41 Gloria Lastre Amell, Rosa Morales Aguilar & Janeth Jinete Acendra
Cienc. innov. salud. Junio 2013; 1 (1): 40 – 45. Universidad Simón Bolívar (Col). ISSN: 2344-8636
http://portal.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/innovacionsalud
Introducción
A través de la historia, las heridas han sido un tema
muy trascendental que han acompañado año hombre
desde su inicio en el recorrido desde aproximadamente
5000 años A.C. Es por ello que los egipcios, aplicaban
curaciones compuestas de grasa animal, miel y fibras
de algodón. Sin saberlo, estaba aplicando una curación
no adherente, antibacteriana, osmótico enzimática y
finalmente absorbente al exudado, estas curaciones se
han aplicado desde mucho tiempo (1).
Entre las heridas, merecen particular atención las
Heridas Crónicas (HC), que se caracterizan por la nula
o escasa tendencia a la cicatrización espontánea, y
requieren un período de cicatrización mayor que de las
heridas agudas. Esta característica las constituyeen un
problema de salud importante, que afecta
generalmente a las personas mayores, y en especial a
las que presentan situaciones que afectan su
movilidad. La población anciana presenta una mayor
susceptibilidad a padecer algunos tipos de HC, como
las úlceras por presión o las úlceras vasculares (2).
Las HC más prevalentes son las úlceras por presión
y el pie diabético. Las primerasson aquellas lesiones
cutáneas que se producen a consecuencia de una falta
de irrigación sanguínea y de una irritación de la piel
que recubre una prominencia ósea. Generalmente,
aparecen en zonas que hansufrido la presión de una
cama, silla de ruedas, molde, férula u otro objeto
rígido durante un periodo prolongado de tiempo,
independientemente de la posición en la que
permanezca la persona (3).
Las personas que sufren úlceras por presión en
particular, y HC en general, constituyen hoy en día un
importante problema por sus repercusiones en
diferentes ámbitos, tales como la afectación en la salud
de quienes las padecen, el deterioro de la calidad de
vida de éstos, así como la de sus cuidadores
responsables, sean familiares o no. De la misma forma,
inciden en el consumo de recursos que debe aportar el
sistema de salud, pudiendo incluso alcanzar
responsabilidades legales (4), al ser consideradas en
muchas situaciones como un problema evitable.
Los recientes avances en métodos de curación de
HC, ya sea convencionales o con el uso de tecnología,
han encaminado el avance de diversas particularidades
terapéuticas que ofrecen esperanza a los pacientes
afectados. Sin embargo, para lograr estos cambios, se
requiere de metodología de trabajo específica en un
rangode tiempo determinado, que permita el diseño de
estrategias a implementar, así como su desarrollo y
ejecución para el cumplimiento de los objetivos
diseñados. Es claro, en todo caso, que la curación con
tecnología resulta más eficaz y eficiente que la
curación convencional.
Debido al uso de apósitos de alta tecnología, la
curación con tecnología favorece la cicatrización al
estimular el microambiente de la herida. La curación
convencional,en cambio,usa materiales de baja
absorción y alta capacidad de desecación,
representados por gasa y algodón, en forma de
compresas, apósitos o torundas(5). Asimismo, los
avances en los estudios reconocen que las curaciones
de heridas crónicas se dan sobre todo por los métodos
más conocidos, que son los convencionales, en tanto
que los de aplicación de tecnología son menos usados
por los costos que producen al sistema de salud. Esta
situaciónha llevado cada día a la búsqueda de diversas
modalidades terapéuticas que alienten la esperanza a
familiares y pacientes con heridas crónicas.
El método convencional se realiza en ambiente seco,
utiliza apósitos pasivos, así como tópicos (antisépticos,
antimicrobianos, otros) y es de frecuencia diaria o
mayor. Por su parte, la curación avanzada se realiza en
un ambiente húmedo fisiológico, utiliza apósitos
activos, no usa tópicos en lo posible y su frecuencia
depende de las condiciones locales de la herida (6).
Durante el seguimiento, se puede cambiar de
apósitos, agregar o quitar antibióticos y/o espaciar, o
intensificar la frecuencia de las curaciones, la práctica
permite tener una mayor experiencia en este punto (7).
El estudio de Andrades (7) evidencia, en este sentido,
que la aplicación de apósitos mantiene un ambiente
húmedo fisiológico, que se convierte en una barrera
indispensable para aislar y proteger la herida, de tal
manera que el paciente se sienta más cómodo desde su
bienestar psicosocial.
La cicatrización de una herida o úlcera compleja no
solo comprende aspectos fisiológicos y biológicos.
También involucra elementos psicosociales y
económicos, a los que se añade la complejidad de las
heridas. Investigadores de diferentes lugares de Europa
se congreraron para perfilar un documento titulado
“Posicionamiento”, en donde reflejaron los aportes
más actualizados sobre el tema (8).