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del matrimonio o de la unión marital de hecho.
Además de lo anterior, igualmente la Cons-
titución de 1991 le reconoció a la familia como
núcleo unos derechos fundamentales tales como
la honra, la dignidad, la intimidad y la igualdad
de sus miembros.
Así mismo confi rió a la familia y sus inte-
grantes herramientas de protección y defensa de
sus derechos, le dio a los niños y niñas un lu-
gar privilegiado dentro de la estructura social y
ponderó sus derechos dándoles primacía a estos
sobre los demás, pues sabiamente pudo discernir
que los niños y niñas no son el futuro del país,
sino el presente, razón por la cual hay que brin-
darles hoy todo lo necesario para que crezcan
y se desarrollen integralmente y en las mejores
condiciones posibles, por ello el Estado, la fami-
lia y la sociedad tienen que trabajar mancomu-
nadamente, puesto que del aporte que cada uno
de estos entes haga depende en gran medida la
calidad del hombre o mujer que harán parte de
la sociedad del mañana, ya que no podemos pen-
sar “qué sociedad le dejaremos a nuestros hijos,
sino qué hijos le dejaremos a la sociedad”.
El Estado colombiano a partir de las últimas
décadas ha reconocido la importancia de la ins-
titución familiar dentro del engranaje social,
político y económico del país, razón por la cual
dentro de sus políticas de gobierno está la fa-
milia, sobre todo aquellas que no cuentan con
los recursos económicos que les permitan sol-
ventar sus necesidades básicas y que por tanto
se encuentran más expuestas y vulnerables, lo
que demanda un gran compromiso y voluntad
política para que diseñen y ejecuten programas y
campañas agresivas que ataquen directamente a
los fl agelos que están afectando y, en ocasiones,
desintegrando el núcleo familiar.
Si bien es cierto, hay una abundante normati-
vidad vigente y diversos entes gubernamentales
cada uno con una estructura, logística, organi-
zación y funciones propias y diferentes, encar-
gadas de ejecutar programas y políticas de go-
bierno encaminadas a satisfacer determinadas
necesidades de la familia y de sus integrantes,
sobre todo, de los niños, niñas y adolescentes,
por ser esta la población más propensa a sufrir
agresiones que ponen en riesgo su integridad
física, psicológica y en ocasiones, hasta perder
la vida, tal como lo demuestran las desalentado-
ras estadísticas que presentan la cruda realidad
respecto a nuestra población infantil, que mues-
tran cómo día a día son víctimas de maltratos,
abuso y explotación sexual, desplazamiento
forzado, secuestro, reclutamiento por parte de
organizaciones criminales al margen de la ley,
explotación laboral y otros vejámenes que aten-
tan contra su bienestar y desarrollo integral, que
tanto pregona la Constitución Política y demás
normas complementarias.
Al margen de lo anterior, y muy a pesar de
los esfuerzos del gobierno, al parecer, hasta la
presente no se ha hecho lo sufi ciente, pues día
a día vemos que la familia y sus miembros son
víctimas indefensas, incapaces de poder esqui-
var y vencer los ataques y atropellos de una so-
ciedad capitalista y en ocasiones indiferente, ya
que basta con mirar, escuchar o leer las noticias,
o tan solo caminar las calles de la ciudad para
apreciar que lo que se está haciendo no es sufi -
Justicia, No. 23 - pp. 28-44 - Enero 2013 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
http://portal.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/justicia/index.php/justicia
PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS FAMILIAS RESIDENTES EN EL BARRIO LA PAZ DE BARRANQUILLA, AÑO 2010