150
El bastión de la familia, sus creencias en los
valores de la humanidad y en personajes emble-
máticos, aunados a una vida plena y satisfac-
toria conforman un baluarte que complementa
la formación y la experiencia de un formador
para el ejercicio óptimo de sus funciones. En
este sentido, los formadores expresaron frases
como: “Mis hijas, mi familia y que la felicidad
está en ti mismo”, “Una persona muy vinculada
a la familia”; además se declararon admira-
dores de personalidades de muy diverso orden
como: Antón Makarenko, Gabino Barreda,
Juan Manuel Serrat, Silvio Rodríguez, Alberto
Cortés, Jorge Luis Borges, Martin Luther King
y Octavio Paz.
En relación con los valores, los formadores
expresan de diferentes formas un actuar ético.
Esto último se expresó en frases como: “Que
debemos de actuar bien, con ética”, o en decla-
raciones como: “Yo siempre digo lo que pienso
y hago lo que digo, la congruencia”. Tales
expresiones ponen de maniesto su sentir y –de
alguna manera− su hacer en la vida personal.
Valores que son relevantes por sí mismos, y que,
encarnados en quienes tienen la responsabilidad
de formar docentes, se convierten en grandes
pilares al respecto. Como arma Bolívar (2007):
La identidad es un constructo conformado, a
la vez, por factores racionales (cognitivos) y
no racionales (emotivos y afectivos) donde
los valores personales y profesionales están
en el núcleo que, a su vez, se expresa en la
motivación, actitud y compromiso con que el
profesorado afronta su trabajo. (p.14)
La cordialidad, el asumir retos, el ser
reexivos y críticos pero propositivos, así como
la adaptación a las circunstancias son actitudes
que caracterizan a los formadores de docentes
de la UPN en Tehuacán. Sin embargo, se debe
reconocer que ciertas actitudes no contribuyen a
la formación adecuada de los sujetos y, por el
contrario, son obstáculos para una formación
integral. Al respecto, los alumnos expresaron
en los grupos de discusión: “Ahora por decirle
esto, ya estoy reprobada” y “En este momento
yo he tenido problemas, me han tronado por
andar defendiendo a mis compañeros”. Otra
actitud observada y criticable fue el hecho de
que en un examen profesional: “La Presidenta
de los sinodales antes de iniciar el examen pidió
a los presentes que desocuparan el salón por un
momento mientras se ponían de acuerdo”.
Las metas personales, familiares y profesio-
nales que se proponen los formadores expre-
san la intención de ser mejores como personas,
en su familia y como profesionales de la edu-
cación. Dicen en concreto: “Debo entrar a una
edad adulta dignamente, que pueda estar plena,
sana emocional y físicamente” o “Que pueda te-
ner buena relación con mis hijas, con mi espo-
so”. Lo que también se percibe cuando hablan
de estudiar: “Continuar un estudio, el doctora-
do en educación o una especialidad”, “Ser una
académica reconocida” y “Lograr una producti-
vidad intelectual”. Sobre este último tópico ha-
bría que destacar de manera contundente que los
requerimientos profesionales apuntan a que los
formadores buscan cursar posgrados con la in-
educ. humanismo, Vol. 19 - No. 32 - pp. 145-158 - Enero-Junio, 2017 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-2121
http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/educacion/index
José Pedro Valdez Martínez