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vivir en democracia, participativos, protagó-
nicos, con valores y virtudes hacia la libertad,
independencia, paz, bien común, integridad terri-
torial, la convivencia, conscientes de su interde-
pendencia con la naturaleza, sus elementos y con
todas sus formas de vida, de nuestras riquezas
multiétnicas y culturales, con actitudes hacia el
desarrollo cientíco y a la independencia tecno-
lógica. Estos ideales son también morinianos,
por tanto, lo que se requiere es una cabeza que
desarrolle una aptitud para plantear y analizar
problemas, que cuente con principios organi-
zadores del conocimiento. Al respecto, Morin
(1999) propone desarrollar la condición humana,
luchar contra el egoísmo y la crueldad, compro-
meternos con la compasión y la solidaridad.
Cobra sentido aquí la pedagogía integral en
la puesta en práctica del currículo, que es una
pedagogía no tradicional, denida como aquella
que propone que los estudiantes empleen los tres
canales de aprendizaje: visual, auditivo, cenes-
tésico. Rodríguez (2010b) arma en este sentido:
La pedagogía integral emerge en la
relación sujeto-sujeto en estos tiempos como
el argumento de más relevancia, no solo en
la educación sino en todas las áreas humanas
fragmentadas, y disociadas. La verdadera
prosperidad educativa depende del nivel
de integridad de la educación; es necesario
volver sobre la integrabilidad del hombre, una
nueva visión de lo que es el aprendizaje y la
naturaleza humana. (p.104)
Así las cosas, el nuevo paradigma educativo
en el país tiene como centro al ser humano en
tanto ser social, capaz de responder y parti-
cipar activamente en la transformación de la
sociedad en la que vive. En este sentido, desde
los primeros niveles, la educación se concibe
como un continuo de desarrollo del ser social
que atiende los procesos de enseñanza y apren-
dizaje como unidad compleja del individuo total
e integrado.
En concreto, el artículo 103 de la Consti-
tución de la República Bolivariana de Venezuela
(2007) arma que “toda persona tiene derecho a
una educación integral, de calidad, permanente,
en igualdad de condiciones y oportunidades, a
quien se le respetarán sus aptitudes, vocación y
aspiraciones”. Ello signica devolver a la vida
del venezolano la puesta en práctica de la tríada:
currículo-cultura-educación en la formación de
ciudadanos y de formadores de formadores con
visiones e ideales de pedagogos como Paulo
Freire y Edgar Morin.
Desde luego, la cultura venezolana es la que
le da preeminencia en esta etapa al currículo
visto desde la diversidad cultural, en el que se
encuentran las categorías conformativas de
la formación docente: cultura, educación y
currículo en permanente diálogo; en el que los
conocimientos y saberes se comprenden como
construcción de un espacio imaginario social
para la lucha contra la hegemonía, para la
oposición y crítica del orden dominante colonial
impuesto en nuestras vidas en todos los sentidos,
primero desde la colonización y, más adelante,
con la globalización cultural.
CurríCuluM, EduCaCión y Cultura En la forMaCión doCEntE dEl siglo xxi dEsdE la CoMplEjidad
educ. humanismo, Vol. 19 - No. 33 - pp. 424-439 - Julio-Diciembre, 2017 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-2121
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