Psicogente, 20 (38): pp. 308-319. Julio-Diciembre, 2017. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
http://revistas.unisimon.edu.co/index.php/psicogente
* Derivado de la investigación Factores sociodemográficos en el consumo de alcohol en estudiantes universitarios.
1.
Psicólogo, Egresado del Departamento de Psicología. Universidad de Nariño. Email: edwincordobapaz@gmail.com. http://orcid.org/0000-0003-4795-1359
2. Doctora en Psicología Escolar y Desarrollo, Docente de Tiempo Completo, Departamento de Psicología. Universidad de Nariño. Email: sbetan@gmail.
com. http://orcid.org/0000-0003-1651-085X
3. Psicóloga. Egresada del Departamento de Psicología. Universidad de Nariño. Email: lisedtacan@gmail.com. http://orcid.org/0000-0002-7081-5585
Resumen
Este trabajo es resultado de una investigación de corte cuantitativo y de tipo descriptivo-transver
-
sal, que buscó describir y asociar factores sociodemográficos con consumo de sustancias psicoac-
tivas en estudiantes de una universidad privada en la ciudad de Pasto, Colombia. Para cumplir el
objetivo, se diseñó y validó un cuestionario que luego se aplicó a 242 estudiantes. Los resultados
mostraron que el 21,9 % ha consumido algún tipo de sustancia psicoactiva y 12,4 % reporta
haberlas consumido simultáneamente con alcohol. La marihuana es la droga más consumida
(11,2 %), seguida de cocaína (9,1 %). El consumo de sustancias psicoactivas se asoció significa
-
tivamente con sexo, siendo los hombres quienes más consumen (p < 0,05). También se asoció
con semestre y estrato socioeconómico, es decir, que el consumo de sustancias psicoactivas varía
en función de estas variables. Los datos advierten que la marihuana es la principal sustancia de
consumo entre universitarios, simultánea al consumo de alcohol. El impacto preventivo debe
focalizarse en variables como sexo y semestre.
Abstract
The purpose of this paper is to describe and associate demographic factors with psychoactive
substance in students at a private university from Pasto Colombia. The results were determined
through both a quantitative and descriptive analysis – transversal research. 242 students were sam
-
pled. In order to achieve the research goal, a questionnaire was designed and validated. The results
showed as follows: 21.9 % have consumed some type of psychoactive substance and 12.4 % reported
having consumed this psychoactive substance with alcohol simultaneously. The results showed mari
-
juana is the most consumed drug (11.2 %), followed by cocaine (9.1 %). Also, sex was significantly
associated with psychoactive substances, being men who consume more than women (p < 0, 05). As
well, psychoactive substance consumption was associated with socio economic stratum and semester,
in other words varying depending on these variables. In conclusion: data warned than marihuana
and alcohol simultaneously are the main psychoactive and that preventive impact must be made with
a focus on variables such as gender and semester.
Palabras clave:
Consumo de sustancias psicoactivas,
Estudiantes universitarios, Marihuana,
Alcohol y Drogas.
Key words:
Use of psychoactive substances,
University students, Marijuana,
Alcohol and Drugs.
Referencia de este artículo (APA):
Córdoba-Paz, E., Betancourth-Zambrano, S. & Tacán-Bastidas, L. (2017). Consumo de sustancias psicoactivas en una universidad privada de
Pasto, Colombia. Psicogente, 20(38), 308-319. http://doi.org/10.17081/psico.20.38.2552
Consumo de sustancias psicoactivas en una universidad
privada de Pasto, Colombia*
Psychoactive substances at a private university from Pasto, Colombia
Recibido: 15 de abril de 2016/Aceptado: 30 de septiembre de 2016
http://doi.org/10.17081/psico.20.38.2552
Edwin Giovanny Córdoba-Paz
1
, Sonia Betancourth-Zambrano
2
, Lised Evelin Tacán-Bastidas
3
Universidad de Nariño, Colombia
resultAdo de investigAción
309
edwin giovAnny córdobA-pAz, soniA betAncourtH-zAmbrAno, lised evelin tAcán-bAstidAs
Psicogente, 20 (38): pp. 308-319. Julio-Diciembre, 2017. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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Introducción
La Oficina de las Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito (UNODC, 2014) sostiene que el uso
de sustancias psicoactivas ha aumentado en los últi
-
mos años, hasta el punto de haberse convertido en un
problema de salud pública alarmante. El consumo cre
-
ce en la medida en que surgen nuevos tipos de sustan-
cias, formas de uso y comercialización; sin embargo,
las cifras son imprecisas, pues resulta difícil conocer
los datos, sobre todo en contextos de comercialización
como la web. Entre el 3,4 % y el 6,6 % de la población
mundial entre 15 y 64 años de edad ha consumido
alguna droga ilícita en algún momento de su vida, es
-
pecialmente sustancias del grupo de cannabis (2,6 % y
5,0 %), opioides (0,3 % y el 0,4 %), estimulante de tipo
anfetamínico (0,3 % a 1,2 %), heroína (0,3 % al 0,5 %)
y cocaína (0,3 % a 0,4 %) (UNODC, 2014).
