Justicia, No. 23 - pp.79-92 - Enero 2013 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
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* El presente artículo de re exión responde a los avances parciales de la tesis doctoral dentro del doctorado en Ciencias Políticas de la
Universidad de Zulia en Venezuela.
** Licenciada en Filosofía y Letras de la Universidad de Antioquia. Especializada en Planeamiento Educativo de la Universidad Católica
de Manizales. Maestría en Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Manizales en convenio con el CINDE de Medellín,
Doctorante en Ciencias Políticas de la Universidad de Zulia Venezuela. gvelez@unisimonbolivar.edu.co
Gabriela Vélez Gallego**
¿Es la política internacional,
una intención de integración
o desintegración? y ¿la
ciudadanía? Análisis del caso de
la “transición” del socialismo al
“capitalismo globalizado”*
Is it the international politics, an intention
of integration or disintegration? and the
citizenship? Analysis of the case of the
“transition” of the socialism to the “included
capitalism”
Recibido: 2 de febrero de 2013 / Aceptado: 11 de abril de 2013
Palabras clave:
Globalización, Ciudadanía,
Capitalismo, Socialismo.
Key words:
Globalization, Citizenship,
Capitalism, Socialism.
Resumen
Este artículo de re exión es un llamado a pensar por qué los países so-
cialistas o comunistas ingresaron a las ideologías capitalistas; para ello, parte
de un análisis que resalta el momento histórico en el que se da el desarrollo
tecnológico, el cual adquiere un auge al considerar que quien tiene la informa-
ción tiene el poder y analiza el hecho de que si hay globalización, entonces se
debe promover el ciudadano global. Ante este reto de la educación de formar
para la ciudadanía global, se pregunta: ¿a qué tipo de ciudadano y a qué tipo
de ciudadanía apunta la globalización? Por último, se analiza el deber ser de
los organismos internacionales en cuanto a su compromiso de garantizar la
estabilidad política global, el cual no ha sido así, por las actuaciones que ha
mostrado en sus intervenciones y da a conocer las realidades del socialismo-
este y su ingreso al capitalismo-occidente.
Abstract
This re ection paper is a call to think why socialist or communist countries
entered capitalist ideologies, for this, we start from an analysis that highlights
the historical moment in which technological development occurs, which ac-
quires a boom to consider who has the information has the power and discusses
the fact that if there is globalization, then it should promote global citizen.
Faced with this challenge of educating for global citizenship, we asks what
kind of citizen and what kind of citizenship points globalization? Finally, we
analyze the ought of international organizations in their commitment to ensur-
ing overall political stability, which was not the case, by the performances he
has shown in his speeches and reveals the realities of socialism-this income
and capitalism-West.
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INTRODUCCIÓN
“El mundo socialista” fue el resultado histó-
rico de un intento frustrado de remodelación del
viejo imperio económico de Rusia; un intento
dirigido a aislarse del orbe económico o “mundo
capitalista” y a competir con él… Sin posibili-
dades reales de constituirse en un orden social
realmente diferente y alternativo frente al orden
capitalista y su civilización, sin posibilidades
efectivas de desarrollar una estructura técnica
acorde con una reconstitución revolucionaria
de semejante alcance –hecho que se manifestó
temprana y dramáticamente en la historia de la
revolución bolchevique–, el “mundo socialista”
no pasó de ser una recomposición deformada,
una versión o repetición de ciente de ese mis-
mo orden social y de esa misma civilización:
una recomposición que, si bien lo separó de -
nitivamente de él, lo mantuvo sin embargo irre-
basablemente en su dependencia. Lo distintivo
del “comunismo soviético” y su modernidad no
estuvo –paradójicamente– en ninguna erradica-
ción, parcial o total, del capitalismo. Lo caracte-
rístico de él consistió en verdad en lo periférico
de su europeidad, en lo dependiente de su eco-
nomía y en el carácter estatal de la acumulación
capitalista que lo sustentaba.
Una colectivización de los medios de pro-
ducción como la que tuvo lugar en este “comu-
nismo”, que fue en verdad una estatalización de
la propiedad capitalista sobre los mismos, no
elimina necesariamente el carácter capitalista de
esta forma de propiedad…–en lo que se re ere
a las condiciones de existencia de la “sociedad
civil”: reprimida pero protegida, en la primera,
desamparada pero libre, en la segunda– no re-
sultan ser más importantes que sus similitudes
también inocultables –en lo que atañe a la es-
tructura y al sentido más elementales de la mo-
dernización de su vida cotidiana–. La sujeción
de la “lógica” de la creación de riqueza social
concreta a la “lógica” de la acumulación de ca-
pital, la de nición de la humanidad de lo huma-
no a partir de la condición de fuerza de trabajo,
para no mencionar sino dos puntos esenciales
de la modernidad económica y social capitalis-
ta, fueron igualmente dos principios básicos de
la modernidad “socialista”, que se a rmaba sin
embargo como una alternativa frente a ella.
Primer aparte: el malestar
Los procesos democráticos que han sido una
lucha permanente desde los inicios de la moder-
nidad (siglo XVI) se fundamentan en la igual-
dad de oportunidades, respeto a las diferencias
de cualquier índole que escucha y responde a las
mayorías. La democracia simboliza la justicia,
la equidad y la decencia en los gobernantes ele-
gidos “democráticamente”, por lo que después
de tanta maduración debiera tener, como desen-
lace, la consolidación de una comunidad global
que como tal debe cumplir con unas reglas para
convivir en cualquier parte del mundo.
