Educación y Humanismo 20(34): pp. 187-200. Enero-Junio, 2018.
DOI: http://dx.doi.org/10.17081/eduhum.20.34.2864
Estudio filantpico del Modelo
Pedagógico de Praxeología de
Uniminuto: aproximación analógica a
nivel socio-educativo
Philanthropic study of the Pedagogical
Model of Uniminuto Praxeology: analogue
approach at socio-educational level
Article de
Investigation
Resumen
Objetivo:
Realizar un estudio filantrópico del Modelo Pedagógico de Praxeología de Uniminuto como
aproximación analógica a nivel socio-educativo.
Método: Se presenta una revisión de aportes al tema de autores como Bauman (2007) desde su
obra Los retos de la educación en la modernidad líquida; Bedoya (2008) con Pedagogía ¿Enseñar
a pensar? Carbonell (2008) desde Una educación para mañana, Caride (2009) a partir del Elogio de
la pedagogía social: acerca de los nuevos y viejos desafíos de la educación social, Hincapié (2012),
entre otros.
Resultados: Al analizar el sector de la educación, es interesante cómo el aspecto pedagógico
interactúa con lo social para pretender mejorar la calidad de vida del ser humano, la educación, para
ser pertinente, debe preparar a los ciudadanos del futuro para un proceso de aprendizaje, continuo
y autónomo, a lo largo de su vida; además, debe promover el trabajo multidisciplinario, la integración
apropiada y crítica de las tecnologías, el dominio de otros idiomas, incentivar la disciplina, la dedicación,
la fijación de metas y el sentido crítico.
Conclusiones: El Modelo Pedagógico de Praxeología de Uniminuto permite formar un ser humano
integral, capacitado en tratar los principios teóricos y llevarlos en transición a la praxis como acto
educativo, dicho proceso permitirá que cada estudiante se traduzca en el epicentro de los cambios
socio-educativos en términos micro locales, respondiendo a una educación ribosómica, con múltiples
dimensiones dirigidas a transformar vidas, resimbolizando los imaginarios colectivos.
Palabras clave: Praxeología, Pedagogía, Educación, UNIMINUTO.
Abstract
Objective: Carry out a philanthropic study of Uniminuto’s Pedagogical Model Praxeological as an
analogical approach at a socio-educational level.
Method: A review of contributions to authors such as Bauman (2007) is presented from his work The
challenges of education in liquid modernity; Bedoya (2008) with Pedagogy Teach to think?, Carbonell
(2008) from An education for tomorrow; Caride (2009) from the Praise of social pedagogy: about the
new and old challenges of social education, Hincapie (2012), among others.
Results: When analyzing the education sector, it is interesting how the pedagogical aspect interacts
with the social to pretend to improve the quality of life of the human being, education, to be relevant,
must prepare the citizens of the future for a learning process, continuous and autonomous, throughout
his life; in addition, it should promote multidisciplinary work, appropriate and critical integration of
technologies, mastery of other languages, encourage discipline, dedication, goal setting and critical
thinking.
Conclusions:
The Uniminuto Model Pedagogical Praxeology allows as an educational system to train
an integral human being, trained in dealing with theoretical principles and take them in transition to
praxis as an educational act, this process will allow each student to translate into the epicenter of
changes socio-educational in micro local terms, responding to a ribosomic education, an education
with multiple dimensions aimed at transforming lives, resimbolizing collective imaginaries.
Key words: Praxeology, Pedagogy, Education, UNIMINUTO.
Open Access:
Editor:
Patricia Martínez Barrios
Universidad Simón Bolívar
Correspondencia:
Óscar Zambrano
Valdivieso
ozambranov1@uniminuto.
edu.co
Recibido:
10-12-16
Aceptado:
30-05-17
Publicado:
01-01-18
DOI:
http://dx.doi.
org/10.17081/
eduhum.20.34.2864
Cómo citar este artículo (APA):
Zambrano, O., Lara, P. & Gutiérrez, A. (2018). Estudio filantrópico del modelo pedagógico de praxeología de Uniminuto:
aproximación analógica a nivel socio-educativo. Revista Educación y Humanismo, 20(34), 167-179. DOI: http://dx.doi.
org/10.17081/eduhum.20.34.2864
Copyright © 2018 Díaz Rosero
187
Corporación Universitaria Minuto de Dios, Bucaramanga, Colombia
Óscar Javier Zambrano Valdivieso
1
- Pablo Lleral Lara Calden
2
- Alejandra María Gutiérrez Espalza
3
1
http://orcid.org/0000-0003-0064-1062 -
2
http://orcid.org/0000-0002-8306-3861
3
http://orcid.org/0000-0002-6213-5846
Estudio filantpico del Modelo Pedagógico de Praxeoloa de Uniminuto
Educación y Humanismo 20(34): pp. 188-200. Enero-Junio, 2018.