En un acercamiento al consumo de drogas en
América Andina, la Comisión Interamericana para el
Control del Abuso de Drogas de la Organización de
los Estados Americanos desde la Comunidad Andina
(2012) evidenció que la marihuana es la droga de ma-
yor consumo (69,06 %) en Bolivia, Colombia, Ecuador
y Perú, al igual que en Chile (Observatorio Chileno
de Drogas, 2013) y España (Hernández et al., 2009; Ji-
ménez, Beamonte, Marqueta, Gargallo & Nerín de la
Puerta, 2009; Observatorio Español de la Droga y las
Toxicomanías, 2011; Basurto López García & Molina,
2011). No obstante, existe una variación en cada país
sobre la segunda sustancia de alto consumo, siendo esta
los hongos alucinógenos en Bolivia, Dietilamidade +Áci-
do Lisérgico (LSD-25) en Colombia, cocaína en Ecua-
dor e inhalantes en Perú (Comunidad Andina, 2012).
Además, Colombia presenta la mayor tasa de consumo
y facilidad de adquisición de marihuana (Salazar & Arri-
villaga, 2004; Trujillo, Forns & Pérez, 2007; Montoya,
Cunningham, Brands, Strike & Miotto, 2009), en tanto
que los jóvenes de nuestro país poseen la menor percep-
ción de riesgo sobre el consumo de la droga, contrario a
lo que sucede en Bolivia, donde los jóvenes tienen una
alta percepción de riesgo respecto el consumo frecuente
de la sustancia, aunque de manera irónica, cuentan con
la tasa más alta de abuso y dependencia a pesar de tener
menor acceso a (Ministerio de Salud y Protección Social,
2011).
Según la American Psychiatric Association (2013),
el término droga posee un uso variado, puesto que, en
medicina, se refiere a las sustancias destinadas a preve-
nir o curar una enfermedad y aumentar la salud física o
mental; en farmacología, se entiende como un tipo de
sustancias químicas que alteran los procesos fisiológicos
y bioquímicos de los tejidos que componen un organis-
mo; sin embargo, las sustancias autoadministradas y uti-
lizadas con fines no médicos sino por sus efectos en los
procesos mentales, se denominan sustancias psicoacti-
vas, ilegales unas, como marihuana, cocaína, opio, entre
otras, y otras legales, como tabaco y alcohol, capaces de
producir cambios en la percepción, conciencia, estado
de ánimo y comportamiento del consumidor (American
Psychiatric Association, 2013).
Villalobos et al. (2011) explican que los efectos de
las sustancias psicoactivas son diversos y dependen del
tipo de sustancia, como también de la cantidad o fre-
cuencia de consumo. Eso sí, todas pueden provocar sen-
saciones placenteras de euforia o desesperación y hacen
que el consumidor incremente sus niveles de utilización
para eliminar efectos desagradables que provienen del
inacceso a ellas.
