Justicia, No. 28 - pp. 71-87 - Diciembre 2015 - Universidad Simón Bolívar - Barranquilla, Colombia - ISSN: 0124-7441
http://publicaciones.unisimonbolivar.edu.co/rdigital/justicia/index.php/justicia
* Este artículo corresponde a la culminación de la línea de investigación de la malla curricular de derecho; Proceso llevado a cabo desde
el 2013 hasta 2015.
** Estudiante de Derecho Universidad Nacional de Colombia. darodriguezna@unal.edu.co
Procesos constituyentes de
Venezuela (1998) y Ecuador
(2008): entre el carisma y el
derecho*
Constituent processes of Venezuela (1998) and
Ecuador (2008), between the charisma and the
right
Daniela Rodríguez Narváez**
Referencia de este artículo (APA): Rodríguez Narváez, D. (2015). Procesos constituyentes de Venezuela (1998) y Ecuador
(2008): entre el carisma y el derecho. En Justicia, 28, 71-87. http://dx.doi.org/10.17081/just.20.28.1037
Recibido: 18 de junio de 2015 / Aceptado: 29 de julio de 2015
http://dx.doi.org/10.17081/just.20.28.1037
Resumen
Los casos de Hugo Chávez, en Venezuela, y de Rafael Correa, en Ecua-
dor, han evidenciado una nueva problemática frente a la elección de líderes de
América Latina, pues se demuestra el uso del carisma como mecanismo para
malear el derecho que irradia todo el sistema jurídico desde el mismo proceso
constituyente. Así, mediante el uso del análisis del discurso, la historia del
derecho y el derecho comparado, el presente artículo se propone dar luces
sobre si el carisma del líder afecta el ordenamiento jurídico y si los intereses
del electorado se ven confundidos por los del líder o, por el contrario, si dichos
procesos son la expresión del constituyente primario. También evidencia que
la relación del carisma y el derecho es común a la misma naturaleza del ser
humano; por tanto, los procesos no son de una sola causa sino que se comple-
mentan unos a otros. Por último, se recalca la importancia de la identicación
de los factores que afectan al derecho, buscando abandonar el enclaustramien-
to de lo jurídico y abrir paso a otros factores que lo complementan.
Abstract
Cases of Hugo Chavez in Venezuela and Rafael Correa in Ecuador, have
shown a new problem facing the choice of leaders from Latin America: the
possibility of change the right, through the use of charisma, it is shown radiat-
ing from the entire legal system the same constituent process; through the use
of discourse analysis, the history of law and comparative law, this article aims
to shed light on whether the charisma front, headed by the leaders, affect the
law and whether the interests of the electorate are confused by the leader or
otherwise, such processes are the expression of the primary constituent; Also
evidence that the relationship of the charism and the right to it is common
human nature, so the process is not a single cause but will complement each
other; this delivery want to emphasize the importance of identifying factors
affecting the right, to thereby leave the enclosure of the legal and other factors
make their way to complement it.
Palabras clave:
Proceso constituyente, Constitución,
carisma, Ecuador, Venezuela.
Key words:
Constituent Process, Constitution,
Charisma, Ecuador y Venezuela.
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daniela rodríguez narváez
INTRODUCCIÓN
Durante la última década del siglo XX y la
primera del siglo XXI aparece un fenómeno ju-
rídico-político de enorme relevancia frente a los
sistemas jurídicos de las naciones latinoameri-
canas: la instauración de nuevas constituciones.
Dicha carta va más allá de unas normas funda-
mentales, que salvaguarda derechos, distribuye
poderes, e impone obligaciones a unos y otros;
la Constitución es cuerpo vivo donde se puede
ver el carácter, los ideales y las preocupaciones
de una nación.
Partiendo de lo anterior, algunos de los líde-
res latinoamericanos han propuesto llevar a cabo
cambios a nivel constitucional para responder a
las necesidades de los habitantes de una nación;
en especial son muy interesantes dos casos:
Venezuela y Ecuador, cuyos presidentes fue-
ron elegidos con una alta favorabilidad
*
; Hugo
Chávez, en 1998 con el 56,02 % de los votos y
Rafael Correa electo con el 56,67 % de votos
en segunda vuelta, en 2006. Ambos pusieron en
marcha los procesos constituyentes que jaron
los nuevos textos constitucionales aún vigentes
en cada uno de estos países; Venezuela promul-
ga una nueva Constitución en 1999 y después
Ecuador hace lo propio, en el año 2008.
Uno y otro cambio constitucional se dio en
medio de situaciones que tenían a los ciudada-
nos desesperanzados debido a los problemas
económicos y la desconanza en las institu-
ciones. Tanto en Venezuela como en Ecuador,
*. En el entendido que ambos fueron electos con una muy alta
votación.
Chávez y Correa llegaron con propuestas que
podrían liberarlos de las crisis y hacerles recu-
perar su conanza en la democracia a partir del
fortalecimiento de la participación ciudadana y
el cambio del modelo económico, entre otras re-
formas.Los dos presidentes obtuvieron la mayor
cantidad de votos para llegar a la primera ma-
gistratura en sus respectivos países. Además de
gozar de una gran favorabilidad gracias al apoyo
del electorado, generaron vínculos con los ciu-
dadanos; se convirtieron en su voz, su esperan-
za; además, ahora eran representados por nume-
rosos constituyentes electos, anes a las ideas de
los mandatarios, o incluso respaldados por estos.
De entonces acá es problemático conocer si
hay fuerzas que impulsaron realmente los pro-
cesos de cambio jurídico, más allá de las que
generaron las necesidades democráticas o de
poder político; por ello resulta imperativo tratar
de develar si el proceso constituyente fue con-
ducido por las necesidades de los ciudadanos, o
si la guía ha sido el uso del carisma en el siste-
ma democrático, que confunde los intereses del
elector con los propios de cada dirigente y hace
necesario preguntarse en la actualidad: ¿Cuál es
la injerencia del carisma de un dirigente elegido
democráticamente en los procesos constituyen-
tes? Tomando como referentes los casos Hugo
Chávez y Rafael Correa, se busca dar respuesta
a este interrogante.
