I.INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud define la muerte materna como la muerte
de una mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días siguientes a la
terminación del embarazo, independiente de la duración y el sitio del embarazo,
debida a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o
su atención, pero no por causas accidentales o incidentales (WHO, UNICEF,
UNFPA & The World Bank, 2005).
En la actualidad de acuerdo a publicaciones de la UNICEF y teniendo en cuenta
trabajos realizados por los investigadores de la Universidad de John Hopkins en
los países de Sudamérica el comportamiento epidemiológico en cuanto a
mortalidad materna (expresada en muertes maternas por 100 000 nacidos vivos),
si bien no es tan alto como en África, también es disímil. En países como
Uruguay la cifra es relativamente baja, mientras que en otros, como Bolivia,
alcanza a 390 (Taylor & Richards, 2000). En Colombia ocurren alrededor de
90 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos (Bhagwanjee, Paruk,
Moodley & Muckart, 2000), lo que representa un grave problema de salud
pública que afecta la mayoría de los países pobres en el mundo y que tiene
gran impacto familiar, social y económico.
Cabe resaltar que la muerte de una madre es una tragedia evitable que afecta
una vida joven llena de grandes esperanzas, es una de las experiencias más
traumáticas que puede sufrir una familia y afecta seriamente el bienestar, la
supervivencia y el desarrollo de quienes componen el núcleo familiar (Osorio,
Montoya, Cuartas & Torres, 2005). En la mayoría de los países en desarrollo, las
causas más frecuentes de mortalidad y morbilidad materna son: hemorragia
obstétrica, preclampsia-eclampsia, infección puerperal y complicaciones de
aborto, todas ellas potencialmente evitables (Yaila, 2003). En Colombia, las cifras
definitivas según el DANE (2010), registran una razón de 71.6 muertes por cada
100.000 mil nacidos vivos, ubicándola con cifras inferiores al promedio de los
países del área andina (Organización Panamericana de la Salud, 2012), pero con
cifras superiores a Brasil, Chile, México, Costa Rica, Argentina, Uruguay y Cuba.
Desde el año 2009, se evidencia una marcada reducción en el total de recién
nacidos vivos, lo que ha velado el efecto que ha tenido la reducción absoluta de
las defunciones sobre el indicador. Si bien, la cifra global de Mortalidad Materna
en Colombia, ha descendido (35%), este descenso no es equiparable al nivel de
desarrollo del país. Se reconoce que su ocurrencia es multifactorial, porque en
ella están presentes aspectos relacionados con determinantes derivados de la
inequidad Urbano/Rural, de la fragmentación de la prestación de servicios y por
la oferta deficiente de atención de emergencias obstétricas (DANE, 2010).
Por otra parte, las estimaciones de la mortalidad materna en Colombia presentan
serios problemas porque existen dificultades con la identificación de las muertes
maternas, con los certificados de defunción y los registros de los partos ocurridos
en el domicilio. Todo lo anterior dificulta los ajustes de las tasas, en 1990 fue
98.6% y para el 2004 las tasas de mortalidad materna fueron de 104.9 por
100.000 nacidos vivos, en el departamento del Atlántico en los años 2003 fue de
69.9 por 100.000 nacidos vivos representado por 13 caso y en el 2004 fue 66.4
por 100.000 nacidos vivos; con un total de casos 12 muertes. Los preliminares
del DANE (2005) reportaron 14 casos con una tasa 80.6 por 100.000 nacidos
vivos observándose una disminución en el 2006 con 9 casos y una tasa de 56.7
por 100.000 nacidos vivos. En Barranquilla las tasas de mortalidad, para el año
2010, superan las registradas en las principales ciudades del país. En la capital
del Atlántico ese índice es de 72 muertes x 100.000 partos, mientras que en
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How to cite this article: M. Guerra-Ramírez, C. Montenegro-Rivera, S. Cano-Ibarra. Epidemiology Behaviour of maternal deaths in Atlántico
DeDeparment and Barranquilla district. Cienc. innov. salud. 2017; 4(1): 27-37.