Por tanto, los movimientos de globalización
han tenido solo buenas intenciones, capitalista
representado por países como Estados Unidos,
Inglaterra, Alemania, Japón y la nueva potencia,
China, que pasa de una revolución cultural a la
invasión comercial. Esta revolución en parte es
lanzada de forma prematura por organismos in-
GABRIELA VÉLEZ GALLEGO
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ternacionales como son el Banco Mundial (BM)
y el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre
otros.
Pero a la globalización no hay que condenar-
la o desacreditarla. Ella ha producido bene cio
a países y a comunidades, sin embargo en los ac-
tuales momentos está siendo fuertemente cues-
tionada por los efectos que ha generado sobre
todo en los países en vía de desarrollo. De modo
que se conducirá de forma gradual a igualar con-
diciones de vida en la población mundial, pero
sobre todo en los países en vía de desarrollo.
Bajo el manto del proceso de mundialización
más comúnmente llamado globalización, el cual
pareciera que ha reemplazado a la postmoderni-
dad, se esconden múltiples construcciones con
identidad y dominio ocultamente conocidas e
ignoradas por las grandes masas de consumi-
dores alienados por la necesidad de sobrevivir,
es decir, se dan y coexisten múltiples formas de
globalizaciones.
La globalización está en boca de todos; la
palabra de moda se transforma rápidamente en
un fetiche, un conjuro mágico, una llave des-
tinada a abrir las puertas a todos los misterios
presentes y futuros. Algunos consideran que la
globalización es indispensable para la felicidad;
otros, que es la causa de la infelicidad. Todos en-
tienden que es el destino ineluctable del mundo,
un proceso irreversible que afecta de la misma
manera y en idéntica medida la totalidad de las
personas… Las palabras de moda tienden a su-
frir la misma suerte; a medida que pretenden dar
transparencia a más y más procesos, ellas mis-
mas se vuelven opacas; a medida que excluyen
y reemplazan verdades ortodoxas, se van trans-
formando en cánones que no admiten disputa.
Las prácticas humanas que el concepto original
intentaba aprehender se pierden de vista, y al
expresar “certeramente” los “hechos concretos”
del “mundo real”, el término se declara inmune
a todo cuestionamiento. “Globalización” no es
la excepción a la regla (Bauman, 1999, p. 7).
Las diferentes globalizaciones se dan por me-
dio de las comunicaciones. Asimismo, a través
de sus grandes y permanentes desarrollos don-
de se evidencian las construcciones ideológicas,
culturales, los sistemas nancieros y de comer-
cio, entre otros, que impactan de acuerdo con los
países unos son los que están siendo nuevamente
colonizados por medio de estas prácticas y otros
son los que están colonizando, que son los que
poseen los diferentes poderes de globalización
como los medios de comunicación y los desa-
rrollos tecnológicos. Pareciera que la historia se
repite cuando se mira hacia atrás y desarrollo
de los procesos de industrialización por allá en
Europa, siglos XVI-XVII-XVIII- XIX y media-
dos del XX, donde las ideologías dominantes
del capitalismo, generaron los grandes impac-
tos ambientales, las industrias de juegos, rifas y
espectáculos llamados movimientos culturales,
el engaño de la NO diversidad cultural escon-
dida en la hibridación que hace desaparecer lo
que ha caracterizado a las sociedades humanas:
la diversidad; las grandes cadenas, no solo de
almacenes sino de bancos y organismos inter-
nacionales a su servicio, entre muchas otras for-
mas camaleónicas de dominación y enajenación.
Pero hay otras globalizaciones que han
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¿ES LA POLÍTICA INTERNACIONAL, UNA INTENCIÓN DE INTEGRACIÓN O DESINTEGRACIÓN? Y ¿LA CIUDADANÍA?
ANÁLISIS DEL CASO DE LATRANSICIÓNDEL SOCIALISMO ALCAPITALISMO GLOBALIZADO
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aportado bene cios; como la globalización de
la ciencia en redes de colaboración para el co-
nocimiento que mejora condiciones de salud y
acceso a la utilización de las comunicaciones,
por medio de las redes sociales donde se puede
dejar escuchar a los pobres y oprimidos de paí-
ses en vía de desarrollo o sometidos a dictaduras
de más de 30 años para movilizar los derechos
democráticos, el respeto a la participación y la
construcción de una comunidad civil global.
Igualmente, al derecho de exigir la conservación
del planeta y sus especies, sino también a las
oportunidades del comercio como se evidencia
con los bene cios del éxito del este asiático, que
les permitió su desarrollo tecnológico.
Quizá la re exión urgente es pensar por
qué el eslogan que tiene el Banco Mundial a la
entrada de su sede en Washington no está fun-
cionando: “Nuestro sueño es un mundo sin
pobreza” ¿por qué la pobreza ha crecido de
manera alarmante no solo en los países en vía
de desarrollo sino en los llamados países desa-
rrollados o potencias mundiales, donde ya están
sufriendo los problemas de los países pobres
como es el desempleo, la violencia, la insegu-
ridad, la corrupción, la prostitución en todas sus
modalidades, la falta de credibilidad en su clase
política y dirigente entre otros problemas? No
podríamos decir que la globalización ha fracasa-
do, puesto que es algo gestado y promovido por
la condición humana; habría además que mirar
cuáles son esas condiciones humanas, tanto di-
vinas como perversas, de qué medios se valen
estos procesos de globalización, qué políticas,
qué gobiernos, qué poderes, qué intenciones co-
merciales, culturales, religiosas ¿qué incidencia
tuvieron estos movimientos para que los países
llamados socialistas o comunistas ingresaran a
las ideologías capitalistas o es que siempre fue-
ron capitalistas dentro de su exclusiva élite de
gobernantes?