Este artículo es una entrega parcial de resul-
tados de una investigación jurídica que busca es-
tablecer cuál es la injerencia del carisma en los
procesos constituyentes, por lo que el texto se
organizará de la siguiente manera: en el momen-
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procesos constituyentes de venezuela (1998) y ecuador (2008): entre el carisma y el derecho
to previo se realizará una análisis de la óptica
con la que se verá el problema, es decir, se des-
cribirá el marco referencial de estudio en el cual
se encuentra inmersa la investigación, luego se
pasa a la denición de conceptos como Consti-
tución, proceso constituyente, líder carismático,
dada su relevancia para el desarrollo de la in-
vestigación. En segundo lugar, se realizará una
reconstrucción histórica de las situaciones que
llevaron a Venezuela y Ecuador a un punto de
inexión donde Hugo Chávez y Rafael Correa
fueron electos como presidentes; en tercer lugar,
se llevará a cabo un análisis de la favorabilidad y
buena imagen de los presidentes y las relaciones
que otras investigaciones han planteado respec-
to a esta condición, entendida como carisma con
los procesos constituyentes; en cuarto lugar, pre-
sentará la relación establecida entre los líderes
–identicándolos como tal– y la injerencia rela-
tiva a la Constitución; nalmente, se presentan
conclusiones, las cuales recogen elementos im-
portantes y aportes que surgen de este análisis.
Los métodos usados en esta investigación
son principalmente tres: uno es el análisis del
discurso, otro es la reconstrucción histórica y,
por último, está el derecho comparado, pero no
necesariamente se aplicarán en el orden mencio-
nado; estas herramientas se emplearon para la
recopilación de datos, su análisis y discusión.
Momento previo: el marco referencial des-
de Weber, la sociología histórica
Muchos estudiosos han establecido que Max
Weber tiene diferentes momentos, historias y
etapas intelectuales a lo largo de su vida; sin em-
bargo, en esta investigación no se abordan estos
debates; lo que se busca es que el lector observe
desde la sociología histórica.
La sociología histórica, según George Ritzer
(1992), es el esfuerzo que realiza Max Webber
por dar a entender que las dos ciencias que per-
siguen ángulos distintos, se complementan para
desarrollar sus labores, tal y como él mismo lo
establece en Economía y Sociedad:
La sociología persigue formular conceptos distin-
tivos y generalizar las uniformidades de los pro-
cesos empíricos. Esto la distingue de la historia,
que está orientada al análisis causal y a la explica-
ción de acciones individuales, de estructuras y de
personalidades poseedoras de una signicación
cultural (Weber, 1993, p.22).
Con estos dos elementos, Weber orientó la
sociología al desarrollo de conceptos claros,
de manera que pudieran representar un análisis
causal de los fenómenos históricos; es decir, que
como las dos disciplinas van de la mano, es im-
portante considerar los aspectos que reconstru-
yen un tiempo determinado sin caer en el error
que allí se tome una generalización. A lo que
apuesta Max Weber es a conseguir una concep-
tualización más allá de los hechos, más allá de la
determinación de unas reglas comportamentales
cíclicas en el tiempo; “la labor que se debe llevar
a cabo es tomar lo que hay en un nivel superior
del hecho, identicarlo y conseguir un concep-
to general, a estos se les llamarán tipos ideales”
(Ritzer, 1992, p.250).
De esta manera se debate la consideración de
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los fenómenos de solo una causa, y se desarrolla
una red metodológica de conceptos que fuesen
útiles para la sociedad y el análisis real.
El segundo elemento a recalcar de la teoría
de Max Weber es la visión relacional, o la forma
en la que el autor ve el mundo con base en las
relaciones, pero no todas estas: solo son relevan-
tes aquellas que la sociología puede comprender
interpretativamente (Nocera, 2006). Siendo este
el primer paso para la construcción, el segundo
hace referencia a las relaciones que se pueden
interpretar y que además construyen una comu-
nicación entre los sujetos.
Es decir, hay dos dimensiones de la relación;
por un lado, aquella que enmarca el desarrollo
interpretativo de solo causa-efecto y la segunda
parte, de la afectación del entorno. Weber con-
sidera que incluso la omisión de la relevancia
de la primera parte constituye en sí mismo un
hecho con el cual se puede analizar la relación
del entorno.
Finalmente, sin decir que con ello se agote la
teoría de Weber, pero llegando a una delimita-
ción cercana para que el lector conozca el mar-
co del problema, se hace referencia a la validez;
este concepto es importante ya que se dene en
el contexto que “el contenido del signicado de
una acción social en una relación social se llama
‘orden’ cuando la acción se orienta por ‘máxi-
mas’ que pueden ser señaladas” (Nocera, 2006,
p.8). Con ello se quiere signicar que el vínculo
social creado dentro del marco del desarrollo de
la acciones genera unos conceptos con los cua-
les se puede analizar el hecho, pero sin dejar de
lado la conexión, los integrantes del círculo so-
cial y la jerarquía que este mismo establezca. A
renglón seguido, según Nocera, Weber conside-
ra que la validez depende solamente de su impo-
sición en un sistema, teoría que siempre busca
adentrarse en los fenómenos más allá de una
sola causa; lo que propone el autor reere a que
la validez se construye como un acuerdo de los
sujetos en cuanto seres racionales, representán-
dose en el orden propuesto (Nocera, 2006, p.11).
Consecuentemente, esta investigación con
respecto a la validez quiere resaltar las comuni-
dades racionales como su fuente; se hace valioso
identicar las diferentes causas que conllevan a
que se entienda una acción, determinación –o
Constitución en este caso– como producto de
las proyecciones sociales llevadas a cabo por la
sociedad determinada.
