Cómo citar: Poveda C, Poveda D. Estilos de vida y estado nutricional en adolescentes de un centro educativo de Vélez
Santander, 2019. Ciencia e Innovación en Salud. 2021. e125: 172-187 DOI 10.17081/innosa.125
Estilos de vida y estado nutricional en adolescentes de un centro
educativo de Vélez Santander, 2019
Lifestyles and nutritional status in adolescents of an educational center in
Vélez Santander, 2019
Carlos-Augusto Poveda Acelas
1
, Dana-Carolina Poveda Acelas
2
1
Universidad CES. Medellín, Colombia
2
Universidad Jaume I. Castellón de la plana, España.
*Dirigir correspondencia a: carlos226_@hotmail.com; carlospoveda301@gmail.com
RESUMEN
Introducción: La adolescencia es un período de la vida clave en la adquisición de estilos
de vida. A nivel mundial se han encontrado factores de riesgo en los adolescentes como
tabaquismo, consumo de drogas, inactividad física, exceso de peso y malos bitos
alimentarios que pudieran afectar el estado de salud de los individuos. El objetivo de este
estudio fue describir según el sexo los estilos de vida y el estado nutricional de los
adolescentes de un centro educativo de Vélez Santander. Métodos: Estudio descriptivo de
corte transversal, realizado en un centro educativo de Vélez Santander durante abril, mayo
y junio de 2019. Los estilos de vida fueron evaluados por medio del cuestionario
FANTÁSTICO. Para determinar el estado nutricional se realizó una valoración
antropométrica que implicó la toma de peso y talla. Resultados: El 3,8% de las
adolescentes y 5,5% de los adolescentes tenían estilos de vida perjudiciales. En relación al
estado nutricional el 64,1% de las adolescentes y 65,8 % de los adolescentes tenían un
IMC/ Edad adecuado. En relación con los estilos de vida y el sexo se encontraron
diferencias significativas en las variables: realizar actividad física, comer frutas y verduras,
consumo de sal, azúcar y comida chatarra, bebidas con cafeína, dormir bien y uso de
cinturón de seguridad (p < 0.05). Conclusiones: Se requiere fomentar estilos de vida
saludables en los adolescentes, a través de una alimentación abundante en frutas y
verduras, realización de actividad física y disminuir el consumo de alcohol y tabaco, con el
propósito de garantizar un buen estado nutricional y de salud.
Keywords: Adolescente; Estado Nutricional; Encuestas y Cuestionarios; Estilo de vida;
Hábitos.
Proceso Editorial
Recibido: 14 10 20
Aceptado: 27 05 21
Publicado: 21 06 21
ABSTRACT
DOI 10.17081/innosa.125
©Copyright 2021.
Poveda Acelas
1
et al.
Background: Adolescence is a key period of life in the acquisition of lifestyles. Globally, risk
factors have been found in adolescents such as smoking, drug use, physical inactivity, excess
weight and poor eating habits that could affect the health status of individuals. The objective of
this study was describe by sex the lifestyles and nutritional status of adolescents in an
educational center in Vélez Santander. Methods: Descriptive cross-sectional study, conducted
in an educational center of Vélez Santander in april, may and june of 2019. The lifestyles were
evaluated by means of the fantastic questionnaire. The nutritional status, an anthropometric
assessment was carried out that involved taking weight and height, meanwhile. Results: 3.8
per cent of teenage girls and 5.5 per cent of teenagers had unhealthy lifestyles. Regarding the
nutritional status, 64.1% of teenage girls and 65.8% of teenagers were found to have an
adequate BMI/Age. In relation to lifestyles and sex, significant differences were found in the
variables: physical activity, eating, fruits, and vegetables, consumption of salt, sugar and junk
food, caffeinated drinks, sleeping well and wearing a seat belt (p<0,05). Conclusions: It is
necessary to promote healthy lifestyles in adolescents, through a diet abundant in fruits and
vegetables, physical activity, decrease alcohol and tobacco consumption, with the aim of
ensuring a good nutritional and health status of minors.
Palabras Clave: Adolescent; Nutritional Status; Surveys and Questionnaires; Life Style; Habits.
173
I. INTRODUCCIÓN
Los estilos de vida han sido definidos por diversos autores, como aquellos hábitos y
comportamientos que adoptan las personas en su vida cotidiana, los cuales influyen de una
manera positiva o negativa en la calidad de vida y estado de salud de los individuos (1,2,3).
