Psicogente, 18 (33): pp. 78-88. Enero-Junio, 2015. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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1 Doctorante en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Catedrática universitaria Universidad Michoacana. Email: nirvana_hoy@hotmail.com
2 Doctor en Ciencias. Director del Instituto de Investigación en Salud Ocupacional (IISO) de la Universidad de Guadalajara.
3 Doctora en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Profesor docente titular “B” Universidad de Guadalajara. Email: silvia.leon@cucs.udg.mx
Doctora en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Profesor investigador Universidad de Guadalajara. Email: raquel_gh@hotmail.com
Doctora en Ciencias Sociomédicas. Profesor investigador titular “C” Universidad de Guadalajara. Email: draaldrete@yahoo.com.mx
Tesis de grado del doctorado en Ciencias de la Salud en el Trabajo “Eugenesia laboral: salud mental positiva en trabajadoras del sector salud, Morelia,
Michoacán”, Universidad de Guadalajara.
Resumen
El objetivo del presente estudio consistió en demostrar la validez y confiabilidad de la Escala de
Salud Mental Positiva en 400 trabajadores del Sector Salud de Michoacán, México. Para este
propósito se realizaron los siguientes procesos: 1) De acuerdo a la teoría y a los indicadores, se
definió lo que se requería medir; 2) Se revisaron los instrumentos existentes; 3) Se generó, revisó
y decantó una serie de Ítems; 4) Se aplicó la Escala de Salud Mental a la muestra; 5) Se evaluaron
los Ítems para obtener su validación y confiabilidad. La estructura factorial de la escala se evaluó
mediante un análisis con el método de componentes principales y rotación Varimax. Los resul-
tados muestran una confiabilidad de 0,862, considerándose adecuado para su aplicación en la
población mexicana.
Abstract
This paper focus on showing the validity and reliability based on the Scale of Positive Mental
Health in 400 Health dpt workers from Michoacan, Mexico. For this purpose some procedures
were performed as follow: 1. According to the indicators, it was defined what it was required
measure; 2. Current instruments were reviewed; 3. Number of items were generated, decided and
reviewed; 4. Mental health scale was applied for population sampled; 5. Items were assessed for
its validation and reliability. Scale factorial structure was assessed using factor analysis and taking
into account main components method and rotation. The results show 0.862 high reliability
considered appropriate to be used for Mexican population.
Palabras clave:
Indicadores, Confiabilidad,
Validez, Escala,
Salud mental positiva.
Key words:
Indicators, Reliability,
Validity, Scale,
Positive mental health.
Referencia de este artículo (APA):
Martínez, R., Pando, M., León, S., González, R., Aldrete, M. & López, L. (2015). Validez y confiabilidad de la escala de salud mental positiva.
Psicogente, 18(33), 78-88. http://doi.org/10.17081/psico.18.33.57
VALIDEZ Y CONFIABILIDAD DE LA ESCALA
DE SALUD MENTAL POSITIVA
VALIDITY AND RELIABILITY BASED ON THE SCALE OF
POSSITIVE MENTAL HEALTH
Recibido: 18 de julio de 2014/Aceptado: 24 de noviembre de 2014
http://doi.org/10.17081/psico.18.33.57
REBECA MARTÍNEZ APARICIO
1
Universidad Michoacana - México
MANUEL PANDO MORENO
2
, SILVIA GRACIELA LEÓN CORTÉS
3
,
RAQUEL GONZÁLEZ BALTAZAR
, MARÍA GUADALUPE ALDRETE RODRÍGUEZ
LUIS FERNANDO LÓPEZ RODRÍGUEZ
Universidad de Guadalajara - México
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INTRODUCCIÓN
En México desde la época prehispánica, con los
aztecas, floreció el quehacer terapéutico en pro de la sa-
lud mental. Tanto ellos como los incas relacionaban las
enfermedades mentales con la religión y la magia. Los
incas y los aztecas, en especial estos, usaban un gran nú-
mero de medicinas botánicas y preparaban diversos re-
medios a partir de elementos naturales. Más tarde, en la
época de la Colonia, México se adelantó a otras socieda-
des de América al tomar bajo su cuidado a los dementes,
mal alimentados y semidesnudos, que deambulaban por
las calles o que eran alojados en las cárceles (Secretaría
de Salud y Asistencia, 2001).