Segundo aparte: antecedentes
El desarrollo tecnológico del que hoy da-
mos cuenta y que es imposible detener, porque
pareciera tener vida propia, se produce en un
marco político cuando naliza la Segunda Gue-
rra Mundial y la Guerra Fría existente entre las
grandes y poderosas naciones de entonces. Por
lo cual surge en Occidente esta nueva forma
de capitalismo que tiene como fundamento la
acumulación de capital, el cual es logrado por
esas naciones a costa del sometimiento de los
pueblos de América Latina, África y Asia. Las
tensiones existentes por el dominio del poder
mundial entre los diferentes bloques de países
y con el desafío de no poderse destruir; el poder
se transformó en: “quien tiene más información
tiene más poder” acorde a las condiciones histó-
ricas de ese momento. Y entonces ¿qué es cono-
cimiento; qué es información? No es que haya
variado mucho; la información está relacionada
con la ciencia y la ciencia genera conocimiento
y el conocimiento genera información y esta se
traduce en transformaciones e innovaciones, por
tanto las rivalidades políticas y de poder se ma-
tizan en rivalidades de conocimiento que genera
el nuevo estilo de poder de nales del siglo XX
y principios del XXI y es ahí donde la educación
en el proceso de enseñanza-aprendizaje toma
importancia y por ello dentro de las diferentes
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agendas mundiales que tratan temas como el
desarrollo, la sostenibilidad, el hambre, los con-
ictos sociales, la impunidad, la exclusión, la
desigualdad, entre otros, la educación es la pla-
taforma de salvación no solo del hombre como
especie sino de las otras y en sí del planeta como
sistema que alberga variedad de vida.
Las formas anteriores de poder político esta-
ban representadas por el dominio territorial, una
suma de territorios que ampliaban las fronteras
del mismo poder político; pero actualmente es-
tas han venido sumando otros aspectos, sin dejar
de lado la anterior, pero lo territorial ahora está
marcado por zonas de in uencia geopolítica-
mente y por un interés abierto hacia los recur-
sos naturales y minerales de esos territorios, lle-
vando a una con guración muy particular de la
geografía del poder político y por ende por esas
líneas invisiblemente marcadas de los límites y
fronteras, creando formas particulares de inter-
conexión local, regional, continental y global
produciendo cambios entre los poderes públicos
y los privados, lo que nos estaría llevando a una
recon guración del Estado actual a un Estado
“moderno” que la globalización ha generado; lo
que signi ca que todo este proceso de globali-
zación ha sido promovido por los Estados y sus
representantes públicos, lo que lleva a pensar no
en la globalización como tal, sino en estos per-
sonajes que representan los deseos de un pue-
blo, haciendo de lo político la globalización de
la economía en los diferentes países.
Cuando el poder político se ostentaba por
las extensiones de territorio se contaba entonces
con una estabilidad política que solo se ponía en
riesgo en momentos de guerra por aquellos pue-
blos que querían recuperar no solo sus territorios
sino lo más valioso: su soberanía, pero ahora en
los actuales momentos la inestabilidad política
se traduce en los mercados cada vez más líqui-
dos, por lo que la globalización deja de ser un
fenómeno singular y pasa a la complejidad mul-
tidimensional que afecta de forma individual a
cada sujeto, a las colectividades humanas en sus
ámbitos privados, sociales, morales, éticos, en-
tre otros y se desenlazan unas tensiones entre lo
político y lo económico.
Tercer aparte: transparencia
Es un imperativo que dentro de un proceso
que no tiene reversa como es la globalización,
igualmente se deba promover una ciudada-
nía global, con una responsabilidad política,
transparencia y claridad en la participación de
los diferentes espacios públicos como mínimo
continentales en las decisiones sociales y econó-
micas a sabiendas que globalmente no se tiene
claridad cómo construir ese compromiso ciuda-
dano, esa ciudadanía; una cercana aproximación
a esa construcción se ha visto evidenciada en los
últimos acontecimientos en algunas partes del
mundo con las movilizaciones sociales logradas
que se convierten en movilizaciones políticas
con espacios políticos evidenciando una nueva
practica de política, haciendo y exigiendo trans-
parencia, equidad, derecho a las oportunidades
para todos, un gobierno que sea capaz de res-
ponder por sus actos, los cuales ya no son solo
de impacto nacional sino que afectan a las otras
naciones con las que comparte fronteras como
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ANÁLISIS DEL CASO DE LATRANSICIÓNDEL SOCIALISMO ALCAPITALISMO GLOBALIZADO
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mínimo; tomando como ejemplo el efecto ma-
riposa que dice el discurso ambientalista, igual-
mente se da un efecto en lo político, por tanto
lo inicialmente local se extiende a un interés y
participación global, el reto es la concepción
cosmopolita de gobernabilidad.
