetiva, siste-
PiWLFD\FXDQWLWDWLYDGHOFRQWHQLGRPDQL¿HVWRGH
ODVFRPXQLFDFLRQHVFRQOD¿QDOLGDGGHLQWHUSUH-
tarlas.
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El objeto del análisis de contenido consiste
concretamente en observar y reconocer el sig-
QL¿FDGRGHORVHOHPHQWRV TXHIRUPDQORVGRFX-
PHQWRVSDODEUDVIUDVHV HWF\HQFODVL¿FDUORV
de manera adecuada para su análisis y explica-
ción posterior (Sierra, 2001). Esto permitió que
al cruzar las preguntas en conjunto con los obje-
tivos del estudio se lograran los resultados que
seguidamente se muestran.
5. Resultados
Se detallan a continuación y hacen parte de
lo que se ha denominado un núcleo representa-
cional (NR), del que se derivan subrepresenta-
ciones, como también una síntesis representativa
65\¿QDOPHQWHODLQFRUSRUDFLyQGHODLQWHU-
culturalidad (II), lo cual contribuye a develar las
representaciones en la interacción del liderazgo
estudiantil encontradas en el espacio escolar.
5.1. Representación femenina: presencias y
ausencias sobre heterodesignaciones patriarca-
les en el liderazgo estudiantil
En este NR se constatan tres subrepresenta-
FLRQHVGH¿QLGDV TXH FRUUHVSRQGHQUHVSHFWLYD-
mente a los niveles cognitivo, actitudinal y com-
SRUWDPHQWDO JpQHURHLGHQWLGDG FRJQLWLYR
2) la participación femenina entre lo público y
SULYDGRDFWLWXGLQDO DVSLUDFLyQGH ODLJXDO-
dad versus la dominación masculina (compor-
WDPHQWDOOD65 HVFRQFHELGDFRPR ODOLEHUWDG
de expresión en tanto símbolo de desarrollo. Y
¿QDOPHQWH,, TXHHVWi GH¿QLGDDVt LQWHJUD-
FLyQJHQpULFDGHVDUUROORS~EOLFRSULYDGRH
igualdad en la diferencia. A su vez, las últimas
HVWiQGHVFULWDVHQHO VLJXLHQWHtWHPFRQ¿UPDGR
con la misma voz de los/las personeros estudian-
tiles (PE) y con un orden lógico para una mejor
comprensión. Enseguida, los resultados obteni-
dos por cada una de ellas.
5.1.1. Género e identidad
Se presenta la abstracción obtenida de lo que
los/las PE cognitivamente conceptúan sobre
la dimensión de género y la identidad, así con
respecto a la primera hay tres representaciones:
XQDHQPDUFDGDHQORELQDULRGHOVH[RRWUDLJXDO
SHURLQWHJUDQGRODSDUWLFLSDFLyQ\OD~OWLPDGH¿-
nición está relacionada con la diversidad huma-
na.
/RV3(ORGH¿QHQDVtgénero, sea este feme-
nino o masculino; o sea, a qué género perteneces
si eres hombre o mujer (PE42). De otro modo,
se presenta la comprensión del género desde la
perspectiva de la participación en la voz del PE:
Prácticamente, la palabra género para mi per-
sona es que todos tenemos participación [(…)
por sí mismos] tanto como el hombre como la
mujer (PE32). Por último, se registra el concep-
to de género que expresan los personeros como
construcción social. En sus palabras: ¡Género!
este es como… ¿cómo diría?… es como cada
tipo de cosa o persona que nos rodean, es lo que
pienso, creo que es así (PE41).
Ahora bien, si se observa lo representati-
vo que para los PE tiene la palabra género hay,
por un lado, un concepto binario, asociado a lo
ELROyJLFRSRURWURODGRVHFRQFLEHGHODPLVPD
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forma, pero visibilizando la identidad sexual que
integra lo diverso del género. De esa manera, en
cuanto a la concepción binaria asociada al sexo,
diferencia el hombre de la mujer cuando lo ex-
presa: Género… pues si estamos hablando del
aspecto del sexo, de la persona, pues me parece
(PE11). En ese sentido, además de la integración
de lo femenino y masculino, también se identi-
¿FDHO JpQHUR FRQODV GLIHUHQWHV RULHQWDFLRQHV
sexuales que existen, incluso, se menciona so-
meramente la bisexualidad como una de ellas. El
VLJXLHQWHDSDUWH ORFRQ¿UPD £Género!, género
puede ser de dos clases, masculino, femenino,
entiendo que existen dos y hay clases: bisexua-
lidades, pero eso entra dependiendo de los gé-
neros, ya que sea hombre o sea mujer (PE21).
(QWUHWDQWRHOVLJQL¿FDGRGHOJpQHURYDDVRFLDGR
DGLIHUHQFLDVHQWRUQRDOVH[RFXDQGRGH¿QLHQGR
hombre y mujer, los eleva a su dimensión de per-
sonas en cada caso. El asunto queda refrendando
HQODVLJXLHQWHD¿UPDFLyQEs [(…) un poco] la
IRUPDGHFyPRLGHQWL¿FDUGRVFODVHV FRPRTXH
QRVLGHQWL¿FDPRV WDQWR ORVKRPEUHV FRPR ODV
mujeres, o sea, somos personas (PE11).