A principios del siglo XX, la salud mental sufrió
un importante avance y aparecieron términos como pro-
filaxis mental (en Europa) e higiene mental (en Estados
Unidos); precursores, ambos, del actual concepto de sa-
lud mental.
Hoy día, aún existe una ambigüedad para definir
la salud mental: La perspectiva negativa toma como refe-
rencia a la enfermedad para definirla. Su postulado bá-
sico es: “Salud igual a ausencia de enfermedad” (OMS,
1990) y su objetivo fundamental es la curación. Esta
perspectiva corresponde al modelo clínico tradicional, a
la necesidad de tratar los trastornos mentales, y refleja la
realidad asistencial basada en la curación de las personas
enfermas. Sin embargo, este enfoque reduccionista omi-
te aspectos positivos inherentes al concepto.
Diversas organizaciones oficiales, como la Organi-
zación Mundial de la Salud y la Federación Mundial de
Salud Mental, así como las legislaciones de los diferentes
países, que regulan las políticas y normativas en materia
de salud, pretenden adscribirse a la “ideología” positiva,
asumiendo expresiones como: “prevención y promoción
para todos en el siglo XXI”. Sin embargo, la realidad
práctica se ajusta más a la fórmula: “tratamiento, rehabi-
litación y algo de prevención, en los países occidentales,
para todos en el siglo XXI”.
En la Agenda de la Salud para el siglo XXI, la
OMS cita que: “El foco primario del desarrollo para la
salud, es la salud positiva, esto conlleva a incrementar el
potencial humano e impactar en la calidad de vida. La
salud positiva implica entonces, añadir calidad de vida a
los años, es decir, incrementar los años de vida con salud
de calidad, a través de instaurar estilos de vida saluda-
bles” (WHO, 1998).
La salud mental no se exenta de esta agenda y en
ella se pone de manifiesto la perspectiva positiva, que la
concibe como el estado de funcionamiento óptimo de
la persona y, por tanto, defiende que se deben promo-
ver las cualidades del ser humano y facilitar su máximo
desarrollo potencial (Belloch, Sandin & Ramos, 1995;
Jahoda, 1958; Lluch, 1997a; Martí Tusquets & Murcia
Grau, 1987). Su postulado básico es: “Salud igual a algo
más que ausencia de enfermedad”, y permite trabajar
en la curación, la prevención y la promoción. En esta
línea se definió, en efecto, la Organización Mundial de
la Salud cuando estableció que “la salud es el estado de
bienestar físico, psíquico y social y no solo la ausencia
de enfermedad o minusvalía”. De forma similar, la Fede-
ración Mundial para la Salud Mental (1962) la definió
como “el mejor estado posible dentro de las condiciones
existentes”.
Estudios previos realizados por Belloch, Sandin y
Ramos (1995); Jahoda (1958); Lluch (1997a); Martí Tus-
quets y Murcia Grau (1987) y, recientemente, Seligman
(1998) describen la Salud Mental desde una perspecti-
va positiva, concibiéndola como el estado de funciona-
miento óptimo de la persona y, por tanto, se insiste en
que hay que promover las cualidades del ser humano y
facilitar su máximo desarrollo potencial.