Lo que dicho proyecto sostiene es que en el
próximo milenio todo ciudadano de un Estado
tendrá que aprender a ser también “ciudadano
cosmopolita”, es decir, una persona capaz de
mediar entre tradiciones nacionales, comunida-
des de destino y estilos de vida alternativos. Ser
ciudadano de un sistema político democrático
en el futuro probablemente exija una función
mediadora cada vez mayor; función que abarca
un diálogo con las tradiciones y discursos de los
demás con el n de expandir los horizontes del
propio marco de referencia de signi cado y pre-
juicio. Las entidades políticas que puedan “argu-
mentar desde el punto de vista de otros” podrían
estar mejor equipadas para resolver, y hacerlo
con justicia, las nuevas y desa antes cuestiones
y procesos fronterizos que están creando comu-
nidades de destino superpuestas (Held, 2007,
p. 78).
En estos múltiples procesos la tecnología no
ha estado ajena, y es precisamente ella la herra-
mienta clave para la formación de esos ciuda-
danos globales, debido a que la educación den-
tro de los procesos de enseñanza-aprendizaje,
ha venido generando de acuerdo a los mismos
desarrollo de las sociedades en dar respuestas
a dichas necesidades, marcadas por una época
donde las transformaciones son cada vez más
veloces y donde la aplicación innovadora y
transformadora del conocimiento hace que las
estructuras de la sociedad igualmente cambien.
Si tenemos en cuenta el recorrido realizado
por el hombre en el desarrollo de los aprendi-
zajes o mejor de la enseñanza, tendremos que
retomar que la educación viene de procesos for-
mativos informales que los impartían los padres
dentro de la familia, pero en las comunidades
más antiguas era una responsabilidad de los an-
cianos ya que poseían la experiencia de la vida.
La primera titulación requerida para poder
enseñar, formal o informalmente y en cual-
quier tipo de sociedad, es haber vivido: la
veteranía siempre es un grado. De aquí pro-
viene sin duda la indudable presión evoluti-
va hacia la supervivencia de ancianos en las
sociedades humanas (Savater, 1997, p. 27).
Por ello, la educación generadora de cono-
cimiento es un agente de cambio importante en
la construcción de la democracia global, del de-
sarrollo sostenible, de la inclusión, de la gene-
ración de oportunidades para todos, entre otros
aspectos de las diferentes esferas públicas, y a
la vez son estos conocimientos los que carac-
terizan a las actuales sociedades en íntima re-
lación con el capital humano como sujeto que
actúa e interactúa para la evolución social. Por
tanto, se reconoce a la educación como factor
fundamental para convertir a la sociedad en so-
ciedades del conocimiento, más competitivas y
dinámicas dentro de los procesos de globaliza-
ción como el de los mercados libres sin fronte-
ras de aranceles para las economías más fuertes
pero en desventajas para las más débiles; ya que
estas sociedades del conocimiento están sopor-
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tadas en los desarrollos tecnológicos, los cuales
se logran a través de desarrollos cognitivos so-
ciales, culturales, políticos, económicos, entre
otros aspectos, bien articulados y desarrollados
por una sociedad igualmente cognitivamen-
te bien articulada, de estructuras conceptuales
claras y precisas y con una episteme de poder e
intereses bien fundamentada desde instituciones
como la escuela y las universidades que surgen
en los albores de la modernidad y la Revolución
Industrial donde pone al “servicio de todos el
conocimiento”.
Es valiosa la mirada crítica que realiza Bau-
man (2008) en relación con la globalización,
desde la postura capitalista, por aquello de los
aclamados triunfos de la información, comu-
nicación y del consumo, que entra en aparente
contradicción con la sociedad del conocimiento.
Esto signi ca que dentro de ella conviven pos-
turas conservadoras que miran el advenimiento
de múltiples sucesos, como una desestabiliza-
ción del orden social; pero en la esencia de la
sociedad del conocimiento están determinados
los pilares de la perdurabilidad, lo que la cien-
cia conserva de todo el conocimiento ancestral
desarrollado en una mirada prospectiva, esa me-
moria histórica que la banalidad de la globalidad
quiere arrebatar. En Bauman (2008), a pesar de
esa mirada aparentemente oscura de los alcan-
ces de la responsabilidad, de la perdurabilidad,
de los vínculos humanos y la solidez de dichos
vínculos, encierra el germen que permite pensar
el potencial humano como el capital válido para
el ejercicio de la formación.
En su libro VIII, sobre la educación de los
jóvenes, Aristóteles nos sintoniza en la impor-
tancia de la educación, no como una educación
fundamentada en la utilidad, sino en la esencia
de la formación para el ejercicio común que re-
presenta.
Y al mismo tiempo, tampoco debe pen-
sarse que ningún ciudadano se pertenece
a sí mismo, sino todos a la ciudad, pues
cada ciudadano es una parte de la ciudad
y el cuidado de cada parte está orientado
natural al cuidado del todo (Aristóteles,
1976, p. 456).
Lo que nos induce y lleva al concepto y pra-
xis de la responsabilidad social-ciudadana, a los
compromisos éticos en todas las esferas, pero
en especial a la acción en la práctica. La polis
en este caso no era un lugar determinado ni por
el espacio ni por la ley, por el contrario era una
organización del pueblo dado por la praxis y
por el lenguaje común de lo que nombraban y
de aquello que eran. Ahora la globalización nos
presenta algo así y a la vez no, la ciudadanía se
desvincula del territorio y de la nación, entendi-
da esta como una comunidad cultural y/o étnica
o identitaria, para fundarse en criterios de res-
peto, dignidad humana, igualdad de derechos y
deberes, lo que lleva a revisar nuevamente las
categorías y conceptos.
