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http://orcid.org/0000000232744501 - 2
http://orcid.org/0000000212291568
Universidad Pedagógica de Durango. Durango, México
Educación y Humanismo 20(34): pp. 258-270. Enero-Junio, 2018.
DOI: http://dx.doi.org/10.17081/eduhum.20.34.2869
Buenas prácticas desde la percepción
de los estudiantes de la Licenciatura en
Educación para el Medio Indígena
Good practices from the perception of the
students of the Degree in Education for
the Indigenous Environment
Article de
Investigation
Open Access:
Editor:
Patricia Martínez Barrios
Universidad Simón Bovar
Correspondencia:
Dolores Gutiérrez Rico
lolitarico@hotmail.com
Recibido:
20-04-17
Aceptado:
30-09-17
Publicado:
01-01-18
DOI:
http://dx.doi.
org/10.17081/
eduhum.20.34.2869
Resumen
Objetivo: El presente estudio tiene como finalidad conocer desde la percepción del estudiante
universitario, específicamente de la Licenciatura en Educación Preescolar y Primaria para el
Medio Indígena, lo que caracteriza a un buen profesor.
Método: Se desarrolló mediante una investigación cualitativa, utilizando como técnica para
recolección de datos el grupo focal para interpretar las percepciones que tienen los alumnos
universitarios sobre lo que caracteriza a un buen profesor, esta investigación se realizó en uno
de los contextos sociales donde se ubican los sujetos que vivencian este fenómeno como la
Universidad Pedagógica de Durango, donde se considera como principales informantes a los
estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar y Primaria para el Medio Indígena.
Resultados: Se obtuvieron como categorías centrales: buenas prácticas, barreras en la comuni-
cación, docencia estratégica, comunidades de aprendizaje e interacción profesor-alumno. Estas
categorías reflejaron los significados y concepciones que tienen los estudiantes en torno a la
figura del profesor en su papel de mediador en un entorno áulico. Buenas prácticas las conciben
como ese proceso de enseñanza bajo una adecuada planeación, con estrategias innovadoras y
una comunicación asertiva.
Conclusiones: Los estudiantes a través de sus voces dan un significado a sus sentimientos,
creencias, y muestran que perciben un mundo desde un sentido particular y social, este tipo de
estudios, permite entender cuán importante es escuchar y comprender el sentir de los principales
actores respecto a una comunidad de aprendizaje y la apuesta por un entorno de relaciones
afectivas.
Palabras clave: Buenas prácticas, Percepción, Medio indígena.
Abstract
Objective: The present study has as purpose to know from the perception of the university student,
specifically of the Degree in Preschool and Primary Education for the Indigenous Environment,
which characterizes a good teacher.
Method: It was developed by qualitative research, using as a technique for data collection the
focus group to interpret the perceptions that university students have about what characterizes a
good teacher, this research was conducted in one of the social contexts where they are located
the subjects that experience this phenomenon as the Pedagogical University of Durango, where
the students of the Degree in Preschool and Primary Education for the Indigenous Environment
are considered as main informants.
Results: Good practices, barriers in communication, strategic teaching, learning communities
and teacher-student interaction were obtained as central categories. These categories reflected
the meanings and conceptions that students have about the figure of the teacher in his role as
mediator in an academic environment. Good practices are conceived, like that teaching process
under proper planning, with innovative strategies and assertive communication.
Conclusions: Students through their voices give meaning to their feelings, beliefs, and show that
they perceive a world from a particular and social sense, this type of studies, allows to understand
how important it is to listen and understand the feelings of the main actors respect for a learning
community and the commitment to an environment of affective relationships.
Key words: Good practices, Perception, Indigenous environment.
