
I.INTRODUCCIÓN
Las neoplasias adeno-hipofisarias son tumores de naturaleza benigna que tienen su
origen en grupos celulares de la hipófisis anterior, corresponden al tipo de tumor más
frecuente que ocupa la silla turca y es el tercer tipo de tumor intracraneal que
habitualmente se presentan en la cavidad, constituyendo el 10-15% de las mismas (1,
2). La prevalencia mundial exacta no ha sido definida con certeza por su
característica silente, sin embargo, estudios en el campo de la radiología y medicina
forense sugieren que es de aproximadamente 20% (2). Estos tumores, se manifiestan
clínicamente por compresión de estructuras adyacentes por ‘’efecto de masa’’ y
su funcionalidad hormonal, lo que lleva al clínico a sospechar de ellos (1). Los
adenomas pituitarios han sido clasificados según diversas características, la OMS, por
su parte, ha optado por hacer un enfoque más amplio al reconocer en el 2017,
con la revaluación de su clasificación previa, el rol de los factores de transcripción en
la diferenciación de estirpes de células tumorales, las células de origen y su secreción, y
la posible tumorogénesis del adenoma, como se muestra en la tabla 1, contemplando que
algunos, como el adenoma somatotropo escasamente granulado, adenoma corticotrofo
silencioso, adenoma de células de Crooke, adenoma lactotrofo en la población
masculina, y el adenoma plurihormonal Pit-1 positivo, tienen un comportamiento clínico
más agresivo (1).
La acromegalia es una enfermedad caracterizada por una excesiva y acelerada
secreción de hormona de crecimiento (GH) y factor de crecimiento insulínico 1 (IGF-1),
regulador
de la homeostasis del hueso, que en un 98% de los casos es debido a
tumores hipofisiarios hipersecretores y, mucho menos frecuente, a producción ectópica,
lo que conlleva a un crecimiento anormal del esqueleto y de los tejidos blandos, la
misma condición en los niños es conocida como gigantismo (3). A pesar de que la GH
ejerce su acción de modo directo sobre las células esqueléticas blancos, la mayor
proporción de sus acciones son mediados por IGF-1 y se encuentra regulada por
la hormona paratiroidea (3). Sin embargo, la relevancia clínica de estas hormonas
radica en el hecho que el aumento desproporcionado de las mismas puede afectar la
dinámica ósea, produciendo manifestaciones clínicas típicas como la acromegalia y el
gigantismo (3,4)
II.
EPIDEMIOLOGÍA
Los tumores más frecuentes de la silla turca en la vertiente endocraneal del esfenoides
son los adenomas hipofisarios, constituyendo el 10% de la totalidad de neoplasias en el
sistema nervioso y el 25% de las que son resecadas quirúrgicamente, el porcentaje de
aquellos resecados aumenta debido a los avances en el área de la imagenología y
medicina forense y la concientización por parte del clínico en su sospecha, aunque la
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