Capacidad Funcional en Adultos Mayores que Asisten a un Programa de Rehabilitación Cardiaca 35
Cienc. innov. salud. Junio 2014; 2 (1):33 – 39. Universidad Simón Bolívar (Col). ISSN: 2344-8636
http://portal.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/innovacionsalud
vida y el estatus funcional en los adultos mayores.
Estas abarcan las Actividades Básicas de la Vida
Diaria (ABVD), que se refieren al mantenimiento
personal en términos de supervivencia física;
Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD),
que comprenden el mantenimiento personal en
términos de supervivencia cultural; y las actividades
de ocio y actividades sociales, que aluden a
actividades comunitarias y auto-enriquecedoras (11).
Existen situaciones naturales que pueden crear
barreras a los adultos mayores para la ejecución de las
actividades de la vida diaria, así como situaciones
sociales. Entre todas las primeras se cuentan: la alta
prevalencia de las enfermedades crónicas, secuelas
propias de estas y cambios físicos que acompañan el
proceso de envejecimiento (12). Según la población
envejece, aumenta la prevalencia de enfermedades
crónicas y limitaciones en las actividades. Las
alteraciones cardiovasculares que comprometen la
capacidad funcional destacan entre las patologías
comunes en adultos mayores, las cuales causan
aproximadamente una cuarta parte de todas las
muertes en el mundo (13).
El tratamiento de los pacientes con enfermedades
cardiovasculares suele ser manejado por un equipo
interdisciplinario que busca reducir el impacto físico y
psicosocial de las condiciones limitantes del individuo,
además de aumentar la capacidad funcional, y de
mejorar la calidad de vida y el pronóstico del paciente
(14). Precisamente, a partir de los anteriores
planteamientos, esta investigación se planteó el
objetivo de caracterizar la capacidad funcional en
adultos mayores con enfermedad cardiovascular, que
asisten a un programa de rehabilitación cardiovascular
fase III en una clínica privada de la ciudad de
Barranquilla (Colombia).
Materiales y Métodos
Como se acaba de expresar, este artículo es resultado
de un estudio descriptivo realizado en adultos mayores
diagnosticados con enfermedad cardiovascular, que
asisten al programa de rehabilitación cardiovascular de
una clínica privada de Barranquilla. La población total
estuvo conformada por 60 personas, pero se escogió
una muestra de 18 personas que cumplieron con los
siguientes criterios: ser mayores de 60 años, hallarse
en tratamiento de rehabilitación cardiovascular fase III
y que aceptaron participar voluntariamente en el
estudio. Los sujetos se encontraban en diferentes
semanas de tratamiento, así: 5 sujetos se encontraban
en la quinta semana, 1 sujeto en la octava semana, 5
adultos mayores se hallaban en la 15 semana y 7
sujetos llevaban entre 26 y más semanas de
intervención.
Previamente, los pacientes firmaron el
consentimiento informado. Luego, mediante la escala
de Barthel, se evaluaron las AVD; en tanto que la
escala de Lawton se utilizó para establecer la
autonomía de los sujetos de estudio durante las AIVD.
También, se aplicó una encuesta estructurada para las
actividades sociales y recreativas.
La escala de Barthel es utilizada para evaluar la
independencia funcional de las personas, a través de
10 tipos de actividades: alimentación, bañarse,
arreglarse, vestirse, micción, deposición, uso de
sanitario, trasladarse sillón/cama, deambulación y
subir escaleras. Esta escala categoriza a los sujetos
según la siguiente puntuación: 100 independencia, >60
dependiente leve, 55/40 dependiente moderado, 35/20
dependiente severo, <20 dependiente total (13).
La escala de Lawton comprende 8 ítems, que se
refieren a la capacidad para: utilizar el teléfono, hacer
compras, preparación de la comida, cuidado de la casa,
lavado de la ropa, uso de medios de transporte,
responsabilidad respecto a la medicación y
administración de su economía y define, por último, si
una persona es independiente o dependiente. La
máxima dependencia estaría marcada por la obtención
de 0 puntos, mientras que una suma de 8 puntos
expresaría una independencia total. Esta escala
categoriza el grado de dependencia de acuerdo con los
resultados, así: en hombres, sin evaluar las actividades
de preparación de comida, lavado de ropa y cuidado de
la casa, 0 como dependencia total, 1 severa, 2 o 3
moderada, 4 ligera, 5 autónomo. En mujeres, la
puntuación se valora de otro modo: 0-1 indica
dependencia total; 2 o 3, dependencia severa; 4 o 5,
dependencia moderada; 6 o 7, ligera dependencia; y 8,
autonomía (15).
Finalmente, la encuesta estructurada sobre la
realización de actividades sociales y recreativas, se
utilizó para identificar el nivel de participación de los
adultos mayores en juegos de mesa, baile,
manualidades, ejercicios dirigidos, ejercicios libres,
deporte, caminatas, escuchar radio, leer periódico, leer
libros, ver televisión y asistir a reuniones familiares.