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No obstante es de anotar que desde la perspecti-
va o cial era muy poco lo que se podía esperar,
porque en el ambiente existían otras urgencias,
militares la mayoría, que impedían concretar un
plan de trabajo mancomunado entre la Corona o
las Coronas iberas o lusitanas y los ansiosos ma-
rineros o aventureros de ocasión aunque existía
una serie de personajes cercanos a la reina Isabel
que tenían un ojo avizor para los negocios y mu-
chas veces intervenían con su oportuno consejo
y salían adelante algunas ideas.
4. Por eso, aquella sucesión de iniciativas en
pos de emprender la gesta, no fue un proceso
que viniera de arriba hacia abajo, sino por el
contrario, devino de abajo hacia arriba, en me-
dio de un desdén, indolencia o indiferencia de
muchos validos o del rey de Portugal o de los
Reyes Católicos e incluso de Francia o Ingla-
terra, por los gastos que requería y por lo con-
tingente que resultaba esa travesía. Si bien y lo
repito, por ahí había uno que otro personaje en
la Corte de Isabel que estaba atento a ese asunto
y a otros que pudieran signi car oportunidades
de negocios. Es de asombrarse uno que ese pro-
pósito no se diluyera como tantas cosas en este
mundo y así poco a poco fue abriéndose paso en
medio de apremios, di cultades y decepciones
la idea de atravesar el mar desconocido y des-
cubrir la alternativa soñada. Solo la constancia
y perseverancia de un puñado de hombres por
aquí y por allá, entre ellos el genovés, impidie-
ron que ese proyecto se fuera a pique. Es de ano-
tar igualmente que Europa ha sido a lo largo de
su crónica un continente soñador y evocador, en
donde la mayoría de sus trovadores le cantaban
perennemente a lo que es, a lo que era y a lo que
sería y en ese cuadro la aproximación de esas
aspiraciones estimulaba a la eventualidad, a la
gesta y a lo épico y quizá por esa inspiración
sobrevino la tenacidad y la paciencia de algunos
románticos marineros ávidos de gloria y proce-
der a hacer realidad lo que era o lo que podía ser.
Es primordial tener en cuenta este antecedente
lírico, pues esa predisposición anímica, o sea la
de sentirse poseídos por aquel llamado idílico
fue por la que se pudo dar el toque requerido
para que estos inquietos personajes con una pro-
funda vocación náutica, como hijos de su tiem-
po, se tomaran el asunto en serio y marcharan
posteriormente en pos de lo inédito, y en eso los
italianos llevaban la ventaja.
5. Desde luego que numerosos individuos
perspicaces cultivaron esas reminiscencias de
los rapsodas y codiciaron consumar tales es-
peranzas, metiéndose de lleno en ese negocio,
pero la precipitación o la improvisación, les hizo
fracasar a la mayoría de ellos, para hundirse en
la negra noche del olvido. La especulación, la
osadía, la impericia y la temeridad cobraron por
consiguiente en aquella época de frenesí mu-
chas víctimas, solo el fondo del piélago conoce
el número exacto de tan infortunados sujetos. El
trámite de adecuación de la empresa, osada de
suyo, y dados los ascos estrepitosos y la falta
de información sobre esa ruta, nalmente estuvo
a cargo de personas que tenían la experiencia en
el manejo náutico aunque operaban un concepto
ambiguo de exploración oceánica mediante la
Justicia, No. 21 - pp. 134-147 - Junio 2012 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
http://portal.unisimonbolivar.edu.co:82/rdigital/justicia/index.php/justicia
R
OBERTO
M
EISEL
L
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