Ahora bien, los estilos de vida pueden ser saludables o nocivos. Particularmente la
adolescencia ha sido considerada como un periodo de la vida en el que se adquieren estilos de
vida, así como también es una etapa de experimentación y elección de conductas relacionadas
con la salud, que pueden perdurar en la etapa adulta, afectando el estado de salud de las
personas y poblaciones (4). Diversos estudios han mostrado que conductas de riesgo en los
adolescentes como el tabaquismo, abuso de drogas, inactividad física, el exceso de peso y las
prácticas alimentarias inadecuadas desencadenan con el tiempo enfermedades crónicas, las
cuales además pueden tener efectos económicos, sociales y psicológicos en los individuos
(5,6,7).
A nivel mundial un estudio realizado en 89 países sobre estilos de vida en adolescentes mostró
que más del 80% de los y las adolescentes tenían un bajo consumo de frutas y verduras, eran
inactivos físicamente, consumieron alcohol y tabaco, siendo los adolescentes de sexo
masculino y aquellos entre 16 a 17 años quienes más estilos de vida inadecuados presentaban
(8). Por su parte, en Arica, la Organizacn Panamericana de la Salud (OPS) reportó en
2016 que más del 15% de los adolescentes de la región tenían sobrepeso y obesidad,
presentaban un alto consumo de bebidas azucaradas, comidapida y sedentarismo (9).
En Colombia la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN 2015), enunció que el
17,9% de los adolescentes entre 13 a 17 años tenían exceso de peso, solo el 13,4% de la
población de adolescentes del país cumplían con las recomendaciones de actividad física y
7,6% de los adolescentes pasaban tiempo excesivo frente a pantallas de dispositivos
electrónicos (10).
Además, la Encuesta Nacional de Salud del Escolar y Tabaquismo en Jóvenes de Colombia
de 2016 describió que el 86% de los adolescentes no consumían frutas ni verduras, y el 43,7%
incluían en su dieta los fritos una o más veces al día, 83% consumían alimentos procesados
una o más veces al día, 22% de los adolescentes manifestaron haber consumido cigarrillo en
algún momento de su vida y 69% habían consumido alcohol al menos una vez en su vida (11).
En el municipio de Vélez Santander, lugar de intes de este estudio no se han encontrado
investigaciones acerca de los estilos de vida de los adolescentes, motivo por el cual se realizó
este estudio con el objetivo de: describir según el sexo los estilos de vida y el estado
nutricional de los adolescentes de un centro educativo de Vélez Santander, ya que según la
literatura, la adolescencia es una etapa fundamental en la adquisición de estilos de vida que
repercutin en la vida adulta, razón por la cual es necesario que por medio de este estudio se
detecten los estilos de vida nocivos que pudiesen con el tiempo generar la aparición de
enfermedades crónicas y evitar las secuelas sociales, psicológicas y económicas que estas
conllevan (7).
174
II. MÉTODOS
2.1. Diseño del estudio: estudio descriptivo de corte transversal, realizado en estudiantes
de un centro educativo del municipio de Vélez Santander, durante el segundo trimestre del
año 2019.
2.2 Población muestra y protocolo de muestreo: El universo fue de 248 adolescentes. El
tipo de muestreo fue probabilístico aleatorio simple y la muestra se calculó con Epidat versión
4.2 utilizando un margen de error del 5%, un intervalo de confianza del 95% y una proporción
esperada del 50%. La muestra obtenida fue de 151 adolescentes. Se seleccionaron 151
estudiantes que se encontraban cursando bachillerato: séptimo, octavo, noveno, décimo y
undécimo grado. El criterio de inclusión que se tuvo en cuenta fue: estudiantes del centro
educativo que tuvieran entre 13 y 17 años de edad. Criterios de exclusión no se
contemplaron en el estudio.
2.3 Evaluación de los participantes: Para la realización del estudio los investigadores
solicitaron autorización al centro educativo y padres de familia de los adolescentes, el
consentimiento informado especificaba que se iban a realizar la toma de medidas
antropométricas (peso y talla) y la aplicación del cuestionario FANTÁSTICO con el fin de
medir los estilos de vida, una vez se tuvo el consentimiento informado firmado por los padres
de familia y el asentimiento de los adolescentes, se procedió a realizar la valoración
nutricional y la aplicación del cuestionario FANTÁSTICO (el cual fue autodiligenciado).