DOI: http://dx.doi.org/10.17081/eduhum.20.34.2864
PLANTEAMIENTO DEL TEMA
El estudio filantrópico del modelo pedagógico de Praxeología de UNIMINUTO,
permite desarrollar una aproximación analógica a nivel socio-educativo, enten-
diendo que el problema subyacente en la mayoría de las sociedades del mundo
es la incapacidad de desarrollar modelos educativos propios que respondan
a patrones culturales en contexto, los cuales a su vez puedan introspecti-
vamente sistematizar la experiencia científica en el campo pedagógico que
desarrollan en el transcurrir del tiempo histórico. La capacidad de llenar los
vacíos historiográficos en términos de la episteme pedagógica constituye un
método de abordar la praxeología como un modelo que responde a necesi-
dades filantrópicas, evidencia un paradigma emergente que irrumpe coyuntu-
ralmente los modelos tradicionales, los cuales han migrado constantemente
de contextos a otros contextos variando los métodos de adecuación social.
En este mismo orden de ideas es perentorio crear un arco conceptualizador
que permita entender filosóficamente la praxeología, ante ello es funda-
mental que la existencia académica del maestro y del estudiante coexistan
en el apostolado moral en el cual ambos en esa sinergia de realimentación
intelectual, no debe ceñir su conductualidad a un mero acto cognitivo de
almacenar información o de transición a lo cognoscitivo que vendría siendo
el procesamiento de los datos para dar como resultado la construcción de un
criterio en yuxtaposición. Todo lo contrario, la praxeología genera un estado
de trascendencia epistemológica donde el conocimiento del docente debe
transformar la calidad de vida, emancipándolo a través de la educación y el
estudiante deberá transformar paulatinamente la realidad donde se desen-
vuelve, es decir, en la medida que se culturiza debe culturizar a la microso-
ciedad con la adquisición de herramientas que permitirán proyectualmente
resimbolizar la realidad tácita.
Con base a los planteamientos anteriores surge la necesidad de citar a
Vargas (2013) quien nos refuerza el planteamiento al decir que la educación,
como hecho cultural, se puede mirar de múltiples formas: como suceso
histórico, como proceso de formación humana, como los modos de vivir y
de pensar que deben ser como el acervo de bienes culturales a transmitir y
a recrear. La principal característica de la educación: la apertura a corrientes
de pensamiento.
El autor antes citado nos conecta con las corrientes de pensamiento que
nacen en escuelas de pensamiento inherentes en términos universales al
Positivismo, el Materialismo Histórico, el Humanismo, el Constructivismo, las
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cuales en algunos casos se originaron como teorías y se transformaron en
corrientes de pensamiento, al punto que hoy exista una corriente principal del
conocimiento donde tienen cabida aquellos modelos de pensamiento y acción
que responden a necesidades filantrópicas o científico orgánicas propias de
las sociedades actuales.
El modelo praxeológico en su dinámica se vuelve ecuménico ya que no niega
la importancia de todas las corrientes, siempre y cuando todo el acervo transite
de la teoría a las prácticas transformadoras para el bienestar humano, para
ello necesita un alto nivel formativo a nivel presencial o virtual, donde la socia-
lización es posible en algunos programas por la posibilidad de encontrase
maestro y estudiante en tiempos y espacios comunes, en otras situaciones de
contexto la socialización intelectual será generada por la tecnología a través
de plataforma, el medio para la educación del ser humano es socio-tecno-
lógico pero el fin es que a través de un acto creativo sapiencial el estudiante
egresado recurra a sus herramientas filantrópicas y científicas para generar
nuevos mecanismos evolutivos sociales, donde lo que se aprende no queda
en lo mero sistémico sino se convierte en trans-sistémico.
El estudio filantrópico del modelo pedagógico de praxeología de UNIMINUTO:
se basa en el objetivo que la educación llegue a los colombianos de cualquier
estrato social y de cualquier espacio constitutivo de la geografía del territorio
colombiano, estas intenciones socio-educativas se enmarcan en dos sistemas
curriculares, uno en el marco tradicional de la presencialidad y el otro bajo los
cánones emergentes de la educación virtual.