Cómo citar este artículo (APA):
Gutiérrez, D. & Méndez, A. (2018). Buenas prácticas desde la percepción de los estudiantes de la Licenciatura en Educación
Copyright © 2018 Gutiérrez Rico
para el Medio Indígena. En Revista Educación y Humanismo, 20(34), 231-242.DOI:
http://dx.doi.
org/10.17081/
eduhum.20.34.2869
Dolores Gutiérrez Rico
1
- Alejandra Méndez Zúñiga
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DOI: http://dx.doi.org/10.17081/eduhum.20.34.2869
Dolores Gutiérrez Rico - Alejandra Méndez ñiga
INTRODUCCIÓN
Estudios relacionados con la práctica del docente han sido líneas de
tendencias innovadoras, lo que ha posibilitado el interés por profundizar más
sobre el tema. En la actualidad, la calidad educativa constituye uno de los
temas medulares que guían gran parte de las acciones que desarrollan los
maestros y maestras desde sus aulas. Una exigencia consciente en donde su
buen desarrollo, permitirá un bienestar en el sistema educativo. Sin embargo,
cuando pronunciamos la palabra bienestar nos llega a la mente la idea de
crear un espacio agradable para el aprendizaje en donde los profesores traen
consigo la insignia de enseñar de forma sustancial. Freire (1970) refería de
forma enfática que educar no es neutral a la vida social. Para él, se educa
siempre, en una clave social, histórica, para algo. Y educar para el bienestar
implica educar para develar las causas del malestar, y tales no son atribuibles
a un sujeto: es una estructura social. Y la educación es una estructura social,
que puede causar malestar o bienestar.
Por tanto, la educación permite liberar y apropiar de un modo social que
permite cambios en la cultura propia. Educar no es solo en la escuela, o
un sinónimo de la misma, la escuela puede fallar en cierta medida, con sus
limitaciones, su burocracia, etc. La escuela es el recurso, la persona es el
camino. Cada uno de nosotros elegimos que ese camino sea de acuerdo
a nuestra creencia, a nuestro deseo, a nuestra expectativa. Para el mismo
Freire educar no es bienestar; sin embargo, consideramos que el bienestar va
más allá; la práctica que realiza el docente, cuando es reflexiva, sistemática,
creativa, permite la sensación de que algo está sucediendo en la persona,
ese cambio y forma de ver la vida conlleva a la preparación de cada individuo.
Garrido (2009) nos habla de que “la tarea fundamental de la Educación
consiste en la inserción del individuo en un medio social” (p.36). Lo que lleva
implícito la formación de las personas para la convivencia, el aprendizaje;
teniendo en cuenta las relaciones con los demás mediante una relación
mediada por la colaboración, las relaciones sociales y la capacidad para
insertarse en el medio.
La educación lleva en sí la acción, una acción pedagógica, que se inicia
en la práctica y culmina en la práctica. Sin olvidar, que un entorno social se
encuentra dentro y fuera de cada uno de los sujetos.
Los valores y los conocimientos en los jóvenes les permiten actuar y pensar
de acuerdo a sus objetivos y a los objetivos de una sociedad, desempeñando
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tareas útiles en donde se desarrollan de forma personal, familiar y colectiva.
El hablar de la educación como un hecho social, permite concretar la idea
referente a que el docente es una figura crucial en donde se entreteje la
formación de un individuo, es decir, la práctica que realice el docente se verá
impactada en la realización del sujeto. El docente es una figura que acepte o
no acepte, será un modelo para continúa una trayectoria, un trazo configurado
en la formación.
El estudiante al ingresar a una institución de educación superior tiene, o
debiera tener, la plena convicción de que esa profesión es la que cubrirá parte
de su realización, y es ponerse en las manos de aquellos profesores que
se han formado continuamente para cubrir las necesidades que la sociedad
requiere de esos estudiantes. En el caso de aquellos que su interés formativo
es la profesión docente desarrollan el compromiso de adquirir aquellas herra-
mientas que a futuro les proporcionarán el placer de enseñar (Labín, Taborda
& Brenlla, 2015).
Todas esas herramientas se convertirán en acciones adecuadas que permi-
tirán el proceso de crear buenas prácticas en su ejercicio.
Ahora bien, cuando se enuncia “buena práctica” a ¿qué significado nos lleva?,
es una pequeña frase que guarda gran esencia, ya que todos los que nos
dedicamos a esta profesión desarrollamos cotidianamente una práctica, sin
embargo ¿toda práctica es buena? o ¿qué significa “buena práctica”?.
