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gos de comunicación y novedosas asociaciones
de gobierno.
Castigados por la indiferencia o por su uso
personalista, los partidos políticos son los que
tienen las tareas normales de la organización de
masas, así como la manera de desarrollar el bien
común en sus ejercicios electorales y la forma-
ción de su militancia. No obstante, el camino
no ha sido fácil. El diálogo político se da entre
competidores o enemigos, aliados o adversarios,
dentro de una coalición, o entre partes sedicio-
sas, pero sea cual sea la circunstancia, a juzgar
por Maquiavelo en El Príncipe, deben desarro-
llar sus competencias en un ambiente hostil sin
bondad ni clemencia. Por el contrario, existe una
cultura oriental basada en generar ambientes al-
truistas, cimentados en el perdón y la compren-
sión, guiada por el budismo y los aportes de la
psicología social, pero ello tiene menor calado
y su inuencia depende de comportamientos
individuales y sociales que demarcan objetivos
menos temporales.
Diálogo global de tipo económico
El diálogo puede ser global, como el que re-
presenta la Unión Europea, desde 1985. En Asia,
funciona la Asociación de Naciones del Sudes-
te Asiático (ANSA); en el África meridional,
la Comunidad de Desarrollo de África Austral
(SADC); en el Caribe, la Comunidad del Caribe
(Caricom) y en Latinoamérica, el Mercado Co-
mún del Sur (Mercosur). Más recientemente, la
alianza del Pacíco, conformada por Chile, Co-
lombia, México, Perú, y el grupo Brics, integra-
do por Brasil, Rusia,India, China y Sudáfrica.
Son bloques económicos de países que refuer-
zan sus circuitos comerciales y a la vez pueden
negociar pactos con las demás alianzas o países.
Hay otros acuerdos que le bajan el tono a lo
meramente declarativo y tienen ámbitos muy de-
nidos. Existe por ejemplo, un pacto de coope-
ración laboral, suscrito en 1993 por los Estados
Unidos, Canadá y México, el Aclan. Hay otro
similar, del año 2005, entre Costa Rica, El Sal-
vador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Repú-
blica Dominicana y los Estados Unidos, en don-
de las partes convienen en modernizar el sistema
de justicia laboral, fortalecer los Ministerios del
Trabajo de cada país, reducir la discriminación
y el acoso del cual son víctimas las mujeres en
las maquilas, con la cooperación de la OIT y el
BID, y que ha presentado comparaciones de re-
sultados y evaluaciones de los progresos alcan-
zados (Ruiz, 2004).
El trasfondo de estas alianzas es económico;
después de todo, el libre comercio es lo que sub-
yace detrás de la modernización de la adminis-
tración de justicia o de la del trabajo, aunque en
procesos sociales complicados, el diálogo social
fortalece a las instituciones, amplía la visión de
la soberanía y elabora una hoja de ruta (OIT,
1999). Por ejemplo, la Unión Europea coopera
para fortalecer el diálogo sobre el trabajo decen-
te y la economía informal en Guatemala, donde
el 75 % de los ocupados trabaja en la informa-
lidad y el 31 %, por cuenta propia. El desafío
es poder crear empleos en una economía donde
el 54 % de los que trabajan es pobre y el 27 %
labora más de 48 horas a la semana (la jorna-
da es de 44 horas). El trabajo infantil abarca el
Justicia, No. 30 - pp. 132-151 - Diciembre 2016 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
http://publicaciones.unisimonbolivar.edu.co/rdigital/justicia/index.php/justicia
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