Arendt (2009) a rma: “Todas las activida-
des humanas están condicionadas por el hecho
de que los hombres viven juntos, si bien es solo
la acción lo que no cabe ni siquiera imaginarse
fuera de la sociedad de los hombres” (p. 51). En
coherencia con lo anterior, Savater (1997) ex-
presa: “Los demás seres vivos nacen ya siendo
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lo que de nitivamente son, lo que irremediable-
mente van a ser pase lo que pase, mientras que
de los humanos lo más que parece prudente de-
cir es que nacemos para la humanidad” (p. 22).
Y entonces, ¿qué es la humanidad? lo humano.
Humano es la relación con el otro, con los
otros, una relación ética, que se logra con el
aprendizaje durante toda la vida, con las mani-
festaciones artísticas, con el ejercicio activo de
la ciudadanía. El concepto de ciudadanía ya no
se remite solo al ciudadano de una localidad, re-
gión o nación, se re ere a una idea de una ciu-
dadanía universal, un lugar común de múltiples
manifestaciones mediadas por el arte, la cultura,
las razas, los lenguajes que hace posible poner
en el escenario de lo común la manifestación de
los pensamientos colectivos y a la vez las indi-
vidualidades, por lo que la libertad humana es
la expresión de la acción como praxis y de la
acción en la comunicación.
En este sentido surge la noción de “ciudada-
nía global” o “ciudadanía cosmopolita” que está
dentro de lo propuesto por Kant de lo que llama
democracia cosmopolita, que es el re ejo de di-
versos sistemas de poder y autoridad dentro y a
través de una misma frontera, lo que signi ca
democratizar el espacio global, siendo un reto
para la modernidad puesto que requiere cons-
truir un sistema democrático tanto en la teoría
como en la práctica donde las personas puedan
tener el poder de decisión en los asuntos colecti-
vos. Por ende, la construcción de una red social
de experiencias formativas comunes, de apren-
dizajes, que supere las desigualdades para lograr
una sociedad global integrada.
La ciudadanía ha adquirido o desarrollado
teóricamente muchos aspectos, tales como: ciu-
dadanía como responsabilidad ante el otro, ciu-
dadanía como expresión de justicia, ciudadanía
como instrumento de desarrollo de un modelo
de gobierno, entre otros. Para el logro del reto
en la formación de estos ciudadanos, se aporta
en comprensión y respeto y para ello la historia
muestra pedagogos revolucionarios comenzan-
do por Sócrates, Aristóteles y mucho después
personajes como Rousseau, Marx Stiner, John
Dewey, entre otros, que marcaron rumbos a
partir de las disidencias. “Quien pretende edu-
car se convierte en cierto modo en responsable
del mundo ante el neó to”, como muy bien lo
ha señalado Arendt (1997): “si le repugna esta
responsabilidad, más vale que se dedique a otra
cosa y que no estorbe” (p. 150).
Este proceso dialéctico lleva a la autorre-
exión no solo de mí, sino del otro y la pregunta
que surge y obliga la respuesta es: ¿a qué tipo de
ciudadanía y a qué tipo de ciudadanos apunta la
globalización?, que se caracteriza por los cam-
bios rápidos y profundos en todos los aspectos;
desde la ciencia imparable en su desarrollo has-
ta las transformaciones de las normas, valores,
principios, tradiciones entre otras dimensiones
del ser; respuesta que se hace compleja en una
realidad líquida.
En el mundo de la modernidad líquida, la
solidez de las cosas, como ocurre con la
solidez de los vínculos humanos, se inter-
preta como una amenaza. Cualquier jura-
mento de lealtad, cualquier compromiso a
largo plazo (y mucho más un compromiso
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eterno) augura un futuro cargado de obli-
gaciones que (inevitablemente) restrin-
giría la libertad y reduciría la capacidad
de aprovechar las nuevas y todavía des-
conocidas oportunidades en el momento
en que (inevitablemente) se presenten. La
perspectiva de cargar con una respon-
sabilidad de por vida se desdeña como
algo repulsivo y alarmante (Bauman,
2008, p. 8).
Cuarto aparte: organismos internacio-
nales
Luego de la Segunda Guerra Mundial con una
Europa destruida, donde se pensó que la barba-
rie había tocado su límite máximo y que se debía
evitar que estas situaciones mundiales se volvie-
ran a repetir en la historia de la humanidad del
hombre, se diseñaron leyes que regulen las gue-
rras en su accionar, que castiguen los crímenes
contra la humanidad y se respeten los derechos
humanos, leyes medioambientales, entre otras,
que se han venido elaborando a medida que van
surgiendo los problemas a escala mundial; to-
das estas iniciativas respaldadas por organismos
internacionales como la ONU (Organización de
Naciones Unidas), OMC (Organización Mun-
dial del Comercio), FMI (Fondo Monetario In-
ternacional), BM (Banco Mundial), BID (Banco
Interamericano de Desarrollo), entre otros; son
instituciones políticas con un compromiso de
garantizar la estabilidad global en evitar nuevas
crisis de depresión económica y garantizar la es-
tabilidad política global.