Para discutir esta frase, se hace necesario retomar las reflexiones de Zabalza
(2012), quien refiere que ante los cambios que se suscitan en la actualidad en
el campo de la educación se requiere un nuevo docente, aquel que desarrolle
prácticas innovadoras y estratégicas, que motiven a los estudiantes en su
proceso de aprendizaje. Centra las buenas prácticas en el entorno de la
innovación, actualización de recursos, calidad y evaluación positiva. De igual
forma este autor (2004) menciona que:
el enfoque de las buenas prácticas se sitúa a medio camino entre
los planteamientos normativos convencionales (señalar el “deber
ser” de los procesos, exigir el cumplimiento de normas o están-
dares vigentes, plantear el hacer las cosas con base en principios
o protocolos establecidos de antemano a partir de principios o
teorías consolidadas) y los modos de hacer más artísticos y situa-
cionales la forma como profesionales competentes reinterpretan la
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doctrina o reconstruyen su propia experiencia. (p.19)
En un primer momento pareciera que una buena práctica se rigiera por los
estándares normativos, lo que a nivel institucional requiere el deber ser, se
convierte en la práctica adecuada; sin embargo, desde su perspectiva la
buena práctica contribuye al ejercicio de la innovación y la creatividad.
De acuerdo con la comunidad internacional, la UNESCO (2014) en el marco
de su programa MOST1 (Management of Social Tranformations) ha especi-
ficado cuáles son los atributos de Buena Práctica y los rasgos que la caracte-
rizan. En términos generales, una Buena Práctica ha de ser:
-
Innovadora, porque desarrolla soluciones nuevas o creativas en un
contexto determinado, la innovación conlleva a un cambio que favorece
toda acción, y que en todo momento se está evaluando.
-
Efectiva, ya que demuestra un impacto positivo y tangible sobre la
mejora que se establece, sacude la intervención de forma artística.
-
Sostenible, por sus exigencias sociales, económicas y medioambien-
tales puede mantenerse en el tiempo y producir efectos duraderos.
-
Replicable, porque sirve como modelo para desarrollar políticas, inicia-
tivas y actuaciones en otros lugares, y en el contexto áulico favorece
el desarrollo de aprendizajes sustanciales y significativos en los
estudiantes.
En educación, es satisfactorio ver una buena práctica como una iniciativa,
un modelo de actuación exitoso que mejora, a la postre, los procesos
escolares y los resultados educativos de los alumnos. El carácter innovador
de una buena práctica se completa con su efectividad. En este contexto, la
innovación educativa va mucho más allá de la mera producción de novedad;
debe demostrar su eficacia y replicabilidad. Solo en estas condiciones una
“práctica buena” se convierte en una “buena práctica”, es decir, en la expresión
de un conocimiento profesional o experto, empíricamente válido, formulado
de modo que sea transferible.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Como se ha descrito en párrafos anteriores hablar de buenas prácticas nos
sitúa en la convicción de desarrollar prácticas conscientes, innovadoras,
reflexivas y creativas, que dentro de una institución de educación superior se
confía que los académicos que habitan en ella sean de una preparación de
excelencia, en donde se esté a la vanguardia o bien en sintonía a lo requerido
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y establecido por el propio sistema y lo que necesita la educación superior
actual.
En el caso de la Universidad Pedagógica de Durango, se ha tenido como
experiencia la nivelación docente en Licenciatura en Educación Preescolar
y primaria para el Medio Indígena, que por sus siglas se conoce como
LEPEPMI-90.
Un programa educativo que tiene como objetivo formar profesionales de
la docencia con grado académico de licenciatura, capaces de elaborar
propuestas pedagógicas congruentes con la situación de los pueblos
indígenas, en un proceso que implica la transformación de su práctica docente
y el reconocimiento de la diversidad cultural, lingüística y étnica. Esta licen-
ciatura se ha ofertado en la Universidad Pedagógica desde 1990 por lo que
está dirigida a docentes de preescolar o primaria que prestan sus servicios
en los subsistemas estatales de educación indígena. Es decir, se oferta para
aspirantes a ser profesores en el medio indígena, pero que practican como
profesores auxiliares durante todo el horario y todo el calendario escolar, tanto
de jardines de niños como de escuelas primarias.
Los estudiantes del medio indígena que asisten a la Universidad Pedagógica
de Durango pertenecen a grupos étnicos como: Tepehuanos, Mexicaneros,
Huicholes. Predomina la defensa de su lengua materna, así como sus tradi-
ciones y costumbres, por ello el programa de estudio, las antologías y los
materiales didácticos, se diseñaron respetando su identidad, entorno y lengua.