Los dos sistemas educativos antes mencionados referidos a la presencia-
lidad y a la virtualidad conllevan a que se genere un proceso socio-educativo
interesante ya que la presencialidad tiene el reto de introducir los recursos de
la tecnología de la información y comunicación como componente didáctico
constante en la enseñanza de los estudiantes, para que ellos se desarrollen
intelectualmente a la par con las exigencias del mundo globalizado o tecni-
ficado universalmente.
En el caso de la virtualidad se presentan como exigencias stricto sensu, el
manejo de la plataforma modle 3.1, una atmósfera socio-tecnológica en el
cual el ser humano puede desarrollarse con un pensamiento crítico a partir
de componentes de tecnología dirigida a crear puentes didácticos para el
acercamiento entre el estudiante y el maestro. Este planteamiento arrastra
en consecuencia una nueva socialización comunicativa de la educación ya
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no desde el formato griego del manuscrito heredado hasta la actualidad,
sino a través de interacciones de producción intelectual digital, que va desde
un manejo de la episteme a maximis ad minima. El sistema praxeológico
es un cónclave basado en principios de autotransformación y transformación
de vidas colombianas, todo ser humano para emanciparse no puede desli-
garse de la educación, es por ello que la enseñanza sistemáticamente puede
coadyuvar que los habitantes de cualquier estrato puedan desarrollarse
intelectualmente, comprendiendo que el acto formativo construye psíquica-
mente las herramientas para que el ser humano desarrolle potencialidades
como constructo de vida.
El sistema de enseñanza virtualizado implica como reto didáctico romper
la superestructura tecnológica, esto se logra en la medida que se logre
humanizar las plataformas donde interactúan el preceptor con el aprendiz,
el maestro con el alumno, el docente con el estudiante o el orientador con
el discente, cual sea la relación filantrópica, en dicha estructura es inextri-
cable la necesidad de introducir elementos que funcionalmente permitan que
los procesos de socialización del conocimiento se perciba en tiempo real,
es por ello que es fundamental construir un puente teórico riguroso que
genere la transición teórico-empírica en un proceso horizontal de integración
entre la teoría y la práctica, desde cualquier espacio de aprendizaje ya sea
físico o virtual. Cabe agregar sustantivamente que la praxeología desde la
dimensión pedagógica se manifiesta como un marco conceptual integrador
de la educación, presencial o virtual, que se adhiere a valores humanistas
fundamentales, pero que invita tanto a los formadores como a los aprendices,
a un proceso reflexivo y crítico sobre su propia práctica, en el marco de una
real flexibilidad curricular.
Desarrollar un proceso de transición efectiva entre la teoría y la praxis en
cualquier espacio socio-educativo en el que se dinamice el discente, implica
que se inocule de principios filantrópicos circunscriptos en la psicología
positiva activa de la motivación, en el que el discente aplique lo aprendido
en términos transformadores de la sociedad inmediata, generando nuevos
escenarios resimbolizados didácticamente para que los niños y jóvenes de
esa microsociedad conciban su espacio como un lugar que se puede sembrar
mejoras con las cuales en el transcurrir del tiempo, dichos grupos humanos
se sientan satisfechos con el mejoramiento paulatino del paisaje cultural en el
que se mueven, entendiendo que sus vidas alcanzan niveles altos de calidad
en la medida que se emancipan con la educación.
Óscar Javier Zambrano Valdivieso - Pablo Lleral Lara Calderón - Alejandra María Gutiérrez Espalza
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En los marcos de las observaciones anteriores se hace ineludible citar a
Vargas (2010), quien tiene una perspectiva sobre la pedagogía praxeológica
al referirse sobre ella de la siguiente manera: la praxeología no es un método
pedagógico; ella, es más bien una visión, un ideal a conseguir y un marco
integrador de la formación a ofrecer a los estudiantes y demás actores del
proceso educativo. Según se ha citado el autor nos contextualiza en una
dimensión de la praxeología no metódica sino filosófica basada en el para
qué, el por qué y hacia nde, esta perspectiva analítica permite observar
claramente que la praxeología tiene una concepción integral del ser humano
moviéndose en dos categoría de análisis: la primera el imaginario del sujeto
que implica el método de abordaje de la realidad, y el segundo la imaginación
línea en la cual el sujeto idealiza cómo podría cambiar esa realidad en la cual
ha estado sumergido toda la vida o los procesos de aculturación lo sumergió
en un determinado marco temporal de la sociedad en la que se desenvuelve.