Estos organismos poseen una gobernanza
propia, con un número determinado de países
participantes en la toma de las decisiones; por
ejemplo el BM y el FMI poseen 24 puestos que
representan a 24 países, pero cuando se realizan
las votaciones para la toma de decisiones mun-
diales y la aplicación de sus políticas, los votos
pesan en esas determinaciones de acuerdo con
el país y su poder económico, lo que evidencia
la política internacional de estas organizaciones
y al servicio de quienes están. Frente al manejo
y equilibrio, por ejemplo, se pueden señalar las
agendas comerciales.
Las protestas contra la globalización comen-
zaro
n en la reunión de la OMC en Seattle
porque era el símbolo más obvio de las des-
igualdades y de la hipocresía de los países
industrializados más avanzados. Habían pre-
dicado –y forzado– la apertura de los merca-
dos en los países subdesarrollados para sus
productos industriales, pero seguían con sus
mercados cerrados ante los productos de los
países en desarrollo, como los textiles y la
agricultura… La agenda comercial ha sido
tan injusta que no solo los países pobres
no han recibido una cuota equitativa de los
bene cios sino que la región más pobre del
mundo, el África subsahariana, de hecho
empeoró como resultado de la última ronda
de las negociaciones comerciales (Stiglitz,
2002, p. 305).
Otro ejemplo de la forma de actuar de estas
organizaciones fue la invasión a Irak, que debía
ser consensuada en la ONU, el país poderoso
del Norte ni siquiera la consultó y actuó por
sus propios criterios de defensa sin existir real-
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mente un peligro a la soberanía de dicho país,
ni una amenaza real de armas nucleares como
posteriormente luego de una sangrienta guerra,
persecución y sospecha del pueblo se demostró
mundialmente, solo movidos por el miedo y de-
seo de apoderarse de los recursos naturales (pe-
tróleo) de ese país, so pretexto, además de una
dictadura. El hecho de pasarse por la faja a este
organismo evidencia su inoperancia en la toma
de decisiones e intervenciones en procura del
respeto a la soberanía y derechos fundamentales
de un pueblo y deja muy mal parado la posibili-
dad de un ente que podría aportar a la construc-
ción de una democracia global.
Stiglitz (2002) referencia: “El FMI surgió de
la creencia de una acción colectiva global para
lograr la estabilidad económica, igual que la
ONU surgió de la creencia en la necesidad de
una acción colectiva a nivel global para lograr
la estabilidad política” (p. 37). Ambas institu-
ciones frente a los retos de los desarrollos y la
transición de sistemas políticos y económicos
de algunos países, el caso de la Unión de Re-
públicas Socialistas Soviética, pudieron facilitar
de manera exitosa esa transición y ayudar a los
procesos democráticos que se estaban dando,
pero adoptaron posiciones imperialistas, ya que
quienes los mandan son los países desarrollados
o capitalistas y en particular uno solo, Estados
Unidos.
Luego de más de 50 años después de la Se-
gunda Guerra Mundial estos organismos no han
cumplido con el propósito por el cual fueron
creados, al contrario algunas de sus intervencio-
nes han generado caos político y económico en
algunos países en vía de desarrollo, a otros los
ha lanzado a guerras internas y han promovido
la corrupción dentro de las clases políticas y em-
presariales de esos países; estos organismos han
tenido más récord de fracaso que de éxitos con
la gravedad de no reconocer ninguno; que más
han permanecido en la historia de los países que
han seguido y cumplido a la letra sus políticas,
caso de Argentina, que no ha podido salir desde
hace más de dos décadas, esto es solo un caso en
Suramérica y con otra perversa política econó-
mica de empobrecer al vecino.
Estos organismos internacionales aparecen
con unos propósitos altruistas de intervenciones
de rescate económico a países en vías de desa-
rrollo, o como en el caso de la URSS de apoyo
a procesos de transición de sus economías y por
ende de sus sistemas políticos; pero la verdad
es que son intereses económicos, manejados por
medio de las nanzas y lo comercial, haciéndolo
tan bien que terminan estas intervenciones re-
ejadas en las políticas que demandan ajustes
de acuerdo a los intereses de los dueños de esas
entidades internacionales, que diseñan las leyes
comerciales no desde unos principios económi-
cos sino desde la protección de sus economías,
de su interés a las exportaciones y de forma ne-
gativa a las importaciones.
Quinto aparte: capitalismo-occidente vs.
socialismo-este-globalidad
En otras épocas la sociedad marcaba un des-
tino a sus ciudadanos: quien nacía pobre, moría
pobre o más pobre de lo que había nacido; igual-
mente si era analfabeta, moría analfabeta; ahora
las sociedades modernas se caracterizan por sus
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discrepancias entre lo que vivimos y las expec-
tativas que tenemos ya que quien nace pobre no
necesariamente muere pobre, puede llegar a ser
rico y lo mismo de quien nace analfabeta pue-
de ser un médico, abogado o un gran cientí -
co, pero esas discrepancias modernas tienen su
nombre, se denominan: desarrollo, reformismo,
revolución, modernización, entre otros, lo que
signi ca que las experiencias actuales pueden
ser difíciles pero las expectativas son todavía
mucho más difíciles que las experiencias, lo que
podríamos llamar que cada vez es mayor la in-
certidumbre para el hombre de la modernidad.
Tras la caída del muro de Berlín comenzó
una de las más importantes transiciones eco-
nómicas de todos los tiempos. Fue el segundo
experimento económico y social más audaz del
siglo XX. El primero fue la transición delibera-
da al comunismo, siete décadas antes.
