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Justicia, No. 30 - pp. 52-69 - Diciembre 2016 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
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el lado Colombiano de la frontera Con Perú. ¿vaCío, inseguro y PoCo integrado?
INTRODUCCIÓN
Al realizar un estado del arte de los estudios
sobre las fronteras colombianas, de manera ge-
neral se pueden hacer las siguientes armacio-
nes:
La mayoría de los trabajos son estudios frag-
mentados, centrados en temas de seguridad y
presencia de actores armados, especialmente
después de los atentados terroristas del 11 de
septiembre de 2001 y el ataque militar de fuer-
zas de seguridad colombianas al campamento
del número dos de las FARC-EP (Raúl Reyes),
en territorio ecuatoriano, ocurrido el primero de
marzo de 2008. Entre estas investigaciones se
destacan: Bartolomé (2003), Cirino (2002), Ci-
rino y Elizondo (2003), Sierra (2003), Morea-
no (2006), Fundación Seguridad y Democracia
(2008), Briscoe (2008), Cabrera (2012), Trejos
y Luquetta (2014), Trejos (2015a, 2015b). Otro
importante grupo de trabajos lo conforman los
estudios de caso, especialmente referidos a
Ecuador y Venezuela, sobre todo en el marco del
conicto armado, sus efectos humanitarios, el
comercio binacional y la delimitación fronteri-
za, como son los realizados por: Novak y Nami-
has (2011), Lanzetta (2011), Ramírez y Montú-
far (2007), Ramírez (2006, 2008, 2011), Montú-
far (2008), Ortiz (2012), Ávila (2012), Carreño
(2014, 2012a, 2012b), González (2005), Goues-
set (1998) y Zea (1989).
Después de la anterior revisión se puede ar-
mar que es tan exiguo el número de abordajes
globales sobre el tema fronterizo, que se ha pro-
ducido un vacío de estudios comparados y muy
pocos intentos de encontrar variables diferentes
a las económicas y de seguridad para organizar
los espacios fronterizos.
Aproximación a los estudios fronterizos en
Colombia: enfoque teórico-conceptual
El enfoque teórico toma elementos de la geo-
grafía regional político-cultural, que a su vez se
nutre de la geopolítica crítica, manifestándose
en contra del determinismo de un Estado Cén-
trico y aborda las fronteras como espacios vivos
llenos de procesos sociales y económicos. Para
García (2003), la frontera se entiende como una
parte integrante de cualquier territorio con unas
relaciones de poder institucionalizadas, como
los Estados o las regiones, entendiéndose estos
como construcciones sociales en transformación
a partir de sus dinámicas sociales, materiales y
simbólicas (López de Souza, 1995; Haesbaert,
2004).
Con este antecedente teórico, Raffestin
(1980) construye su geografía del poder desde
un enfoque exible, en cuanto a los niveles es-
pacio-temporales de análisis, ya que los dene
durante la investigación y no antes, como suele
suceder; de esta forma se interesa no solo en los
territorios estáticos, sino también en “las terri-
torialidades móviles, temporarias y de límites
elásticos” (Benedetti, 2014, p.14). En esta línea,
Quintero (1999), utilizando elementos de nueva
política regional anglosajona, sostiene que las
identidades colectivas son previas a la forma-
ción de los Estados, por lo cual el territorio y las
identidades que se construyen dentro de él son
formaciones históricas en continuo movimiento.
Precisamente dicho enfoque teórico-metodo-