436
y lo mismo en el recién nacido, pero devienen en
procesos diferentes, distinguibles en los adultos,
aunque son difíciles de estudiar juntos e imposi-
bles de comprender separados. De hecho, en oca-
siones, el libro parece consagrado a responder la
pregunta sobre cómo interactúan la afectividad,
el pensamiento y la acción en el desarrollo moral,
como renovando la fe en el discernimiento que
nos permite decidir y obrar en consecuencia (Tru-
jillo, 2008).
• Tensión entre el conocimiento y la sabiduría,
entre Logos y Mythos, que se resuelve al romper
con la epistemología y abrirse a la gnoseología, es
decir, cuando se superan los cánones de la razón
racional y se aceptan, también, los de la razón ra-
zonable, cuando la Psicología, en tanto disciplina
científica, trabaja con un estilo empírico-analítico
que busca predecir, controlar y modificar, pero
también con otro histórico-hermenéutico que
busca comprender, y un último crítico-social que
busca transformar (Vasco, 1990). Esta tensión nos
invita a superar, en todo caso, la búsqueda de ob-
jetividad que abstrae al sujeto del conocimiento
producido (Vasco, 1987; Trujillo, 2006; 2007;
2008). También puede expresarse como una ten-
sión “epistemitológica”, que dimensiona la cien-
cia como otro modo de la experiencia humana en
el multiverso de la magia, el mito, la religión, la
filosofía y el arte, todos ellos, al fin y al cabo, mo-
dos de la experiencia humana (Gadamer, Ortiz-
Oses & Lanceros, 2004).
• Tensión entre la moral femenina y la moral mas-
culina, que Gilligan (1985) recogió de una mane-
ra extraordinaria, para cuestionar la Psicología he-
cha por patriarcas y proponer, en su lugar, un vec-
tor matrístico del desarrollo moral (Yáñez, 2000a;
2000b; Yáñez, Corredor & Pacheco, 2009). In-
cluso Labouvie-Vief (en Goldhaber, 2000) señala
como una de las responsables de los desequilibrios
de la adolescencia y de la crisis de la mitad de la
vida, precisamente a esta tensión, que de algún
modo se expresa en la ya mencionada oposición
entre el Logos y el Mythos en Occidente.
Tensiones que definen tópicos de estudio de la
Psicología a lo largo de la historia, y que se relacionan
con dinámicas que involucran la justicia, la libertad,
la igualdad, la equidad, la reciprocidad, etc., las cuales
buscan ahora resolverse en circunstancias específicas,
que son necesarias como categorías comprensivas. Una
manifestación de estas últimas tensiones es la que se
expresa entre la moral, como campo teórico de debates
comunes a la vida humana en comunidad –ética–, y la
moral en tanto práctica política, cotidiana, búsqueda del
bien y evitación del mal, objeto de estudio empírico de
la Psicología –moral–, pero también de interpretación
histórico-hermenéutica para comprender problemáticas
concretas de la vida social, posiblemente con intencio-
nes crítico-sociales de emancipación (Yáñez, 2000a).
En resumen, tensiones generadas por dilemas
morales que aún suscitan diálogos socráticos, y en los
cuales seguimos poniendo buena parte de la esperanza
en pedagogía y en investigación, puesto que jalonan el
desarrollo (Trujillo, 1990; Yáñez, 2004; Yáñez, Corredor
& Pacheco, 2009). Tensiones que invitan a nuevas bús-
quedas para la transformación de nuestra cultura colom-
biana, atropellada por la impunidad y por la corrupción,
por las injusticias y por las violencias. Esto último busca
patentizarse a través de la investigación que se presenta
en el último capítulo, acerca del juicio sobre la moral y
la justicia respecto a líderes sociales y políticos en Co-
lombia.
Muchas gracias a Jaime Yáñez y a sus coequipe-
ras y coequiperos por este lúcido aporte, referencia im-
portante para la formación de nuevos psicólogos, con la
cual nos ponen en tensión, en movimiento.
lA morAl corrige A los instintos y el Amor corrige A lA morAl
Psicogente, 18 (34): pp. 433-437. Julio-Diciembre, 2015. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
http://publicaciones.unisimonbolivar.edu.co/rdigital/psicogente/index.php/psicogente