De esa manera, de la interpretación discur-
VLYDGHORVODV 3(VHLGHQWL¿FDQ DFRQWLQXDFLyQ
ODVDSRUWDFLRQHVHQHOSULPHUFDVRDSDUHFHQODV
siguientes representaciones, delimitadas en con-
cepto binario, binario-participativo y diverso.
La primera, limitada biológicamente (hombre-
mujer). La segunda, se desprende del anterior
concepto, pero integra lo necesario de la parti-
cipación de ambos en la vida pública. Y en la
tercera, hay un acercamiento a la idea de género
en tanto construcción social, que incorpora la
diversidad sexual como parte del vínculo social
entre géneros.
(QGH¿QLWLYDVHORJUD LQWHUSUHWDUTXHDXQOR
que connota y determina la opinión de los/las PE
HVWiFRQHFWDGR FRQOD UHODFLyQVH[RJpQHUR HV
lo que históricamente se ha hecho presente en la
humanidad. El concepto se empezó a decantar
a partir de la década de los cincuenta del siglo
XX, son acciones recientes, aunque hay que ir un
poco atrás. En rigor, inicia cuando llegaron las
reivindicaciones sociales de las mismas mujeres
desde el siglo XVIII y hacia lo largo del XIX
KDVWDHO;;,HVDTXtGRQGHODSROtWLFDS~EOLFDD
través de la Conferencia Internacional de la Mu-
jer realizada en Beijín, por los albores de 1995,
abre paso a la inclusión del término género como
construcción social.
No obstante, esas opiniones contrastan con
las de PE, destacándose en la línea del tiempo
consideraciones que la modernidad trae consigo
XQEHQH¿FLRGHOGHVDUUROORGHODPXMHU(QHOGLV-
curso, a excepción de una de las personeras, las
demás coinciden en que la modernidad ha sido
propicia para el desarrollo de la mujer una vez
que se integra el género como construcción so-
cial y se orienta por los derechos fundamentales.
Se superó así la época antigua y la Edad Media,
donde la mujer estaba sometida a la dominación
patriarcal basada en lo reproductivo que le im-
pedía un libre pensamiento y aspiraciones de la
vida pública. En general, hay una asunción de
la mujer como sujeto historizado y se reconocen
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los logros sociohistóricos que ha obtenido, y se
PDQL¿HVWDTXH HVXQD pSRFDSURSLFLD SDUDTXH
los cambios sigan transformando a las mujeres.
Lo anterior se registra de la siguiente manera:
La mujer, como es conocido por la mayoría, ha
sufrido mucho; tuvo épocas terribles, épocas en
donde no le valía un voto, no le valía su palabra,
donde no valía su presencia, su trabajo (PE11).
También se considera que la actual es la me-
jor época para la mujer, ya que en la anterior
KDEtDDXVHQFLD GHGHUHFKRV/R FRQ¿UPDHO VL-
guiente párrafo: Bueno, me parece que la época
que mejor ha sido para la mujer es esta, porque
en tiempos anteriores se le han negado como
que los derechos (PE31).
Se establece entonces una diferenciación en-
tre un antes y un después para la mujer, en donde
se está reconociendo la dominación masculina
como un medio de limitación para el desarro-
OORHQODYLGDGHODVPXMHUHV4XHGD FRQVLJQDGR
en la siguiente expresión: Pues a mí me parece
que la actual, porque antes era como que muy
machista, se veía mucho el machismo y muchas
esas cosas: […] antes las mujeres no podían tra-
bajar ni nada de eso porque solamente […] los
hombres […] podían desempeñar cargos muy
importantes (PE11).
En otro sentido, en cuanto a la identidad de
género, el análisis discursivo de los/las PE bi-
IXUFDORV FRQFHSWRVHQ ORV SULPHURVSULPD HO
referente religioso, y de dominación. Este último
aunado al concepto de los personeros como im-
positores de reglas, lo cual coincide con lo que
históricamente ha permeado las relaciones de
género. En las segundas, prevalecen expresiones
concatenadas a lo religioso, como también a lo
UHSURGXFWLYRHOYDORU\HOUHVSHWRDODYH]TXHHO
liderazgo. En el siguiente párrafo esto se explica
en las voces de los PE y luego de las PE.
De esa manera los PE conciben la representa-
ción de la identidad masculina entre lo religioso,
la dominación y la igualdad, y puntualizan que es
una perfecta creación. En sus propias palabras:
Bueno para mí ser hombre representa digamos
que una perfecta creación de Dios, que se armó
entre digamos que unos espermatozoides y que
así salí yo como sexo masculino (PE22). El con-
tenido de su representación está soportado en la
GH¿QLFLyQSDWULDUFDO DXQTXHHV FRQVFLHQWHTXH
la mujer debe aportar también sus ideas. En las
VLJXLHQWHVOtQHDVOR PDQL¿HVWD Mi género mas-
culino es como el que impone las reglas, pero a
pesar de todo esto, estamos en pleno siglo XXI,
donde la mujer tiene que aportar también sus
ideas (PE32). Por último, la identidad de géne-
ro es planteada desde la igualdad de condiciones
FRQUHODFLyQDODPXMHUSDUDHOODFRQQRWDUHVSHWR
y valor. En palabras de la PE: ¿Qué representa
para mí ser hombre? Es como algo normal, no
me siento mejor que una mujer o que otra per-
sona (PE41).
