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físico, lo político y lo moral” (5). Termino que ha sido depurado con el pasar de los años hasta
llegar a la definición actual dada por la OMS. Al aceptarla como entidad, se reconoce que hay
formas de cuantificar la calidad de vida. De la misma manera otros instrumentos que se
considere usar en la investigación y en la práctica clínica, debe tener presentes requisitos
metodológicos previamente establecidos, los cuales no están del todo definidos en la
construcción de escalas para evaluar la calidad de vida, pero nos permite tener una mayor
aproximación para objetivación de los resultados (5, 6).
La investigación en la determinación del impacto en la calidad de vida del paciente oncológico
se considera una prioridad, debido a que permite: 1) Identificar el impacto de la patología y/o
el tratamiento a un nivel preponderante y complementario a las condiciones clínicas. 2)
Entender de mejor manera los efectos secundarios de las pautas terapéuticas. 3) Evaluar el
tratamiento paliativo y 4) Posibilitar la rehabilitación de los pacientes(5)(7).
Desde la visión urológica se proponen modelos específicos orientados en la evaluación de la
función sexual, urinaria e intestinal. La Organización Europea para la Investigación y
Tratamiento del Cáncer (EORTC), estableció en 1980 un grupo para el estudio de la Calidad
de vida (EORTC-QLG), el cual tiene como tarea principal el estudio y ejecución de instrumentos
para medición de la calidad de vida de los pacientes con patología oncológica (6). Sin embargo
gran cantidad de escalas para la medición de la Calidad de Vida se han elaborado y sometido
a validez, intentando evaluar a los pacientes con patología oncológica de origen urológico (5);
estas escalas, constan de varios ítems, que resultan poco “amigables” para los pacientes, por
lo cual su aplicación y ejecución termina siendo compleja.
El cáncer de pene es una patología poco frecuente en nuestro medio generando menos del
1% de los decesos por cáncer en el hombre. Su incidencia se puede incrementar en algunas
regiones llegando hasta 10% de las neoplasias malignas en el hombre, por ejemplo, en la India
presenta un registro de 0.7–3.0 por 100.000, en Brasil 8.3 por 100.000, en Uganda 12 por
100.000 habitantes. En Europa, la incidencia es de 0,1 a 0,9 por 100.000 y en Estados Unidos,
de 0,7 - 0,9 por 100.000. En algunas regiones de África, Asia y Sur América, la incidencia es
significativamente mayor; aproximadamente 19 por 100.000 habitantes. A nivel local, Colombia
presenta una tasa de incidencia anual de 1.11-2 por 100.000 habitantes (8).
A través del tiempo se han desarrollado herramientas específicas para medir resultados
sexuales, urinarios y disfunción intestinal. Estas escalas diseñadas para determinar el impacto
en la calidad de vida son aplicables según el tipo de patología oncológica urológica. Entre ellas
tenemos: EORTC QLQ PR 25 módulo específico de cáncer de próstata; compuesto por 25
ítems. EPIC (The Expanded Prostate Cáncer Index Composite), el cual consta de 57 ítems, 4
escalas: urinario, intestinal sexual y hormonal. UCLA-PCI (University of Califonia- Los Angeles
Prostate Cáncer Index); el cual consta de 20 ítems, 6 escalas: función urinaria, intestinal,
sexual y molestias: urinaria, intestinal, sexual. FACT-P (Functional Assessment of Cáncer
Therapy – Prostate); escala específica para el cáncer de la próstata; consta de 12 ítems y para
el cáncer de la vejiga FACT-Bl (Functional Assessment of Cáncer Therapy – Prostate); este se
encuentra compuesto por 13 ítems y QLQ-BLScáncer de la vejiga superficial, cuestionario de
24 ítems. (5, 7, 9, 10). Sin embargo, en la revisión de literatura realizada no se encontraron
estudios que evaluaran o validaran escalas de calidad de vida en pacientes con cáncer de