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Sonia Valbuena- Iván Padilla- Eddie Rodríguez
término de capacidades excepcionales, que según el Ministerio de Educación Nacional (MEN),
mayor ente educativo en el país, hace referencia tanto a los estudiantes que presentan capacidades
excepcionales globales, como a los que muestran un alto potencial o desempeño en un campo
determinado (capacidad excepcional) (MEN, 2015).
En el caso de la presente investigación se consideraron estudiantes con capacidades
excepcionales en el área del saber correspondiente a las matemáticas. Esto teniendo en cuenta
que por lo general es poco el interés que se le muestra a este tipo de niños en las escuelas y, por
tal razón, en muchas ocasiones los mismos se enfrentan a situaciones escolares que les resultan
fáciles y rutinarias, y se les conduce al mismo ritmo de trabajo que al resto del grupo, lo cual les
hace perder la motivación por aprender (Arancibia, Hanish & Rodríguez, 2012). En ese orden de
ideas, Hernandez & Moreno (2013) aseguran que las instituciones educativas difícilmente cuentan
con estrategias claras para orientar a niños y jóvenes de estas características, y en general los
docentes evaden responsabilidades frente a la planeación de acciones formativas especiales que
cubran las expectativas de estos niños y jóvenes, haciendo caso omiso a lo que afirma con
respecto al hecho de que todos los estudiantes con capacidades excepcionales requieren de una
educación inclusiva (Valadez & Ávalos, 2010, citados por Mendez, 2014): “la inclusión es el proceso
de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la
mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades y reduciendo la exclusión en
la educación”.
Es muy probable que los estudiantes que no son atendidos a tiempo se desestimulen y se
sientan poco valorados en sus fortalezas y que las capacidades que ostentan desaparezcan con el
tiempo, ya que la práctica y las experiencias son las vías más seguras para potenciar la capacidad
excepcional. En tal sentido, los docentes son el principal puente para que estudiantes con esta
capacidad potencien sus habilidades y las perfeccionen, de manera que desarrollen todas sus
capacidades en la sala de clases (Arancibia (2009). Es importante que desde el repertorio de
estrategias que utilicen, los maestros creen estímulos en el estudiante, de manera que sus
fortalezas no se trunquen y que termine ganando el desinterés por las clases. Como afirman
Valbuena, Conde & Ortiz (2018), la calidad de la educación está directamente relacionada con la
calidad de los docentes, y de manera particular con su formación inicial, y más cuando se trata de
población excepcional, como es el caso de la presente investigación. En este último sentido, como
el sistema educativo no cubre las necesidades de aprendizaje de niños con capacidades
excepcionales, resulta necesaria la implementación de estrategias educativas que contribuyan al
fortalecimiento de sus habilidades, apoyándose en el currículo regular de la escuela. Este tipo de
intervención educativa debe incluir tanto a maestros, como a la familia y los recursos físicos con
que cuente la institución (Alandete & Miranda, 2012). Siguiendo la idea de Comes, Díaz, Ortega &
Luque (2012), el alumnado con capacidades excepcionales precisa un soporte educativo para que
se haga efectivo el desarrollo de todas sus potencialidades y su inclusión en la escuela sea exitosa.
El MEN (2015) ofrece alternativas educativas para la persona con capacidades o talentos
excepcionales. De hecho, la normatividad existente en Colombia permite organizar el currículo de
manera flexible y autónoma (Resolución 2343 de 1996, Ley 115 de 1994). También existe
flexibilidad en el plan de estudios (horarios, contenidos, indicadores de logro, Resolución 1860 de
1996) para atender las necesidades del estudiante no solo desde sus habilidades, las cuales pueden
exigir mayor profundidad, variedad y complejidad, sino también desde las particularidades de las
regiones, es decir del contexto, debido a que un currículo flexible permite realizar adaptaciones que
Educación y Humanismo
20(35): pp. 166-183. Julio-Diciembre, 2018. DOI: http://dx.10.17081/eduhum.20.35.2964