De otro modo, para las PE se plantea la iden-
tidad de género enmarcada dentro de los límites
del valor y el respeto: Ser mujer para mí signi-
¿FDXQVLQyQLPR GHUHVSHWRSRUTXHHVVLJQR GH
valor (PE42).
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Así mismo encuentra una representación de
mujer en el ejercicio mismo de su liderazgo, lo
cual la hace sentir agradada y agradecida con los
GHVLJQLRVGLYLQRV 6LJQL¿FDWLYDPHQWH ORPDQL-
¿HVWDHQ ODVLJXLHQWH H[SUHVLyQPues para mí,
tengo un gran liderazgo encima y para mí ser
mujer es un gran, es como una gran bendición
de Dios (PE21). Adscribe su representación de
la mujer desde la perspectiva de la reproducción,
aunque considera no ser fácil: Bueno para mí ser
mujer representa… ¡eeh!... una, una gran expe-
riencia; ser mujer no es fácil, ser mujer es una
dicha, ya que tenemos la posibilidad de procrear
a un ser, ¡eeh! Ser mujer es algo inexplicable
(PE31).
En ese sentido, la identidad de género, según
el referente conceptual de los/las PE, se enmarca
en una representación religiosa, reproductiva, de
igualdad y dominación masculina. Esta última
DXQDGDDOFRQFHSWRHVSHFt¿FRGHORVSHUVRQHURV
como impositores de reglas, lo cual coincide con
la tradición histórica que ha permeado las rela-
FLRQHVGHJpQHURFRQWUDULDPHQWHDORTXHODV3(
LGHQWL¿FDQGHVX\RFRPRHOOLGHUD]JRUHVSHWR\
valor.
En suma, a propósito de lo expresado por las
PE sobre género e identidad se puede aportar que
existen en ambas conceptualizaciones aspectos
favorables a su desarrollo cognitivo y la repre-
sentación que elaboran. Se constatan dos repre-
sentaciones, moderna y tradicional, extraída del
discurso de los PE y las PE, respectivamente. En
ese sentido, las primeras interpretan lo diverso
GHQWURGHO JpQHURHVGHFLU OOHJDQD LGHQWL¿FDU
TXH H[LVWHQ GLIHUHQWHV RULHQWDFLRQHV VH[XDOHV
respecto a la identidad, sobresale el valor y el
respeto individual a sí misma, como también lo-
gran considerar su liderazgo como fundamental.
6HFRQ¿UPDOR DQWHULRUFRQHOFRQRFLPLHQWR
que tienen en línea de tiempo sobre el avance
de la mujer y la época propicia para el logro de
sus derechos y autonomía, lo cual valora y acre-
cienta en la modernidad. Lo contrario sucede
con las opiniones de los PE, que por lo general
HVWiQDVRFLDGDVDORWUDGLFLRQDOFXDQGRPDQL¿HV-
tan el género asociado a lo binario, en lo que,
hay una conexión con su identidad referida a lo
religioso, reproductivo y dominación. Aunque
PX\OHYHPHQWHODV3( PDQL¿HVWDQODLGHQWLGDG
relacionándola con la igualdad, lo cual desvirtúa
la mayoría de las opiniones de los PE.
5.1.2. Participación femenina: entre lo públi-
co y lo privado
Bajo la tendencia actitudinal que se ha con-
trastado en el contenido del discurso de los/las
personeras estudiantiles (PE) subyace la repre-
sentatividad de que el espacio público es una
alternativa de poder desarrollarse y participar li-
bremente, es un ámbito que en conjunto destaca
la libre expresión como vínculo que conecta sus
aspiraciones, aunque también en el ámbito de lo
privado la voz de los y las PE de otra forma lo
anuncia opuestamente.
'HHVDPDQHUDORV3(PDQL¿HVWDQTXHHOHV-
pacio público es especialmente favorable a su
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desarrollo considerando la interacción que lo
SURSLFLDVL ELHQHV FLHUWRTXH WDPELpQGH¿QHQ
el espacio privado así mismo favorable, por sus
mayores libertades.
Los PE tienen ambos conceptos incorpora-
dos, tanto el privado como el público. En el pri-
mero destaca lo siguiente: En el espacio privado,
puesto que vuelvo a decirlo allí donde uno de
pronto tiene amplia libertad, es decir, cuando
uno es consciente como tal (PE22). En el segun-
do, su inclinación es mayor cuando dice: Aun-
que también me adscribo bastante al espacio
público, puesto que de verdad me gusta mucho,
bastante, ese desarrollo que hay allí, en cuanto
a la gente y todo lo demás (PE22). En ese mis-
mo sentido, lo público le facilita la expresión y
la receptividad. Aquí una muestra de ello: En el
espacio público, porque uno puede; no se está
abierto a decir las cosas pensando que otro las
escuche y porque es público (PE41).
