Psicogente, 19 (36): pp. 311-323. Julio-Diciembre, 2016. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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* Producto de la investigación realizada, con financiamiento interno, en el marco del programa de Magíster en Psicología y los Postítulos de Psicología Clínica
y Psicodiagnóstico Proyectivo de la Universidad UCINF, Santiago de Chile.
1. Académica, investigadora, supervisora clínica de orientación psicoanalítica y directora del Programa de Magíster en Psicología de la Facultad de Ciencias
Humanas, Universidad UCINF, Chile. pandreucci@ucinf.cl
2. Académica, psicóloga clínica de orientación sistémica-familiar y decana de la Facultad de Ciencias Humanas, UCINF, Chile. vtartakowsky@ucinf.cl
Resumen
Este artículo aborda una lectura relacional y dialógica del sistema solar o círculo familiar. Con
ella, se pretende ejemplificar cómo la técnica puede beneficiarse del aporte de la teoría del self
dialógico, actualizando y enriqueciendo su posibilidad analítica y comprensiva cuando se focaliza
el sistema de identidad personal. Su utilidad se ejemplifica con un caso único, segmentando los
episodios por sesiones y con las viñetas clínicas respectivas. El análisis se complementa con una
matriz relacional para visualizar las funciones desempeñadas y con la aplicación del Repertorio de
Posiciones Personales (RPP, Hermans, 2001). Se concluye que la estrategia es pertinente, con sus
desafíos en la construcción de subjetividad y los intercambios con otras experiencias actuales que
diagraman repertorios relacionales.
Abstract
The aim of this paper is to show a relational and dialogic reading of the solar system or family
circle. This new reading seeks to illustrate how the technique can benefit from the contribution of
the theory of dialogical self, update and enrich their analytical and comprehensive system focused
on the possibility of a personal identity system. Its utility is exemplified as a unique case design,
segmenting instances of supervision with clinical vignettes respective sessions. Analysis with a
relational matrix is hereby supplemented in order to display the functions and also the Personal
Positions Repertoire (PPR, Hermans, 2001). We conclude, on the relevance of the pertaining
strategy, the existence of challenges in the construction of subjectivity and inter changes with
other current experiences trying to diagram a relational repertoire.
Palabras clave:
Sistema solar, Self dialógico,
Matriz relacional, Subjetividad.
Keywords:
Solar system, Dialogical self,
Relational matrix, Subjectivity.
Referencia de este artículo (APA):
Andreucci, P. & Tartakowsky, V. (2016). La estrategia del sistema solar desde la perspectiva del sí mismo dialógico. Psicogente, 19(36), 311-323.
http://doi.org/10.17081/psico.19.36.1300
La estrategia del sistema solar desde la perspectiva del sí mismo dialógico*
The strategy of the solar system seen from a dialogical self perspective
Recibido: 13 de febrero de 2015/Aceptado: 2 de diciembre de 2015
http://doi.org/10.17081/psico.19.36.1300
Paola Andreucci Annunziata
1
Viviana Tartakowsky Pezoa
2
Universidad UCINF, Chile
Artículo de revisión
312
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lA estrAtegiA del sistemA solAr desde lA perspectivA del mismo diAlógico
Introducción
La primera parte de este artículo presenta al siste-
ma solar o método del círculo familiar (Thrower, Bruce &
Walton, 1982; Miller, 2004; Floyd & Morman, 2013)
como un método que proporciona una mejor compren-
sión de la construcción de significado en el proceso de
compromiso de diálogo con los demás, que otras estrate-
gias para generar información en el campo de los méto-
dos clínicos cualitativos.
A la visión original del autor, se agrega una lectu-
ra dialogal y dialógica basada en la teoría del self dialó-
gico de Hermans (2001 a 2013) en la que es posible re-
conocer los aportes de Bajtín (1982, 1986) y de Vigotsky
(1995). La estrategia, así reconstruida, se propone como
un medio para capturar el encuentro con las voces de
los “otros”, a través del cual la investigación toma un
enfoque grupal, que incluye a los participantes en inte-
racción directa o indirecta y los inserta en una matriz
relacional.
En la segunda parte del artículo, se presenta un
estudio de caso relativo a un supervisor universitario de
prácticas clínicas, cuyo análisis se centra en la presencia
e importancia de la voz de la supervisión institucional y
de otras voces “significativas” en un contexto de aparien-
cia bipersonal (supervisor-supervisado).