Con el paso de los años, los fallos de este
primer experimento se volvieron nítidos. Como
consecuencia de la revolución de 1917 y de la
hegemonía soviética sobre una gran parte de Eu-
ropa; después de la Segunda Guerra Mundial el
8 % de la población mundial que vivía bajo el
sistema comunista soviético, careció tanto de li-
bertad política como de prosperidad económica.
La segunda transición en Rusia y en el este y el
sureste de Europa, está lejos de haber conclui-
do, pero hay algo claro que se evidencia en la
siguiente cita:
Rusia se ha quedado muy corta con respec-
to a lo que los partidarios de la economía de
mercado habían prometido, o esperado. Para
la mayoría de los que viven en la antigua
Unión Soviética, la vida económica bajo el
capitalismo ha sido incluso peor que lo ad-
vertido por los viejos líderes comunistas. Las
perspectivas futuras son melancólicas. La
clase media ha sido arrasada, se ha creado
un capitalismo de amiguetes y ma as, y el
único logro, la creación de una democracia
con libertades signi cativas, incluida la de
prensa, parece hoy en el mejor de los casos
frágil, particularmente cuando las emisoras
de televisión independiente son cerradas
unas tras otras. Aunque son rusos quienes
tienen buena parte de la culpa de lo que ha
pasado, los asesores occidentales, en especial
Estados Unidos y el FMI, que se apresura-
ron a predicar el evangelio de la economía de
mercado, también fueron culpables. Como
mínimo proporcionaron apoyo a los que lle-
varon a Rusia y varias otras economías por
los caminos que siguieron, proporcionando
una nueva religión –el fundamentalismo del
mercado– como reemplazante de la antigua-
el marxismo- que había demostrado ser tan
defectuosa (Stiglitz, 2002, pp. 173-174).
La Perestroika tiene su génesis en los si-
guientes aspectos:
- El relevo generacional que se aprecia desde
los inicios de 1980 dentro del partido co-
munista y el mismo aparato del Estado, una
generación de dirigentes comunistas con mu-
cho sentido de pertenencia y lealtad al par-
tido, pero además con una alta preparación
profesional en todas las disciplinas como
abogados, economistas, médicos ingenieros
licenciados, entre otros. Con la idea clara de
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una necesidad de democratizar la economía,
de transformarla de fondo lo que implicaría
incluir la transformación del sistema políti-
co.
La nueva generación de jóvenes comunis-
tas encontraba el modelo de propiedad estatal,
la plani cación centralizada y la forma como
se realizaba la explotación extensiva de los re-
cursos naturales que era disfuncional con esas
mismas formas en la Unión de Repúblicas So-
cialistas Soviéticas.
- La recesión económica mundial en la década
de los 70 y el nivel tan alto de gastos milita-
res generados dentro de la Unión Soviética.
- La presión de algunas democracias populares
que deseaban reorganizar su sistema político
y ser un poco más independientes de Moscú.
No obstante, la Perestroika afectó profunda-
mente las bases de las relaciones internaciona-
les que tenía la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, por lo que en su momento tuvo dos
caras: una Perestroika-estrategia y otra Peres-
troika-proceso, debido a los cambios dados en la
política exterior y su relación de Moscú y las re-
públicas populares. Son los cambios políticos y
económicos interiores los que propician las nue-
vas directrices en la acción exterior del Kremlin.
En el sistema comunista de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas existía un
mercado regulado por los precios establecidos
estatalmente. En ello, no había un mercado de
vivienda, porque las viviendas pertenecían al
Estado, ni una red de seguridad social; los traba-
jadores no cambiaban de trabajo, permanecían
en la misma empresa toda su vida y era esta la
que le facilitaba la vivienda y la jubilación, por
lo que se daba el proceso de transición a unos
mercados de libre oferta. En este sentido, Ru-
sia no poseía una clase empresarial, puesto que
uno de los grandes sacri cios del comunismo es
matar la iniciativa ya sea individual o colectiva
para generar empresas, es decir, el Estado es el
que crea y dispone de las empresas, lo que sí se
puede dar dentro de un sistema capitalista que
incentiva la creación y generación de empresas
de todo orden de acuerdo con las dinámicas y
demandas de los mismos mercados.
Pero tenía una gran fortaleza esta transición
del comunismo a los mercados libres y era el
alto nivel educativo de su población, en espe-
cial en las técnicas, importante para enfrentar los
retos de la nueva economía que exigía de estos
conocimientos para el desarrollo industrial y que
además Rusia ha poseído siempre ese poderío
en relación con el desarrollo de las ciencias. Fue
el primer país en el mundo que envió al primer
hombre al espacio. Igualmente ha desarrollado
la energía nuclear entre otros desarrollos equi-
parables con los generados en el Occidente ca-
pitalista.
Se podría decir que uno de los grandes
desaciertos en la transición de la
Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas
fue que no
contaban con instituciones que regu
laran los
procesos de apertura y la llegada de los grandes
préstamos desembolsados por diferentes orga-
nismos internacionales como el FMI y el BM
porque el sistema comunista tenía todo centra-
lizado, lleno de vicios, o como se dice en Occi-
dente, también poseía el mal de los gobernantes
que es la corrupción. Todos aquellos cercanos a
los gobiernos de turno se bene ciaron de esos
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préstamos con la promesa de generar empresas,
explotando las débiles políticas existentes por el
proceso de transición y con la mentalidad de que
era más fácil robar que crear empresas. De modo
que el gobierno fue responsable de generar una
clase social de oligarcas llamados hombres de
negocio que accedían a esos capitales que se lle-
vaban del país, generando grandes fortunas en
los bancos extranjeros, dejándolo grandemente
endeudado y sin las prometidas empresas, lo que
género que los niveles de vida que tenía la po-
blación de los diferentes países comunistas ca-
yera y se comenzara a dar índices de crecimien-
to en la pobreza y evidenciarse una desigualdad
social.