La Organización Mundial de la Salud (2010) sos-
tiene que una variedad de sustancias psicoactivas pueden
310
consumo de sustAnciAs psicoActivAs en unA universidAd privAdA de pAsto-colombiA
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producir efectos relativos según la cantidad consumida;
el alcohol, por ejemplo, en dosis bajas, tiene efectos es-
timulantes que conllevan a la agitación o hiperactividad
y agresividad, mientras que a niveles altos produce seda-
ción. Por otra parte, en cualquier medida y dependiendo
de la sustancia psicoactiva, este tipo de drogas produce
daños que pueden ser físicos (hepatitis a causa de sus-
tancias inyectadas) o mentales (episodios de trastorno
depresivo), pues los fenómenos conductuales, cognitivos
y fisiológicos que se presentan tras el uso de la sustancia
desarrollan un fuerte deseo de continuar el consumo.
En la misma línea, en un informe sobre la salud
en el mundo soportado en trabajos investigativos sobre
el tema, la OMS (2013) manifiesta que el uso de sustan-
cias psicoactivas se relaciona con factores sociales y de
salud, tales como: enfermedades por transmisión sexual,
embarazos no planeados, daños contra la propia vida,
violencia, maltrato y conflictos en la familia, deserción
escolar, accidentes de tráfico, laborales y domésticos, to-
dos los cuales se intensifican en personas con condicio-
nes económicas vulnerables y bajo acceso a servicios en
salud.
Barbieri, Trivelloni, Zani y Palacios (2012) seña-
lan que las primeras sustancias psicoactivas que consu-
men los jóvenes son bebidas alcohólicas o cigarrillo, y
encuentran nuevas formas de uso a partir de la mezcla
de sustancias psicoactivas legales o ilegales, que les per-
miten obtener mayores y más duraderos cambios en su
sistema nervioso central. Estas prácticas modifican las
condiciones físicas y químicas del organismo para luego
alterar su estructura, dando como resultado anomalías
en el procesamiento cognitivo y en funciones de com-
portamiento.
El Gobierno de la República de Colombia (2013)
refiere que en el país el alarmante aumento del uso de
sustancias psicoactivas se manifiesta en forma paralela
en su formación educativa, pues los diferentes contextos
en que se desenvuelven facilitan situaciones sociales y
personales, que causan serios problemas, como el uso
temprano de licor, tabaco y marihuana, siendo actual-
mente estas las sustancias de mayor consumo. Así en-
tonces, al pasar a la universidad, los estudiantes entran
en una etapa de alta vulnerabilidad, caracterizada por
niveles altos de consumo de alcohol y tabaco (Prieto et
al., 2012), sustancias psicoactivas que, solas o combina-
das, constituyen un factor de riesgo para la transición ha-
cia el consumo de otras, como la cocaína, cuyo empleo
tiende a presentarse a medida que avanzan los estudios
superiores (Morales et al., 2011).
Albarracín & Muñoz (2008) confirman que las
situaciones para consumir se incrementan con la llega-
da al ambiente universitario, ya que en estas circunstan-
cias, las posibilidades de acceso a la compra de bebidas
embriagantes, tabaco u otras sustancias son mayores.
En estos escenarios se presenta un menor control del
tiempo por parte de los padres; las interacciones cultura-
les, sociales y económicas tienen un impacto directo en
estos jóvenes, con consecuencias negativas en el inicio
del consumo de sustancias psicoactivas o el consecuente
fortalecimiento de uso, que se enmarca en la búsqueda
de aceptación social en el grupo de amigos.
En tal contexto y en la búsqueda de una socie-
dad fundamentada en parámetros de salud y bienestar,
resulta relevante considerar a los jóvenes universitarios
como población vulnerable, siendo el presente estudio
un acercamiento al problema desde los factores que con-
tribuyen al consumo de sustancias psicoactivas. En co-
herencia con tal precepto, este trabajo tiene por objetivo
describir asociar el consumo de sustancias psicoactivas
311
edwin giovAnny córdobA-pAz, soniA betAncourtH-zAmbrAno, lised evelin tAcán-bAstidAs
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con factores sociodemográficos en estudiantes de pre-
grado de una institución privada de educación superior
de San Juan de Pasto, en el departamento de Nariño,
Colombia.
Método
Diseño
El presente trabajo se ampara bajo el paradigma
cuantitativo, fue un estudio de tipo descriptivo de corte
transversal no experimental (Hernández, Fernández &
Baptista, 2010).