Los resultados obtenidos por la estrategia y su
lectura dialógica ilustran los cambios en las posiciones
del supervisor, que ocurren cuando nuevas voces se en-
cuentran y se introducen en la dinámica relacional del
sujeto, mostrando, al mismo tiempo, el papel central de
las relaciones de asimetría y dependencia en ese proceso.
Se argumenta que las combinaciones complejas y
dinámicas de las posiciones formales e institucionales y
las informales, ilustradas por el estudio de caso, avalan la
naturaleza contextual del sujeto, así como una tendencia
predominante entre los supervisores y supervisoras para
desarrollar identidades múltiples y flexibles, en lugar de
sostener una sola posición, cerrada, cristalizada y domi-
nante. Esta tendencia favorece la construcción de selves
dialógicos, también flexibles, tolerantes y con tendencia
a resolver los conflictos suscitados con variadas solucio-
nes de compromiso, en sus jóvenes colegas supervisados.
La estrategia clínica del sistema solar
Origen y caracterización
En un principio, la técnica del sistema solar o cír-
culo familiar fue conceptualizada por Susan Thrower,
William Bruce y Richard Walton en el año 1982, en el
volumen 15, número 3, de la revista The Journal of Family
Practice. Se trata de una técnica de sencilla aplicación,
que posibilita obtener información sobre el sistema fa-
miliar en forma gráfica y esquemática, desde la perspec-
tiva de la persona que lo dibuja.
El procedimiento de aplicación es el siguiente: Se
entrega a cada persona una hoja con un círculo dibuja-
do. Se les explica los objetivos de la técnica y se le pide
a cada participante que represente a su familia, según
la siguiente instrucción: Este círculo va a representar
a su familia tal como es ahora. Dibuje en él pequeños
círculos que lo representen a usted y a todas las personas
importantes para usted y su familia. Recuerde que las
personas pueden estar dentro o fuera, tocándose o lejos
y también pueden ser grandes o pequeñas dependiendo
del significado o influencia que tengan para usted y para
su familia. Si hay otras personas lo suficientemente im-
portantes en su vida como para ponerlas en el círculo,
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inclúyalas. Identifique cada círculo con las iniciales. No
se preocupe de cómo lo hace, no hay círculos correctos o
equivocados, hágalo simplemente de la manera que crea
mejor (Thrower, Bruce & Walton, 1982).
Para la interpretación de la representación se con-
sideran, entonces, los tamaños de las circunferencias
que representan a las personas (importancia) y la cerca-
nía entre estas. Así se puede obtener información valiosa
acerca de aspectos de la dinámica familiar como situacio-
nes de conflicto, y la forma en que cada persona percibe
su familia. De este modo es dable establecer metas de
cambio (creando un círculo ideal) y realizar hipótesis clí-
nicas. Específicamente, desde la estructura familiar, esta
técnica permite observar los límites entre los subsiste-
mas, alianzas, jerarquías, permeabilidad/cohesión, entre
otras (Minuchin, 1980).
Pero si bien esta técnica es utilizada en el mundo
sistémico, paradójicamente, ha tenido una escasa siste-
matización de su uso. En Chile, el Centro de Estudios
Sistémicos la utiliza como herramienta habitual en la ob-
servación y evaluación de las familias en sus procesos de
psicoterapia (Fuhrmann, Armengol & Labarca, 1992a,
1992b; Floyd & Morman, 2013).
La técnica de sistema solar se ha actualizado,
extendiéndose hacia otras configuraciones sistémicas
–colectivos, escuelas, organizaciones empresariales y co-
munitarias– e ingresando en los sistemas de identidad
personal o de construcción subjetiva de cada sujeto
(Miller, 2004). También se ha ampliado hacia sistemas
ecológicos dinámicos y funcionales (Neal & Neal, 2013).
Campo de aplicación
Aunque, desde la literatura existente, la utiliza-
ción de la técnica se asocia al campo de la psicoterapia
familiar, sus usos pueden ser amplios, ya que posibilita
una mirada profunda y contextualizada acerca del sujeto
y su construcción simbólica familiar. En este sentido, se
estima que en los sistemas educativos y/o espacios de
promoción de la salud, no necesariamente terapéuticos,
puede ser una técnica de gran potencial. Esto se debe a
que la herramienta promueve la observación de las dis-
tintas relaciones familiares según la propia percepción
del sujeto, considerando diversidad y movimiento espa-
cio temporal y posibilitando la auto-observación. Así,
enriquece diagnósticos y potencia la construcción de
metas tendientes a mejoras relacionales.
