Editorial
Sobre la valoración de la Teoría de la Mente
http://doi.org/10.17081/psico.20.38.2571
Conceptualmente la Teoría de la Mente (ToM por las siglas en inglés Theory of Mind) se define como “la capa-
cidad para hacer atribuciones de intenciones, deseos y creencias tanto en los demás como en sí mismo” (Wellman,
Cross & Watson, 2001). Sin embargo, cuando se pretende evaluar esta capacidad, las maneras de hacerlo resultan
diferentes una de otra, y aunque cada una de ellas evalúa en sí mismo, el principio que emplea para estimar la pre-
sencia de la ToM, difiere una de otra.
En este sentido, se pueden enumerar tres tipos de tareas clásicas con las que se ha evaluado a la ToM desde
que se inició su estudio siendo estas: las tareas de falsa creencia, las tareas basadas en el lenguaje pragmático y las
tareas de atribución de estados emocionales (Pineda-Alhucema, Jiménez, Puentes, 2012). En las tareas de falsa creen-
cia, también conocidas como de cambio inesperado, se entiende que el niño posee una ToM cuando es capaz de
entender que una persona tiene una creencia que es falsa, es decir, que no está acorde con la realidad. Por ejemplo,
el que una persona crea que un objeto está en un lugar porque allí lo dejó, cuando en realidad está en otro porque
este fue cambiado de puesto sin que el sujeto se diera por enterado.
Por su parte, en las tareas basadas en el lenguaje pragmático, como las historias extrañas de Happé, la tarea de
paso en falso o el Hinting task (Pineda-Alhucema, Escudero-Cabarcas y Vásquez, 2015; Slaughter y De Rosnay, 2017),
estiman que la ToM está presente cuando el sujeto puede comprender el sentido implícito de un enunciado pese a
que el sentido explícito es completamente opuesto, como ocurre por ejemplo con las ironías. Y Finalmente, están
las tareas que se basan en la atribución de estados emocionales, como de la lectura de la mente en los ojos (Baron-
Cohen, Wheelwright, Hill, Raste y Plumb, 2001) que básicamente se trata de la atribución de un estado emocional
al contorno de los ojos de un rostro humano. Esta tarea se diferencia de las tareas de reconocimiento de emociones
en que mientras para las segundas, el objetivo es ver si un sujeto puede o no reconocer cierta emoción, en las tareas
de atribución, no solo se trata de atribuir emociones básicas como felicidad o tristeza, sino estados emocionales-
intencionales como por ejemplo, aburrido, persuasivo o “pensando en algo triste”.
En la literatura científica, cada una de estos tipos de tareas han sido usadas como indicadores para estimar la
ToM, y aunque lo son, es necesario tener cuidado al interpretar los datos que arrojan. Por ejemplo, existen estudios
con resultados contradictorios en los que se afirma por un lado que los niños con TDAH no tienen alteraciones de
ToM (Kuijper, Hartman y Hendriks, 2015), pero hay otros que dicen que sí (Shuai, Chan y Wang, 2011). Sin embar-
Psicogente, 20 (38): pp. 218-219. Julio-Diciembre, 2017. Universidad Simón Bolívar. Barranquilla, Colombia. ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X
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