Por otro lado, todas las PE entrevistadas, al
LJXDOTXHORV3(WLHQHQPD\RULGHQWL¿FDFLyQFRQ
HOHVSDFLRS~EOLFRGHHOORVREUHVDOHODUHSUHVHQ-
WDFLyQUHIHUHQWHDODH[SUHVLyQ(VWDVHLGHQWL¿FD
en dos sentidos: de un modo, es la expresión li-
bre que posibilita la interlocución. De otro, visi-
bilización a través de conocimiento y la capaci-
dad. En contraposición a lo público, lo privado
es interpretado por las PE como un espacio que
restringe su expresión.
De acuerdo con lo anterior, lo público como
acceso a la expresión libre, contrapuesto a lo
privado. En sus palabras: Porque en el espacio
público, o sea, uno tiene como que más libertad,
no sé, de uno expresarse como uno quiere; en
cambio, en el privado uno tiene como que, está
como que restringido en muchas cosas y como
que uno no puede tener libre expresión (P11).
Se tiene como fundamental que la mujer ocupe
el espacio público y se interpreta como signo de
OLEHUWDG\H[SUHVLyQ TXHYD DSHUPLWLUGHVD¿DU
ORVFiQRQHV HVWDEOHFLGRVFRQ¿QDGRV DOHVSDFLR
privado. En ese sentido también se considera la
expresión como manera de visibilizarse, lo cual
VHGH¿QH DVtHQ VXVSDODEUDV Porque nosotras
también tenemos mucho conocimiento, tenemos
muchas capacidades y también, o sea, estamos
para mostrar muchas cosas y podemos hacer
cantidades de cosas y me parece que sí (PE11).
Lo anterior denota que la PE toma posición en el
mundo público, sosteniendo que es posible dar
YLVLELOLGDGDODVFDSDFLGDGHV \DÀRUDUP~OWLSOHV
IDFHWDV4XHVRQJUDQGHVODVRSRUWXQLGDGHVSDUD
demostrar que la mujer sí puede pertenecer al
mundo público y no solamente al privado.
Tanto los como las PE sostienen que ha sido
fundamental la participación pública de la mu-
jer en la sociedad, delimitado el tiempo de la
OLEHUDFLyQIHPHQLQD ORFXDO KD VLGRGH¿QLWLYR
para la mujer. De esa manera, los PE expresan:
Totalmente, demasiado importante, es decir, si
no hubiese habido aquella liberación femenina,
¿cómo nos encontráramos hoy como sociedad
hasta ahora (PE22)? Más adelante, se cuestiona
sobre el valor y los efectos de lo que ha ocurrido
con la participación de la mujer, para terminar
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recavando su importancia: Si la mujer también
ha sido parte de los adelantos en los procesos
que hay en la humanidad, si la mujer no hubiese
tenido ese rol y ese papel, ¿cómo estuviésemos
ahora como sociedad?, es decir, ha sido neta-
mente importante (PE22). En cuanto a la perti-
nencia pública de la participación femenina, otro
PE cree que es importante para la libre expresión
ideológica y su posible contribución al progreso
social: Claro porque, así como nosotros tenemos
esa participación, ellas también tienen que par-
ticipar, porque expresan sus ideas, sus pensa-
mientos, sus ideologías para el progreso de la
comunidad (P32).
Mientras tanto, en lo público y lo privado en-
contramos que hay una tendencia a la publicidad,
como parte fundamental de la realización de un
proyecto de vida, en ambos géneros. A las PE les
es atrayente su nivel de aspiración en el espacio
público. Reconocen tanto los como las PE que
ha sido fundamental la incorporación de la mujer
HQHOHVSDFLRS~EOLFR VLQHPEDUJRODVPXMHUHV
expresan que puede darse en igualdad de condi-
ciones, porque según veíamos más arriba, el es-
pacio privado las restringe en su libre expresión
aun cuando los PE interpretan lo privado como
un espacio de amplia “libertad”. De esa manera
es fundamental relievar las referencias en línea
de tiempo de esos eventos, que van delineando
esa incorporación, como la liberación femenina,
y algunas interrogantes que llevan a pensar la vi-
sualización de la humanidad sin la existencia de
las mujeres a lo cual se responden ellos mismos,
que no serían iguales los niveles de desarrollo
humano.
En síntesis, en lo público, la participación fe-
menina es indispensable. Los PE la interpretan
desde la interacción mientras las PE, desde la
expresión. En el primer caso, los PE demuestran
a través del análisis que prevalece la intención
de liderazgo, ya que actitudinalmente hay mayor
predisposición, por parte del género masculino.
En el segundo caso, en cambio, en las PE hay
una tendencia a las aspiraciones de la publicidad
como libre expresión, en busca de la interlocu-
FLyQHVXQDPDQHUDGHHTXLSDUVHMXQWRDORVYD-
rones que facilite una mayor construcción social.
Por su parte, las aspiraciones de lo público en
las PE van dejando de lado esa dialéctica, que
FRPRFXUUtFXOXPRFXOWRVHYLR UHÀHMDGDFXDQGR
FRQFHSW~DQORSULYDGR/RV3( ORGH¿QHQFRPR
XQHVSDFLRGHDPSOLDOLEHUWDG\ODV3(FRPRXQ
HVSDFLRTXHUHVWULQJHODOLEUHH[SUHVLyQ(QGH¿-
nitiva, es lo que anhela en el espacio escolar y a
nivel general la representación femenina.