Posibilidades y limitaciones
En primer lugar, puede decirse que la técnica po-
sibilita la observación de aspectos menos conscientes, al
constituirse en una técnica no verbal, con toda la rique-
za propia de lo pre-simbólico. En este sentido, al operar
desde un registro gráfico, permite visibilizar aspectos no
develados de la percepción de las relaciones familiares y
del propio sujeto en estas, a partir de su diagramación.
Por todo ello, la metodología posibilita adentrarse en el
mundo de significados del sujeto e introducirse, así, en
la subjetividad de su mapa relacional y, por tanto, en las
distintas posiciones o roles que el sujeto percibe y cons-
truye (Gergen & Gergen, 2004).
Por otra parte, la sencillez de su instrucción posi-
bilita que la aplicación no distinga rango etáreo, resul-
tando una metodología adecuada para niño/as y adul-
tos.
Finalmente, la técnica se considera generativa,
pues, hace dialogar a los sujetos y las relaciones que se
grafican con el individuo mismo en el presente. Esto
brinda posibilidades de apertura de significados, así
314
como de su transformación y cambio (Whitte & Epston,
1993).
Sin embargo, como técnica que es, una de sus
limitaciones radica en quien la desarrolla, puesto que
al no ser un instrumento rígido o de instruccionalidad
cerrada, quien la utiliza puede hacerlo en términos de
una flexibilidad a favor, como motor de apertura a la
búsqueda de significados secundarios o relatos alterna-
tivos (Whitte & Epston, 1993). Además, como toda téc-
nica gráfica, puede posibilitar aprehensiones iniciales en
quien se le pida dibujar. Por último, desde la perspectiva
construccionista (Gergen & Gergen, 2004), esta técnica
exige a quien la aplique que aclare explícitamente que
no existe una única visión de lo familiar y que es la pro-
pia persona quien define a los miembros que la compo-
nen y, por tanto, decide su propia construcción familiar
y grupal.
Una lectura desde el self dialógico
La Dialogical Self Theory (DST) ofrece una lectura
conceptual novedosa y de gran potencial. Esta se propo-
ne vincular procesos intra-psicológicos o intra-mentales,
inter-psicológicos o inter-mentales, contextuales-insti-
tucionales y culturales. Otorga valor a los otros, como
agentes internos (en el self) o externos, con independen-
cia de que sean reales o imaginados, presentes, pasados
o futuros (anticipados). Asimismo, extiende su influen-
cia a cualquier campo de la práctica profesional (clínica,
educacional, organizacional) y estudia el impacto de los
procesos de globalización y localización sobre el self. Po-
dría considerarse un nuevo paradigma en Psicología.
La unidad de análisis no se centra en el indivi-
duo (como la unidad más simple, indivisible) sino en el
sujeto (actor y, al mismo tiempo, “sujetado” a sus actos)
y sus diversas maneras de posicionarse frente al mundo
(I-positions: posiciones-del-yo). Enfatiza la indagación de
las narrativas subjetivas, de las historias personales pa-
sadas, presentes y futuras, beneficiándose del estudio de
casos. No realiza distinciones entre lo que es racional-
cognitivo o emocional-afectivo, superando así el dua-
lismo clásico. Algunos métodos están basados en el
conflicto cognitivo (“lo que pienso que el otro piensa
de mí”), en la óptica de la metacognición, y otros en la
proyección de sentimientos (escenas psicodramáticas en
las que el sujeto se enfrenta a otro que hace las veces de
interpelador, por ejemplo).
Es una teoría en permanente construcción, que
se alimenta de autores de múltiples campos de la inves-
tigación (sociólogos, filósofos, psicólogos, filólogos, an-
tropólogos, escritores, terapeutas). Es posible distinguir
en sus bases conceptuales a L. S. Vigotsky (1995) y a M.
Bajtín (1982, 1986), en su aproximación metodológica,
a Gergen & Gergen (2003) y, especialmente, a Hubert
J.M. Hermans (2001a, 2001b, 2003, 2004, 2007, 2008,
2010) en su aproximación general y desarrollo de estrate-
gias. La más conocida de sus estrategias es el “Repertorio
de Posiciones Personales” (PPR, en su sigla en inglés).
La meta general de la DST es obtener una orga-
nización de las I-positions o posiciones-del-yo que compo-
nen la identidad o self sano y funcional en cada tipo de
contexto. La intervención consiste en introducir nuevas
posiciones-del-yo para que la persona afronte conflictos.