En resumen, se invita al lector a tener en
cuenta los siguientes elementos con relación a
la teoría de Weber: la sociología histórica como
la conexión entre las dos ciencias que buscan
complementarse; la identicación de relaciones
relevantes, es decir, aquellas que pueden ser sus-
ceptibles de interpretación y que tengan relación
con el grupo social y desde el ángulo interpre-
tativo de la importancia de analizar el primer
y el segundo punto, el concepto de validez en
concordancia con el desarrollo de las acciones
sociales.
Con estos insumos prosigue el desarrollo de
una conceptualización recalcándose aquellos
conceptos que construyen el marco referencial
del problema, su concepción e interpretación.
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Criterios para adecuar el marco de inves-
tigación al problema: deniciones
Se parte de delimitar el marco conceptual en
el cual va a estar inmerso el problema y sobre el
cual gira la investigación; estos conceptos son
producto de la recopilación y análisis de otros
autores e investigadores que se han propuesto
llegar a una denición de los referentes concep-
tuales que se emplearán, razón por la cual se uti-
liza el método del análisis del discurso.
Este método desarrolla la construcción de
conceptos no solo a partir del léxico, sino que
reúne los hechos con los que se interrelaciona;
una vez establecida la parte conceptual, en el si-
guiente apartado se procede a la reconstrucción
de hechos y allí mismo a concatenar las relacio-
nes conceptuales con las fácticas.
El primer concepto a denir es el de Consti-
tución, que como todos los que se relacionan con
el diario vivir del abogado puede tener varias
acepciones; se puede denir como un conjunto
de normas que regulan la estructura, el poder y
sus funciones, la competencia y las atribucio-
nes del Estado, así como los derechos que los
particulares pueden hacer valer frente a él. Bien
podría quedarse solo con este concepto o ir más
allá en la labor del abogado e interpretar esta
denición; como su nombre lo indica, se podría
pensar que la Constitución es la conformación
del cuerpo viviente del Estado o también, que es
un llano conjunto de derechos, deberes y obli-
gaciones.
Es necesario adentrarse –aunque sea leve-
mente– en las tensiones que se han estableci-
do en este concepto; por ejemplo K.C. Wheare
(1975) establece que “la Constitución es ante
todo un documento legal, tiene por objeto esta-
blecer las normas legales supremas. Por consi-
guiente, debe limitarse en lo posible a proclamar
las normas legales, no opiniones, aspiraciones,
directivas o tendencias políticas” (p.35). Esta
postura establece, por un lado, que la Constitu-
ción es un elemento legal que no debe entonces
inmiscuirse en nada más allá de lo jurídico, y,
por el otro, que dicha intervención si llegara a
darse, no congura derecho sino otras discipli-
nas. Se entiende entonces que esta denición
con sus elementos lleva al derecho a pensar en
un solo campo.
Riñe inmediatamente con la concepción de
Mauricio García Villegas, quien en su obra el
Derecho como esperanza: constitucionalismo
y cambio social en América Latina designa el
constitucionalismo aspiracional como la for-
ma de concebir la Constitución, o de establecer
aquello que se quiere conseguir, esto es, la meta
o n que se quiere alcanzar y propone hacer de
este documento un desarrollo, por lo que no ne-
cesariamente es entonces una correspondencia
de la situación económica o social de una nación
(2006, p.231). En este caso, los elementos que
se encuentran son de contenido programático, es
decir, que hace contemplaciones a futuro de las
relaciones jurídicas como marco de desarrollo
de otras relaciones: sociales, políticas, económi-
cas; por lo tanto, es posible determinar que la
denición aquí propuesta deja de lado la con-
secución del derecho y enfoca los esfuerzos en
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el desarrollo a futuro, incluso a veces sin tener
en cuenta la relación hecho futuro y hecho pre-
sente.
Una tercera postura la presenta Gustavo Za-
grebelsky (1995), quien argumenta que la pri-
mera Constitución está enmarcada en su tiempo
y que solo se presta para su contexto y situacio-
nes determinadas en la época destinada, mien-
tras que el segundo tipo de Constitución corre
el riesgo de ser atemporal y quedarse a medio
camino, dejando un sinsabor de meta no alcan-
zada; se busca entonces una que esté enriqueci-
da por la historia, pero construida con miras a
las exigencias del futuro.
En esta investigación se va a recoger el con-
cepto de Zagrebelsky: la Constitución en tanto
documento que responde a las necesidades del
presente en la medida en que es capaz de so-
lucionar las exigencias del futuro, denición
que se entiende como una posición conciliado-
ra entre las primeras mencionadas; por un lado,
reconoce que la Constitución es derecho y, por
el otro, se relaciona con los problemas sociales,
pero bajo la perspectiva de su resolución pen-
sándolos en el ahora, con miras hacia el futuro.
Sin dejar de lado las otras deniciones, que
también pueden llegar a ser relevantes en cier-
tos casos especícos, se pueden destacar los
elementos que llevan a elegir este teórico, entre
ellos la importancia que le otorga a la historia del
derecho, desde un ámbito tanto de construcción
como igualmente de desarrollo, ya que aporta a
la problemática del momento proponiendo solu-
ciones a futuro (Zagrebelsky, 1995, p.91). Según
se mencionó antes. Otro elemento característico
del autor que determina su elección es que resal-
ta el valor de una Constitución que pueda adap-
tarse, pues si bien propone su carácter supremo,
dicha carta debe tener especicidad, así mismo
debe ser capaz de responder a las necesidades
de quienes a ella se cobijan (1995, p.60). El ter-
cer elemento que hace esta teoría la más idónea
para denir el concepto de Constitución, es que
considera relevante la ideología existente en sí
misma, es decir, la formación de conceptos más
allá de la mirada histórica de pasado y la cons-
trucción de presente, conforme en su momento
pretendieron los revolucionarios franceses (Za-
grebelsky, 1995), y que esta investigación lo trae
como la posibilidad de salir de las crisis econó-
micas, sociales y culturales –que más adelante
se reseñarán– fracturando el pasado con una
Constitución a n de crear un futuro determina-
do.