5.1.3. Aspiración de igualdad vs. dominación
masculina
En materia de relación, el análisis discursivo
de los/as personeros estudiantes (PE) contrapone
la consideración de igualdad a la de dominación
masculina mediando distintamente lo compor-
tamental, según la manera como la teorizan, o
como la experimentan. Hay diferenciación entre
ORVODV3(HOODV VHxDODQTXHDSHVDU GHTXHODV
interacciones humanas se dan en un nivel amis-
toso, de seguridad e igualdad, también salen a
relucir las diferenciaciones que asignan brusque-
dad al género masculino en el trato. A eso aluden
los personeros: que las conductas aprendidas
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desde lo planteado por la sociedad y en forma-
ción familiar, vienen a replicarse institucional-
PHQWH3RUHOORDXQTXHORV3(QRLGHQWL¿FDQORV
niveles de desigualdad y dominación masculina,
WUDWDQGHMXVWL¿FDU VXFRPSRUWDPLHQWR±WDOFXDO
ORGHFtDPRVDQWHULRUPHQWH± GHQWURGH ORVRFLDO
y lo familiar, como pautas que así están estable-
cidas.
(QSULPHUOXJDUORV3(PDQL¿HVWDQTXHH[LV-
te diversidad de pensamiento dentro de sus com-
pañeros y compañeras, si bien tratan de llegar
DDFXHUGRV HQOR SRVLEOH$Vt ORFRQ¿UPDQ ORV
siguientes aportes: Muy diversas, todos tenemos
diferentes puntos de vista, todos queremos que
nuestras ideas sean las mejores, pero siempre
hacemos el consenso como democracia (P32).
Prácticamente como somos hombres y queremos
a las mujeres, siempre las valoramos y queremos
que ellas nos valoren equitativamente (P32)
Igualmente estiman que dentro de las interac-
ciones entre compañeros y compañeras existe ar-
monía, como también ausencia de desigualdad.
En sus palabras: Siempre son armoniosas y tran-
quilas (P41). No, que yo haya visto, pues no creo
que haya desigualdad (P41).
Es así que los PE establecen una relación dia-
léctica entre la igualdad, manifestada en la apatía
que puedan sentir hombres y mujeres, a partir de
lo que determina el nivel social y familiar. Lo
SULPHURORV3( PDQL¿HVWDQTXH HVWiSODQWHDGD
SRUODVRFLHGDGD ORVKRPEUHVVLHQGRXQD ¿JX-
ra para ellos: ¡Dominación masculina hacia lo
femenino!, bueno así lo plantea la sociedad en
muchos momentos, pero no como tal, simple-
PHQWHTXHTXL]iHVDHVOD ¿JXUDTXHVHOHYLHQH
dando a los hombres… (PE22). Lo segundo, ob-
viamente si no tienen una formación, digamos
que del punto sociofamiliar en cuanto a que la
mujer y hombres somos iguales, aquí van a mos-
trar ciertas apatías hombres hacia las mujeres y
de pronto quizás las mujeres hacia los hombres.
(p.22).
A propósito de la igualdad, seguidamente las
PE coinciden que existe armonía referente a las
interacciones de los/las estudiantes. Lo contrario
PDQL¿HVWDQODV3( 3\3\DXQTXH DFOD-
ran que hay buen ambiente, señalan que siempre
VDOHQDUHOXFLUODVGLIHUHQFLDVHVSHFt¿FDPHQWHHO
comportamiento de los varones, con el uso de un
lenguaje inadecuado. Pese a lo anterior, las estu-
diantes se mantienen dentro del respeto y la uni-
dad. Esto se evidencia en la descripción del aná-
lisis discursivo de las PE cuando expresan que
su contexto, permite sostener la unidad dentro de
los y las compañeras en un ambiente seguro: Es
chévere porque nos sentimos muy bien y eso nos
da seguridad (PE11).
No obstante, en los compañeros de los PE so-
bresalen comportamientos grotescos, a diferen-
cia de las estudiantes que se mantienen dentro
de la línea del respeto. En esas circunstancias a
DTXHOORVORV FODVL¿FDQ HQWRQFHVFRPR PDFKLV-
tas, o guaches en lenguaje popular, que tiene un
VLJQL¿FDGRSDUHFLGRGHQWURGHODUJRW&DULEH$Vt
queda sentado de la siguiente manera: Normal;
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en mi salón somos un grupo muy unido, aunque
las mujeres somos más respetuosas, en cambio
los hombres como siempre, tienden a ser ma-
chistas, a ser guaches, y todas esas cosas, pero
normal: la comunicación siempre es buena y
todo (PE11).
Considerando que como históricamente ha
habido diferencias entre hombres y mujeres, los
PE creen que también se da esta situación entre
sus compañeros. Luego una expresa que mantie-
ne comunicación con los demás estudiantes, por
razones de su cargo, siempre atenta a las diversas
situaciones que se presentan. A continuación lo
FRQ¿UPDFRQ VXVSURSLDV SDODEUDVEn muchas
ocasiones se ve esto, ¡eeh! Siempre ha existido
la desigualdad entre los hombres, las mujeres,
entre compañeros, entonces, sí, en ocasiones se
ve esto (PE31).
