111 Luz Mery Noguera Machacón & Floralinda García Puello
Cienc. innov. salud. Diciembre 2013; 1 (2):108 – 113. Universidad Simón Bolívar (Col). ISSN: 2344-8636
http://portal.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/innovacionsalud
tonicidad presentaron una calificación de 3 en la
mayoría de los casos. En cuanto a la lateralidad, el
mayor porcentaje de los niños (47,1%) obtuvo una
calificación de 4, es decir, de hiperpraxia. Ello indica
que, en este aspecto, la realización de la prueba por
parte del niño fue perfecta, precisa, económica y con
facilidad de control. Por último, se observa que la
mayor parte de los niños (47,1%) obtuvo una
calificación de 2 en el subfactor praxia fina, lo que se
traduce en dispraxia, es decir, en una realización de la
actividad débil, con dificultades de control y señales
desviadas.
En cuanto a los resultados de las niñas, se observa
que en los subfactores de equilibrio, estructuración
espacio-temporal, lateralidad, noción del cuerpo,
praxia fina y tonicidad, la calificación de la prueba
arrojó una nota de 3, alcanzando el nivel de eupraxia,
lo cual significa que la realización de la actividad fue
completa, adecuada y controlada. En el caso del
subfactor de praxia global, la calificación obtenida por
la mayoría de las niñas (47,4%) fue de 2. Esto sugiere
la presencia de dispraxia, de modo que la realización
de la actividad se observó débil, con dificultades de
control y señales desviadas.
En síntesis, en los resultados arrojados por la prueba,
se observó que el equilibrio y la praxia fina obtuvieron
mejores puntajes en las niñas; y en la estructuración
espacio-temporal, las niñas fueron categorizadas,
según el puntaje, como apráxicas en mayor porcentaje
que los niños. Lo contrario ocurrió en los resultados de
los niños, en cuanto a los factores de tonicidad y
noción del cuerpo, donde un mayor número de estos
obtuvo calificaciones de apraxia.
Ahora bien, en praxia global, una mayor cantidad de
niñas obtuvo un puntaje apráxico y dispráxico; y en
lateralidad, niños y niñas obtuvieron en su mayoría
notas normales y muy buenas. Ninguno de los géneros
presentó notas apráxicas; sin embargo, en la categoría
de deficitario o dispráxico, se evidenció un mayor
porcentaje en las niñas.
Discusión
Un estudio realizado en España coincide con los
resultados arrojados en esta investigación con respecto
al subfactor equilibrio. Aunque en tal caso, se utilizó
un instrumento de valoración diferente (Movement
ABC), se hallaron diferencias significativas en el
equilibrio dinámico, que mostraban mejores
calificaciones en las niñas que en los niños (8).
Otro subfactor en el que las niñas superaron a los
niños de manera general fue la praxia fina. Esta
cualidad biomotriz implica la capacidad del niño para
agarrar y manipular objetos con cierta precisión (7).
Una de las razones que explicarían un mejor
rendimiento en este aspecto en las niñas, es el tipo de
juegos que se escogen y se les asignan. En general, los
niños son más activos y les gusta explorar y manipular
objetos más que a las niñas; pero las niñas son más
sensibles a las condiciones del medio ambiente, de tal
forma que realizan juegos menos activos y dedican
menor tiempo a estas prácticas en comparación con los
niños. De igual forma, los padres son más permisivos
con los hijos varones, lo que se traduce en brindarles
mayores oportunidades de momentos activos en su
quehacer diario (9).
Desde la edad preescolar, los niños y niñas tienden a
realizar diversos tipos de actividades lúdicas y a
utilizar variados tipos de juguetes, mostrando
diferentes intereses. Los niños se interesan más por
juguetes de construcción, de transporte, objetos que
pueden manipularse y, en general, de juegos al aire
libre, utilizando más espacio físico y practicando
juegos más bruscos y de mayor agresividad física que
las niñas. Por el contrario, las niñas prefieren jugar a
las muñecas, a los disfraces, a representar y simular los
trabajos domésticos, jugar a las casitas, leer o dibujar;
actividades que potencian la motricidad fina (10).
No obstante lo anterior, los resultados varían en
diversas investigaciones. Un estudio realizado en
Brasil evidenció diferencias estadísticamente
significativas para la motricidad fina y gruesa entre
niños y niñas, mostrando mejores calificaciones en los
niños para ambas cualidades (11). Por el contrario, un
estudio realizado en Barranquilla, evidenció que los
niños muestran un menor desempeño en comparación
con las niñas para la realización de actividades de
motricidad fina y menor capacidad para integrar la
coordinación muscular y las habilidades perceptivas en
actividades concretas (12),.
Por otro lado, los resultados de esta investigación
muestran que los niños tienen mayor control en la
estructuración espacio-temporal que las niñas. En este
sentido, se pone de manifiesto que ciertas habilidades
motrices se desarrollan de forma variable según el
género, no porque existan diferencias en cuanto a