El segundo concepto destacable es el caris-
ma; para facilitar un acercamiento de manera
exógena al derecho, se remite a la denición de
la RAE (2001) como especial capacidad de al-
gunas personas para atraer o fascinar, de allí se
puede inferir que se predica de personas y que
estas hacen uso del mismo.
Pero en el derecho no todo es tan simple, va-
rios han sido los autores que han dedicado apar-
tes, páginas, libros, para hablar acerca de esta
capacidad, entre ellos podemos destacar a Max
Weber (1993), este sociólogo, quien es el marco
referencial de la presente investigación, estable-
ce como carisma aquella virtud extraordinaria
que los ciudadanos advierten en una persona-
lidad extraordinaria, en el “líder carismático” y
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por ello le permiten que los conduzca; por tanto,
aquí está una primera característica diferencia-
dora a la denición aportada por el diccionario,
el carisma no es solo del individuo: tiene dos
características, que son los dos lados de la mo-
neda, el líder y el seguidor. El autor considera
que debe también considerarse que esta no es
una cualidad común y corriente, sino que está
reservada para algunos, quienes la aprovechan
y la explotan; para Weber, este es un poder de
cambio: revolución y desestabilización burocrá-
tica, lo que permite a las sociedades avanzar.
Sin embargo, como todo en derecho, existe
otra posición: la de Blanca Deusdad (2003), que
recoge con mayor profundidad a este autor a la
vez que hace un estudio detallado del concepto
de carisma y su desarrollo en la actualidad, pero,
según se ha mencionado, el estudio de esta pa-
labra es extenso y complejo y en función de la
investigación es relevante la denición que ella
hace en cuanto establece que:
El carisma político hace referencia a lugares, ob-
jetos e individuos a los cuales se reviste de un
aura excelsa, casi divina cuyas características y
acciones son interpretadas como excepcionales e
incluso extraordinarias por el colectivo que las se-
cunda y las reconoce como propias. Esta dimen-
sión la consiguen los elementos carismáticos por
su vínculo con la tradición, pero a la vez por ser
genuinos y modernos. Por otra parte, el carisma
actúa como catalizador cultural. Es una síntesis
de valores y señas de identidad de una cultura y
del pensamiento de una colectividad. Los medios
de comunicación ayudan a congurar un aura ca-
rismática y a difundir el mensaje y la imagen del
líder carismáticos (p.27).
Se ha elegido esta denición como uno de los
pilares de la investigación, puesto que recoge,
por un lado, los elementos enunciados en el mo-
mento previo frente a lo propuesto por M. We-
ber, en el sentido de reconocer las decisiones de
los grupos colectivos como grupos compuestos
por seres racionales que reaccionan diferente a
los estímulos, pero que sin embargo, construyen
identidades de desarrollo. Entonces se reconoce
en la tesis de la autora tres elementos básicos:
i) la construcción de aceptación a partir de ex-
periencias particulares,
ii) el carisma como cua-
lidad extraordinaria y
iii) el carisma como ele-
mento de liderazgo” (Deusdad, 2003, p.13).
Otro concepto a tener en cuenta es el de pro-
ceso constituyente, que va ligado al de Constitu-
ción; este término se establece en el marco del
derecho constitucional y el Diccionario práctico
de derecho dene: proceso es el conjunto de ac-
tividades relativas a la producción, obtención,
elaboración, fabricación de un producto; este
será para el caso en particular la creación de una
nueva constitución (Chávez Castillo, 2009); los
procesos constituyentes varían de Constitución
a Constitución con respecto a quienes están pre-
sentes durante los procesos, aquí todos los acto-
res serán preponderantes, aun cuando la inves-
tigación se centrará en los líderes carismáticos
que guiaron el proceso. Este ítem se ampliará
más adelante, pero es importante tener en cuenta
que el signicado del término proceso no es el
mismo que se usa en ingeniería (como ciencia);
en esta denición hay otros elementos que aun-
que son exógenos, no son irrelevantes; se men-
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cionaron, por ejemplo: la situación económica a
nivel mundial y nacional, la historia política re-
ciente de los países, la vida de los líderes, entre
otros. Por tanto, en esta investigación el proceso
constituyente estará integrado por los factores
que llevaron a que se diera un cambio en la Car-
ta Magna de cada nación y la institución formal
de los requisitos establecidos para esto.
Reconstrucción histórica: delimitación del
tiempo y el espacio para el análisis de los ele-
mentos integradores del problema
El periodo histórico en el cual se va a ha-
cer hincapié comprende las décadas de los 80 y
90 en donde se fueron recopilando los sucesos
más relevantes hasta que llegó el momento de
inexión que permitió a los líderes ser electos
como presidentes de cada uno de los países. Se
tratará de recopilar elementos de toda índole
(económica, social, institucional) para recons-
truir un panorama que se acerque de manera
completa a las situaciones nacionales; sin em-
bargo, la investigación referencia al lector a
otras investigaciones que han sido desarrolladas
con mayor profundidad sobre los periodos histó-
ricos descritos. Especícamente se hace uso de
la reconstrucción histórica con el método imple-
mentado por Bernd Marquardt en sus libros de
Historia Universal del Estado (2009), a n de
unir los hallazgos del apartado anterior frente a
lo conceptual con las realidades que se experi-
mentaron para concretar un cambio en la forma
de ver el mundo; aquí se unen dos métodos, por
un lado, está la construcción de categorías me-
diante el análisis del discurso y la recopilación,
y el análisis de la historia del derecho por el otro.