A lo anterior, se hace imprescindible el realizar una reflexión de las circuns-
tancias de estos estudiantes, ya que durante cuatro años conviven y
desarrollan una formación en el entorno universitario, y pocas veces, como
docentes, nos detenemos a analizar cómo conciben ellos nuestras prácticas,
si nos consideran buenos docentes, si las estrategias o nuestras actitudes
son acordes a lo que ellos esperaban.
Esto conlleva, como lo refiere Tardif (2009), a que los profesores requieren
ampliar sus saberes experienciales, curriculares, disciplinarios y en su
formación profesional. Sin embargo, dentro de lo ideal eso debiera ser, pero
el estudiante tiene una percepción real de lo que sus profesores proyectan en
el aula, esto llevaría a preguntas en relación a si los académicos ¿conocen su
materia?, ¿utilizan estrategias y metodologías adecuadas?, ¿desarrollan su
clase con discusiones programadas?,¿realizan investigación?, ¿tienen una
adecuada interacción con sus alumnos?, ¿comprueban la evolución de sus
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estudiantes?, se pudiera realizar una interminable lista de cuestionamientos
que nos lleven a la reflexión de lo que constituye una práctica, una buena
práctica.
METODOLOGÍA
La presente investigación tiene como objetivo general conocer desde la
percepción del estudiante universitario, específicamente de la Licenciatura en
Educación Preescolar y Primaria para el Medio Indígena, lo que caracteriza a
un buen profesor y de manera particular, comprehender desde la percepción
del estudiante universitario, específicamente de la mencionada Licenciatura,
lo que saben y entienden los mejores profesores; identificar desde su
percepción las formas de preparación de la clase de los mejores profesores;
identificar la significación de la interacción pedagógica que tienen los profe-
sores universitarios con sus alumnos y comprehender cómo comprueban el
progreso de sus estudiantes y evalúan sus resultados los mejores profesores.
Considerando que esta investigación pretende interpretar los sentidos y signi-
ficados que tienen los alumnos universitarios sobre las prácticas docentes
conceptuadas por ellos mismos como buenas, su abordaje metodológico se
realiza a partir del paradigma interpretativo. Murueta (2004) menciona que
también es llamado cualitativo, fenomenológico y naturalista, ya que se ubica
en el entorno de los propios sujetos, quienes son los informantes claves de la
investigación, en donde se tiene como interés central el estudio de los signi-
ficados de las acciones humanas y de la vida social a fin de comprender
la realidad desde los significados de las personas implicadas a través de
estudiar sus creencias, intenciones y motivaciones (Taylor & Bogdan, 2002).
PARTICIPANTES
Para interpretar las percepciones que tienen los alumnos universitarios
sobre lo que caracteriza a un buen profesor, esta investigación se realiza
en uno de los contextos sociales donde se ubican los sujetos que vivencian
este fenómeno (Guba, 1982) como la Universidad Pedagógica de Durango,
donde se consideran como principales informantes a los estudiantes de la
Licenciatura en Educación Preescolar y Primaria para el Medio Indígena. La
recolección de datos es mediante la técnica de grupo focal. Siendo un espacio
de opinión para captar el sentir, pensar y vivir de los individuos, provocando
autoexplicaciones para obtener datos cualitativos. Kitzinger (como se citó en
Hamui & Varela, 2012) lo define como una forma de entrevista grupal que
utiliza la comunicación entre investigador y participantes, con el propósito de
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obtener información. El grupo se formó con la asistencia de 12 estudiantes de
la licenciatura en sus diferentes semestres.
RESULTADOS: ANÁLISIS CATEGORIAL
Posterior al análisis de la entrevista mediante grupo focal, se realizó la trans-
cripción y análisis, mediante una triangulación de las voces de los partici-
pantes, la interpretación del investigador y del acercamiento teórico, permi-
tendo centrar cinco categorías, que desde la percepción de lo cualitativo, son
unidades de significado que conjuntan en un solo campo esos significados.
Las percepciones y significaciones que los informantes reflejaron dieron
cuenta del sentir de sus voces y expresiones en la manifestación de sus
expectativas y sobre todo su disposición por participar y externar su sentir.