Participantes
La información del presente artículo proviene del
proyecto “factores sociodemográficos en el consumo de
sustancias psicoactivas en estudiantes universitarios”, un
estudio transversal realizado en Pasto, Colombia por los
tres investigadores que la desarrollaron. Los datos se ob-
tuvieron de 1.018 estudiantes universitarios, matricula-
dos financiera y académicamente en cuatro instituciones
universitarias, una pública y tres privadas de la ciudad
de San Juan de Pasto Colombia. Muestra estimada me-
diante el llamado muestreo conglomerado proporcional
(Leary, 2008). Estos conglomerados se escogieron por
conveniencia, esto es, correspondieron a las institucio-
nes que admitieron su participación en la investigación,
y cada institución estuvo representada proporcional-
mente en la muestra total (5 %).
Para el presente artículo se retoma una de las
instituciones privadas, cuya población fue de 5.242 es-
tudiantes. Se estratificó de acuerdo con el número de
facultades y programas académicos, y se encuestó un nú-
mero de estudiantes proporcional a cada uno de los es-
tratos definidos, así la muestra fue de 242 participantes.
Instrumento
Se construyó un cuestionario con base en fac-
tores sociodemográficos que se asocian al consumo de
sustancias psicoactivas (Albarracín & Muñoz, 2008); en
este se consideraron factores como: sexo, edad, estrato
socioeconómico, estado civil, semestre, facultad, tipo
de sustancia consumida, y consumo de sustancias psi-
coactivas respecto al consumo de alcohol, es decir, si este
último se daba antes, durante o después de la ingestión
de otra droga. Inicialmente se validó el contenido del
cuestionario por parte de tres jueces, quienes valoraron
la construcción del cuestionario según los criterios de:
pertinencia, claridad, coherencia y grado de compren-
sión de los ítems. Se continuó con una prueba piloto
con 50 estudiantes de diferentes facultades, para verifi-
car la comprensión de los ítems, el tiempo que tomaba
contestarlo y la calidad psicométrica del mismo. El cues-
tionario final se ensambló con los ítems que presentaron
alta confiabilidad estadística, dando como resultado un
Alfa de Cronbach de 0,97 para todo el cuestionario.
Procedimiento
La aplicación del instrumento se realizó durante
el primer semestre del año 2015 bajo el aval del Comité
de Ética de la Universidad de Nariño y permiso de cada
institución universitaria participante. Cada estudiante
diligenció el correspondiente consentimiento informa-
do, atendiendo a la confidencialidad del manejo de da-
tos y participación voluntaria. El cuestionario fue trami-
tado por los participantes con papel y lápiz, de manera
autoadministrada. En el proceso de análisis de datos,
se utilizó el programa Statistical Package for the Social
Sciences (SPSS) versión 19.0 con el fin de describir la
312
población y el consumo de sustancias psicoactivas en
la muestra seleccionada. También se utilizó la estadís-
tica descriptiva en variables como sexo, edad, semestre,
número de hijos, programa, facultad, personas que le
sostienen, personas que le financian la carrera, estrato
socioeconómico, estado civil, personas con quien vive.
Para las asociaciones entre variables demográficas y va-
riables de consumo de alcohol, se utilizó la prueba de
Chi cuadrado.
Resultados
Con relación a los factores sociodemográficos (Ta-
bla 1), se observa que de 242 estudiantes consultados,
135 fueron hombres (55,78 %), 105 mujeres (43,39 %)
y dos personas no respondieron (0,83 %). El rango de
edad de los participantes osciló entre 17 y 45 años, la
media de edad fue 21,35 años y el 87,2 %, es decir, 211
personas se encontraban entre edades de 18 y 25 años.
Se destaca la predominancia de: el estado civil de sol-
tería (92,6 %), el estrato socioeconómico bajo con un
38,8 %, así como el hecho de que el financiamiento de
la carrera profesional en su mayoría es responsabilidad
de los padres (77,3 %).