Rusia, se polariza entre muchísimos pobres
y unos pocos ricos y la clase media sacri cada,
desaparecida, hace caótica la transformación
social, puesto que la clase media en todas las
sociedades soporta, mantiene y equilibra los va-
lores democráticos. Pero acontece otro fenóme-
no, como se mencionó anteriormente, los altos
niveles de preparación educativa de la población
hace que muchos piensen y los hagan, emigrar a
Occidente.
Desde una mirada de las realidades contras-
tadas: el comunismo mínimo garantizaba una
vida sin pobreza, los estándares de vida eran re-
lativamente iguales para la población, educación
para todos y de buena calidad, el Estado daba
vivienda, trabajo, salud y protección a los niños.
Todo lo anterior a cambio de un sistema sin li-
bertad de expresión y de movilidad, una “vida
social estable y garantizada”, ante la nueva rea-
lidad de la aparición de la desigualdad social,
la pobreza de muchos y la riqueza de pocos, los
vicios políticos que tanto daño hacen al desarro-
llo social; por lo que Rusia alcanza niveles de
desigualdad como los países latinoamericanos y
de África, generados por las nuevas problemáti-
cas económicas, sociales y políticas.
CONCLUSIONES
Es necesario que ante el proceso de globa-
lización se vea la urgencia de generar una ciu-
dadanía, una formación, una economía, una
política y por qué no un gobierno mundial que
regule de manera justa, equitativa, el proceso
de globalización, no un Estado global, porque
si esto ocurre, estos organismos internacionales:
ONU, FMI, BM, OMC, entre otros, se unirían
para estar al servicio de intereses nancieros
y comerciales solo de algunos países que son
quienes mandan.
La nalización “de la guerra fría” que por los
últimos escándalos mundiales de espionaje pa-
rece que nunca se abandonaron y que las prácti-
cas de descon anza se han a anzado por medio
de otros medios y tecnologías emergentes para
ello. Sin embargo, no se puede dejar pasar por
alto que la transición de ese gran bloque de paí-
ses y a la vez ese gran bloque de territorio comu-
nista que Occidente satanizó ha sido dominado
por su poder imperante que son los mercados, el
que Rusia y los otros países ahora no se declaren
comunistas ha dado un gran “respiro de tranqui-
lidad” a Occidente, ¿ya no se siente esa amena-
za?, pero miran con recelo esos nuevos poderes
que han resultado de la transición.
Dentro de las líneas puras del comunismo
se consideraba que el Estado tenía una respon-
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sabilidad con el pueblo y generar una sociedad
igualitaria. Todos aquellos ahora excomunistas
son los actuales socialdemócratas, de acuerdo
con los términos utilizados por los europeos,
que nunca, en ningún momento perdieron sus
conexiones y que fueron retirados de los círcu-
los del poder.
Los Estados individualistas y egoístas da-
ñan procesos de integración global, de políticas
equitativas e incluyentes para todos los países e
impiden la creación y consolidación de una for-
mación y educación para la ciudadanía global,
la cual estaría resolviendo parte de los grandes
retos que debe asumir el siglo XXI. El poseer un
común denominador y es la crisis humana que
tiene como efecto la crisis medioambiental, la
impunidad, el hambre, el aumento de la pobre-
za, los con ictos internos en muchas partes del
mundo de forma simultánea, entre otros.
Los organismos internacionales deben cum-
plir con su cometido, esa nalidad que los hizo
nacer dentro de unos momentos históricos de la
humanidad. En este orden de ideas, son impor-
tantes en la medida que logren los propósitos y
nalidades de su razón de ser. El compromiso
de estos organismos internacionales consiste en
que a través de sus políticas de préstamo no des-
truyan ese tan difícil proceso de construcción del
contrato social y que por el contrario sirva para
fortalecerlo, lo cual permitiría la generación de
empleo, protecciones sociales como la salud, las
pensiones, la justicia, entre otras.
Por otro lado, las políticas tanto nacionales
como internacionales posibilitan grandes opor-
tunidades. Se ha demostrado que para algunos
países los procesos de globalización han sido
muy positivos como China, Vietnam, pero su
fracaso en algunos otros países se debe a que ha
sido mal gestionada por los mismos organismos
internacionales como el FM, BM, BID, entre
otros.
La globalización ha aportado al avance cien-
co de nuevos medicamentos, generando en
los últimos tiempos una actividad y participa-
ción de la población civil en problemáticas loca-
les y globales. Asimismo, los medios de comu-
nicación han posibilitado que haya más justicia
y se reclame la democracia en los países que po-
seen sistemas dictatoriales, de opresión. Situa-
ción que ha motivado movilizaciones globales
ante una causa o fenómeno. En este sentido son
muchos los bene cios de la globalización como
tal, pero es el hombre y sus debilidades las que
debe superar y no dejarse tentar, sino al contra-
rio sacar todo aquello que tiene de puro y divino.
REFERENCIAS
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celona, España: Paidós.
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