Ecuador
El investigador José Sánchez Praga (2009)
señala una serie de sucesos que afectaron la na-
ción de Ecuador; en primer lugar, identica una
crisis en la representatividad, en el entendido de
que durante la década de los 80 se presentan dos
sucesos que conuyen y son muy relevantes; por
un lado, el restablecimiento de la democracia
en Ecuador y al mismo tiempo, señala Sánchez
Praga, se inicia el fortalecimiento de un nuevo
sistema de capitales que impulsan en primera
medida la sobrevaloración del dinero y, en se-
gundo lugar, un aumento desmedido de la deuda
externa nacional.
Estos dos momentos en conicto establecen,
por un lado, un modelo que concentra las rique-
zas en manos de unos pocos y, por otro, la par-
ticipación de las personas en un espacio abierto
de política; sin embargo, es imposible ver los
dos hechos aislados, es necesario contemplarlos
en contexto como un todo que afecta a una so-
ciedad. Según Sánchez, esta problemática se ve
reejada como una década perdida, que se ve re-
ejada en la década de los 90 donde toda Améri-
ca Latina se ve afectada por la “ola de pobreza”
(2009) luego de las fuertes medidas de los orga-
nismos internacionales –como el FMI, la Cepal–
para tratar que los países pudieran salir de estos
problemas económicos, pero a costa de unas
severas políticas de austeridad y de afectación
directa al pueblo; en un primer momento se vio
de frente la participación de los representantes
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elegidos, quienes propusieron una resistencia a
la medidas económicas, que eran evidentemente
lesivas para el pueblo; sin embargo, se encuentra
en esta representación, un fortalecimiento de las
potestades ejecutivas, lo que terminó signican-
do un acallamiento del legislativo y dio paso a
que la economía se antepusiera a todo manejo:
primero la economía.
Con este decaimiento en los sistemas repre-
sentativos, sumado a la inestabilidad de quienes
resultaron electos para cumplir la función legis-
lativa en representación de los ciudadanos, se
van diluyendo las líneas divisorias y se integra
un imaginario del ciudadano nacional con el po-
lítico como una idealización de los ciudadanos;
se presentan escándalos de corrupción en el Go-
bierno y se relacionan con las medidas económi-
cas neoliberales.
Otro investigador, Santiago Ortiz, en su artí-
culo 30-S: La vulnerabilidad del liderazgo de la
revolución ciudadana y de la institucionalidad
en Ecuador, precisa que durante el año de 1997
–la ola de la pobreza–, las manifestaciones de
sectores sociales presionaron a que se destitu-
yera (con todos los requisitos formales) al pre-
sidente Abdalá Bucaram, quien nalmente por
mayoría parlamentaria tuvo que abandonar el
cargo. Este suceso no se puede tomar a la ligera,
puesto que signica una real fuerza que contri-
buyó a un cambio ostensible, aunque esta no fue
la única vez que este tipo de manifestaciones in-
cidieron para que se hicieran cambios políticos
y jurídicos.
Posteriormente, en medio de esta inestabili-
dad de las instituciones también cayeron otros
dos gobiernos en circunstancias similares, Ma-
huad (1998-2000) y Gutiérrez (2003-2005).
Sumada a la inconformidad de los ciudadanos,
se presenta la resistencia de una nación que no
se siente representada, medidas que oprimían
al pueblo económicamente, inestabilidad de las
instituciones, la falta de una cabeza visible que
dirigiera al país en una dirección, se genera la
“tormenta perfecta”.
Entonces, aparece en escena Rafael Correa,
un hombre que propone nuevos rumbos para la
nación, y quien desde el primer momento plan-
teó “sacar a Ecuador de la interminable noche
neoliberal” e “iniciar un proceso donde las le-
yes representen al pueblo” (De la Torre, 2013).
Se toma como bandera la creación de una nueva
Constitución que, como normas de normas, irra-
die el ordenamiento de toda la nación y sea un
proyecto para la reforma de la nación y cumpli-
miento de los deberes nacionales con un nuevo
enfoque, sin que ello represente de manera di-
recta el hecho de un rompimiento.
Así lo considera Rubén Martínez Dalmau
(2009) manifestó que el proyecto constitucional
ecuatoriano es un texto de avanzada, el a las
características propias del cambio de paradig-
ma que está suponiendo el nuevo constitucio-
nalismo latinoamericano, y fruto de la máxima
expresión democrática de su pueblo. Allí mis-
mo planteaba que tampoco existió una ruptura
total con el modelo de las leyes que estaba en
la Constitución anterior, sino que esto fue ade-
cuado a su tiempo con una mayor sincronía; no
se trata entonces de un cambio abrupto sino una
evolución legislativa, sin que esto represente la
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única posición al respecto. Igualmente De la To-
rre (2013) considera que existe una injerencia de
Correa en los nuevos proyectos legislativos por
lo que fácilmente obtiene su aprobación mayori-
taria en el congreso.
Estos conceptos enunciados se desarrollarán
con mayor profundidad más adelante.
Venezuela
El segundo sujeto-objeto de estudio en esta
investigación es Venezuela, si bien la temporali-
dad de este caso va un poco más atrás, en cuanto
a que la Constitución de este país data de 1998-
1999 mientras que la de Ecuador es relativamen-
te reciente (2008).
Sin embargo, hay hechos compartidos por
ambas naciones; por ejemplo, en Venezuela,
venían de un periodo político conocido como el
punto jismo, que era la alternancia de un grupo
de partidos políticos en el poder: se “turnaban”
el Gobierno, excluyendo a ciertos sectores de la
sociedad y estableciendo una dura segregación a
partidos políticos que no hicieron parte de dicho
acuerdo (algo similar a lo sucedido con el Frente
Nacional en Colombia).
