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Psicogente, 19 (35): pp. 98-109. Enero-Junio, 2016. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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Introducción
Actualmente las instituciones educativas han im-
plementado nuevas formas de enseñanza que van afec-
tando los logros que deben alcanzar los infantes, y que
han llevado inclusive a que ellos presenten dificultades
en su aprendizaje (Chávez, 2006). En muchas ocasiones
esto se relaciona con los procesos de atención y metacog-
nición, por lo que el problema, a falta de un instrumen-
to para evaluarlos, limita el diagnóstico y la consiguiente
intervención y el diseño oportuno de estrategias que
mejoren su desempeño relacionado con sus habilidades
de aprendizaje.
El primer planteamiento del pionero en metacog-
nición (Flavell, 1975, 1979, citado en Romero, Arbeláez,
Vargas, García & Gil, 2002), la definió como el control
de los propios procesos del pensamiento; por otra parte,
Sáiz, Carbonero y Flores (2010) exponen que la metacog-
nición consta de tres tipos de conocimientos que son: el
declarativo, el procedimental y el condicional, que en su
orden se refieren al “saber qué”, “saber cómo” y “saber
cuándo”. Este concepto comprende que los niños son
capaces de enfrentarse a cualquier situación de aprendi-
zaje donde pueden memorizar, aprender, conocer, tener
conciencia de las cosas y obtener conocimiento frente a
sus propios conocimientos cognitivos, y por tanto, con-
trolarlos y autorregularlos.
Asimismo, la metacognición se da en la medida
que el niño se hace más consciente, es decir, cuando él
mismo tiene claros los conceptos acerca, de qué conoce y
cómo conoce; esto le da la capacidad de establecer medi-
das comunes de actuación, e incluso, llegar a evaluarlos
sobre los resultados de sus propios compañeros, compa-
rándose, lo que le sirve como elemento de validación de
su propia actividad cognitiva, o en otras palabras, auto-
rregularse (Kruger & Dunning, 1999, citado en Ugarte-
txea, 2002).
Por otra parte, la atención es entendida como la
cualidad o mecanismo que filtra, controla y regula los
procesos cognitivos; o sea, es un proceso dentro de los
procesos de aprendizaje y autorregulación del propio
conocimiento que emplea el niño, cuyo papel es fun-
damental dentro de toda la actividad cognitiva que ad-
quieren los infantes; está acompañado de componentes
externos como la potencia del estímulo, el cambio, la
repetición, el movimiento, el contraste y la organiza-
ción estructural, agentes determinantes que permiten el
desempeño de la atención (Gratch, 2003).
Lo anterior, de acuerdo con el estudio realizado
por Flórez, Torrado, Mondragón y Pérez (2003), alude a
los procesos cognitivos donde los autores, en los proce-
sos de lectura y escritura con niños del grado de transi-
ción a quinto de primaria, evaluaron las operaciones me-
tacognitivas de planeación, autorregulación y evaluación
del caso. La muestra de 36 niños con edades entre 5 y 10
años utilizó los instrumentos Tarea de Yuche, que per-
mite evidenciar operaciones metacognitivas en lectura,
y Tarea de Cox (TBC): tomada de una investigación de
Estados Unidos elaborada por Cox (1994). Los resulta-
dos mostraron que los desempeños de metacognición en
escritura de niños con nivel I aumentaron en compren-
sión lectora y producción escrita, pues se ubicaron en
nivel II a medida que se va avanzando de grado escolar;
por su parte, aunque los grados 2 y 3 se mantuvieron en
nivel II, algunos pasaron a nivel III.
Vásquez, León y Rodríguez (2006) realizaron una
investigación sobre la metacognición como estrategia,
cuyo objetivo fue detectar procesos cognitivos en niños
con retraso mental, que empleaban 20 niños con retraso
amanda mIguel IguaRán JIménez, claudIna estheR anaya gaRcía, caRmelIna Paba baRbosa, Kelly obIsPo salazaR