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ANA MARÍA ARIAS CARDONA, JEISY ANDREA MAZO PEÑA
universidades donde se realizó la prueba piloto (la Uni-
versidad de Antioquia, de carácter público, y la Cor-
poración Universitaria Lasallista, de carácter privado),
pues, en la universidad pública hay mayor pluralidad,
por cuestiones demográficas y sociales, mientras que en
la universidad privada se evidencian unas características
más homogéneas.
A la tercera categoría, relaciones de inclusión, “las
entendemos desde una perspectiva social y política que
asume que el respeto, la dignidad y los derechos del otro,
no pueden ser descalificados o violentados por acciones
o normas que eventualmente los afecten” (Gómez &
Ruiz, 2011, p.5).
Los jóvenes participantes en este proyecto aseve-
ran que ante las diferencias de otra persona es importan-
te la prevalencia del respeto, siempre y cuando el otro
cumpla también su parte. Expresan, además, que cuan-
do saben de grupos o personas que vulneren los dere-
chos del otro por ser este diferente, tienden a excluirlos
y a manifestar sus inconformidades con respecto a sus
acciones.
De otro lado, estos elementos relacionados con
la sensibilidad ciudadana, se configuran, tal como lo
propone Alvarado, Santacoloma & Loaiza (2011), en
unas tramas relacionales, que se pueden explicar a tra-
vés de la perspectiva sistémica. En este sentido es en la
interacción entre lafamilia, la escuela, el barrio y demás,
desde donde se da cuenta de la funcionalidad de un
todo. “Desde esta perspectiva, el comportamiento social
depende de la interacción entre los miembros de los di-
versos sistemas y de sus intercambios con otros sistemas,
constituyéndose desde la interacción propiedades emer-
gentes, que trascienden la suma de los miembros del
sistema inicial” (Boscolo, Cecchin, Hoffman & Penn,
2003, como se citó en Alvarado, Santacoloma & Loaiza,
2011, p.4).
En este marco, las instituciones educativas son
reflejo del macrosistema en el que se encuentran inmer-
sas; pues en ellas se reproducen las prácticas y enseñan-
zas que el tipo de sociedad pretende desarrollar, y que se
consolida mediante la forma de educar a las nuevas ge-
neraciones. “En tal sentido, toda educación, con mayor
razón la educación para la comprensión y sensibilidad
ciudadana, es necesariamente un acto moral y político”
(Secretaría de Educación Distrital de Santafé de Bogotá,
2000, p.5) y ello compete también a las Instituciones de
Educación Superior (IES), como es el caso de aquella en
la que se desarrolló esta investigación.
En efecto, las instituciones educativas “dan in-
formación sobre el funcionamiento del sistema, los
derechos, etcétera; siendo un espacio distinto para ex-
perimentar relaciones de poder y autoridad; y también
pretende promover la participación” (Arias & Alvarado,
2015, p.35). Y, como propone Castillo (2011), ellas jue-
gan un papel decisivo en la construcción de identidad
del sujeto joven, con sus intenciones de originar un suje-
to funcional, tolerante frente a la diferencia y capacidad
de construcción social.
Sin embargo, en nuestro contexto particular,
“dicha socialización se complejiza dada la situación co-
lombiana que da cuenta de la degradación del vínculo
social, manifestada en múltiples violencias que han sido
naturalizadas y en la agudización del conflicto arma-
do” (Arias & Alvarado, 2015, p.35). Así, como afirman
Arias, Arias, Jaramillo, Restrepo y Ruiz (2013), al acer-
carse a las realidades juveniles se observan las frecuen-
tes fragmentaciones e inestabilidades que presentan las
relaciones de los jóvenes, articuladas bajo rivalidades y
Psicogente, 20 (37): pp. 135-145. Enero-Junio, 2017. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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