Esta segregación dio paso a un intento de gol-
pe de Estado contra el presidente Carlos Andrés
Pérez (1992), fallido, pero igualmente represen-
tativo en cuanto a que se puso contra la pared
esta forma de gobierno y le costó a Chávez dos
años de cárcel, además de la salida deshonrosa
del ejército de Venezuela donde tenía bastante
reconocimiento.
Además de lo anterior, también se presenta
el descalabro económico de las naciones lati-
noamericanas, que sufren las consecuencias de
la crisis estadounidense, y que en el caso de Ve-
nezuela generó problemas que la empujaron a
dos décadas de recesión; este periodo signicó
un gran sufrimiento para el pueblo, pues cerca
del 75 % de los nacionales venezolanos vivían
en pobreza y de estos al menos el 45 %, en la
pobreza extrema* (Santamaría, 2004).
Incluso la gura representativa de Simón
Bolívar, fue dejada de lado durante este periodo
por considerarse que era una anticuada repre-
sentación del pueblo venezolano, un caudillista
del siglo XIX que no merecía ser resaltado en la
nueva era (Madeiros Arce, 2013). En el momen-
to de inexión se puede ver que, por un lado,
hay un debilitamiento económico de las clases
media y baja y, por otra parte, un sellamiento de
la cúpula política, la cual, al igual que en Ecua-
dor, empieza a cumplir con la implementación
de las medidas económicas de la Cepal, a pesar
de sus efectos económicos y sociales.
Llega entonces Hugo Chávez, paracaidista
militar bolivariano de grado teniente coronel y
declaradamente socialista que en su pasado acu-
mulaba experiencias en grupos armados y par-
ticipación en el intento de golpe de Estado en
el pasado reciente; venía dispuesto a calcular de
nuevo la intervención precisa con los movimien-
tos que fueron excluidos, con aquellas personas
que poco o nada tenían, con otros sectores –di-
ferentes a los tradicionales– y militares, compa-
ñeros de ideología que lo acompañaron. Con sus
propias palabras, Hugo Chávez hacía alusión al
* Vivir con menos de un dólar al día.
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tema así: Ya comenzaba algo a oler mal en Vene-
zuela, empezó la crisis ética […] Aquella crisis
moral de los años 70 [1970], fue la gran crisis y
esta es la más profunda que todavía tenemos, ese
es el cáncer más terrible que todavía tenemos
allí presente en todo el cuerpo de la República.
Este fue parte del discurso que Chávez pro-
nunció durante la posesión de 1999 –luego de la
renovación de su mandato con la nueva Consti-
tución– que reseña Madeiros Arce (2013). Con
una política de renovación de la imagen del
libertador Simón Bolívar, va cambiando la de-
pendencia del pueblo venezolano a las políticas
exteriores que favorecían a Estados Unidos, im-
plementa medidas de salud en cooperación con
los médicos de Cuba y apoyándose en el proyec-
to de Constitución, que fue bien recibida por los
ciudadanos, ansiosos de cambio y renovación,
cuando ponen sus esperanzas en su Carta Magna
para alcanzar los propósitos y mejorar la calidad
de vida de las personas, enrutar la economía del
país y la imagen nacional propia sin la injerencia
de otras naciones.
Aquí se dejan enunciadas las situaciones que
llevaron a que en ambos países se presentaran
momentos en los cuales sus esperanzas estaban
puestas en el derecho; pero más allá de la deni-
ción que aportaba Whelare, del conjunto de nor-
mas deberes y obligaciones de las personas en el
estricto sentido del derecho, se entendía como
la posibilidad de cambio desde el concepto de
la Constitución idealista denida por García Vi-
llegas.
En el siguiente apartado se analiza la iden-
ticación del carisma en los líderes, el proceso
constituyente desde la evaluación de la favorabi-
lidad de los presidentes y los números que juga-
ron a favor durante los procesos constituyentes.
Procesos constituyentes y favorabilidad
presidencial: dos elementos que componen la
vida de un país
Como se ha podido apreciar, tanto en Ecua-
dor como en Venezuela se dieron situaciones
donde el camino era el derecho para obtener un
cambio, y era necesario que aquellos líderes que
podían tomar las riendas de la nación para reali-
zar un proyecto semejante lo hicieran a través de
un camino institucional.
Es importante recalcar que los proyectos
constitucionales buscaron la exaltación del
pueblo como el motor que realmente impulsa
el cambio; así que desde el primer momento se
buscó que fuera notorio el apoyo popular a di-
cho cambio; desde los inicios del proceso ambos
países mediante referendo buscaron presentar a
los electores la pregunta sobre si “deseaban ini-
ciar un proceso constituyente para obtener una
nueva Constitución”, y la respuesta correspon-
dió a lo esperado. Si se tiene en cuenta que tanto
Chávez como Correa fueron electos con porcen-
tajes altos de favorabilidad (Hugo Chávez electo
en 1998 con el 56,02 % de los votos y Rafael
Correa en el 2006 electo con el 56,67 %), era de
esperarse que de igual modo se diera una par-
ticipación similar aceptando el nuevo proyecto
constitucional.
Las dinámicas de la nueva composición de
los gobiernos se hacen desde la óptica de inte-
gración del ciudadano al proceso, en lugar de
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considerarlo un profano del derecho; todo co-
mienza reconociendo que en sus manos reposa
el poder de cambio; así en Ecuador el decreto
presidencial número dos llamó al pueblo a una
consulta popular que deniría si quería una nue-
va Constitución, y luego continuó con la elec-
ción de sus representantes con una mayoría de
la Alianza PAÍS (partido político del presidente
Correa) (JLVN-EG, 2008).
