de estas pacientes no presentarán cambios en la periodicidad de los ataques epilépticos
durante la gestación y una de cada seis padecerá empeoramiento, por otro lado, una de
cada seis experimentará mejoría. Existe del 2-4% de posibilidad de sufrir un ataque
periparto, posiblemente por los factores estresantes a los que se encuentra expuesta (7).
Con respecto a las causas, la mayoría es idiopática, pero existen causas secundarias en
las que se encuentran tumores, traumas, cirugías previas, síndrome antifosfolípidos,
eclampsia, púrpura trombocitopénica, trombosis sinusal cerebral, ECV, hipoglucemia y
desequilibrio electrolítico (1). Se ha determinado que esta patología se encuentra
vinculada con más tasas de alteraciones congénitas, relacionado primordialmente a los
efectos de los fármacos antiepilépticos en el útero, también se incluyen aborto
espontáneo, parto prematuro, cesárea, HPP e ingreso a UCI neonatal (13).
Los medicamentos para la epilepsia son teratogénicos, por esta razón es importante
evaluar los beneficios y los efectos negativos; se utilizan medicamentos como ácido
valproico y carbamazepinas; los defectos congénitos abarcan las alteraciones del tubo
neural, defectos cardiacos, fisuras orofaciales, hipertelorismo, uñas hipoplásicas, entre
otros (1).
ESTRÉS Y EMBARAZO
El embarazo es un estado complicado, activo y enérgico, las variaciones en la psicología
materna originan una lluvia de reacciones, en las cuales se incluyen cambios en la
circulación sanguínea del útero y modificaciones sensoriales intrauterinas posiblemente
percibidas por feto (14).
El estrés puede definirse como una condición en la que existe una desarmonía en el ser,
y se caracteriza porque la homeostasis se encuentra amenazada por factores
estresantes (estímulos internos o externos), por lo que se acciona el sistema endocrino,
inmunológico y nervioso, generando la respuesta al estrés (3). Los factores estresantes
pueden influir en el desarrollo de algunas alteraciones fetales como patologías
psiquiátricas o físicas (4). Durante los periodos de estrés se secreta glucocorticoides, los
cuales probablemente sean capaces de penetrar la barrera placentaria y transmitan los
efectos del estrés al producto de la gestación, no obstante, esto es una teoría (15).
Un estudio prospectivo aportó evidencia sobre la relación que existe entre el estrés
materno y las medidas antropométricas del neonato desfavorables al nacer, estas
experiencias estresantes se vincularon con una disminución en la longitud, peso al
nacer, perímetro cefálico y, cuando el estrés prenatal es más intenso, se asoció con una
reducción de la duración del tiempo de la gestación (4). En otro estudio experimental con
roedores se evidenció que el estrés materno incita perturbaciones en el producto a nivel
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