A lo largo de los planteamientos hechos hemos expuesto las distintas aristas
de la praxeología en sus distintos pisos de compresión analítica, con base a
ello es fundamental fortalecer nuestro discurso socio-educativo y para ello
procedemos a citar a Bernabéu (1997), quien nos afirma que la educación es
una acción social orientada hacia unas finalidades en la que se realizó una
influencia, deliberada e intencional, sobre los sujetos para ayudarles a realizar
unos proyectos individuales y sociales. Partiendo de este postulado educa-
cional es pertinente decir con propiedad que el fundador de UNIMINUTO el
padre Rafael García Herreros visualizó la praxis educativa como una acción
crítica cotidiana, donde la dialéctica se convierte en instrumento para suprimir
la imposibilidad de surgimiento de jóvenes con limitaciones económicas,
en posibilidades para reproyectar sus vidas con proyectos para asegurar
un mejor futuro desde la individualidad pensante, como desde la realidad
construida por la masa social. La Universidad Minuto de Dios como sistema
social confluye en la idea de formar a un ser integral, que va más allá de
las ciencias formativas, transita a lo que hemos denominado las ciencias de
la cotidianidad, que es donde el hombre formado en UNIMINUTO de forma
pragmática es capaz de ordenar su conocimiento originando creativamente
ideas que puedan propiciar soluciones reales a su espacio de necesidad que
traspase el estado de fe estimulado por el padre Rafael García Herreros como
legado comunicativo y transformador, desde 1950 hasta el año 2000.
La filosofía filantrópica del estudiante egresado debe basarse en la utili-
zación de sus grandes ideas con transición a una praxis efectiva como podría
ser alinear lo cognitivo identificando problemáticas de primera necesidad
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humana, como lo es tener que resguardarse y a partir de allí planear para
lograr construir las casas necesarias para su barrio y abolir la miseria social.
Un ser humano que representa la filosofía antes mencionada es el padre
García Herreros, quien llegó a lograr las más de dos mil viviendas que hoy
constituyen el barrio Minuto de Dios en Bogotá, o los cientos de viviendas en
otras latitudes geográficas del país, en la medida que el ser humano se cultiva
con educación, cultiva la metamorfosis social.
En este sentido y en términos conexos con lo antes expuesto es imperioso
citar a García Herreros (s/a): “No solo es pegar ladrillos; es más fácil pegar
ladrillos que pulir las piedras vivas que son los hombres en la construcción de
una sociedad”. En este orden de ideas se avizora con argumentos reales una
nueva sociedad, posible con sistemas educativos integrales, dicha pedagogía
social se viene gestando desde el siglo XX con unas excelentes perspectivas
que hoy son manejadas y co-proyectables al futuro, no solo en palabras, sino
también en hechos (Caride, 2009).
REVISIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DEL TEMA
Es interesante como el aspecto pedagógico interactúa con lo social para
pretender mejorar la calidad de vida del ser humano. Caride, Gradaílle &
Caballo (2015) lo reafirman al explicar que cuando en las primeras décadas del
tercer milenio lo pedagógico-social evocó la necesidad de abrir la educación a
la vida, en toda su diversidad: entendiendo que esto significaba una aventura
apasionante, de largos recorridos semánticos y pragmáticos, donde lo
cotidiano se teorizó y fue puesto a la orden del día para que la sociedad se
entendiera a misma para comenzar a plantearse un progreso antropocén-
trico redignificando al hombre como motor propulsor de los avances integrales.
En la sociología se concibe al individuo y a la sociedad como una relación
indisoluble, comprendiendo que el individuo es la representación del todo
social y la sociedad representa en su conformación la individualidad del ser,
es por ello que Carbonell (2008, p.19) concibe la educación de la vida y por
la vida, como un “viaje simultáneo a la realidad y al interior de cada persona,
inacabado e inacabable. La educación de todos y para todos, en su versión
más cívica y cotidiana, emocional y cognitivamente desarrollada.
