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cionado puede que Woods (s.f.) tenga razón al
expresar en su artículo lo siguiente:
Esta relación psicológica entre los seres hu-
manos y las deidades que crean para sí mis-
mos, nos dicen mucho sobre la verdadera si-
tuación de la raza humana. No es un secreto
que las deidades de una sociedad determina-
da son un reejo de esa sociedad, de su modo
de producción, las relaciones sociales, la mo-
ralidad y los prejuicios. Asimismo añade, (ci-
tado por Woods & Grant, 1995) no fue dios
quien creó al hombre a su propia imagen,
sino, por el contrario, el hombre quien creó
dioses a su propia imagen y semejanza (p. 8).
Pero a Woods se le ha olvidado que existe un
solo Dios, Jehová, y ese es el gran problema de
la humanidad, los otros dioses son como él lo
comentaba, hechos a imagen del hombre.
Volviendo a las evidencias, el verdadero ori-
gen de muchos de nuestros comportamientos y
que seguramente los materialistas desconocen
está en lo que ocurrió cuando Adán y Eva co-
mieron del árbol del bien y del mal, en ese mo-
mento empieza a funcionar la conciencia y ahí
comienza a funcionar su libre albedrío. Es por
eso que muchos de los que estudian el compor-
tamiento humano no lo han podido descifrar ya
que no tienen en cuenta esta realidad y otras que
seguramente en este momento no lo entenderían.
Una vez alguien me dijo que podíamos con-
siderar a satanás como un pensamiento, algo que
siempre nos está invitando a hacer lo malo con
el n de ofender a Dios, lo que va en contra de
la ley, lo prohibido, o por qué será que cuando
algo nos es prohibido nos llama más la atención,
o por qué será que todas las cosas que Dios pro-
hibió porque le desagradan como la ira, la ido-
latría, la fornicación, la mentira, adulterio, las-
civia, hechicería, enemistades, ambición, entre
otras, son las que más se ven en el mundo, o es
acaso que no sentimos esa lucha interior de esas
dos semillas (del bien y del mal) sembradas en
nuestra carne por ver cuál de las dos crecerá más
en cada uno de nosotros.
Más que parafernalia mística, hay un conjun-
to de evidencias palpables dadas por Dios hace
muchísimos años a través del hombre y que hoy
las vivimos. Ro. 2:15 “mostrando la obra de la
ley escrita en sus corazones, dando testimonio
su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles
sus razonamientos”.
Cuando Woods (s.f.) hace referencia a que
la ciencia ya ha descubierto cómo funciona el
cerebro, solo se está reriendo a que la ciencia
apenas está logrando entender qué utilizó Dios
para crear las cosas, es muy similar a que una
persona hoy en día aprenda y descubra cómo
funciona una computadora o la Internet, porque
una cosa es saber cómo funciona el cerebro o el
cuerpo humano, pero otra cosa es saber en reali-
dad cómo se crea. Hace un par de años le escu-
che decir a un cientíco del cual no recuerdo su
nombre, que la ciencia solo explica lo natural,
lo que se ve a simple vista, pero no es capaz de
explicar lo sobrenatural.
Distinto a lo que se piensa, la conciencia no
es algo místico, o algo difícil de entender, el
alma o la conciencia, es lo que se encarga de ir
ante Dios cuando morimos, la que mueve toda la
carne, es la encargada de señalarnos por lo malo
Justicia, No. 25 - pp. 51-69 - Junio 2014 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
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