Por parte del Gobierno de Venezuela también
ocurre lo propio; se llama a un referendo para
saber si se desea establecer una nueva Constitu-
ción y la conformación de la asamblea que lle-
vara a cabo este proceso; se presentaron 1127
candidatos dispuestos a participar como consti-
tuyentes, pero como la oposición actuó desar-
ticuladamente, 121 de los 128 constituyentes
electos representaron el Polo Patriótico (integra-
da entre otros por el Movimiento V República,
el MAS, el PPT y el Partido Comunista de Vene-
zuela), lo que constituyó una aplastante victoria
a favor del presidente y de sus grupos políticos
(Combellas, 2003).
En estos dos casos se inere que hay una
fuerte favorabilidad de las ideas presentadas
a los ciudadanos por sus líderes; aunque estos
no participaran directamente en la construcción
del nuevo articulado legal, sí representa que las
posiciones defendidas se podían poner sobre la
mesa y que serían fácilmente aprobadas e inclui-
das en las respectivas Cartas Magnas.
Más allá de la participación de los aliados
políticos de los presidentes cabe destacar los
porcentajes aplastantes que representan frente a
los que constituyen la oposición, se puede decir
que esta quedó acallada y para tratar de incluir
sus posturas y que se respetaran los derechos de
estas minorías, fue necesario la alianza de estos
o, en otros casos, simplemente ceder ante la im-
posibilidad de garantizar a sus electores la de-
fensa de sus intereses.
Es importante resaltar que si bien en el siste-
ma democrático se entiende que es correcto que
sucedan este tipo de cosas, también se está de-
mostrando que hay una mayoría de personas que
considera que todo debe ser cambiado de raíz y
hacen uso de su legítimo derecho a elegir y ser
elegidos; con ello se logra la principal proposi-
ción: dejar de lado el modelo antiguo y construir
nuevos gobiernos desde nuevos principios axio-
lógicos y legales.
La relación: identicación de los líderes y
su injerencia en la Constitución
Con los elementos anteriormente mencio-
nados, este apartado tratará el tema central: la
injerencia de estos líderes en la construcción de
las constituciones a partir de lo ya referenciado
anteriormente, como es la cantidad de curules o
escaños obtenidos en las respectivas asambleas
constituyentes, y su relación directa con la iden-
ticación de los líderes carismáticos y el desa-
rrollo de los procesos constituyentes, llamados
a cumplir tanto los planes de gobierno trazados
como de responder (en un primer momento) a
las promesas de cambio.
Según los conceptos construidos por Deus-
dad (2003) ya mencionados, las características
relevantes del carisma se encuentran relaciona-
das con la construcción de categorías sociales
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racionales; es posible detallar que la democracia
en principio cree en la racionalidad de los in-
dividuos que componen la sociedad que elige.
Esto fue recogido en la expresión pronunciada
por Abraham Lincoln en su famoso discurso de
Gettysburg (1863), “un gobierno del pueblo,
para el pueblo y por el pueblo” donde se recono-
ce la doble vía que tanto el líder como los segui-
dores recorren cuando construyen las categorías
con base en las experiencias particulares.
Por otro lado, sin perder de vista lo anterior
se debe seguir la identicación de Hugo Chávez
y Rafael Correa como líderes carismáticos; para
ello, además del concepto propuesto por Weber
(1993 [1922]) y retomado por Deusdad (2003),
se complementará con lo propuesto por Uribe
Prado ¿Liderazgo carismático? ¿Fenómeno an-
tiguo o moderno? (2010), quien propone cinco
ítems para reconocerlo:
i) la polarización de un
grupo determinado donde el líder carismático
es el centro de atención;
ii) el líder es quien es
capaz de dirigir a un grupo a los objetivos traza-
dos;
iii) el líder es seleccionado en una compe-
tencia de popularidad;
iv) el líder, sin embargo,
no es necesariamente el más popular sino aquel
que tiene más completas sus ventajas; v) todo lo
anterior depende de las circunstancias en las que
se desarrolle el liderazgo del caso.
Con esos elementos adicionales que brindan
una dirección más cercana a los casos prácticos
se observa que tanto Chávez como Correa, cum-
plen los cinco ítems citados anteriormente; se
recuerda que elementos como el tipo de elección
–una elección democrática por votación– deli-
mita el grupo de sus seguidores, pero si bien su
elección cuenta con gran apoyo, ello no signica
que sean los únicos, sino que se perciben como
los que ofrecen unos elementos que pueden po-
sibilitar lograr los objetivos, tal cual se vio con
el desarrollo de las nuevas constituciones. Ade-
más de lo señalado, en el segundo apartado se
relacionan las circunstancias que posibilitaron el
desarrollo del surgimiento de los líderes y de las
posibilidades de reformas constitucionales.
Hasta el momento se han podido identicar
dos elementos esenciales de la investigación;
por un lado, un líder carismático y, por el otro,
unas decisiones racionales aportadas por sujetos
que construyen comunidad. Dos elementos rele-
vantes para la teoría de Weber, que igualmente
cobran importancia para la investigación.
Ahora, sobre los otros dos elementos re-
levantes para la investigación como son el fe-
nómeno de varias causas y la validez, estos se
ven reejados en la Constitución; los anteriores
apartados dos y tres, buscaron que el lector se
haga a una idea de algunos factores exógenos
al derecho que contribuyeron a la formación de
momentos propicios para el desarrollo de un
cambio jurídico.
Estos elementos, que demuestran una varie-
dad de factores como el económico, el social,
cultural, institucional, en el momento adecuado
facilitaron el surgimiento de un líder carismático
como una opción de cambio a través del derecho,
y cumplen con los presupuestos recogidos desde
la teoría de Zagrebelsky; con sus elementos his-
tóricos, en el entendido que se busca un cambio
mediante el derecho, parten en dos la historia del
pasado oscuro y lo futuro como esperanzador;
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con lo ideológico, de la mano del elemento ante-
rior, reconocen la complejidad de los diferentes
matices que los individuos racionales constru-
yen con el n de alcanzar las metas y objetivos
trazados por los líderes; y, nalmente, en pro de
un cambio, como se ha venido caracterizando,
constituyen la posibilidad de alcanzar reformas
–no solo legales– a corto, mediano y largo plazo
para las difíciles situaciones que afrontaban los
ciudadanos.