La educación adentrada al espíritu social permite que los conocimientos
contemplados en las ciencias puras, en las Ciencias Sociales, se reconviertan
desde un espíritu epistémico hacia una aplicabilidad emocional, entendiendo
que en el siglo XXI los conocimientos son procesados y direccionados por las
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inteligencias múltiples, entre las cuales podemos nombrar la intrapersonal, la
interpersonal, la emocional, la espiritual, sin obviar las inteligencias condu-
centes a formaciones académicas como la naturalista, la lingüística, la lógica
matemática, en este mismo sentido el tratamiento que le da las inteligencias
antes enunciadas tienen un procesamiento praxeológico ya que permite
encontrar canales cognoscitivos para la resolución de problemáticas indivi-
duales o colectivas de la vida social ya conformada como sistema educativo
para la vida.
El conocimiento según la nueva tendencia es transmitida por herencia
genética, en la mayoría de los casos el conocimiento se produce por trans-
misión oral o escrita en actos magistrales o cotidianos de enseñanza con
el uso de nuevas o tradicionales técnicas didácticas que generan en el ser
humano la posibilidad de conocerse como ente bio-psico-social, este plantea-
miento es respaldado por Esteve (2010), quien plantea que el proceso intros-
pectivo de conocerse como ser humano y las implicaciones socio-históricas
que las mismas tiene, comienza en el mismo momento del nacimiento,
el cual debe conducir a que el ser humano se comprenda y entienda a sí
mismo y al mundo que lo rodea, procurando que sea plenamente partícipe
del complicado don de la convivencia. En el proceso de estudio mediante el
modelo praxeológico con una concepción filantrópica, el ser humano define
su sentido de coexistencia social, con base a esta causalidad existencial el
individuo en rol de estudiante comprenderá cuál debe ser su propósito en su
desempeño profesional, se trabaja para que el ser humano se conciencie en
una educación para la vida o en lo que plantea Innerarity (2013), quien dice
que el hombre tiene que desarrollar una educación puesta al servicio de las
personas y del desarrollo humano.
Así mismo el autor anteriormente referenciado afirma la sensibilidad que ha
de tener la educación hacia las necesidades de todos, pero muy especial-
mente de quienes son rechazados por los modelos de producción y consumo
inducidos por los mercados, como se había ya afirmado anteriormente;
ahora, en el mundo de todos y de nadie que habitamos (Innerarity, 2013).
La educación de la vida permite que las microsociedades evolucionen sin
la inherencia de super estructuras de mercados que marcan las pautas de
comportamiento universal, donde condiciona la relación bilateral entre lo que
debe ser la educación a partir de tendencias unívocamente económicas y lo
que podría ser a partir de la definición de necesidades propias y en contextos
direccionadas con autonomía.
Estudio filantpico del Modelo Pedagógico de Praxeoloa de Uniminuto
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Las sociedades de Europa, Latinoamérica o de cualquier continente han
cambiado su estructura debido a que han llegado a un punto de disfun-
cionalidad, a partir de esta premisa las sociedades recrean necesidades y
objetivos para mantenerse estables, produciéndose las transiciones desde
una sociedad antropocéntrica a una teocéntrica, a una heliocéntrica o a una
holística como sucede en los actuales momentos.
La sociedad holística se caracteriza por tener unas implicaciones formativas
de impacto, en otras palabras, la formación que el ser humano recibe en la
actualidad debe traducirse en las herramientas indispensables para afrontar
lo impredecible del futuro, en esta postura analítica, también se posiciona
Bauman (2007, p.47), igualmente por Caride (2009), señala que nunca antes
se encontraba la sociedad en una situación semejante, en la que no solo se
debe aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información,
“también debemos aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas
generaciones para vivir en semejante mundo. En palabras de Padilla (2015),
la pedagogía actual es un llamado a ver la realidad como un gran sistema,
que debe ser analizado desde una perspectiva educativa en beneficio del
desarrollo social. De esta manera, es importante determinar la pedagogía
como el saber dicotómico donde coexiste la teoría y la praxis. La segunda
mitad del siglo XX y las primeras décadas del nuevo milenio serán regis-
tradas por la historia como un tiempo de considerables transformaciones.
Dichos cambios han acompañado el desarrollo de la educación, incitándolo
en algunos casos, en otros retardándolos, pero siempre visibilizando giros
significativos en los sistemas educativos y los enfoques pedagógicos (PEI
UNIMINUTO, 2014).