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Puede considerarse que la salud mental positiva
está presente en personas que no padecen ni padecerán
trastornos psiquiátricos, lo cual puede corresponder a
un 80 o 90 % de la población. Se han establecido algu-
nas delimitaciones para su definición, tal como lo pro-
pone Jahoda (1958), según cita Lluch (1999), para quien
la ausencia de un trastorno mental es un criterio indis-
pensable pero incompleto al definirla. Jahoda alude a
una característica estable de la personalidad, y no a una
condición momentánea, por lo que una salud mental
positiva no se caracteriza por la ausencia de experiencias
que generan afectos negativos, sino por la presencia de
un mayor número de situaciones de afectos positivos.
En este marco, el propósito de la presente inves-
tigación, que fue aprobada por un comité universitario
de ética, consistió en evaluar la confiabilidad y validez de
constructo de la Escala de Salud Mental Positiva.
MÉTODO
Diseño
Este trabajo se realizó bajo un diseño metodológi-
co, cuantitativo, descriptivo y transversal. Se tomó como
muestra a 400 trabajadores del sector salud del Estado
de Michoacán, y su objetivo general consistió en conocer
la validez y confiabilidad de la Escala de Salud Mental
Positiva en la población mexicana.
La investigación se realizó en varias etapas, que se
describen a continuación:
Etapa 1
En desarrollo de esta primera etapa, se tomó la
muestra, se precisó el instrumento y se estableció el pro-
cedimiento:
Muestra
Esta fue de tipo intencional y no probabilística.
El tamaño se calculó atendiendo la recomendación de
contar con un número de observaciones 10 veces mayor
que el de las variables a analizar. Así, la muestra estuvo
conformada por 400 trabajadores mexicanos de todas
las áreas del sector salud, esto es, tanto médicas como
paramédicas, y de diferentes nosocomios. Vale precisar
que en ella predominó el 81 % del género femenino
(81 %) y sus edades oscilaron entre los 18 y 67 años, con
un promedio de 42,5 años. El estado civil de los trabaja-
dores comprendió a un 95 % entre casados y solteros, y el
resto se ubicó en los diferentes estados civiles. El nivel de
escolaridad fue variado, desde primaria hasta doctorado,
pero predominó el nivel de licenciatura con un 80 %.
La antigüedad laboral osciló en rangos que van desde
tres meses hasta 39 años.
Instrumento
El instrumento evalúa la salud mental positiva, se-
gún la escala construida por Lluch (1999). Se trata de un
cuestionario que debe responderse en una escala Likert
de cuatro niveles (1-4): Siempre o casi siempre, con bas-
tante frecuencia, algunas veces y nunca o casi nunca. La
aplicación fue individual y colectiva, con una duración
aproximada de 20 minutos. Está compuesto por seis fac-
tores generales, y con 39 ítems, así:
Factor 1 “Satisfacción personal”: configurado por un to-
tal de 8 ítems.
Factor 2 “Actitud prosocial”: está formado por 5 ítems.
Factor 3 “Autocontrol”: está compuesto por 5 ítems.
Factor 4 “Autonomía”: consta de 5 ítems.
Factor 5 “Resolución de problemas y autoactualización”:
tiene 9 ítems.
Factor 6 “Habilidades de relación interpersonal”: está
formado por 7 ítems.
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Procedimiento
Antes de iniciar la investigación se les explicó a
los participantes los objetivos de la misma, enfatizándo-
les que podían abandonar el estudio cuando quisieran
y que los resultados se presentarían en forma anónima.
Fue así como todos firmaron un consentimiento infor-
mado.
Luego se visitaron diferentes unidades de primer
nivel como los 11 módulos y el centro de salud de More-
lia. Posteriormente, se acudió a los diferentes hospitales:
de la mujer, psiquiátrico, civil e infantil. En estos últi-
mos, hubo un poco de renuencia a contestar el cuestio-
nario.
Más concretamente, el procedimiento se hizo en
el siguiente orden:
• Estudio piloto. Una vez que se obtuvo la versión
final, se estableció contacto con las autoridades
del sector salud de cada unidad. A estos se les ex-
plicó el propósito de la investigación y se solicitó
su autorización para llevar a cabo el levantamien-
to de datos. Posteriormente, se invitó a los traba-
jadores a participar en “una investigación sobre
salud mental positiva en trabajadores del sector
salud” y, a quienes accedieron voluntariamente,
se les solicitó tanto su consentimiento informado,
garantizándoles, como ya se dijo, el uso anónimo
de los resultados.