Respecto a la validez, el tema se trató con
especial cuidado en el apartado inmediatamente
anterior desde dos perspectivas; inicialmente, la
consolidación de estas guras representativas en
el poder mediante la aprobación de las comuni-
dades, que expresaron su conanza en aquellos
que tenían como cometido realizar una nueva
Constitución; y seguidamente, la validez apor-
tada mediante la refrendación de lo acordado
por los constituyentes mediante el uso de meca-
nismos de participación ciudadana. Así, se han
tomado como ‘máximas’ lo que se puede identi-
car como apoyo a los líderes en situaciones que
tienen variadas causas.
CONCLUSIONES
Al ser esta una entrega parcial de la inves-
tigación sería imposible aventurarse a escribir
conclusiones pétreas, que podrían cambiar se-
gún la profundización de la investigación y sus
resultados nales; aquí se proponen ciertas abs-
tracciones que se hacen con los elementos tanto
descriptivos como contextuales y cuantitativos,
de los cuales se pueden llegar a obtener premi-
sas que deben ser corroboradas al nalizar la in-
vestigación.
Advertido el lector sobre el asunto de ma-
nera que no se presenten confusiones o malos
entendidos, esta investigación, siempre abierta
a críticas y aportes desde la perspectiva del co-
nocimiento dialéctico, establece las siguientes
propuestas:
Los líderes carismáticos siempre han estado
presentes a lo largo de la historia, han sido dife-
rentes sus formas de presentarse: una mano dura
cuando así lo consideran conveniente, un estado
de bienestar e incluso un cambio revolucionario
(sin hacer referencia a nada especíco). Todos
estos momentos despiertan interés y pasión en
investigadores de varios campos: historia, lo-
sofía, sociología y hasta lingüística; como se
trata de un concepto variable la investigación lo
tomó desde la denición de la autora Deusdad.
Los casos Correa y Chávez presentan nuevos
retos en cuanto, por situaciones coyunturales,
son dirigentes que desde el inicio de su carre-
ra política estuvieron siempre entre los afectos
de la población, que ávida de un cambio buscó
que estos hombres representaran sus intereses,
brindándoles un claro apoyo desde las ramas del
poder en las cuales el pueblo se maniesta: el
ejecutivo y el legislativo; pero explicar por qué
considerar a Chávez y Correa como líderes ca-
rismáticos tiene su base precisamente en la rela-
ción que se crea entre las dos caras de la mone-
da, el líder y seguidor, qué sería del primero sin
el segundo, pero el segundo no sería si este no
existiera primero.
Entonces se puede señalar una relación de
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co-dependencia, que no se crea desde el simple
ámbito político, sino que se presenta en el mar-
co del desarrollo de distintos problemas: econó-
micos, sociales, culturales, que refuerzan unas
características de los líderes carismáticos; por
ejemplo, el uso de la palabra, la capacidad de
causar simpatía, el hecho de tener tal poder, que
los intereses de sus seguidores se confundan en-
tre sí y se forme una masa más o menos homo-
génea que busca cambios. Como lo menciona
Deusdad, el carisma va más allá de una cualidad
personal y es también el momento, la circuns-
tancia, el lugar –físico e intelectual– donde se
desarrolla la favorabilidad.
En el terreno político y en el religioso no es
fácil la identicación, pero al menos es un poco
menos difícil que hallar e identicar a los líderes
que se proponen a sí mismos como una alterna-
tiva o solución para el cambio y a los ciudadanos
que reconocen dicho liderazgo con sus votos,
que cumplen la función de representar los inte-
reses de cada uno y de hacer que sobre la espal-
da de los líderes también pese la obligación de
corresponder a esa esperanza o conanza.
El derecho no puede verse desde un cam-
po único apartado de la vida, donde solo están
aquellos totalmente puros que pueden conocer,
hablar, reformar, acabar y hacer derecho; este no
es un ente abstracto, único e inequívoco. No, él
está inmerso en una sociedad donde son perso-
nas humanas quienes pueden estar presentes en
su creación, el derecho está hecho para y por las
personas, y a pesar que se regulen diferentes ma-
terias, el derecho es creado para la posibilidad
de vivir en comunidad.
Entonces, como norma de normas, la Cons-
titución es por excelencia el reejo de las socie-
dades con sus errores y aciertos; con virtudes y
defectos; recoge la experiencia del pasado, pero
también la esperanza del futuro, todo transcurre
en un presente dialéctico, uctuante, que persi-
gue la posibilidad de mejorar a la vez que encara
los riesgos de caer.
En el caso concreto que esta investigación
propone, el propósito es si no entender plena-
mente, al menos desenmarañar un poco cómo
se da la injerencia real y efectiva de dos líderes
carismáticos en el sistema normativo de dos paí-
ses. La respuesta de esta investigación es que si
el derecho claramente no puede concebirse sin
las personas, de igual forma, las personas no
pueden concebirse sin el derecho (excepto en
estados utópicos, que no nos atañen); son estas
personas quienes hacen el sistema, y no son in-
munes a las pasiones ni al dolor ni a los senti-
mientos que buscan una identidad, ya sea nacio-
nal, política, étnica o la simple pertenencia.
La política nos recuerda la necesidad de estar
en comunidad para lograr grandes cosas, pero el
problema central de la investigación es si esto es
perjudicial y la respuesta también es armativa:
todos desearíamos que el derecho fuera hecho
para ángeles y por ángeles y entonces no habría
necesidad de este. La composición del sistema
se relaciona en concordancia directa con la bús-
queda de intereses, pero en equilibrio. Se puede
concluir que la injerencia de los líderes carismá-
ticos son un mal necesario para el desarrollo del
derecho y de la sociedad.
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