Tabla 1. Características descriptivas de la población de
estudio
Características sociodemográficas
Indicador % Indicador %
Sexo Facultad
Mujer 43,39 Ingeniería 7
Hombre 55,78
Ciencias Administrativas
y Contables
24
No respondieron
Ciencias Sociales y
Humanas
42,6
Edad
17 a 45 años
(M= 21,35)
Educación 15,3
Semestre Arquitectura y Bellas Artes 11,2
Primero 14 Le financia la carrera profesional
Segundo 9,9 Madre/Padre 77,3
Tercero 23,6 Hermanos 3,3
Cuarto 13,2 Abuelos 0,4
Quinto 13,2 Tíos 1,2
Sexto 7,9 Financia él o ella mismo/a 12,4
Séptimo 1,7 Pareja 1,2
Octavo 14,9 Otro 4,1
Noveno 8 Estrato socioeconómico
Decimo 8 Bajo-bajo 23,6
Tiene hijos Bajo 38,8
No 83,9 Medio-bajo 32,6
16,1 Medio 4,5
Número de hijos Medio-alto 0,4
Cero 83,9 Estado civil
Uno 14,0 Soltero 92,6
Dos 1,7 Unión Libre 5,8
Tres 0,4 Casado 1,7
Características relacionadas al consumo de sustancias psicoactivas
Indicador % Indicador %
Consume drogas Consumo de drogas con alcohol
21,9 14
No 78,1 No 86
Consume drogas respecto a
consumo de alcohol
Tipo de droga que consume junto al con-
sumo de alcohol
Consumo de cocaína 9,1
Antes 3,3 Consumo de ácidos 5
Durante 12,4 Consumo de marihuana 11,2
Después 1,7 Consumo de bazuco 0,4
Consumo de éxtasis 2,5
Consumo de opio 1,2
En la misma Tabla 1 se evidencia que el 21, 9 %
de los participantes, equivalente a 53 personas, consume
sustancias psicoactivas ilegales, entre las cuales se
desta-
consumo de sustAnciAs psicoActivAs en unA universidAd privAdA de pAsto-colombiA
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can: marihuana (11.2 %), cocaína (9.1 %) y ácidos (5 %).
De todas estas, 36personas refieren consumirlas antes,
durante o después del consumo de alcohol (14,0 %), sien
-
do durante el consumo de alcohol (12,4 %), el momento
preferido, es decir, simultáneamente.
Tabla 2. Sexo y consumo de sustancias psicoactivas
% No % N/R % Total %
Hombres 42 17,4 89 36,8 4 1,7 135 55,8
Mujeres 11 4,5 90 37,2 4 1,7 105 43,4
N/R - - 2 0,8 - - 2 0,8
Total 53 21,9 181 74,8 8 3,3 242 100
De acuerdo con la Tabla 2, los hombres (17,4 %)
consumen más sustancias psicoactivas que las mujeres
(4,5 %); esta diferencia es estadísticamente significativa
al realizar una prueba de Chi cuadrado (p = 0.004).
Tabla 3. Consumo de sustancias psicoactivas en función de
la edad
Consumo
Edad % No % N/R % Total %
17 a 20 años 22 9 94 39 5 2 121 50
21 a 25 años 25 10,5 62 25,8 3 1 90 37,3
26 a 30 años 6 2,4 21 8,7 0 0 27 11,1
31 a 35 años 0 0 2 0,8 0 0 2 0,8
36 a 45 años 0 0 2 0,8 0 0 2 0,8
Total 53 21,9 180 75,3 8 3 242 100
La Tabla 3 muestra que los estudiantes con eda-
des entre 21 y 25 años son quienes mayormente consu-
men sustancias psicoactivas (10,3 %), sin embargo, esta
cifra es cercana a la de los estudiantes de 17 a 20 años,
que ocupan el segundo lugar con el 9 % de consumo de
SPA, en tanto que el menor consumo lo reportan los
estudiantes mayores de 26 años con 6 personas (2,4 %).