El sistema solar o círculo familiar se presta a este
tipo de interpretación conceptual, ya que, al visualizar a
los distintos actores, procesos, jerarquías y alianzas fami-
liares en una producción gráfica fuera-del-sujeto, es posi-
ble analizar cómo estos otros y sus relaciones interactivas
conforman las voces internas de un self o de múltiples
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selves en permanente construcción (Salgado & Hermans,
2005). En este caso, la apropiación de la subjetividad
surge desde la intersubjetividad previamente enfrentada
con la alteridad o la otredad en tiempo real o diferido,
simultáneo o sucesivo, regresivo o prospectivo (Andreuc-
ci, 2012a).
Dado que la concepción del self dialógico se basa
en la distinción entre el yo y el mí, el self no es concebi-
do como una entidad centralizada y unificada, sino des-
centralizada, diversa y múltiple. La dialogicidad ocurre
entre posiciones del self que pueden ser internas (yo en
tanto mujer, yo en tanto hija, yo en tanto profesional, yo
en tanto terapeuta, yo en tanto supervisora, yo en tanto
miembro de una comunidad) y externas (mi padre, mi
madre, mi pareja, mis amigas, mis compañeros). Las vo-
ces estarían en constante conversación y, en ocasiones,
en conflicto y tensión (Dos Santos & Gomes, 2010).
De esta concepción, ha surgido precisamente la
estrategia PPR (Hermans, 2001a), en la cual se pretende
graficar el conjunto de posiciones o interacciones que
puede asumir el sujeto a través de su self dialógico. Esta
estrategia y método se ha utilizado, recientemente, en
combinación con otros, como el focus group o las entre-
vistas múltiples (Krotofil, 2013). En esta dirección se si-
túa el aporte de la estrategia estudiada, “sistema solar”,
como un método de gran potencial para evidenciar las
relaciones dialógicas del self, bien sea como técnica única
o en combinación con otras técnicas.
Para ilustrar la aplicación, en el próximo aparta-
do, se selecciona una dupla supervisora-supervisado del
campo de la práctica clínico-psicoterapéutica, correspon-
diente a un caso incluido en una investigación más am-
plia con enfoque dialógico, cuya revisión teórico-concep-
tual está en proceso de publicación.
Estudio de Caso
Presentación
El caso seleccionado corresponde a una dupla
entre una supervisora de Psicoterapia Psicoanalítica con
15 años de experiencia como formadora clínica y una
supervisada, psicóloga titulada, que cursa un programa
de especialización en Psicología Clínica con enfoque
intersubjetivo. Se han tomado extractos/viñetas de las
sesiones 1, 5 y 10 de supervisión de 60 minutos de du-
ración, referentes al tercer caso asignado a la supervisa-
da, en el contexto de las actividades de intervención del
programa.
Enfoque teórico-metodológico
Se utilizaron “viñetas clínicas” (O’Dell, Crafter,
De Abreu & Cline, 2012), segmentadas en “episodios”
discursivos relevantes (Linell, 1998; Korolija & Linell,
1996) con base en el criterio de inclusión, referencia o
exclusión de otra voz o voces en el discurso. Para el caso,
un episodio corresponde a secuencias de interacciones
que hablan sobre alguien (algunos) –episodio tópico–,
remitiendo a un trabajo comunicativo que efectúan los
hablantes, orientados por un propósito explícito o implí-
citamente definido.
Instrumentos utilizados
Para comparar tanto la complementariedad como
los desafíos metodológicos que presenta la estrategia del
“sistema solar”, se presenta una matriz relacional de los
episodios seleccionados que fue construida por las au-
toras del artículo, así como el Repertorio de Posiciones
Personales (PPR de Hermans, 2001a) de la suspervisada,
que se diagramó a partir de las voces internas y externas
marcadas en el relato extractado por viñetas en varias
sesiones.
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Matriz relacional
Para el caso de la matriz construida (Tabla 1), se
seleccionaron y marcaron al costado izquierdo los ex-
tractos de las sesiones seleccionadas. También se iden-
tificaron los indicadores posibles según la función o rol
encarnado por la supervisora en el episodio seleccio-
nado: instruccional, expresivo, facilitador o mediador,
contenedor y normativo (a partir de Stenberg, Karlsson,
Pitkaniemi & Maaranen, 2014). Posteriormente, se iden-
tificaron las voces presentes en esa función o funciones
prevalentes. Cada investigadora codificó por separado
para luego contrastar resultados. En la Tabla 1 se pre-
sentan las viñetas en forma sucesiva: Supervisora (S)-
supervisada(s).