El intercambio de participaciones permitió ver que el término buenas prácticas
que tienen los estudiantes, no se aleja de los planteamientos de los teóricos,
ya que refieren que hablar de buenas prácticas es realizar la práctica de
forma comprometida, tener vocación en la docencia y realizar sus acciones
con respeto (E.3); al entender el discurso del estudiante se refleja pues, que
las buenas prácticas pueden referirse también a las formas más óptimas de
realizar el proceso educativo, pudiendo servir de ejemplo para otros profesio-
nales. Una de las ventajas que vemos de las buenas prácticas es que permiten
aprender de las experiencias y aprendizajes de otros, aplicándolos y adaptán-
dolos a contextos similares y así asegurar una repetición de excelentes resul-
tados. Por lo que una buena práctica se utiliza en la búsqueda de satisfacer las
necesidades de los sujetos y en la superación de sus problemáticas. De esta
manera, reflexionar la práctica de forma constante contribuye a determinar en
las acciones educadoras que se dan en los ambientes de aprendizajes, por
ello Lule (como se citó en Islas, Trevizo & Heyras, 2014) señala que la práctica
de un docente se compone de actividades de enseñanza y aprendizaje que
se desarrollan en el aula realizando precisamente, una reflexión respecto a lo
que se desarrolla y por consecuencia se convertirá en una mejor enseñanza.
Una de las categorías que se desprende de buenas prácticas, es la concer-
niente a las comunidades de aprendizaje. Integramos las voces de los
estudiantes en el sentido que ellos dan al hecho de que los profesores
requieren de abrir su visión del ser docente en una vía de compartimiento,
de entrelazar conocimientos, experiencias, etc. El profesor debe tomar en
cuenta que ya los tiempos han cambiado, que nosotros también sabemos
y queremos participar (E.5) Sí, algunos maestros aburren con sus clases
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pues solo hablan, hablan y hablan y cuando queremos participar nos callan
(E.9). Hay veces que nos les gusta que les mueva uno el tapete (sic), pues
preguntamos algo y nos dicen… eso no es del tema. Nosotros queremos que
los maestros nos den chance de participar, y no solo hacer lo de la guía del
estudiante y ya (la guía del estudiante refiere a una antología donde vienen
actividades que desarrollan los estudiantes a partir de lecturas), y entonces
no sabemos si hicimos bien las cosas o no (E.3).
En la actualidad abordar la relación pedagógica entre maestro y estudiante
pareciera sencillo o tal vez como algo que ha mejorado en el discurso educativo;
sin embargo, ante lo expresado por los informantes se observa que no es así,
y que se está en el contínuum de la catedra, donde el profesor es quien tiene
el conocimiento y el estudiante debe incorporarlo a sus estructuras.
Monterroza (2014) refiere que el poder del profesor, y la existencia cierta de
sujetos en relación, por otra, no han sido tomados debidamente en cuenta en
el análisis de la práctica pedagógica, esto debilita o imposibilita la necesaria
coherencia que debería existir entre el discurso pedagógico y la práctica. En
donde docente y estudiante establezcan vínculos de intercambio en distintos
saberes, para relacionar lo que se discute en el aula con la vida cotidiana en
los entornos escolares. Por ello, formar espacios de intercambio fortalece los
aprendizajes tanto del estudiante, como del mismo profesor.
El discurso actual habla de comunidades de aprendizaje, en el sentido de que
las acciones áulicas sean interactivas, en donde profesor y estudiantes se
conviertan en portadores de experiencia y conocimiento para que de acuerdo
a Vigotsky (como se citó en Wertsh, 1988) se desarrolle el doble plano social.
De igual forma entender comunidad de aprendizaje es como lo refiere Elboj
y Oliver (2003), espacios educativos en los que toda la comunidad lucha por
transformar la escuela y convertirla en un lugar de encuentro y de desarrollo
destinado a todas las personas.
Lo anterior refiere a entender que este concepto muestra cómo en el entorno
escolar se puede aprender en común, utilizando herramientas comunes.
Desde el principio de la historia, los seres humanos forman comunidades en
donde internalizan aprendizajes colectivos en prácticas sociales, en donde el
conocimiento se constituye como una participación constante.
