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de qué manera los diferentes actores por medio
de su rol social, desarrollan acciones encamina-
das a la consecución de sus intereses. Y, tales
acciones impulsoras de intereses políticos ge-
neralmente chocan frente a otras pretensiones
que representan diversos sectores sociales. Lo
que complejiza la construcción de estrategias de
justicia transicional, ya que cada sector y actor
pretende imponer sus intereses políticos.
Así pues entran en conicto el juego de inte-
reses de los actores políticos que pueden incidir
en el proceso de diseño de un modelo de justicia
transicional. Sin embargo, el complejo contexto
se debe trabajar o abordar de alguna manera para
lograr una participación pluralista en el proceso
de reconciliación nacional.
No obstante a lo anterior siempre se deberán
tener en cuenta los estándares internacionales
para los derechos humanos, pues constituyen
el principal referente como hilo conductor de
la práctica social, y, en especial para todos los
modelos de justicia transicional, es decir, que
los parámetros internacionales en materia de de-
rechos humanos y justicia transicional pueden
delimitar las fronteras hasta donde puede llegar
tal negociación de intereses políticos para la paz.
Por lo anterior, y, teniendo en cuenta las es-
tructuras de gobernanza (Valdivieso, A., 2010)
se podrían incluir diversos intereses ante un po-
sible acuerdo en La Habana. Igualmente, con el
objetivo de armonizar los intereses contrarios u
opuestos se plantea la teoría de la acción comu-
nicativa habermasiana, que promueve la conse-
cución de acuerdo de tipo razonable, es decir,
que vincule lo que más pueda los intereses de los
actores políticos con capacidad de inuencia.
En este sentido, las estructuras sociales son
contextos normativos que les imponen límites a
las acciones de los sujetos y les determinan unos
roles, a través de los cuales deberán regir su in-
teracción con los demás sujetos. Así según Ha-
bermas (1992), los actores desempeñan roles en
contextos especícos donde visualizan sus inte-
reses, y a su vez plantean acciones encaminadas
a su consecución.
De igual forma, Habermas enuncia que debe
procurarse una acción regulada por normas,
se reere no al comportamiento de un actor en
principio solitario que se topa en su entorno con
otros actores, sino a los miembros de un grupo
social que orientan su acción por valores comu-
nes, lo que debería desencadenar acciones de
entendimiento para lograr unas negociaciones
razonables (Habermas, 1992).
Ahora bien, a diferencia de la acción teleo-
lógica u orientada por nes, la acción orienta-
da por normas y valores sociales, se basa en un
saber práctico-moral, que es el que le permite
al sujeto interpretar cómo puede adecuar sus
acciones –o, en ciertos casos, cuestionar– a las
normas sociales vigentes, en las diversas situa-
ciones sociales que se le presenten. Por lo an-
terior, la pretensión de validez que presenta la
persona que actúa en el mundo social es de hacer
lo correcto (Habermas, 1992, p. 40).
Es decir, si simplemente dejamos que los ac-
tores políticos promuevan estrategias orientadas
a nes (consecución de sus intereses) no se esta-
ría construyendo una paz duradera y sostenible,
ya que, como la historia lo ha demostrado, los
Justicia, No. 24 - pp. 105-115 - Diciembre 2013 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
http://portal.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/justicia/index.php/justicia
El JuEgo dE intErEsEs dE los actorEs políticos para El disEño dE la Justicia transicional En colomBia