Para medir los estilos de vida se utilizó el cuestionario FANTÁSTICO (12), instrumento
chileno modificado- diseñado por el departamento de Medicina Familiar de la Universidad
McMaster de Canadá, el cual había sido validado en Colombia (13), mostrado validez y
confiabilidad adecuada (Alpha de Cronbach de 0,77). Este contiene 30 preguntas distribuidas
en 10 dimensiones: Familia y amigos, asociatividad y actividad física; entendiendo la
asociatividad como la participación del adolescente en: clubes deportivos, religiosos, grupos
de apoyo, dimensión de nutrición, tabaco, alcohol, sueño-estrés, trabajo-tipo de personalidad,
imagen interior, control de la salud-sexualidad y orden. Cada pregunta tiene 3 opciones de
respuesta con un valor de 0 a 2 para cada categoría. El puntaje final se multiplica por 2,
obteniéndose un rango final de puntajes de 0 a 120; en donde a mayor puntaje de la
dimensión, la calificación muestra un hábito positivo. La calificación final (es decir la suma de
todas las dimensiones) se clasifica de la siguiente forma: Entre 0 a 46 puntos: estás en la
zona de peligro, pero la honestidad es tu real valor, entre 47 a 72 puntos: algo bajo, podrías
mejorar, entre 73 a 84: adecuado, estás bien, entre 85 a 102: buen trabajo, estás en el
camino correcto y entre 103 a 120: felicitaciones tienes un estilo de vida fantástico (13,14).
La toma de medidas antropométricas se llevó a cabo antes del inicio de las actividades
escolares, esta fue realizada por dos personas del área de la salud previamente capacitadas.
Las medidas antropométricas se tomaron de acuerdo a la resolución 2465 de 2016 (15). Se
utilizó una báscula de marca seca y un estadímetro marca seca. Una vez se tuvo todas las
mediciones antropométricas se procedió a calcular el indicador IMC/Edad de los
adolescentes teniendo como parámetro la directriz dada por la resolución 2465 de 2016 (15),
en donde los adolescentes que fueron asignados en la categoría de obesidad fueron aquellos
cuya área bajo la curva se encontraba en (> +2 DE), en sobrepeso (>+ 1 a +≤ 2 DE), IMC
175
adecuado para la edad adecuado (≥ -1 a +1 DE), riesgo de delgadez (≥ -2 a≤ -1 DE) y
delgadez (< -2 DE) (15).
2.4 Aspectos éticos: para la realización de esta investigación se tuvo en cuenta lo expuesto
por la declaración de Helsinki y las pautas éticas de investigación en humanos, lo expuesto
por la resolución 8430 de 1993 (16), además que el proyecto contó con el aval de comité de
ética de la Universidad CES para su realización (Acta 205 proyecto 058).
2.5 Análisis estadístico: una vez se tuvieron los datos recolectados, se procesó la
información en el programa estadístico Statistical Package for the Social Sciencies [SPSS],
versión 21. El análisis descriptivo implicó el cálculo de frecuencias absolutas, relativas y la
prueba de chi cuadrado para establecer diferencias significativas (p<0.05). Teniendo en
cuenta que la confiabilidad puede cambiar entre muestras y que se requiere precisión en los
resultados, para efectos de esta investigación se estimó el Alfa de Cronbach para la muestra
(0,905), así como también se estimó el Índice de Kappa el cual fue de 0,786 (IC95 % de
0,728 - 0,823), lo que indica que la concordancia entre los observadores es satisfactoria
según la escala de Fleiss (0,061-0,80) por lo tanto los resultados son válidos y confiables
(17).
III. RESULTADOS
A. Características sociodemográficas de los adolescentes
El total de participantes del estudio fueron 151 adolescentes, de los cuales el 51,7% eran del
sexo femenino, con relación a la edad el 60,3% de los adolescentes tenían entre 13 a 15
años, por su parte en la zona de residencia el 58,9% de los adolescentes vivían en el área
urbana, en lo concerniente a la escolaridad, la muestra estuvo constituida por adolescentes,
siendo el curso décimo el que mayor número de participantes tuvo la investigación (33,1%).
B. Estado nutricional de los adolescentes determinado según el indicador IMC/Edad
La Tabla 1 indica el estado nutricional de los adolescentes del estudio según sexo, en ella se
puede apreciar que más del 60% de las y los adolescentes del estudio tenían un IMC/ Edad
adecuado; al realizar comparaciones por sexo se puede observar que los hombres tenían en
mayor porcentaje: malnutrición por exceso (27,4% los adolescentes y 25,7% las
adolescentes); mientras que el riesgo de delgadez fue mayor en las adolescentes (10,3% las
adolescentes, 6,8 % los adolescentes).
C. Estilos de vida de los adolescentes
Familia y amigos: Los resultados arrojados para esta dimensión reflejaron que más del 55%
de los adolescentes tenían con quien hablar de las cosas que los adolescentes consideraban
importantes, por su parte la variable yo doy y recibo cariño mostró que las adolescentes eran
quienes más demostraciones de cariño daban y recibían (55,1% las adolescentes, frente al
43,8% de los adolescentes).