Tabla 1. Matriz relacional Supervisora(S)-supervisada(s)
Episodios Indicadores Voz o Voces
Sesión N°1
S: A ver, la idea entonces de la tarde es que
me cuentes cómo te ha ido con tu tercera
paciente
s: Sí.
S: En algunos temas que te has sentido poco
preparada para guiarlos, a lo mejor, y tam-
bién el tema de la mantención de tu posi-
ción terapéutica.
s: Ajá.
S: Si de alguna manera hasta el día de hoy
continúa esa situación, si has logrado resol-
verlo, si has logrado implementar algunas
técnicas de intervención que hemos visto en
las sesiones grupales.
s: Eh, (risas) pucha no sé, o sea, como que,
bueno tú me conocí, yo soy como muy es-
tresa’, quizá eso también es parte de todo,
entonces al final lo que me pasa es del te-
rror, no duermo, puedo, pero yo siempre he
tenido ese conflicto, onda, de repente me
tocaba trabajar como no sé, como en […] y
esas cosas siempre decía “pucha, no voy a po-
der, no sé qué, no sé qué” después llegaba y
lo hacía todo (risas), entonces mi mamá me
decía algo así como, “ay sí tú podí no sé qué”
y así como que me daba confianza…¡como lo
haces tú conmigo!
S: Sí, tranquila, de a poco irás incorporan-
do las técnicas y te sentirás más segura de tu
accionar en sesión. Estoy convencida de que
tienes las competencias para lograrlo.
Función
instruccional
Función
contenedora
Voz de la
maestra
Voz interior
Voz de la
madre
Sesión N°5
S: Bueno, a ver, por el tiempo para que en-
tre la Susana, me gustaría ya que estamos co-
menzando, este proceso de sistematización
de nuestras sesiones de diálogo más persona-
lizado, ehm, no sé, como que a lo mejor te
plantees metas para, para estas sesiones que
pueden por qué no, a lo mejor, ehm, pue-
den tener que ver con el tema de evaluación
diagnóstica o de progresos en la terapia, con
el tema de acompañamiento, con el tema de
los tiempos de intervención, o sea, plantéate
unas metas que tú sientes que son habilida-
des que necesitas desarrollar, que quieres
potenciar y lo vamos conversando y vamos
viendo cómo lo vamos resolviendo, porque
yo creo ya nos queda..
s: Como un mes y medio (risas)
S: Deben ser fácil, yo creo que nos deben
quedar unas 8 sesiones de psicoterapia con
este paciente…entonces ehm, como yo ya te
veo, insisto, yo ya te veo mucho más empo-
derada, te veo más segura, ehm, hemos ya
descubierto algunas de tus debilidades y
también han quedado en evidencia tus for-
talezas, por lo tanto, se te ocurre plantearte
metas que vayamos conversando en estas
sesiones de supervisión.
s: Ajá.
[21:03]S: ¿Qué se te ocurriría? Me gustaría
que emergieran de ti a lo mejor algunas, al-
gunas metas de trabajo, no sé, algunos desa-
fíos que tú te quieres imponer y yo hacerte
un acompañamiento también para que lo
logres alcanzar.
s: Sí, pero así ¿de qué tipo?, ¿de tipo psicoa-
nalítico?
S: En todo sentido, o sea, bueno, no con tu
pololo.
s: no, obvio que no (risas). Aunque me gus-
taría que me ayudaras en eso también… eres
psicoanalista y creo que tienes más criterio
que mi madre y eres súper asertiva, como
mi padre (risas). Mi paciente también tiene
tema de pareja y creo puede enseñarme más
a mí que yo a él (más risas).
Función
instruccional
Función
expresiva
Función
facilitadora
Función
normativa
Voz de la
maestra
Voz de la
madre
Voz del
padre
Voz del
paciente
Sesión N°10
S: Bueno, veo que te has convertido en una
colega aventajada, ya estás en condiciones
de cerrar el proceso con este paciente; ¡fe-
licitaciones!
s: Gracias… colega (se ríe)… pero, la verdad,
no creo que haya hecho mucho… el paciente
hizo todo el trabajo y yo… por más que leí a
Freud y sus “Consejos al médico”, igual, no
entendí mucho y lo hice como me resultó
no más poh… y como me dijeron mis com-
pañeras de práctica ¡bien poco profesional!