Así, en el piloteo de la BMS participaron dos
grupos de 15 trabajadores cada uno, considerando el gé-
nero.
Recolección de datos. La aplicación de la BMS
a la muestra principal se realizó en el horario la-
boral; y en cada uno de los diferentes servicios se
contestó de manera individual con una duración
aproximada de 20 minutos.
Análisis de datos. Este análisis, se llevó a cabo tras
la aplicación del cuestionario con el Paquete Es-
tadístico para las Ciencias Sociales (SPSS, versión
17.0 para Windows) y consistió en calcular la con-
sistencia interna (coeficiente Alpha de Cronbach)
del cuestionario.
Finalmente, la validez de constructo se valoró con
AFE, mediante el método de extracción de ejes principa-
les y rotación Varimax.
Etapa 2
Definición de la variable a medir
Desde hace años ha existido una controversia
acerca del concepto de salud mental. Así, de acuerdo
con la OMS, “salud mental es la ausencia de enferme-
dad”. Como se ve, este concepto busca descartar la psi-
copatología; sin embargo, diversos teóricos de la psicolo-
gía humanista, como Allport; de la psicología positiva,
como Jahoda, Martí Tusquets, Murcia Grau, Belloch
e Ibáñez (citados en Belloch, Sandin & Ramos, 1995)
Font, Handlarz, y, recientemente, Seligman, entre otros
definen el término en función de las características espe-
cíficas sobre enfoque positivo de la salud mental.
La definición de un término tan complejo y po-
lifacético conlleva, en todo caso, muchas dificultades y,
por tanto, no existe una definición única del concep-
to. Algunas de las principales definiciones se agrupan
en dos vertientes: por un lado, está la que se basa en la
dicotomía “positiva/negativa” y, por el otro, aparece el
término de “Normalidad”.
En 1951, según la OMS (1997), la salud mental
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se planteó como: “la capacidad de un individuo para
establecer relaciones armoniosas con otros y para parti-
cipar en modificaciones de su ambiente físico y social o
de contribuir en ello de modo constructivo. Capacidad
de obtener una satisfacción armoniosa y equilibrada de
sus propios impulsos instintivos, y el desarrollo de una
personalidad que le permita una expresión armoniosa
de sus emociones y plena realización de sus potenciali-
dades”.
Por otra parte, Martí Tusquets y Murcia Grau
(1987) la proponen como: “un proceso en el que el in-
dividuo pueda:
- Interrelacionarse satisfactoriamente con sus seme-
jantes.
- Conocer bien su ambiente (ventajas e inconve-
nientes) con el propósito de contribuir a su mejo-
ra jugando un papel activo y productivo.
- Identificar y asumir un rol social específico con
objeto de potenciar su personalidad.
- Solventar satisfactoriamente los conflictos y ten-
siones que vayan surgiendo.
- [Adaptarse en forma] flexible a su medio y al jue-
go de influencias e interacciones que ello compor-
ta”.
Según Belloch, Sandin y Ramos (1995), para diag-
nosticar o calificar el grado de salud mental de una per-
sona hay que considerar parámetros tales como:
- Autonomía funcional.
- Percepción correcta de la realidad.
- Adaptación eficaz y respuesta competente a las de-
mandas del entorno.
- Relaciones interpersonales adecuadas.
- Percepción de autoeficacia.
- Buen autoconcepto.
- Estrategias adecuadas para afrontar el estrés, etc.