Hoy se habla de apertura, globalización, internacionalización, mundiali-
zación, sociedad de la información y del conocimiento, sociedad post-capi-
talista, sociedad post-industrial, nueva edad media, tercera ola, modernidad
líquida, expresiones acotadas por autores como Jacques Delors, Peter
Drucker, Alain Minc, AlvinToffler, Toni Negri y Zygmunt Bauman, entre otros
autores, dichas acotaciones, evidencian la intercomunicación en tiempo
real de todas las sociedades del mundo, transfiriéndose sus nuevas produc-
ciones científicas, intelectuales, nutricionales, que intentan crear en todas las
latitudes del globo terráqueo il uomo di vitruvio, hombre universal que se le
provea las mismas herramientas para la vida, intentándose generar un nuevo
escenario donde el individuo no conflictúe con la vida sino que se integre a
ella. UNIMINUTO reconoce esta realidad y por ello comparte su preocupación
por mejorar permanentemente el proceso de enseñanza-aprendizaje y sobre
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todo por lograr resultados orientados a ofrecer profesionales con la experticia
necesaria para dar soluciones en la medida de los recursos escasos a las
necesidades básicas y holísticas de la sociedad, a partir de un saber que se
convierte en praxis.
Todo ello anuncia un cambio en la construcción de las dinámicas sociales y de
los sujetos, en las formas de relación entre los individuos y en los modos de
aprender y de administrar el conocimiento. En este panorama, la Corporación
Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO, en su proyecto educativo institu-
cional refuerza el carácter e importancia de la sociedad y acorde con Ritzer
(1997, pp.8-9), comparte que las características principales de la sociedad
actual son: a) Crítica radical al fracaso de la Modernidad (a la Razón como
absoluto). b) Rechazo de toda explicación unitaria y coherente (cosmovi-
siones, metarrelatos, utopías). c) Énfasis en lo premoderno: emoción, senti-
miento, meditación, magia, rituales, mitos. d. Desafío a los límites modernos,
como modo de organizar el mundo: definiciones, barreras entre disciplinas,
diferencia entre realidad y ficción. e. Atención especial a la periferia de la
sociedad, no a su centro; características que se deben revisar constante-
mente para mejorar el proceso de la praxeología social.
Bajo este contexto mundial, desde hace varias cadas, la sociedad colom-
biana se viene transformando. Las cosmovisiones de los colombianos de hoy
son muy diferentes de las vigentes hace dos o más décadas. Las formas
de pensar y actuar han cambiado hasta niveles insospechados debido al
apresurado proceso de urbanización, al incremento absoluto de la población,
al aumento de la esperanza de vida y de los niveles de alfabetización y
educación, a la disminución de las distancias, a la transculturación interna-
cional y a la creciente incidencia de los medios de comunicación de masas
(PEI UNIMINUTO, 2014).
En palabras de Martínez (2008:121), “En nuestro contexto sociocultural y
político occidental y en vías de desarrollo en el que vivimos, la educación
debe procurar que todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas seamos
competentes para comprender nuestro mundo, convivir juntos y actuar con
criterio. Este cambio acelerado ha modificado estructuralmente las institu-
ciones sociales alterando la forma y el contenido de las relaciones perso-
nales, y cuestionando estructuras que durante años sirvieron de fundamento
a la sociedad como la familia, la iglesia, la escuela y los partidos políticos.
En otras palabras, se han trastornado las instancias que posibilitan el juego
de fuerzas que luchan por lograr la dirección ética, intelectual y moral de la
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sociedad; es lo que comúnmente se llama «crisis de valores».
Hay que destacar que este proceso, por las características sociales, étnicas,
geográficas y de diverso orden que se han dado en el país a lo largo de
su historia, ha determinado la aparición de desarrollos culturales regionales
diferenciados, aunque ligados a un mismo acervo histórico. Respetando las
diferencias culturales, la identidad cultural ha de ser planteada como un común
proyecto socio-histórico, una educación orientada a converger esfuerzos para
crear condiciones que permitan a las generaciones más jóvenes adquirir las
competencias necesarias para poder vivir de manera sostenible y sustentable
tanto a nivel personal, laboral, como también en el ámbito comunitario. En
este contexto corresponde abordar la formación para la ciudadanía y en él
adquiere sentido como uno de los objetivos claves de la tarea educadora y de
las políticas educativas (Martínez, 2008).