( se ríe)
Función
facilitadora
Función
instruccional
Función
normativa
Voz de la
colega/
supervisora
Voz del
experto
Voz de las
compañeras
Voz de la
supervisora
en terreno
Voz interior
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S: Es probable que hayan operado mecanis-
mos más implícitos…y el vínculo terapéutico
es muy importante para que se produzcan
cambios…
s: Yo creo que operó mi intuición y también
implementé gran parte de los lineamientos
que me dio el supervisor en terreno… él es
inserto en el contexto y siempre me decía:
“Interesante, pero no creo que funcione
aquí… recuerda que son pacientes muy da-
ñados… y de escasos recursos cognitivos”.
S: ¿A qué más atribuyes el cambio?
s: A lo catete que fui ( se ríe)… supervisé este
caso todas las semanas… cumplí con todas
las entregas y siempre me dije: “no me la va
a ganar… es él o yo… es Freud o yo” ( se ríe).
S: Ahhhh… o sea, te lo tomaste como un
desafío personal y profesional… ¡tu esfuerzo
se vio recompensado! ¡Bien por el paciente y
bien por tu trabajo!
S: Creo que ahora me formaré como una
terapeuta cognitivo-conductual (risas).
Repertorio de Posiciones Personales (PPR)
Como sugiere su autor, el PPR (Hermans, 2001a,
2003) se utilizó para mapear las relaciones entre diferen-
tes posiciones del self. Estas posiciones dan origen a po-
sicionamientos diversos, simultáneos y sucesivos, cuyo
constante devenir se produce en distintas situaciones de
diálogo: en el habla interna, las relaciones interpersona-
les, las actividades profesionales, culturales e institucio-
nales.
Este repertorio supone que el self se expande des-
de un dominio interior a un dominio exterior del yo. Se
distinguen, en este sentido:
(1) Posiciones internas: se sienten como parte de
uno mismo. Se han realizado distinciones entre
posiciones sociales (que se acercan a la idea de
rol: como madre, esposa…) y personales (formas
particulares en que un individuo organiza su vida:
planificado, fantasioso, etc.).
(2) Posiciones externas: se siente como parte del en-
torno próximo (mi amiga Carolina, mis colegas).
Serían unos “otros-en-mí”.
(3) Posiciones exteriores o fuera de la subjetividad
del self. La persona no siempre es consciente de
su existencia. Son posiciones posibles y pueden
entrar en el espacio del self en algunos momentos,
dependiendo del cambio de situación (por ejem-
plo normas, encuadres, valores de la comunidad
académica o de los supervisores clínicos).
De esta constelación de posiciones pueden dis-
tinguirse tres tipos de intercambios (con sus respectivas
unidades narrativas y de significado): interno-externo,
interno-interno y externo-externo. Además, se producen
tensiones entre distintas posiciones-del-yo y se presenta
una lucha constante por dar una respuesta adecuada a
los desafíos del contexto.
Este mapeo y sus respectivos posicionamientos
fueron aplicados a los episodios seleccionados en la ma-
triz relacional. El detalle gráfico es el siguiente:
Figura 1: Repertorio de Posiciones Personales Supervisora
(S) – supervisada(s)
Como se puede ver en la Figura 1, los conflictos
e intercambios se tensionan o complementan según el
episodio seleccionado e ingresan a este repertorio de ca-
rácter tópico, enmarcado en los círculos concéntricos. El
exterior o comunidad permite visualizar las voces contex-
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tuales, normativas y de inserción global, limitando los
intercambios posibles. Estas voces actúan como obsta-
culizadoras, pero también como facilitadoras de ciertos
intercambios (Ej.: referencia al supervisor en terreno).
A pesar de la riqueza del PPR como instrumen-
to de diagramación de la subjetividad, persisten dos
problemas centrales para la investigación clínica: cómo
captar el self en permanente diálogo y cómo explicar las
posibilidades de generación de nuevas posiciones. Jus-
tamente, estas dificultades se pretenden superar con la
técnica del “sistema solar”, analizada desde una perspec-
tiva relacional-dialógica con énfasis en las posiciones y
posicionamientos, más que en los actores “reales” o en
los potenciales agentes de esas voces y discursos.
Círculo familiar o sistema solar
A continuación se presentan las Figuras 2, 3 y 4,
correspondientes al proceso de supervisión clínica, seg-
mentado en los tres episodios o momentos de supervi-
sión seleccionados: sesiones 1, 5 y 10.