Retomando el modelo de Jahoda (citada por
Lluch, 1999), la salud mental supone un estado de bien-
estar o funcionamiento óptimo de la persona que impli-
ca la promoción de las cualidades humanas y facilita su
máximo desarrollo potencial. Este concepto constituye
un punto de referencia importante para todos los teóri-
cos que consideran la salud mental como algo más que
ausencia de enfermedad. Justo a partir de este, Lluch
construyó una Escala para medir la Salud Mental Posi-
tiva tomando en cuenta seis criterios generales: 1. Satis-
facción personal; 2. Actitud prosocial; 3. Autocontrol; 4.
Autonomía; 5. Resolución de problemas; y 6. Habilida-
des relacionales.
En este modelo, las puntuaciones para cada alter-
nativa de respuesta son:
Puntuaciones para ítems positivos (+)
Siempre/casi siempre = 1
Con bastante frecuencia = 2
Algunas veces = 3
Nunca/casi nunca = 4
Las puntuaciones para ítems negativos (-) se cuen-
tan a la inversa.
Revisión de instrumentos existentes
La mayoría de estudios utilizan los sistemas noso-
lógicos oficiales CIE-10 (Organización Mundial de la Sa-
lud, 1997) y DSM-IV (American Psychiatric Association,
1994), y los instrumentos estandarizados elaborados
para la evaluación diagnóstica. Los más utilizados son
el Diagnostic Interview Schedule-CIS (Robin, Hetzer,
Croughan & Ratcliff, 1981), el Composite International
Diagnostic Interview-CIDI (Organización Mundial de la
Salud, 1990; 1997) y el Present State Examination-PSE.
(Wing, Cooper & Sartorius, 1974). Estos dos últimos
tienen formatos computarizados.
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Ahora bien, los instrumentos con un enfoque
epidemiológico trabajan con diseños de investigación
de doble fase. En la primera, se aplica un procedimien-
to de screening para seleccionar, de entre la población,
a los probables sanos y enfermos (Baca, 1992; Del Rey
Calero, 1980). Para lograrlo, generalmente, se emplean
entrevistas estructuradas y cuestionarios de fácil aplica-
ción; entre todos estos, el instrumento más utilizado es
el Cuestionario de Salud General de Goldberg (Baca,
1992; Goldberg, 1972); Goldberg y Huxley (1990); Gol-
dberg y Williams (1996) y Vázquez-Barquero (1993).
Sin embargo, pocos son los instrumentos utiliza-
dos para medir aspectos positivos de la salud mental.
Entre estos, encontramos los que miden estados de fe-
licidad, bienestar psicológico, fluidez, emociones posi-
tivas y el workenagement, de reciente creación, etc. Hasta
el momento, no se han publicado instrumentos que mi-
dan específicamente la Salud Mental Positiva, excepto la
Escala construida por la Dra. Lluch en 1999.
Generación, revisión y decantación
De la fase anterior, surgió la necesidad de validar
un instrumento capaz de evaluar la Salud Mental Positi-
va, es decir, que la diferenciara de la Salud Mental basa-
da en la negación de la enfermedad mental.
Para esta fase, se desarrolló en concreto un listado
de ítems que representaran los indicadores más adecua-
dos de la Salud Mental Positiva de manera diferencial,
mismos que fueron revisados por sujetos voluntarios y
por un grupo de expertos en la materia.
El primer listado de reactivos contenía 39 ítems
que fueron revisados por un grupo de voluntarios, quie-
nes leyeron, contestaron y comentaron cada uno de
dichos reactivos. Hecha la revisión se conservaron 39
ítems cuyo sistema de calificación permite discernir seis
elementos evaluados: 1. Satisfacción personal; 2. Acti-
tud prosocial; 3. Autocontrol; 4. Autonomía; 5. Resolu-
ción de problemas; 6. Habilidades relacionales.
Esta versión del instrumento fue revisada por un
grupo de expertos, tras lo cual se aplicó una versión del
citado instrumento, dando como resultado la evalua-
ción estadística correspondiente, que finalmente quedó
con 39 ítems.