176
Tabla 1. Estado nutricional de los adolescentes por sexo
Estado nutricional determinado
según el IMC/Edad
Sexo
Masculino
N*
%
N
%
IMC/Edad
Obesidad
2,0
2,6
6,0
8,2
Sobrepeso
18,0
23,1
14,0
19,2
IMC adecuado para
la edad
50,0
64,1
48,0
65,8
Riesgo de delgadez
8,0
10,3
5,0
6,8
Delgadez
0,0
0,0
0,0
0,0
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 2. Familia y amigos por sexo
Familia y amigos
Sexo
Valor P
Femenino
Masculino
N
%
N
%
Tengo con quien
hablar
Casi nunca
7,0
9,0%
7,0
9,6%
0,880
A veces
23,0
29,5%
24,0
32,9%
Casi siempre
48,0
61,5%
42,0
57,5%
Yo doy y recibo
cariño
Casi nunca
8,0
10,3%
9,0
12,3%
0,381
A veces
27,0
34,6%
32,0
43,8%
Casi siempre
43,0
55,1%
32,0
43,8%
Fuente: Elaboración propia.
D. Asociatividad y actividad física: La Tabla 3 señala la dimensión de asociatividad y
actividad física según sexo. Se puede observar para la asociatividad que tanto las
adolescentes como los adolescentes casi nunca son integrantes de grupos de apoyo
(48,7% las adolescentes y 42,5 los adolescentes). En cuanto a la actividad física hay
diferencias entre los y las adolescentes, ya que las adolescentes de este estudio eran más
inactivas físicamente que los adolescentes (71,8% las adolescentes, 27,4% los
adolescentes). Así mismo la variable caminar 30 minutos diarios muestra que las
adolescentes casi nunca lo realizan (75,6%) respecto a los adolescentes (63%).
177
Se encontró asociación entre la variable yo realizo actividad física y el sexo del adolescente.
(p=0,000).
Tabla 3. Asociatividad y actividad física de los adolescentes por sexo
Asociatividad y actividad física de los
adolescentes
Sexo
Valor P
Femenino
Masculino
N
%
N
%
Integrante activo de un
grupo de apoyo
(organizaciones de
autocuidado, clubes
deportivos y religiosos)
Casi nunca
38,0
48,7
31,0
42,5
0,515
A veces
22,0
28,2
27,0
37,0
Casi siempre
18,0
23,1
15,0
20,5
Yo realizo actividad
física
No hago nada
56,0
71,8
20,0
27,4
0,000**
1 vez por
semana
8,0
10,3
25,0
34,2
3 o más veces
por semana
14,0
17,9
28,0
38,4
Yo camino al menos
30 minutos diario
Casi nunca
59,0
75,6
46,0
63,0
0,055
A veces
7,0
9,0
17,0
23,3
Casi siempre
12,0
15,4
10,0
13,7
Fuente: Elaboración propia.
**Significancia estadística (p<0.05).
E. Nutrición: En la Tabla 4 se muestran los hábitos alimentarios de los adolescentes, en
esta se puede observar que los adolescentes de sexo masculino fueron quienes en menor
proporción consumían frutas y verduras todos los días (4,1% los adolescentes y 10,3% las
adolescentes); también para la variable consumo de sal, azúcar y comida chatarra se puede
ver que los adolescentes del sexo masculino eran los que con mayor frecuencia ingerían
estos tres tipos de alimentos (64,4% los adolescentes, 53,8% las adolescentes), por su parte
para la variable: “estoy pasado de mi peso ideal”, se puede afirmar que las adolescentes
fueron las que en mayor porcentaje autoreportaron tener un peso de más de 8 kilos al de su
peso ideal (15,4 % las adolescentes y 13,7% los adolescentes) .
Las variables: como dos porciones de frutas y tres de verduras y consumo sal, azúcar y
comida chatarra tuvieron asociación estadísticamente significativa (p=0.021 y p=0.023
respectivamente).
178
Tabla 4. Nutrición de los adolescentes por sexo
Nutrición de los adolescentes
Género
Valor P
Femenino
Masculino
N
%
N
%
Como 2
porciones de
frutas y 3 de
verduras
Casi nunca
28,0
35,9
42,0
57,5
A veces
42,0
53,8
28,0
38,4
0,021**
Todos los días
8,0
10,3
3,0
4,1
Consumo sal,
azúcar, comida
chatarra
Todas estas
42,0
53,8
47,0
64,4
Algunas de estas
26,0
33,3
25,0
34,2
0,023**
Ninguna de estas
10,0
12,8
1,0
1,4
Estoy pasado de
mi peso ideal
Más de 8 kilos
12,0
15,4
10,0
13,7
5 a 8 kilos de
más
9,0
11,5
8,0
11,0
0,946
0 a 4 kilos más
57,0
73,1
55,0
75,3
Fuente: Elaboración propia
**Significancia estadística (p<0.05).
F. Otras dimensiones: La Tabla 5 permite ver los resultados para cada una de las
dimensiones que también se estudiaron:
Tabaco: Para esta dimensión los resultados arrojaron que los adolescentes del sexo
masculino eran quienes más fumaban con una prevalencia del 28,8%, mientras que para las
adolescentes fue del 23,1%.