Figura 2. Diagrama inicial de posiciones
Figura 3. Diagrama intermedio de posiciones
Figura 4. Diagrama final de las posiciones
Los diagramas de los sistemas solares descritos
evidencian el tránsito de las posiciones de la superviso-
ra y su supervisada, ejemplificado por el tamaño de los
círculos y sus niveles de proximidad o lejanía. Cada posi-
ción se complementa con el ingreso de otras voces en el
discurso entre ambas. Tales voces son representativas de
los lugares significativos desde los cuales la supervisada
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construye su identidad: por imitación (con las voces de
sus compañeras superpuestas a la suya), identificación
(con la voz de su madre), proyección (hacia la voz de su
padre, por ejemplo) o búsqueda de diferenciación (por
ejemplo, de la voz de su supervisora).
Desde la lógica del ejercicio propuesto, es posible
guiarse por dos factores para el análisis: distancia física,
equivalente a la emocional, y tamaño, equivalente a la
importancia. Agregaríamos el adentro-afuera del círculo
para ejemplificar el origen del discurso, en tanto inter-
cambios simbólicos entre identidades o aspectos intra-
mentales propiamente dialógicos, en oposición a aspec-
tos extra-mentales o dialogales al/del self.
En lo específico, los diagramas muestran lo si-
guiente:
(1) En el primero, la supervisada se dibuja más pe-
queña y a la supervisora por fuera de su familia
construida. Ese espacio interno es ocupado por la
voz de la madre.
(2) En el segundo, la supervisada se dibuja más gran-
de (empoderamiento). De modo que la supervi-
sora ingresa en su mundo familiar simbólico y
aparece la voz del padre en su relato.
(3) En el tercero, la supervisada ya se ubica en el cen-
tro (empoderamiento) más lejos de su familia (au-
tonomía, pero cercanía), mientras que la super-
visora sale del diagrama y del discurso para dar
espacio a su novel colega.
Si bien el posicionamiento propugnado por la su-
pervisora es el logro de la autonomía en su supervisada,
cuestión que se logra, es posible visualizar no solo ello,
sino también las otras voces o aspectos del self que con-
tinúan dialogando entre sí y con la voz, cada vez menos
dominante, de la supervisora.
Resultados
El método propuesto –una relectura del “sistema
solar” desde la perspectiva del self dialógico– devela la
construcción de las posiciones de yo y sus respectivos
posicionamientos en su recorrido dinámico. En este sen-
tido, los conflictos y consensos relacionales evolucionan
paulatinamente y se incorporan diferencialmente como
voces al interior del self de la supervisada. Inclusive, per-
miten asistir a la construcción de la solución de compro-
miso temporal: “me formaré como terapeuta cognitivo-
conductual”.
Esta lectura recoge la riqueza y sencillez del méto-
do original y los adecúa a un nuevo marco paradigmáti-
co. En este marco o perspectiva ya no es posible hablar
de actores reales o “de carne y hueso”, sino que, como
la misma técnica lo postulaba, los actores –familiares en
su origen– son construcciones que el sujeto genera para
dar materialidad sensible a sus imágenes internas. De
esta manera, lo interno se hace externo y se plasma grá-
ficamente.
Así, lo que se diagrama es producto de procesos
tanto intra-mentales como extra-mentales que se han in-
ternalizado y que se re-actualizan en las voces de la dupla
interactuante. Esta dupla recrea el proceso de diálogos
en el self, encarnando sus diversas voces generativas.
Desde esta perspectiva, mientras el Repertorio de
Posiciones Personales (PPR) focaliza su atención en di-
mensiones tópicas del self de un sujeto e intenta ingresar,
las demás voces desde este foco tópico, el sistema solar
se hace cargo del correlato relacional en la construcción
del self, recurriendo a matrices relacionales para marcar
el tránsito de posiciones y el dinamismo que ello supone
a un self en permanente actualización y re-construcción.
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La complementariedad del sistema solar con el
cuadro de matrices relacionales, por su parte, permite
un ir y venir desde el sujeto hacia el otro y viceversa,
en este caso supervisada y supervisora, retratando diná-
micamente la influencia de la alteridad en la construc-
ción de la propia subjetividad (Andreucci, 2012a; Bajtín,
1982, 1986). Además, permite visualizar la injerencia de
roles y funciones sociales-profesionales en la construc-
ción de la subjetividad o identidad profesional (Stenberg
et al, 2014) y la eventual equivalencia entre funciones y
ciertos tipos de posiciones (Ej.: función normativa con
la posición paterna; función contenedora con la posi-
ción materna).
La cuestión central, no obstante, es que un dia-
grama de intercambios horizontales o en un plano más
horizontal, con una espacialidad transitable, muestra
mayor cercanía con esta perspectiva de construcción de
la subjetividad que métodos tópicos de carácter tradicio-
nal.