Etapa 3
Aplicación de la Escala de Salud Mental a la muestra
poblacional
En esta última etapa, se visitó cada una de las
unidades médicas para la aplicación de la escala, consti-
tuyendo estas 12 unidades de primer nivel de atención
y cuatro hospitales de la Secretaría de Salud de Michoa-
cán, en todos los cuales se aplicó el instrumento a un
total de 400 trabajadores. Durante la sesiones de aplica-
ción, las instrucciones y cada uno de los reactivos fueron
leídos en voz baja, exhortando a los participantes a in-
dicar si eran confusos o poco claros, o bien, si descono-
cían el significado de alguna de las palabras empleadas.
Al respecto, los participantes refirieron que los reactivos
eran claros y que no tenían problema para comprender-
los. Por tanto, no fue necesario realizar cambios al ins-
trumento.
Evaluación de los ítems para obtener su validación y
confiabilidad correspondientes
Previo al análisis factorial, se consideraron los
criterios de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin
(KMO) y el valor de esfericidad Bartlett, para determinar
la pertinencia de dicho análisis. El mismo se efectuó con
componentes principales y rotación Varimax, determi-
nando el valor de carga Eigen para cada ítem, el porcen-
taje de varianza explicado y la validez relevante.
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RESULTADOS
Análisis descriptivo de la muestra
El 54,7 % de los trabajadores obtuvo una califi-
cación positiva con relación a la salud mental, aunque
8,5 % obtuvo calificación baja (Cuadro 1).
Consistencia interna
Para medir la confiabilidad del constructo, se uti-
lizó el coeficiente de correlación de Pearson entre cada
reactivo. En este sentido, el valor mínimo de correlacio-
nes sin corregir obtenido fue de 0,21 y corregidas 0,13.
El punto de corte para considerar significativa la correla-
ción con p<0,05 fue de 0,176.
Además, se calculó el coeficiente Alpha de
Cronbach, el cual arrojó un valor de 0,862, en tanto
que el promedio de las correlaciones inter reactivos fue
de 0,38.
Análisis factorial
El instrumento fue concebido como adecuado y
se sometió a un análisis factorial con componentes de
rotación Varimax normalizada. Para esto, en un inicio,
se solicitaron seis factores para que maximizaran la va-
rianza explicada, siendo esta del 43,4 %.
Antes del análisis factorial, se consideraron los
criterios de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin
(KMO), cuyo resultado fue de 0,862, con valor de es-
fericidad de Bartlett de 4303.660 para 190 grados de
libertad y 0,000 de significancia. Ello indica la pertinen-
cia para el análisis factorial (Catena, Ramos & Trujillo,
2003).
Validez de los factores
El Cuadro 3 muestra los pesos relativos de cada
reactivo en ambos factores. De los 39 reactivos analiza-
dos, 11 expresaron un valor superior a 0,4 en el factor
1; mientras que 12 reactivos no obtuvieron ningún valor
superior a 0,4, según el análisis de la carga de Eigen, en
ninguna de las seis dimensiones evaluadas.
Cuadro 1. Prevalencia de Salud Mental Positiva
SALUD MENTAL
POSITIVA
ALTA MEDIA BAJA
PREVALENCIA 54,7 % 36,8 % 8,5 %
Además, a diferencia del estado civil (Cuadro 2),
las variables de edad y salud física, así como de profesión
y salud mental no mostraron relación estadísticamente
significativa.
Cuadro 2. Prevalencia de Salud Mental Positiva y Factores
Sociodemográficos
FACTOR SALUD MENTAL
Profesión 0,537
Edad 0,509
Estado Civil 0,014
Dependientes económicos 0,285
Grado escolar 0,286
Antigüedad laboral 0,791
Tipo de Contrato 0,161
Turno 0,903
Horas trabajo/semana 0,647
En cuanto al estado civil, se destaca que los traba-
jadores casados, con un resultado del 0,014, presentaron
mayor prevalencia de salud mental positiva. Por otra par-
te, la escolaridad solo mostró asociación estadísticamen-
te significativa con un 0,286, y las mayores tasas fueron
para los sujetos con escolaridad media.