En el aspecto de la dominación masculina, re-
D¿UPDODH[LVWHQFLDSHUR ODV3(FRQ¿UPDQTXH
cada vez depende de la mujer, puesto que ella
GHEHGDUVHHOOXJDU\DVtORPDQL¿HVWDTambién
pienso que en ocasiones se ve esto, pero pienso
que es la mujer la que tiene que rebelarse ante
esta situación y no dejarse poner el pie [enci-
ma] por los hombres (PE31). En algunos casos,
como en la institución existe mayoría de su mis-
mo género, entonces considera que no hay domi-
nación en las interacciones cotidianas. Pero en el
caso deportivo, aunque a ella le gusta el fútbol,
cree que el juego solo es para sus compañeros:
En la parte deportiva, no entiendo por qué solo
puede haber un grupo de fútbol masculino, a mí
me gusta el fútbol, y de hecho lo juego, porque
no hay aquí un grupo donde yo pueda jugar fút-
bol (PE11).
En el discurso de los/las PE se denota que
coexisten diferencias entre lo que conciben. Los
primeros sostienen que existe “armonía”, en el
VHQWLGRGHODLJXDOGDGDXQTXHODGRPLQDFLyQ OD
conciben como una tendencia que plantea la so-
FLHGDG\TXH WDPELpQSXHGH VHUUHD¿UPDGDHQ
ODIDPLOLDVHJ~Q¿JXUDGH¿QLGDSRUORVYDURQHV
Las segundas sostienen que ante la presencia
de desigualdad y dominación, la mujer necesita
UHEHODUVHFRQWUDHOOR (MHPSOL¿FDQODGLIHUHQFLD
que existe en lo deportivo, en cuanto al fútbol
porque no se ha creado el espacio institucional-
mente aun cuando hay un gusto femenino por
practicarlo, pero no es posible. Allí la domina-
ción de lo masculino está en la intencionalidad
de no poder hacerlo práctico para las niñas.
En síntesis, en el nivel comportamental de las
estudiantes, es representativa la desventaja de su
JpQHURHQHOWHPDGH LJXDOGDG\DKtVXE\DFHOD
dominación. Saben que hay contraposición por
parte de los varones, en las expresiones eviden-
ciadas en la interacción, lo cual a largo plazo
vendría a ser una limitante en su mayor despla-
zamiento dentro los aspectos participativos.
5.1.4. Libertad de expresión femenina como
símbolo de desarrollo
En cuanto a la representación femenina sobre
la presencia y ausencia de las heterodesignacio-
nes patriarcales en el liderazgo estudiantil y la
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interrelación denotada en el cruce de los nive-
les cognitivos, actitudinales y comportamenta-
OHVGH¿QLGRVUHVSHFWLYDPHQWH HQODVVXEUHSUH-
VHQWDFLRQHVGH JpQHUR HLGHQWLGDG OLEHU-
WDGSDUWLFLSDWLYD HQWUHOR S~EOLFR\ ORSULYDGR
3) aspiración de la igualdad versus dominación
masculina emerge la síntesis representativa (SR)
libertad de expresión femenina como símbolo de
desarrollo. Pero aquí subyace una disyunción
compuesta por dos dimensiones, las cuales se
GHQRPLQDUiQXQDSUHPRGHUQD\RWUDPRGHUQD
que viene a dar sentido, en las expresiones tanto
masculinas como femeninas, en lo relativo a las
representaciones que elaboran las PE, según lo
que experimentan en el liderazgo estudiantil.
De esta manera se destaca una plena concor-
dancia en el canon discursivo de los/las PE, que
VHGH¿QHHQ ORVQLYHOHVFRJQLWLYR DFWLWXGLQDO\
comportamental. Ello deja claramente eviden-
ciado que el primer nivel (premoderno), que se
UH¿HUHDODIRUPDGHSURFHVDU ODLQIRUPDFLyQHQ
relación a su adscripción al género, en el caso
de los PE, está ubicado en lo que para ellos ha
HVWDGRGH¿QLGR KLVWyULFDPHQWH HVGHFLU HQ HO
sentido que demarcan expresiones de domina-
ción, réplica intergeneracional de lo público que
es aplicada en el núcleo familiar y social. Se pre-
senta entonces un rezago histórico que los ubica
en la pre-modernidad, pues de lo cognitivo están
pasando a lo actitudinal y comportamental den-
WURGHODPLVPDOtQHD(VWRVHHMHPSOL¿FDFXDQGR
emiten conceptos de género delimitados en lo
sexual por lo que en su comportamiento validan
la dominación, pasando por lo actitudinal, y lo
simbolizan tanto en la vida pública como en su
desarrollo.