La sociedad colombiana presenta un desarrollo educativo que está benefi-
ciando a la comunidad más vulnerable y UNIMIMUNTO hace parte de esta
realidad (PEI UNIMINUTO, 2014).Tras un atraso sorprendente hasta mediados
del siglo XX, la educación tuvo un significativo impulso durante los años 60
hasta mitad de los 70 del siglo pasado. Ahí el ritmo de crecimiento educativo
se redujo, entre otras causas, por problemas institucionales (centralismo, falta
de coordinación e información y ausencia de participación). Dichos problemas
se empiezan a corregir con el nuevo marco constitucional que propende por
la descentralización educativa, por una mayor organización, coordinación y
gestión a nivel regional, y una participación activa de la comunidad en la
dirección de las instituciones de educación (Constitución Política de Colombia,
1991, Art. 68), mediante juntas educativas y manejo presupuestal propio.
Una política educativa colombiana acertada debe partir de la premisa de
la universalización del ingreso a un sistema educativo que ofrezca a sus
graduados el conocimiento, las competencias y la autonomía requeridas para
enfrentar los retos del entorno económico global, los contextos y realidades
del desarrollo nacional como también los cada vez más sofisticados espacios
de interacción social. La educación, para ser pertinente, debe preparar a los
ciudadanos del futuro para un proceso de aprendizaje, continuo y autónomo,
a lo largo de su vida; además, debe promover el trabajo multidisciplinario, la
integración apropiada y crítica de las tecnologías, el dominio de otros idiomas,
incentivar la disciplina, la dedicación, la fijación de metas y el sentido crítico.
Además, el profesional que se requiere hoy debe estar en capacidad de
desempeñarse en áreas específicas, de innovar y ser suficientemente flexible,
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para responder a un entorno rápidamente cambiante. Pero, además, requiere
que adquiera sensibilidad desde la filantropía y compromiso social partiendo
de los principios resilientes (PEI UNIMINUTO, 2014).
Con base en la perspectiva analítica antes descrita tenemos un autor que
refuerza los fundamentos pasados, nos referimos a Martínez (2008), quien
expresa que un modelo formativo y de aprendizaje propio de la sociedad de
la información debe estar orientado al logro de competencias en combinación
con la adquisición de recursos cognitivos, para que el estudiante se dinamice
con criterios definidos en contextos reales para generar situaciones de apren-
dizaje para el servicio como apostolado pedagógico. Zambrano (2006) afirma
que la construcción del pensamiento pedagógico según Philippe Meirieu
está centrado entre el decir y el hacer, donde se recogen las categorías
de estudio y de análisis; deduce que en el bloque del decir se identifica la
práctica reflexiva, que se entiende como aquel momento en el cual un sujeto
está en capacidad de hacer la síntesis de lo que precisamente elabora en la
dimensión del hacer.
La práctica como metodología didáctica de enseñanza tiene como conceptos
fundamentales la experiencia, el sentido y la percepción. La primera informa
lo que un sujeto alcanza en la práctica de su ser, el tiempo que presupone
y la distancia que impone tanto en su espíritu como en las actividades que
realiza; seguidamente, el sentido, concepto igualmente hermenéutico, permite
comprender las orientaciones que toda actividad realizada por un sujeto
mantiene en un horizonte de verdad. El sentido aparece como la dirección
de lo que se hace y repercute en la dimensión espiritual de un sujeto. En
términos conjeturales, la percepción informa el modo de ver de un sujeto, en
cuya esencia se interrelacionan, a la vez, el sentido y la experiencia. Es así
como Botero, Morán y Solano (2010), afirman que se debe formar a un hombre
consciente de sí mismo, que actúe conforme a unos valores universales y de
contexto en niveles éticos, morales y políticos, capaz de señalarse caminos
y metas que superen su condición individual de vulnerabilidad y a partir de
allí, formular y llevar a cabo iniciativas que contribuyan a la construcción de
condiciones de vida más humanas, más dignas para las masas sociales.
El prototipo de hombre que UNIMINUTO ha perfilado como sujeto social,
obedece a un constructo de experiencia sujecionadas a la sensibilidad
telúrica inoculada en el espíritu formador del padre García Herreros y cofun-
dadores del principio universal sobre desarrollar sistémicamente la pedagogía
del Minuto de Dios y la didáctica de servir, en consecuencia Bedoya (2008),
Estudio filantpico del Modelo Pedagógico de Praxeoloa de Uniminuto
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deduce que el concepto de formación, es la línea vertebral axiomática y que
alrededor de él, se pueden seguir definiendo nuevos conceptos para formar
desde la sensibilidad humana, procurando coartar la masificación de socie-
dades frívolas, que observan al sujeto como un mero objeto para la producción
o para el desarrollo de sociedades hedonistas, este cuadro analítico forma
parte del soporte conceptual que direcciona la investigación en Uniminuto
para responder a la realidad heterogénea de Colombia.
