How to cite this article: Ruiz, O., Gallón, C., González, T. 2017. Síndrome de activación macrofágica como complicación de una artritis idiopática
juvenil de tipo sistémico: Reporte de un caso. Cienc innov salud. 4(2):1-5. DOI 10.17081/innosa. 4.2.2630
que conduce a una expansión prolongada de las células T y macrófagos y a la producción
de citoquinas pro-inflamatorias(
Schulert & Grom, 2014
). Por su parte, el IFN? es uno de
los actores claves en el SAM al promover un circuito de retroalimentación positiva con
expansión continua de CPA, lo que conduce a la infiltración tisular por linfocitos T y
macrófagos, característica del síndrome, manifestado clínicamente como fiebre,
citopenias, disfunción hepática, neurológica y coagulopatía (
Schulert & Grom, 2015
). El
SAM también puede ser desencadenado por infecciones o suspensión
en los medicamentos durante el curso de una enfermedad reumática primaria
(
Stephan, Kone-Paut, Galambrun, Mouy, Bader-Meunier, Prieur, 2001
).
Teniendo en cuenta su parecido clínico e histopatológico con el grupo de trastornos
histiocíticos conocidos colectivamente como linfocitosis hemofagocítica (HLH),
actualmente el SAM se clasifica entre las formas secundarias, o adquiridas del
mismo (
Tabla 2
)(
Athreya, 2012
;
Kumakura, 2005
).
Epidemiológicamente, se ha descrito que el SAM como complicación en niños con
enfermedades reumáticas, puede desarrollarse durante el debut de la enfermedad o en
los períodos de recaídas(
Stephan et al., 2001
). Aproximadamente, el 10% de los
pacientes con SAM secundario a AIJs debutarán con manifestaciones clínicas del
síndrome (
Cuende, Vesga, Perez, Ardanaz, Guinea, 2001
), mientras que de un 30-40%
cursarán subclínicos (
Ravelli, 2012
).
Teniendo en cuenta la severidad de esta patología, con mortalidad hasta del 30% de
casos,es fundamental el reconocimiento inmediato de sus características clínicas y de
laboratorio, así como la intervención terapéutica adecuada inmediata. Sin embargo, el
diagnóstico de SAM suele ser difícil, en especial porque puede confundirse con los
síndromes sépticos; de hecho el SAM puede estar asociado con infecciones por
patógenos intracelulares. En adición, el reconocimiento de las formas subclínicas,
principalmente en la AIJs(
Behrens, Beukelman, Paessler, Cron, 2007
), subraya la
importancia de establecer criterios lo suficientemente sensibles para distinguir
SAMdel debut de la enfermedad de base, lo cual es crítico para establecer el enfoque
terapéutico apropiado(
Ravelli, 2012
).
En la tabla 3 se describen las principales características clínicas, de laboratorio y
patológicas de la AIJs complicada con SAM. Por su parte, el consenso internacional de
SAM, estableció en el año 2014, los criterios de clasificación en el contexto de la
AIJs(
RavelliA, Davi S, Minoia F, Martini A, Cron RQ, 2015
), como se muestra en la tabla
4. La demostración de la hemofagocitosis en el aspirado de médula ósea NO es
indispensable para el diagnóstico. Puesto que se ha observado el síndrome clínico sin
hemofagocitosis y ésta no siempre es demostrable en las etapas iniciales de la
enfermedad (
Gupta, Tyrrell, Valani, Benseler, Weitzman, Abdelhaleem,
2008
). En nuestro caso clínico, es posible observar el cumplimiento de la mayoría de
los criterios clínicos (fiebre alta no remitente, hepatoesplenomegalia, adenomegalias,
disfunción de sistema nervioso central) y paraclínicos (citopenias, alteración de
pruebas de función hepática, coagulopatía, disminución de la velocidad de
sedimentación globular en forma abrupta, hipertrigliceridemia,
hipoalbuminemia,hiperferritinemia), con datos poco específicos en el aspirado
medular, excepto por la proliferación de la serie monocítica en un 20% en concordancia
con lo publicado en la literatura mundial.
Con respecto al tratamiento, y teniendo en cuenta la alta tasa de mortalidad de esta
patología; es preciso el control oportuno del proceso inflamatoriosistémico, por lo que se
utilizan altas dosis de esteroides (
Raveli et. al, 2012
;
Hadchouel, Prieur, Griscelli,
985
).Adicionalmente, se han utilizado inmunosupresores (ciclosporina o
ciclofosfamida) (Stephan et al., 2001;
Wallace & Sherry,1997
)
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