Alcohol, otras drogas: Esta dimensión arrojó que eran los adolescentes del sexo masculino
quienes más conductas de riesgo tienen para su salud, para el consumo de alcohol se
encontró que los hombres bebían en mayor proporción más de 12 tragos a la semana (30,1%
los adolescentes, 15,4% las adolescentes); así mismo, el consumo de drogas como
marihuana y cocaína mostró que son los hombres quienes más consumían este tipo de
sustancias de forma ocasional (21,9% los adolescentes, 12,8% las adolescentes).
Sueño, estrés: Para la variable sueño se encontró que más del 60% de los adolescentes
reportaron tener un adecuado patrón del sueño (65,4% las adolescentes y 72,6% los
adolescentes). En lo que respecta al manejo del estrés se evidenció que más del 65% de los
adolescentes del estudio eran capaces de manejar el estrés y tensión (67,9% las
adolescentes y 78,1% los adolescentes).
Trabajo, tipo de personalidad: En esta dimensión se halló que el 80,8% de las
adolescentes y 69,9% de los adolescentes reportaron no sentirse de malhumor. En lo
concerniente a la variable estoy contento con mis actividades, se evidenció un patrón similar
179
para ambos sexos (72,6% de los adolescentes y 70,5% de las adolescentes manifestaron
sentirse contentos casi siempre con sus actividades).
Imagen interior: Para esta dimensión, los resultados mostraron que el 75,3% de los
adolescentes y 65,4% de las adolescentes manifestaron ser optimistas casi siempre. En lo
que respecta a la variable me siento deprimido o triste se encontró que más del 80% de los
adolescentes del estudio manifestaron no encontrarse ni deprimidos ni tristes (84,9% los
adolescentes, 80,8% las adolescentes).
Control de la salud y sexualidad: La variable me realizo controles de salud arrojó una
distribución porcentual similar para los y las adolescentes que se realizaban controles de
salud de forma periódica (63,0% los adolescentes, 62,8% las adolescentes), por su parte la
variable me preocupo del autocuidado y cuidado de mi pareja evidenció que son las
adolescentes quienes más manifestaron preocuparse por este aspecto (59,0% las
adolescentes, 47,9% los adolescentes).
Orden: En esta dimensión se encontró que el 66,7% de las adolescentes y 57,5% de los
adolescentes manifestaron ser siempre respetuosos de las señales de tránsito, por otro lado,
la variable uso del cinturón de seguridad mostró que el 80,8% de las adolescentes y 58,9%
de los adolescentes utilizan siempre el cinturón de seguridad.
Las variables: bebidas con cafeína (p= 0,043), duermo bien (p=0,037) y uso cinturón de
seguridad (p=0,012) evidenciaron un valor estadísticamente significativo, según el Test Chi
cuadrado de Pearson.
En la Tabla 6 se muestra la calificación general de los estilos de vida de los adolescentes por
sexo, en ella se puede ver que más del 20% de las adolescentes recibieron la clasificación:
felicitaciones tiene un estilo de vida fantástico, mientras que en los adolescentes la cifra
porcentual fue del 17,8%. En relación a la zona de peligro se encontró que más del 3% de las
adolescentes y más del 5% de los adolescentes tenían en general estilos de vida que
pudieran ser nocivos para su salud.
Finalmente, de acuerdo a lo expuesto en la tabla se puede afirmar que la mayoría de los
adolescentes del estudio tenían estilos de vida adecuados, sin embargo, más del 25% de las
adolescentes y 32% de los adolescentes presentaron estilos de vida perjudiciales para la
salud que debían mejorar.
IV. DISCUSIÓN
Esta investigación mostró que los estilos de vida de los adolescentes estudiados fueron en
su mayoría adecuados para la salud. No obstante, más del 25 % de los adolescentes de
sexo femenino y 32 % de los adolescentes del sexo masculino tuvieron estilos de vida
negativos para la salud; así mismo el estudio permitió conocer el estado nutricional de la
población, donde más del 60% de los individuos tenían un IMC/Edad adecuado; sin embargo,
no se puede dejar a un lado las cifras de malnutrición por exceso que superaron el 20% en
ambos sexos, siendo mayor el porcentaje de los adolescentes con exceso de peso;
coincidiendo con lo reportado por otras investigaciones en las que los adolescentes tenían
180
estilos de vida perjudiciales para la salud, además con prevalencias de sobrepeso y obesidad
superiores al 20% y presente más en los adolescentes que en las adolescentes (18,19,20).