Seguidamente, desde una dimensión de pen-
samiento moderno, las PE son quienes recono-
cen la desigualdad, la presencia de la domina-
ción, como también, la opresión en la libertad de
expresión en la vida privada. Emergiendo de lo
anterior, hay por parte de las PE una búsqueda
incansable para despojarse de esa carga compor-
WDPHQWDOTXH ODVVLJXHFRQ¿DQGR HQHO HVSDFLR
privado. Desde lo cognitivo, las PE demarcan
mayor ubicación en lo moderno, lo cual tiene re-
lación con sus aportes a la identidad, en cuanto
manera de valor y respeto, como también en el
reconocimiento de la diversidad sexual que, a su
vez, precisa una correlación entre lo actitudinal
y comportamental si hay un nivel aspiracional
de la libre expresión, en la necesidad de la in-
WHUORFXFLyQ(QGH¿QLWLYD HVWRHVOD YLVLELOLGDG
a través del conocimiento y la capacidad de po-
der demostrar una ruptura con las desigualdades
que han sido asignadas a lo femenino desde los
GLVWLQWRVHVSDFLRVVRFLDOHVSUHFLVDPHQWHOR~OWL-
mo es todo un desafío al comportamiento de los
estudiantes en general, máxime cuando se evi-
dencia la violencia simbólica entre géneros en el
espacio escolar.
Conclusiones
Desde el enfoque intercultural del núcleo re-
presentacional se presentan cuatro puntos de en-
cuentro así: presencia y ausencia de las heterode-
signaciones patriarcales, bajo las cuales subyace
ODSDUWLFLSDFLyQIHPHQLQDHQ HOHVSDFLRHVFRODU
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son ellas: integración genérica, desarrollo pú-
blico/privado, igualdad en la diferencia, aunado
con un nivel de aspiración de las líderes estu-
diantiles, como es, la libertad de expresión.
Intrincado en el pensamiento de hombres y
mujeres desde lo cognitivo hay dos dimensiones
enmarcadas entre lo tradicional y moderno en
ORVWUHVSULPHURVSXQWRVSRUORJHQHUDOORVKRP-
bres están ubicados en el nivel tradicional de su
comprensión de la mujer y lo femenino. Por ello
FXDQGRSRUHMHPSORGH¿QHQHOFRQFHSWRGHJp-
nero, lo consideran de manera binaria y no como
XQFRQVWUXFWR VRFLDOHQFXDQWR DVX GHVDUUROOR
privado o público, los hombres sostienen que el
primer espacio los hace sentir mayormente va-
ORUDGRV\UHFRQRFLGRVHQFRQWUDSRVLFLyQORS~-
blico les parece de mayores retos y conquistas.
$VtPLVPR HO FRQFHSWRGH LJXDOGDGGH¿QH ODV
diferencias actitudinales y comportamentales de
los estudiantes, aunque no son manifestadas por
HOORVPLHQWUDVODV3(SHUVRQHUDV HVWXGLDQWLOHV
expresan que existe presencia de dominación
masculina en lo verbal e interacción entre ellos.
Si bien es cierto que estos dicen que en la actua-
lidad es fundamental la presencia femenina en
el espacio público como símbolo de desarrollo,
QRHVDVtGH¿QLGRHQODV LQWHUDFFLRQHVHQWUHORV
las estudiantes: hay presencia de violencia sim-
bólica.
En ese mismo sentido, las PE tienen general-
mente una visión moderna cuando conceptúan
VREUHHOJpQHUR ORDVRFLDQD ORGLYHUVRFRQ OD
DFHSWDFLyQGHGLIHUHQWHVRULHQWDFLRQHVVH[XDOHV
como, a su vez, consideran que lo público es un
espacio propicio para su desarrollo, y ven la edu-
cación como fundamental dentro de sus proyec-
ciones a mediano y largo plazo. Son ellas mismas
TXLHQHVGH¿HQGHQ VX IHPLQLGDGFXDQGR SRQHQ
al descubierto la vulneración de su ser, cuando
dejan en evidencia la dominación masculina de
manera verbal e interactiva de sus compañeros.
De ahí surge una búsqueda de la libertad de ex-
SUHVLyQODV3( VHSUR\HFWDQSRWHQFLDGDV GHVGH
lo público con una expresión libre, soportada en
los derechos.
A propósito del género como construcción
VRFLDOODVRSLQLRQHVGHODV3(FRQÀX\HQFRQODV
de los otros miembros de la comunidad educa-
tiva participantes del estudio, como son: los di-
rectores/as (D), profesores/as (P) y veedores/as
estudiantiles (VE), en el sentido de despojar a
la mujer de la carga comportamental que cultu-
UDOPHQWHODFRQ¿UPDDWiQGRODDOD YLGDSULYDGD
bajo lo cual subyacen dos dimensiones. Primera-
mente, la autodesignación de la mujer: creer que
es posible su participación. En segunda medida,
la educación como vínculo para que hombres y
mujeres entiendan su rol en la convivencia pa-
Ft¿FD< HQWHUFHUD PHGLGDTXH HQOR S~EOLFR
está el desarrollo, pero que lo privado también
cuenta, en el sentido del sostén familiar y lo que
UHSUHVHQWDODPXMHU(Q¿QFRLQFLGHQHQODFRQV-
trucción de género como búsqueda de equilibrio
sociocultural. Por otro lado, los D y P expresan
que a nivel institucional prevalece la formación
en equidad de género de cara a la sociedad, espe-
cialmente la toma de consciencia en la estudian-
te de su rol social de participación.