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Dado que el objetivo del presente estudio no es
la reconstrucción de esta escala, no se hizo necesario la
extracción de los 12 reactivos que no obtuvieron valores
significativos; pero se sugiere restar los reactivos antes
mencionados del instrumento.
Cuadro 3. Matriz de cargas factoriales con estructura de seis factores, utilizando componentes principales y rotación Varimax
Ítem Reactivo
Factores
123456
1 A mí,… me resulta esencialmente difícil aceptar a los otros cuando tienen
actitudes distintas a las mías.
,045 ,197 ,473 ,284 -,034 -,035
2 Los problemas… me bloquean fácilmente. ,056 ,413 ,058 ,506 ,107 ,106
3 A mí,… me resulta especialmente difícil escuchar a las personas que me
cuenten sus problemas.
-,036 ,132 ,602 ,088 -,136 ,255
4 …me gusto como soy. ,082 ,100 -,060 ,484 ,364 ,129
5 …soy capaz de controlarme cuando experimento emociones negativas. ,293 ,019 ,072 ,683 ,042 ,024
6 …me siento a punto de explotar. ,022 ,154 ,250 ,411 -,049 ,153
7 Para mi, la vida es … aburrida y monótona. -,099 ,217 ,293 ,267 ,109 ,339
8 A mí,… me resulta especialmente difícil dar apoyo emocional. ,139 ,085 ,675 ,061 ,096 ,055
9 …tengo dificultades para establecer relaciones interpersonales profundas y
satisfactorias con algunas personas.
,147 ,084 ,553 ,132 ,177 -,024
10 …me preocupa mucho lo que los demás piensan de mí. ,124 ,582 ,122 ,185 ,055 ,205
11 Creo que… tengo mucha capacidad para ponerme en el lugar de los demás
y comprender sus respuestas.
,108 -,274 ,238 ,330 ,194 ,146
12 …veo mi futuro con pesimismo. ,085 ,291 ,014 ,063 ,371 ,170
13 Las opiniones de los demás … me influyen mucho a la hora de tomar mis
decisiones.
,218 ,698 ,069 ,027 ,132 ,024
14 …me considero una persona menos importante que el resto de personas
que me rodean.
,267 ,450 ,144 ,063 ,290 ,205
15 …soy capaz de tomar decisiones por mí misma/o. ,378 ,151 -,102 ,173 ,210 ,031
16 …intento sacar los aspectos positivos de las cosas malas que me suceden. ,563 ,073 ,050 ,361 ,012 ,134
17 …intento mejorar como persona. ,612 -,107 ,037 ,266 ,066 ,189
18 …me considero “un/a buen/a profesionista. ,557 ,231 ,018 ,025 ,290 ,125
19 …me preocupa que la gente me critique. ,109 ,605 ,155 ,106 ,044 ,140
20 …creo que soy una persona sociable. ,382 -,069 ,237 ,190 ,283 -,295
21 …soy capaz de controlarme cuando tengo pensamientos negativos. ,394 ,102 ,039 ,629 ,036 -,158
22 …soy capaz de mantener un buen nivel de autocontrol en las situaciones
conflictivas de mi vida.
,523 ,148 ,043 ,534 ,019 -,231
23 …pienso que soy una persona digna de confianza. ,525 ,094 ,055 ,088 ,018 ,146
24 A mí… me resulta especialmente difícil entender los sentimientos de los
demás.
,115 ,159 ,558 -,034 -,043 -,013
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25 …pienso en las necesidades de los demás. ,456 -,196 ,392 ,037 ,001 ,023
26 Si estoy viviendo presiones exteriores desfavorables… soy capaz de conti-
nuar manteniendo mi equilibrio personal.
