418
paradigma contiene conceptos fundamentales,
categorías rectoras de inteligibilidad, y que los
individuos de alguna manera conocen y piensan
a la vez que actúan conforme a ellos, y que su
proyección retroalimenta la imagen de realidad
que una época tiene, habría que diferenciar, al
menos en este nivel, qué paradigmas son los que
han contribuido a una crisis ecosocial y cuáles
podrían no seguir con ese rol.
Digamos, entonces, que un paradigma
clásico-mecanicista, originado en los comienzos
de la modernidad, adoptó una imagen de mundo
que se inscribiría en la historia de las cosmo-
visiones como aquella que nos cosicó en una
máquina compuesta de partes simples, con
movimientos causales y lineales, apoyada en un
ideal de racionalidad; con un sujeto separado
del objeto de conocimiento y que pretende ser
objetivo y neutral. Este dejó atrás todos los
enfoques de inclinación holista totalizante, como
los organicistas aristotélicos, míticos, religiosos
y culturales acogidos por la Pachamama.
Esta cosicación posibilitó y fue coadyu-
vante en la reproducción ampliada del capital,
el cual encuentra un límite en la recursiva
relación destrucción de la naturaleza –autodes-
trucción de la humanidad–. Llegado el momento
de reconocer a la naturaleza como una realidad
inmanente a la historia y, también, considerar que
la naturaleza humana está unida a la naturaleza no
humana y, por lo tanto, la necesidad de superar la
separación que implica la noción no-yo, otorga
sustrato material para revolucionar paradigmas
cientícos y sus nociones de realidad.
La interrelación como emergente propiedad,
a nes del siglo XX, se la representa como
posibilidad para unicar e integrar una dinámica
que antes se encontraba desconectada. Así, el
mecanicismo había divido la totalidad en partes,
lo que negaba comprensión a la crisis ecosocial
en la cual los problemas energéticos, la dismi-
nución de biodiversidad, las catástrofes ecoló-
gicas, accidentes nucleares, pobreza, etc., eran
un momento de un mismo objeto de estudio o
muchos relacionados. En este razonamiento se
evidencia la insuciencia de las divisiones disci-
plinarias para comprender que la interrelación es
el punto de vista de la vida en una trama única;
como lo hizo en su momento el intento de la
Hipótesis Gaia o la Ecología un siglo antes.
Un paradigma mecanicista que encontró un
imaginario de cientíco calculador, racional y
matematizado, acorde con el ideal de dominador
y conquistador de la naturaleza, coherente
como ideología para el paradigma mecanicista,
fue cuestionado por la ética ambiental, la cual
propone la necesidad de cambio de un hombre
homo sapiens conquistador de la tierra a un
simple ciudadano de ella.
Morin, por ejemplo, en la generalidad de su
obra –entendida como unidad–, devela su preocu-
pación de componente ético por la trama de la
vida. Por tal razón da coherencia a la complejidad
como forma de ser de la realidad –actividad–,
con un pensamiento que logre dimensionarla, de
la manera más integral y dinámica posible, con
la incerteza de la vida auto-eco-organizada.
Taeli Gómez Francisco, Juan rubio González
educ. humanismo, Vol. 19 - No. 33 - pp. 409-423 - Julio-Diciembre, 2017 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-2121
http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/educacion/index