Tabla 5. Otras dimensiones
Variables
Sexo
Valor P
Femenino
Masculino
N
%
N
%
Tabaquismo
Yo fumo
Sí este año
18,0
23,1%
21,0
28,8%
No , el último año
13,0
16,7%
13,0
17,8%
No los últimos 5
años
47,0
60,3%
39,0
53,4%
0,667
Alcohol, otras sustancias
Número promedio
de tragos
Más de 12 tragos
12,0
15,4%
22,0
30,1%
0,051
8 a 12 tragos
17,0
21,8%
18,0
24,7%
0 a 7 tragos
49,0
62,8%
33,0
45,2%
Nunca
71,0
91,0%
63,0
86,3%
Uso drogas
A menudo
5,0
6,4%
9,0
12,3%
0,111
Ocasionalmente
10,0
12,8%
16,0
21,9%
Nunca
63,0
80,8%
48,0
65,8%
Bebidas cafeína
Más d 6 al día
29,0
37,2%
42,0
57,5%
0,043**
3 a 6 al día
24,0
30,8%
15,0
20,5%
Menos de 3 al día
25,0
32,1%
16,0
21,9%
Sueño y estrés
Duermo bien
Casi nunca
19,0
24,4%
7,0
9,6%
0,037**
A veces
8,0
10,3%
13,0
17,8%
Casi siempre
51,0
65,4%
53,0
72,6%
Soy capaz de
manejar el estrés
manejo estrés,
tensión
Casi nunca
4,0
5,1%
4,0
5,5%
0,296
A veces
21,0
26,9%
12,0
16,4%
Casi siempre
53,0
67,9%
57,0
78,1%
Trabajo tipo de personalidad
181
Me siento enojado
A menudo
4,0
5,1%
6,0
8,2%
0,297
Algunas veces
11,0
14,1%
16,0
21,9%
Casi nunca
63,0
80,8%
51,0
69,9%
Me siento contento
con mi trabajo o
actividades
Casi nunca
8,0
10,3%
5,0
6,8%
0,754
A veces
15,0
19,2%
15,0
20,5%
Casi siempre
55,0
70,5%
53,0
72,6%
Imagen interior
Soy un pensador
optimista
Casi nunca
7,0
9,0%
3,0
4,1%
0,316
A veces
20,0
25,6%
15,0
20,5%
Casi siempre
51,0
65,4%
55,0
75,3%
Me siento
deprimido/triste
A menudo
10,0
12,8%
3,0
4,1%
0,116
Algunas veces
5,0
6,4%
8,0
11,0%
Casi nunca
63,0
80,8%
62,0
84,9%
Control de salud y sexualidad
Me realizo controles
de salud
Casi nunca
5,0
6,4%
5,0
6,8%
0,992
A veces
24,0
30,8%
22,0
30,1%
Siempre
49,0
62,8%
46,0
63,0%
A veces
26,0
33,3%
24,0
32,9%
Siempre
42,0
53,8%
38,0
52,1%
Conducta sexual
Casi nunca
4,0
5,1%
9,0
12,3%
0,195
A veces
28,0
35,9%
29,0
39,7%
Casi siempre
46,0
59,0%
35,0
47,9%
Orden
Soy respetuoso
señales de tránsito
Casi nunca
3,0
3,8%
3,0
4,1%
0,499
A veces
23,0
29,5%
28,0
38,4%
Siempre
52,0
66,7%
42,0
57,5%
Uso cinturón de
seguridad
Casi nunca
2,0
2,6%
6,0
8,2%
0,012**
A veces
13,0
16,7%
24,0
32,9%
Siempre
63,0
80,8%
43,0
58,9%
Fuente: Elaboración propia.
**Significancia estadística (p<0.05).
182
Tabla 6. Calificación estilo de vida por sexo
Calificación estilo de vida
Sexo
Femenino
Masculino
N
%
N
%
Calificación estilo
de vida
Felicitaciones.
Tiene un estilo de
vida fantástico
17,0
21,8
13,0
17,8
Buen trabajo.
Estás en el camino
correcto
24,0
30,8
29,0
39,7
Adecuado, estás
bien
16,0
20,5
7,0
9,6
Algo bajo, podrías
mejorar
18,0
23,1
20,0
27,4
Estás en la zona
de peligro, pero la
honestidad es tu
real valor.
3,0
3,8
4,0
5,5
Fuente: Elaboración propia.