Conclusiones y Discusión
El método de análisis y la lectura propuesta plan-
tean una serie de alternativas tanto para la práctica clíni-
ca como para la formación de terapeutas y de sus super-
visores, desde la perspectiva de la reflexión pedagógica
actual (Andreucci, 2012b).
Este método, inserto en las prácticas dialógicas
de investigación (Andreucci, 2013; Sisto, 2008) intenta
recuperar la subjetividad desde sus voces constitutivas,
relevando los agentes discursivos que configuran un de-
terminado género, en este caso, la clínica psicoterapéuti-
ca (Martínez, Tomicic & Medina, 2012) y la supervisión
clínica (Andreucci, 2012b).
El método del “sistema solar” muestra, entonces,
el dinamismo de las posiciones dialógicas dentro del dis-
curso y, al mismo tiempo, aporta a la comprensión del
proceso de cambio de las posiciones al interior-exterior
del self dialógico. La perspectiva desarrollada comparte
con la literatura reciente la constatación de que cada
posición social sostiene una perspectiva psicológica, y
por lo tanto, los sujetos que se desplazan a una posición
social, familiar o extra-familiar, endogámica o exogámi-
ca, ingresan en la perspectiva psicológica del posiciona-
miento de un modo fundamentalmente internalizado
o encarnado (Gillespie & Martin, 2014; Neal & Neal,
2013).
En esta misma dirección, es posible incorporar la
dimensión espacio-temporal en el posicionamiento dis-
cursivo y aportar a la construcción de matrices (Raggatt,
2014) en torno al “sistema solar”. Bajtín (1986) denomi-
nó a esta matriz “cronotopo” y la utilizó para analizar
las formas literarias (Pollard, 2008). Una reflexión que
emana de esta propuesta es la posible utilización de un
modelo de “cronotopías personales” en constelaciones
triádicas para analizar las interacciones entre el supervi-
sor, su supervisado y otras “voces”. Tríadas que se com-
ponen de una posición del yo, una contra-posición y un
significante ambiguo desde el ámbito social (por ejem-
plo, una persona de gran alcance, como la referencia a la
figura de Sigmund Freud en el relato). Como se ha visto
en el material del caso analizado, los significantes am-
biguos promueven movimientos descentralizadores del
self, dando cuenta de su potencial dialógico.
Finalmente, desde el punto de vista metodológi-
co, la presentación y análisis propuesto es perfectamente
compatible con un enfoque dialógico, lo que se ha discu-
tido en la literatura reciente (O’Dell, Crafter, De Abreu
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& Cline, 2012). En este sentido, los investigadores que
utilizan la metodología de viñeta a menudo tienen di-
ficultades con la interpretación, concretamente en la
manera de interpretar las respuestas cuando los partici-
pantes se asumen a sí mismos como los personajes de las
viñetas y comentan sobre lo que «debe» suceder. Desde
la perspectiva asumida, las cuestiones inherentes a la in-
terpretación se convierten en una valiosa adición a la
investigación en lugar de un obstáculo; las posiciones se
movilizan retratando la dinámica del posicionamiento
múltiple del self dialógico (Pollard, 2008).
Lo anterior se vincula con los estudios sobre la
descripción de conversaciones terapéuticas desde una
perspectiva dialógica (Martínez, 2010). En los últimos
años, en efecto, diversos autores han dado un primer
paso en esta dirección (Martínez, Tomicic & Medina,
2012). La formación y la supervisión, sin embargo, toda-
vía no se han abordado desde esta perspectiva (Loubat,
2005, por ejemplo). En lugar de enseñar e instruir, este
ejercicio de entrenamiento está dirigido a la organiza-
ción de un diálogo en el que los supervisados son in-
vitados a participar. Se les anima a experimentar con
nuevas posiciones y nuevas formas de encuentro con los
demás, y a escuchar cómo sus diferentes voces hablan de
sus experiencias, de las cosas que han aprendido y de las
nuevas perspectivas que se han abierto para ellos. Así
entonces, apoyado en las ideas sobre la conversación in-
terna del terapeuta (Martinez, Tomicic & Medina, 2012;
Rober, 1999, 2005) y destacando la importancia de la
polifonía, el dialogismo y la tolerancia al fracaso y a la
incertidumbre, el ejercicio de entrenamiento propuesto
es coherente con un marco dialógico, ecológico, cons-
truccionista y postmodernista (Gergen & Gergen, 2004;
Neal & Neal, 2013; Rober & Tilmans, 2012; Seikkula &
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