Tabla 4. Consumo de sustancias psicoactivas por facultad
Consumo
Facultad % No % N/R % Total %
Ingeniería 10 4,1 7 2,9 0 0 17 7
C. Adm. y
Contables
7 2,9 50 20,7 1 0,4 58 24
C. Sociales y
Humanas
25 10,3 74 30,6 4 1,7 103 42,6
Educación 2 3,8 33 18,2 2 25,0 37 15,3
Arquitectura
y artes
9 3,7 17 7,0 1 0,4 27 11,2
Total 53 21,9 181 74,8 8 3,3 242 100
Tabla 5. Consumo de sustancias psicoactivas de acuerdo
con el estrato socioeconómico
Consumo Estrato
1 % 2 % 3 % 4 % 5 % 6 %
7 2,9 18 7,4 25 10,3 3 1,2 0 0 0 0
No 49 20,2 71 29,3 51 21,1 8 3,3 1 0,4 0 0
N/R 1 0,4 3 1,2 3 1,2 0 0 0 0 0 0
Total 57 23,6 92 38,0 79 32,6 11 4,5 1 0,4 0 0
Se evidencian diferencias estadísticamente signifi-
cativas del consumo de sustancias psicoactivas respecto
a la facultad (p=0,001). La Facultad de Ciencias Sociales
y Humanas sobresale con el mayor consumo (10,3 %),
equivalente a 25 estudiantes, seguida de la Facultad de
Ingeniería con 10 estudiantes que reportan consumir al-
gún tipo de sustancia psicoactiva (4,1 %). Las facultades
con menor consumo para este estudio son: la de Educa-
ción con 2 estudiantes (3,8 %) y la de Ciencias Admi-
nistrativas y Contables con 7 de sus estudiantes (2,9 %).
Se encuentran diferencias estadísticamente signi-
ficativas al considerar el consumo de sustancias psicoac-
tivas en relación con el estrato socioeconómico (0,004).
En este sentido se destaca el estrato medio bajo con 25
personas que consumen algún tipo de sustancia (10,3 %),
edwin giovAnny córdobA-pAz, soniA betAncourtH-zAmbrAno, lised evelin tAcán-bAstidAs
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el estrato bajo con 18 estudiantes (7,4 %), y 7 estudiantes
(2,9 %) del estrato bajo-bajo (Tabla 5).
Tabla 6. Momento de consumo de sustancias psicoactivas
con consumo de alcohol en función de sexo
Sexo
Momento de
consumo
Hombre % Mujer % N/R % total %
Antes 7 2,9 1 0,4 0 0 8 3,3
Durante 25 10,3 5 2,1 0 0 30 12,4
Después 4 1,7 0 0 0 0 4 1,7
En cuanto al momento preferente de consumo de
sustancias psicoactivas en relación al consumo de alco-
hol, 25 estudiantes (10,3 %) reportan consumir sustan-
cias psicoactivas durante el consumo de alcohol, mien-
tras que siete estudiantes (2,9) prefieren el momento
previo al consumo de alcohol (Tabla 6). En este mismo
sentido, se encontró que la diferencia entre consumo de
sustancias psicoactivas durante el consumo de alcohol con la
variable sexo es estadísticamente significativa (p=0,001)
y con facultad (p= -0,009); asimismo, las variables consu-
mo de sustancias psicoactivas antes del consumo de alcohol y
después del consumo de alcohol, se asociaron significativa-
mente con facultad (p= -0,064 y p= -0,055). El consumo de
sustancias psicoactivas durante el consumo de alcohol fluctúa
en función de semestre (0.000).
Tabla 7. Consumo de tipos de sustancias psicoactivas en
función del sexo
Sexo
Tipo de SPA Hombre % Mujer % N/R % total
%
Cocaína 20 8,3 2 0,8 0 0 22 9,1
Ácidos 9 3,7 3 1,2 0 0 12 5
Marihuana 20 8,3 7 2,9 0 0 27 11,2
Bazuco 0 0 1 0 0 0 1 0,4
Éxtasis 5 2,1 1 0,4 0 0 6 2,5
En la Tabla 7 se observa que los hombres son
quienes principalmente consumen sustancias psicoac-
tivas, especialmente cocaína y marihuana, 20 hombres
reportan consumirlas (8,3 %). La marihuana es la sus-
tancia más consumida por las mujeres con un 2,9 %,
equivalente a 7 estudiantes. Una minoría reporta con-
sumir ácidos, 9 hombres (3,7 %) y 3 mujeres (1,2 %).