La investigación mostró que las dimensiones más afectadas de este estudio fueron las de
actividad física y nutrición. Referente a la actividad física este estudio halló que las
adolescentes realizaban menor actividad física por semana que los adolescentes,
encontrándose semejanzas por lo descrito por un estudio llevado a cabo en 52 países, donde
las adolescentes eran quienes menos actividad física realizaban a la semana (23,9% los
adolescentes, 13,2% las adolescentes) (21). Así mismo, una investigación australiana
determinó que el 10,9% de las adolescentes y 20,1% de los adolescentes realizaban
actividad física siete días a la semana (22), de igual forma un estudio portugués afirmó que
las adolescentes fueron menos activas físicamente que los adolescentes (23). Además, en
esta investigación se encontró significancia estadística entre realizar actividad física y el sexo
(p=0,000), situación similar a la reportada por un estudio en Colombia en el que también
encontraron significancia estadística entre esta variable y el sexo (p=0,001) (24). Los
anteriores datos reflejan la necesidad de crear estrategias e intervenciones encaminadas a
fortalecer la práctica diaria de actividad física en los adolescentes, haciendo énfasis en las
adolescentes, dado que son quienes menos actividad física realizaban situación que las hace
más vulnerables al desarrollo de enfermedades crónicas (25).
En relación a los hábitos alimentarios, la investigación arrojó significancia estadística en el
consumo de dos porciones frutas y tres de verduras(p=0,021), consumo sal, azúcar y comida
chatarra (p= 0.023) encontrando un bajo consumo de frutas y verduras y si un elevado
consumo de sal, azúcar y comida chatarra principalmente por el sexo masculino,
confirmando lo expuesto por diversos estudios en los cuales se evidenciaron inadecuados
183
hábitos alimentarios como poco consumo de frutas y verduras y una alta ingesta con
alimentos con gran densidad calórica por parte de los adolescentes, especialmente los
varones. (26, 27, 28). Situación que corresponde con el perfil de nutrición en América Latina
el cual se caracteriza por un mayor acceso a alimentos con muchas calorías, pobres en
nutrientes y un estilo de vida sedentario. No obstante, los adolescentes deberían restringir la
ingesta de sal a menos de 5 g por día, limitar el consumo de alimentos procesados y comidas
rápidas, consumir cinco a siete porciones de frutas y verduras por día (29). Por consiguiente,
es imprescindible que desde la infancia se fomenten conductas alimentarias saludables que
permitan un adecuado crecimiento y desarrollo del adolescente.
La significancia estadística encontrada entre el consumo de bebidas con cafeína (p=0,043) y
el sexo del adolescente guarda relación con otros estudios que además muestran el empleo
de estas bebidas como sustancias estimulantes, que aportan energía y prolongan el estado
de alerta (30).
En la dimensión sueño y estrés se encontró significancia estadística entre dormir bien y el
sexo del adolescente (p=0,037). El 65,4% de las adolescentes y 75,6% de los adolescentes
de este estudio manifestaron dormir bien casi siempre, situación que tiene correspondencia
con otros estudios (24). Cabe resaltar que el dormir bien representa la recomendación de
horas de sueño entre 7 a 9 horas al día y no tener problemas para conciliar el sueño (31).
Para la dimensión orden, el uso del cinturón de seguridad tuvo significancia estadística
(p=0,012) lo cual es similar a un estudio realizado en estudiantes de enfermería colombianos
(32). Aun cuando en esta investigación sean escasos los casos de no uso del cinturón (2,0%
las adolescentes y 8,2% los adolescentes) supone un riesgo para la vida del adolescente por
lo que se debería implementar una estrategia en la que se promueva el uso de este
dispositivo.
En lo concerniente al consumo de cigarrillo, alcohol y otras sustancias, se encontró un alto
porcentaje de adolescentes con un elevado consumo de estas sustancias, principalmente por
parte de los adolescentes del sexo masculino, similares resultados halló un estudio polaco en
donde los adolescentes del sexo masculino fueron quienes mayor consumo de estas
sustancias tenían (44,72% de los adolescentes y 28,72% de las adolescentes consumían
alcohol; el consumo de cigarrillo, fue de 47,15% los adolescentes y 29,41% las adolescentes)
(33); de igual forma otros autores describieron que el consumo de cigarrillo y alcohol fue
mayor en el sexo masculino que el femenino (34). El hecho de que los adolescentes fumen
es un problema salud y es un indicador de que aún no son suficientes las medidas de
promoción y prevención que se realizan (35).