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3RU~OWLPRORH[SUHVDGRSRUORV3(FRQ¿UPD
que sigue estando presente, de manera transver-
VDO\DYHFHVRFXOWDODGRPLQDFLyQPDVFXOLQDVH
DQDOL]DFRPRXQOtPLWHDOD SDUWLFLSDFLyQFRPR
lo que históricamente ha estado asociado, para
que las mujeres no puedan hacerlo con mayores
libertades. En ese caso, los varones lo eviden-
cian en el discurso cada vez que dan conceptuali-
zaciones sobre género y lo privado. En el primer
caso, demuestran su masculinidad cuando se au-
WRGH¿QHQ\ VHxDODQTXH ODVRFLHGDG HVOD TXH
les otorga todos los condicionamientos a la au-
toridad, la política y el liderazgo. Sin embargo,
las líderes estudiantiles contrarrestan esta actitud
comportamental, con sus aspiraciones de la ex-
presión libre, que a través del equiparamiento de
los saberes y las capacidades entre géneros fun-
damenta la posibilidad de avanzar en el propio
desarrollo, para así obviar los límites interpues-
tos entre la mujer y lo femenino.
Expresión libre como autodesignación de
ODPXMHU\ORIHPHQLQR
En este aparte se concluye que la libre expre-
VLyQHVXQ QLYHOGHDVSLUDFLyQ GHODV3( FRPR
necesidad de interlocución permite a través del
conocimiento y la capacidad de demostrarlo vi-
sibilizar la ruptura con las desigualdades que han
sido asignadas a lo femenino, desde los distintos
espacios sociales. Allí hay un nexo entre lo que
por género se concibe como lo público/privado,
como también las expresiones dominantes en las
interacciones entre los/las estudiantes. Es lo que
ha estado presente sociohistóricamente entre los
hombres/mujeres. Esas diferenciaciones son las
que impiden que la mujer pueda tener precisio-
nes en sus decisiones, para que sus potencialida-
des puedan ser más amplias desde la participa-
ción escolar.
/DVDVSLUDFLRQHVGHODV3(GH¿QLGDVHQODH[-
presión libre, se concatenan con las voces de mi-
les de mujeres que a nivel mundial se han unido
en torno a la reivindicación de sus derechos, ini-
FLDQGRSRUOD5HYROXFLyQ)UDQFHVDSDUDGDUOH¿Q
a la sociedad patriarcal, y que luego se ha hecho
extensiva en los siglos posteriores profundizan-
do la búsqueda de las diferentes formas e identi-
GDGHVFRPRWHRUtDFUtWLFDHOIHPLQLVPRFRQÀX-
ye en esos propósitos y encuentros (Amorós &
De Miguel, 2007). En la actualidad, el techo de
la interculturalidad cobija todos los movimien-
tos sociales reinvidicativos de las identidades
bajo el marco legal del derecho enlazado en lo
VRFLRFXOWXUDO\ SROtWLFR HQ GH¿QLWLYD HVWRKD
cruzado el feminismo-multiculturalismo sobre
ODEDVHTXH LGHQWL¿FDODYHUGDGHUD VLWXDFLyQGH
las mujeres (Femenías, 2007).
Congruentemente, en las dos o tres últimas
décadas se han desarrollado enfoques teóricos
que sugieren nuevas formas de participación
de los distintos movimientos sociales, incluído
el movimiento feminista, puesto que ya no solo
se trata de una visión desde la lucha de clases,
sino la búsqueda de reconocimiento a partir de
las identidades diferenciadas (Amorós & De
0LJXHO)HPHQtDV&RER6H
asiste entonces a una revolución simbólica que
según el reclamo del movimiento feminista, no
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puede limitarse a una simple conversión de las
consciencias y de las voluntades. Por esta razón,
el fundamento de la violencia simbólica no resi-
de en las consciencias engañadas, que bastaría
iluminar, sino en unas inclinaciones modeladas
por las estructuras de dominación que las produ-
cen, y en la ruptura de la relación de complici-
dad que las víctimas de la dominación simbólica
conceden a los dominadores (Bourdieu, 2010).
Precisamente ahora, cuando la condición de
ODPXMHU\ORIHPHQLQRKDVLGRD¿DQ]DGDSRUODV
teóricas feministas, es posible abandonar esos
tiempos del patriarcado en los cuales se consi-
deró útil mantener a la mujer en un estado de
dependencia mediante los códigos que se esta-
blecieron contra ella, y que la constituyeron en
la simple servidora de unos intereses económi-
cos, pero también de pretensiones ontológicas y
morales ajenas a sí misma (De Beauvoir, 2009).
(QGH¿QLWLYDVHDEUHSDVRODFRPSUHQVLyQDF-
tual tanto del hombre como de la mujer y de la
diversidad sexual desde el género según la repre-
sentación de cada individuo en términos de una
particular relación social preexistente, y que se
le atribuye sobre la base de la posición concep-
tual de los dos sexos biológicos.
También se trata de una construcción cultu-
ral y un aparato semiótico, un sistema de repre-
VHQWDFLyQTXHDWULEX\HXQVLJQL¿FDGRLGHQWLGDG
valor, prestigio, lugar en el sistema de parentes-
co, estatus en la jerarquía social (Oliva, 2007),
lo que va a permitir imbricar del pensamiento
masculino la dominación y comprender que la
mujer y lo femenino asimismo tienen dentro del
mundo de vida que comparten un espacio autó-
nomo e interactivo en todos las áreas: política,
social, educativa, afectiva u otras donde está aún
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