El consumo de cocaína, a su vez, tuvo una asociación
significativa con las variables sexo (p=0.001), con quien
vive (p=0,020), facultad (p=0,031) y estrato socioeconómico
(p= -155).
El consumo de ácidos por su parte presenta di-
ferencias estadísticamente significativas con la variable
facultad (p= -0,062) y programa (p= -0,046). El consumo
de marihuana tuvo diferencias estadísticamente signifi-
cativas con estado civil (p= 0.002) y facultad (p= -0,014),
además de asociarse con semestre (0,000). Finalmente
el consumo de bazuco y el consumo de opio presentan
diferencias estadísticamente significativas con la variable
facultad, p= -0,095 y p= -0,061 respectivamente. Para el
caso del opio, existe asociación estadística con la variable
de estrato socioeconómico (-0,088). En la Tabla 8, se de-
tallan los valores de las asociaciones estadísticas.
Discusión
A diferencia de investigaciones como la de Cáce-
res, Salazar, Varela & Tovar (2006), la presente investiga-
ción encontró que el consumo de drogas en jóvenes es-
tudiantes universitarios es elevado (21,9 %). Pero, como
afirman dichos autores, el problema de salud al respecto
es muy grande y amerita una atención especial, teniendo
en cuenta los altos niveles de dependencia física y psico-
lógica, sin mencionar las consecuencias sobre el organis-
mo y los efectos en la calidad de vida. Esta situación es
confirmada por la Oficina de las Naciones Unidas con-
consumo de sustAnciAs psicoActivAs en unA universidAd privAdA de pAsto-colombiA
Psicogente, 20 (38): pp. 308-319. Julio-Diciembre, 2017. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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tra la Droga y el Delito (2014), al referir que el consumo
es cada vez mayor, constituyéndose progresivamente en
un problema de salud pública.
La sustancia psicoactiva ilegal que más consu-
men los estudiantes universitarios es la marihuana
(11.2 %),dato que coincide con los resultados de varios
estudios e informes a nivel nacional (Salazar & Arri
-
villaga, 2004; Cáceres et al., 2006; Trujillo et al, 2007;
Montoya et al., 2009; Ministerio de Salud y Protección
Social de la República de Colombia, 2011), como
también con estudios e informes a nivel internacional
(Hernández et al., 2009; Jiménez et al., 2009; Basurto et
al., 2011; Prieto et al., 2012; Observatorio Español de la
Droga y las Toxicomanías, 2011; Comunidad Andina,
2012; Observatorio Chileno de Drogas, 2013). Esto co
-
rrobora no solo la existencia continuada del riesgo en
los países en desarrollo sino de los efectos negativos
asociados en diferentes esferas.
Para los trabajos en mención, las razones por las
cuales la marihuana es la sustancia psicoactiva ilícita que
más se consume es la creencia de ausencia de nocividad
en comparación con otras sustancias psicoactivas ilega-
les, siendo considerada además como una sustancia na-
tural, no adictiva y controlable cuando la consumen de
manera ocasional o recreativa (Cáceres et al., 2006).
Por otra parte, contrario a lo encontrado en el pre-
sente estudio, autores como Rodríguez, Hernández &
edwin giovAnny córdobA-pAz, soniA betAncourtH-zAmbrAno, lised evelin tAcán-bAstidAs
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Tabla 8 Asociaciones de consumo de sustancias psicoactivas con los factores sociodemográficos a través de Chi cuadardo
316
Fernández (2007) plantean que en el consumo de drogas
ilícitas no existen diferencias significativas entre hom-
bres y mujeres. No obstante, la significativa diferencia de
sexo respecto al consumo de sustancias psicoactivas en
general (p<0.05), incluso con la variable de consumo de
sustancias simultáneo al consumo de alcohol, permiten
confirmar la asociación. Hallazgos como el de Contre-
ras, Molina & Cano (2012) lo reiteran, al afirmar que el
sexo admite diferencias significativas y son los hombres
quienes consumen más sustancias psicoactivas ilícitas.