,581 ,285 ,085 ,272 -,001 -,109
27 Cuando hay cambios en mi entorno… intento adaptarme. ,687 ,244 ,102 ,119 ,071 -,041
28 Delante de un problema… soy capaz de solicitar información. ,609 ,160 ,135 -,015 ,035 -,032
29 Los cambios que ocurren en mi rutina habitual… me estimulan. ,604 ,165 ,081 -,016 ,063 ,067
30 …tengo dificultades para relacionarme abiertamente con mis jefes. ,119 ,047 ,380 -,125 ,258 -,068
31 …creo que soy un/a inútil y no sirvo para nada. ,175 ,084 ,045 ,043 ,048 ,705
32 …trato de desarrollar y potenciar mis buenas aptitudes. ,482 -,018 ,029 ,049 ,079 ,586
33 …me resulta difícil tener opiniones personales. ,135 ,414 ,310 ,037 ,135 -,089
34 Cuando tengo que tomar decisiones importantes… me siento muy
insegura/o.
,118 ,538 ,125 ,070 ,089 -,164
35 …soy capaz de decir no cuando quiero decir no. ,366 ,239 ,040 ,199 -,061 -,018
36 Cuando se me plantea un problema… intento buscar posibles soluciones. ,701 ,121 ,142 ,066 -,042 ,116
37 …me gusta ayudar a los demás. ,558 -,275 ,316 ,026 ,107 ,011
38 …me siento insatisfecha/o conmigo mismo/a. ,068 ,124 ,026 ,058 ,727 -,076
39 …me siento insatisfecha/o de mi aspecto físico. ,003 ,088 ,129 ,070 ,736 ,070
DISCUSIÓN
Los instrumentos de autorreporte son de gran uti-
lidad en el campo de la salud mental; sin embargo, exis-
ten muy pocos, como es el caso de la escala propuesta
en esta investigación, que mide la salud mental positiva.
En su aplicación, se encontraron resultados simi-
lares en estudios de cuestionarios que miden dimensio-
nes parecidas, como también de otros con estructuras o
contenidos especialmente afines. Por ejemplo, la Escala
de Bienestar General (General Well-Being Schedule) de
Dupuy (1978), el Inventario de Salud Mental (Mental
Health Inventory) de Ware (1979) o la Escala de Equi-
librio Afectivo (The Affect Balance Scale) de Bradburn
(1965), así como, el Índice de Satisfacción de Vida (The
Life Satisfaction Index) de Neugarten, Havighrust y To-
bin (1961), la Escala de Satisfacción con la Vida (Satis-
faction with Life Scale) de Diener, Emmmons, Larsen
y Griffin (1985) o el Cuestionario de Autocontrol (Self
Control Schedule) de Rosenbaum (1980). Sin embargo,
ninguno mide la Salud Mental Positiva como la escala
utilizada en este estudio.
Los aportes que se pueden realizar a través de las
investigaciones en torno a la Salud Mental son relevan-
tes, ya que este es un problema de Salud Pública y, por
lo tanto, debe enfocarse sobre un modelo de atención
preventivista para salvaguardar el bienestar individual
de la persona. Por lo tanto, las políticas y las estrategias
para el desarrollo de la salud han de proporcionar un
sentido positivo que estimule a las personas a optimizar
sus capacidades físicas, mentales y sociales como sugiere
Seligman (1998).
Se puede decir, entonces, que la Escala de Salud
Mental Positiva se ha aplicado y validado en México,
aunque se sugiere realizar más investigaciones en este
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ÓPEZ
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ámbito con un enfoque positivo, porque hay mucho
campo inexplorado aún.
No obstante, el instrumento es válido y confiable
en su totalidad y puede ser utilizado con fines prospecti-
vos para evaluar la salud mental positiva.
Por último, conviene precisar que el instrumento
fue diseñado y aplicado en español con población mexi-
cana, por lo que, cuando sea aplicado en otro país aún
será necesaria su validación para asegurar su confiabli-
dad.
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