Y no olvidar a uno de los grandes pedagogos que ha dado la historia, Paulo
Freire, quien sugiere que la educación requiere recobrar un sentido de libertad,
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en donde olvidemos una educación de acumulamiento de saberes sin sentido,
a la cual denomina “bancaria” (el profesor emite conocimientos y el alumno
los acumula y almacena para luego volcarlos en un examen), Freire (1970)
de forma teórica y práctica, propone una pedagogía en la que los estudiantes
se conviertan en participantes activos en una comunidad de aprendizaje que
existe dentro de un contexto social, para que asuman la responsabilidad de
su propio aprendizaje.
Los saberes se engrandecen cuando se da una relación de compartir, dentro
de un diálogo sano, en donde la mediación pedagógica y social que debe
imperar en el aula, sea a partir de la comunidad que aprende, discute y
transforma.
Cuando los estudiantes se vieron cada vez más involucrados y motivados por
la discusión que despertó el grupo focal, reflejaban cada vez más su sentir,
eso que duele en el aprendizaje, por lo que abordaban de forma categórica
que ellos como estudiantes requerían un docente que transformara, y para
ello requería ser estratégico, por ello la docencia estratégica, refiere un
docente que toma en cuenta conocimientos previos y a partir de ahí realiza
sus planeaciones, estrategias y método. Es triste ver maestros que llegan al
salón y a veces ni se acuerdan de la materia que nos van a dar (E7)… sí, y ni
siquiera te explican de lo que se va a tratar la materia, o cómo va a trabajar,
solo dicen“sigan las actividades de su guía y las discutimos”(E12), si bien
nos va (todos se ríen).
Existen otros maestros que se preocupan por planear su clase,y nos ponen
estrategias que nos ayudan a pensar y aprender (se queda pensando), y eso
me gusta, porque uno va a su comunidad con ganas de aplicar lo que te
enseñó el profesor (E9). Estoy de acuerdo, hay maestros que nos ponen
estudios de caso y revisan nuestros trabajos, además de que nos hacen
observaciones (E5).
Desde la perspectiva de Quesada (como se citó en Ton, 2004), “la docencia
estratégica busca el aprendizaje significativo de contenidos y el desarrollo de
habilidades de pensamiento con el fin de que los estudiantes se conviertan
en aprendices autosuficientes” (p.197). Sin lugar a dudas, esta aportación
sustenta las ideas de los estudiantes. Sin embargo, cuando se deriva una
práctica con estudiantes que presentan un discurso centrado en su lengua
materna, pareciera sencillo, pero cuando los docentes no comparten la
comunicación desde sus significados por no hablar ni entender la lengua
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tepehuana, entonces se convierte en una barrera de la comunicación,
ante esta situación los estudiantes refieren: para el maestro es fácil abordar
las clases usando conceptos que no entendemos, aun de que hablamos
español, nuestro entendimiento está en nuestra lengua materna, el tepehuano
(E10). Estoy de acuerdo, el profesor debe hacer esfuerzos por aprender
nuestra lengua, o bien, tomar en cuenta de que requiere dejar en claro las
ideas, es fácil encargar tareas pero no toma en cuenta que para nosotros es
muy difícil. Vigotsky (como se citó en Antunes, 2009) plantea que la relación
entre pensamiento y palabra no es un hecho, sino un proceso, un continuo ir y
venir del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento, y en él, la
relación entre pensamiento y palabra sufre cambios que pueden ser conside-
rados como desarrollo en el sentido funcional. El pensamiento no se expresa
simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Por consiguiente,
el proceso de comprensión de los estudiantes requiere que sus significados
tengan un sentido psicológico y contextual, el sentido de la mediación aborda
precisamente posibilitar en el espacio las oportunidades de entendimientos
para que sus aprendizajes no se vean afectados. El nicho de las interacciones
profesor-alumno, radica precisamente en la comunicación en los lazos de
aprendizaje, y sobre todo en la ayuda pedagógica que el primero aporta.