Por su parte las dimensiones trabajo-tipo de personalidad e imagen interior fueron aquellas
que mejor fueron valoradas por los adolescentes con hábitos positivos, encontrando
resultados paralelos a lo expuesto por un estudio realizado en Caldas Colombia, en donde se
encontró que la dimensión trabajo-tipo de personalidad fue una de las dimensiones con más
comportamientos saludables por parte de los adolescentes (13).
En lo que respecta a los estilos de vida, vistos desde una forma global es decir la suma de
todas los dimensiones analizados en esta investigación, se pudo establecer que gran parte
de los individuos del estudio tenían estilos de vida adecuados, a pesar de lo anterior, una
184
proporción considerable del estudio tuvo estilos de vida que debían mejorar(especialmente la
inactividad física y una alimentación baja en frutas, donde predominó el consumo de grasas,
sal y comida chatarra), concordando con lo descrito por diversos estudios en los que los
adolescentes tenían estilos de vida perjudiciales para la salud como bajo consumo de frutas
y verduras, inactividad física, consumo de alcohol y tabaco (36,37,38).
Dentro de las fortalezas de este estudio se destaca que es el primer estudio que se realiza
sobre estilos de vida y estado nutricional en adolescentes de Vélez Santander, lo cual se
constituye en una guía para la creación de estrategias e intervenciones que fomenten estilos
de vida saludables en los adolescentes del municipio con el fin de evitar la aparición de
enfermedades crónicas y las secuelas derivadas de estas en los futuros adultos del
municipio.
Respecto a las limitaciones de esta investigación, se puede afirmar que no se midieron
variables familiares como nivel educativo de los padres, hábitos alimentarios, prácticas de
actividad física y consumo de tabaco y cigarrillo en los parientes de los adolescentes, así
como también la influencia de los amigos en los estilos de vida de los adolescentes, dado
que según la literatura estos elementos han mostrado relación en la adopción de estilos de
vida por parte de los adolescentes. (38,39).
Debido a lo anterior, se recomienda la elaboración de nuevos estudios sobre estilos de vida y
estado nutricional que incluyan aspectos familiares e influencia de los amigos, medios de
comunicación y redes sociales en los estilos de vida de los adolescentes, con el propósito de
tener evidencia que permita la construcción de políticas públicas en materia de estado
nutricional y estilos de vida encaminadas a reducir las cifras de malnutrición y prácticas
inadecuadas que pudieran generar enfermedades. También se recomienda realizar otros
estudios que indaguen aspectos de la actividad física como: preferencias de actividad física,
razones por las cuales no realizan actividad física.
V.CONCLUSIONES
En este estudio se encontró que el 3,8% de las adolescentes y 5,5% de los adolescentes
tenían estilos de vida perjudiciales encontrando particularmente bajos niveles de actividad
física, bajo consumo de frutas y verduras, alto consumo de sal, azúcar y comida chatarra,
bebidas con cafeína, dormir bien y uso de cinturón de seguridad. En consecuencia, es
necesario el fomento de estilos de vida saludables en los adolescentes, a través de una
alimentación balanceada que incluya el consumo de frutas y verduras, la promoción de la
actividad física, disminuir el consumo de alcohol y tabaco dado que un porcentaje
considerable de los adolescentes tenían hábitos perjudícales para la salud, siendo los
adolescentes del sexo masculino quienes más prácticas nocivas tuvieron, por lo cual es
indispensable la creación de diferentes estrategias por sexo que busquen reducir aquellos
comportamientos y hábitos que pudieran generar enfermedades crónicas en la población.
En cuanto al estado nutricional se encontró que aunque más del 60% de los adolescentes
tenían un estado nutricional adecuado de acuerdo al índice de Masa Corporal, se
encontraron adolescentes con malnutrición por exceso siendo mayor en los adolescentes del
sexo masculino(27,4 % los adolescentes y 25,7% las adolescentes; además hubo
adolescentes en rango de riesgo de delgadez el cual fue mayor en las adolescentes (10,3%
las adolescentes, 6,8 % los adolescentes), situaciones que ponen de manifiesto que se
185
deben crear planes de intervención que mejoren el estado nutricional de los adolescentes ya
que de lo contrario los adolescentes con malnutrición por exceso y riesgo de delgadez
podrían continuar siéndolo en la etapa adulta, haciéndolos más vulnerables a padecimientos
de salud crónicos y a las secuelas físicas, sociales, psicológicas y económicos que estas
producen.
Contribución de los autores: CAPA y DCPA, participaron en la conceptualización,
metodología, validación, análisis formal, investigación, curación de datos, escritura:
preparación del borrador original, escritura: revisión y edición, visualización, supervisión.
Todos los autores han leído y aceptado la versión publicada del manuscrito.
Fondos: Esta investigación no recibió fondos externos.
Conflictos de intereses: Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
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