Se genera así una situación relevante de tratar, puesto
que tanto sustancias psicoactivas legales como ilegales
producen daño físico, psicológico y de comportamien-
to, situación que se agrava al considerar hallazgos reve-
ladores, como el uso de sustancias psicoactivas ilegales
combinadas con el de alcohol, es decir, un policonsumo
de sustancias legales con ilícitas, fenómeno que además
eleva el riesgo de sufrir problemas físicos y psiquiátricos
(Connor, Gullo, White & Kelly, 2014).
En cuanto a la variable semestre, se observó que
existe una asociación con varios de los factores analiza-
dos, así, el consumo de sustancias psicoactivas, especial-
mente el consumo de marihuana varía en función de
estos. Ello concuerda con el hecho de encontrar menor
consumo de sustancias psicoactivas ilícitas y lícitas a
medida que avanza la carrera o, de acuerdo con otros
autores, al encontrar que en el inicio de la carrera es
cuando más se consumen, resultado contrapuesto a lo
encontrado en investigaciones como la de Morales et al.,
(2011), cuya relación funcional en esta variable tiene un
comportamiento no lineal, a través del desarrollo de la
carrera, ya que se comprometen factores como la carga
curricular o la jornada de estudio, así como otras varia-
bles de las áreas funcionales de individuo como el desa-
rrollo madurativo (Camacho, 2005).
Respecto al estrato socioeconómico, se encontra-
ron mayores porcentajes de consumo en los estratos me-
nores y diferencias estadísticamente significativas frente
al consumo de sustancias psicoactivas en general, coin-
cidiendo tal hallazgo con lo afirmado por Quimbayo &
Olivella (2013), así como por Vega & Aramendi (2011),
quienes encuentran que el mayor consumo se da en los
estratos 2 y 3. Igualmente el Ministerio del Interior y
de Justicia, el Ministerio de la Protección Social y la Di-
rección Nacional de Estupefacientes (2009) concuerdan
en lo mismo, al mencionar que en términos de estrato
socioeconómico, los mayores niveles de “abuso” y “de-
pendencia” se encuentran en los estratos 1 y 2 (p.5).
Con relación a la edad, aunque no se evidencia-
ron asociaciones con el consumo de sustancias psicoac-
tivas p>0,005, los porcentajes sí evidencian diferencias
considerables, de modo que los menores de 25 años son
quienes más consumen algún tipo de sustancia psicoac-
tiva. Quizá ello se explica porque el ser humano logra
consolidar su personalidad en su etapa de madurez y
deja a un lado lo que puede afectarle. Según Cloninger
(1998) y la teoría integradora de la personalidad, existen
diferencias individuales, que se desarrollan en las dimen-
siones del temperamento, entre las cuales se encuentran:
la evitación del daño, procurando realizar conductas
que generen estabilidad para alcanzar los objetivos de
vida trazados por el sujeto y, por ende, el alejamiento
de aquello que pueda afectarlos de forma negativa; en
definitiva, es el proceso de autorregulación comporta-
mental.
Los hallazgos advierten niveles de consumo de
sustancias psicoactivas, principalmente de marihuana
junto con alcohol, lo suficientemente considerables
como para despertar una alerta epidemiológica en la ins-
titución donde se realizó el estudio. Asimismo invitan a
consumo de sustAnciAs psicoActivAs en unA universidAd privAdA de pAsto-colombiA
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reflexionar sobre la responsabilidad social universitaria
como arista ineludible en la formación de ciudadanos
responsables y comprometidos con su autocuidado, así
como con el cuidado de sus pares y de los miembros
de la sociedad a la cual pertenecen (Gaete, 2010), pues,
resulta necesario continuar trabajando en el impacto
preventivo de programas frente al consumo de drogas
pero evidentemente focalizados y diferenciados, como lo
señalan los resultados del presente trabajo, por semestre
y sexo.
La universidad debe constituirse sin lugar a dudas
en un entorno generador de espacios de participación,
reflexión y capacitación, orientados a abordar el uso de
sustancias psicoactivas; en consecuencia, propender por
la disminución del consumo, asumiendo esto como ele-
mento fundamental en el quehacer de la promoción del
bienestar biopsicosocial de los estudiantes.
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