El aula es el espacio en donde las interacciones sociales propician saberes
con significado, es el lugar donde los afectos y valores cimientan las bases
de jóvenes exitosos; sin embargo, algunos planteamientos de los estudiantes
refieren lo siguiente:
Tenemos maestros que nos faltan el respeto con sus actitudes, nos dicen…
¿qué no piensas? (hace una pausa y suspira). Nos señalan con el dedo y
nos toca la frente para decirnos… póngase a estudiar muchacho burro (E5)
Es incongruente encontrarnos en la actualidad estas prácticas, en donde
pareciera que los derechos humanos, respeto a la inclusión nada tienen de
importancia. La escuela posee una finalidad profesional, ya que prepara para
el desarrollo y enseña, a través de la solidaridad, la importancia y el sentido
del trabajo. Con ello logramos ver una existencia plena de armonía, desarrollo,
realización y felicidad social.
Tenemos un maestro, que ya es grande, es la primera vez que nos da, él
nos respeta mucho, nos habla de la historia, usa videos y nos hace sentir
orgullosos de ser indígenas, él es de Oaxaca, y de origen indígena, y se
siente orgulloso (E9).
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Sí, él dice, yo soy oaxaqueño porque es mi origen, pero de chiquito me fui a
Distrito Federal, entonces soy defeño, pero tengo 20 años en Durango y soy
duranguense, por lo tanto soy orgullosamente un buen mexicano. Eso casi
me hizo llorar (E12).
Qué importante cuando el docente interactúa con cordialidad, con afecto,
existe una disposición de trabajo, motiva al estudiante, y sobre todo le permite
crear expectativas.
El contexto universitario es un escenario enriquecido con los más profundos
saberes científicos, por ello, como comentan Orostegui, Lastre y Gavira
(2015), los profesores comprometidos en los diferentes saberes contribuyen
a la formación de sujetos para un desarrollo de la sociedad con meritorios
valores humanos.
El integrar estas categorías permite tener un espectro de cómo las buenas
prácticas de los maestros repercuten en que estudiantes del medio indígena
sigan reconociéndose como indígenas rescatando sus tradiciones pero no
cerrando la oportunidad de un crecimiento social, intelectual y cultural. Por
otra parte relacionarse de forma adecuada con sus iguales y sus mediadores
permite desarrollar comunidades de aprendizaje idóneas para así plasmar
huellas en sus nichos cognitivos.
CONCLUSIONES
Finalmente, los estudiantes a través de sus voces dan un significado a sus
sentimientos, creencias, y muestran que perciben un mundo desde un sentido
particular y social, este tipo de estudios permite entender cuán importante es
escuchar y comprender el sentir de los principales actores. Los informantes
expresan lo importante que es aprender cada vez más con mayor ahínco,
teniendo como responsabilidad las construcciones de sus saberes mediados
por el profesor, de igual forma manifiestan la necesidad de una comuni-
cación clara, con respeto a su lengua materna, centrándose en sus propios
conceptos y su complejidad, en donde el discurso y las relaciones se ubiquen
dentro de un contexto de apoyo y solidaridad.
HALLAZGOS
Uno de los hallazgos del presente estudio radica en el hecho de que las
personas de las comunidades indígenas por lo regular son celosas de
sus creencias, de sus espacios; sin embargo, se observó algo totalmente
diferente, ellos están en pro de lo colaborativo y de la ayuda entre iguales, de
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fortalecer sus saberes mediante estrategias innovadoras, para así llevarlas a
sus prácticas.
La identidad que como estudiantes conforman en una institución conlleva
la creación de expectativas, por ello, en sus planteamientos las buenas
prácticas se dirigen a tener docentes estratégicos e innovadores, para así,
tener los modelos adecuados y en futuro ser profesionales de la educación
con prácticas asertivas a su vida cotidiana.
Por otra parte, el sentido de comunidad de aprendizaje y de ética son expre-
siones que permiten visualizar la importancia que tiene para ellos el ser partí-
cipes del conocimiento y los insumos que surgen de la presente investigación,
permite detonar nuevas líneas de investigación que permitan estar de cerca
con quienes conforman el núcleo de una sociedad vulnerable, diversa, pero
centrada en su proceso de crecimiento académico.
REFERENCIAS
Antunes, C. (2009). Vigotsky en el aula…¿Quién diría? Buenos Aires.
Argentina: San Benito.
Elboj, S. & Oliver, P. (2003). Las comunidades de aprendizaje: Un modelo de
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