Hincapié (2012, p.3) realiza un análisis muy significativo en su obra “La
praxeología como alternativa socialmente responsable para la superación
de la vulnerabilidad”, en esta indica que la superación debe iniciarse con un
trabajo desde la praxeología que reivindique a la persona consigo misma, de
manera que trascienda aquellos factores que robustecen mental y actitudinal-
mente esa postura de constante socorro, para que luego se conciba como un
actor que puede llevar a cabo un significativo cambio personal que repercuta
en lo social (Schuster, 2008).
Además, Hincapié (2012) aduce que esto implica un quehacer praxeológico que
en primera instancia encamine al sujeto hacia el reconocimiento de mismo,
identifique las características de su temperamento, su carácter, sus fortalezas
y debilidades, su alfabeto e inteligencia intra e interpersonal (Davies, 1994),
en segunda, “aprenda a respetar las normatividades y las integre a un orden
axiológico que le permita la adaptabilidad a la vida social” (Quintero, 2011, p.2)
y en tercera, potencialice sus capacidades como líder para la consolidación
de mejores relaciones interpersonales, de manera que con quienes hacen
parte de su escenario sociogeográfico, conjuntamente puedan dar respuestas
y soluciones a las problemáticas de su entorno (Duque, 2000; Hurtado, 2001;
López, 2002).
CONCLUSIONES
El modelo pedagógico de praxeología de UNIMINUTO permite como sistema
educativo formar un ser humano integral, capacitado en tratar los principios
teóricos y llevarlos en transición a la praxis como acto educativo, dicho proceso
permitirá que cada estudiante se traduzca en el epicentro de los cambios
socio-educativos en términos microlocales, respondiendo a una educación
ribosómica, una educación con múltiples dimensiones dirigidas a transformar
vidas, resimbolizando los imaginarios colectivos.
El proceso de reestructuración de los arquetipos mentales del niño o joven
colombiano concebido como ente bio-psico-social, se podrá desarrollar a
Óscar Javier Zambrano Valdivieso - Pablo Lleral Lara Calderón - Alejandra María Gutiérrez Espalza
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partir de una cosmovisión filantrópica donde van a adquirir las herramientas
para intervenir coyunturalmente su contexto y romper la estructura preexis-
tente que lo condiciona a tener una tipología de vida, sin tener la posibilidad
de transcender a otras dinámicas esenciales en el constructo personal.
La filantropía en el espectro del modelo praxeológico persigue desde la acción
materializar las metas que desde niño se han esquematizado como utopías,
este planteamiento se puede ejemplificar cuando el niño que sueña con ser
un atleta de alta competencia en medio de la distribución de las drogas lo
pueda hacer, que el niño que todas las noches escucha las balaceras en
su comuna no le impida convertirse en científico de la NASA o llegar a ser
un escritor mejor que Gabriel García Márquez, con otros elementos menos
prosopopéyicos, lo que el modelo praxeológico busca es que el ser humano
pueda vivir, sonreír y tener una vida emocional sana, realidad que puede
ser cotidiana para muchos grupos humanos pero el ensueño para pueblos
como los del norte de Bucaramanga y otras latitudes geográficas enajenadas
por el oscurantismo regentando por los antisociales o terroristas espirituales,
castradores de sueños recién encubados socio-educativamente.
El estudio filantrópico de la praxeología nos imbuye en un viaje introspectivo
sobre el acto puro de educar, de cultivar el espíritu, la mente y las emociones
de aquellos denominados vulnerables, de aquellos que son los más pobres,
de los pobres que no tienen conciencia de lo pobres que son, los cuales son
grupo emergente resultado de las acciones erróneas de unas minorías, al
no romperse esa cadena sucesiva, los problemas humanos son incuantifi-
cables, cierro con la premisa que la educación no solo libera, sino te hace
feliz, entendiendo la felicidad como un proceso de constante construcción y
todo ser humano está obligado a ser de feliz capaz de autotransformarse y
transformar la realidad del otro, que también sufre como tú y quiere ser libre
de los estereotipos sociales que te matan estando vivos.
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