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Introducción
La intervención en salud mental representa un
reto para los profesionales que de una u otra forma tie-
nen que ver con la atención a pacientes con afecciones
catalogadas –según los manuales de diagnóstico– como
trastornos mentales (Bulbena, Martin & Arcega, 2007,
p.2). En particular, los trastornos muestran una gran va-
riedad de presentaciones que se inscriben dentro de lo
que se ha denominado multicausalidad de la enferme-
dad mental en el modelo biopsicosocial (Arango-Dávila,
Rojas & Moreno, 2008, p.539; Chinchilla, 2010, p.6;
Moya, Piñera & Mariné, 2011, p.6; Berenzon & Vargas,
2012, p.12) y según la Organización Mundial de la Sa-
lud -OMS- la demanda de atención en salud mental en
el mundo es significativamente mayor comparada con
la capacidad de respuesta de las instituciones (WHO,
2011). Así, al tener en cuenta el estado global de la salud
mental y los estudios realizados en Colombia, se puede
probar lo pertinente que resulta ocuparse de formular
propuestas de intervención que contribuyan a avanzar
en esta vía.
Arango-Dávila et al. (2008) han resaltado que Co-
lombia cuenta con una problemática de salud mental
y psiquiatría que supera la situación de los países bo-
livarianos y centroamericanos, además de ocupar entre
cinco grupos de patologías los cinco primeros lugares a
nivel mundial (p.556).
Como se dijo, las manifestaciones de los trastor-
nos mentales son variadas y complejas; van desde aque-
llos que evidencian un compromiso orgánico, hasta
otros síntomas contemporáneos con una mayor influen-
cia social como la depresión, la ansiedad, las adicciones,
los intentos de suicidio y los trastornos de la conducta
alimentaria, situaciones como dificultades relacionadas
con la violencia, la sexualidad, el fracaso escolar o los
duelos –que en psiquiatría son catalogadas como urgen-
cias sociales– (Arango-Dávila et al., 2008; Murillo, Con-
treras & Rincón, 2010; Moya et al., 2011; Belaga, 2006;
Sotelo, 2007; Posada-Villa, 2009; Bulbena et al., 2007;
Chinchilla & Barbudo, 2010, p.643; Moya et al., 2011,
p.25; Louro, Vásquez & de la Cámara, 2011, p.1415).
Diferentes disciplinas con sus modelos explicati-
vos intentan dar cuenta de estos fenómenos: la medici-
na en tanto ciencia basada en la evidencia (Moya et al.,
2011. p.1), la enfermería, las teorías neurobiológicas y
corrientes psicológicas de aspiración científica como la
cognitivo-conductual (Serrano, 2012), además de otras
orientaciones epistemológicas. En general puede afir-
marse que cada uno de estos enfoques teóricos identifi-
can factores biológicos, conductuales, emocionales, cog-
nitivos, sociales y culturales que merecen ser tenidos en
cuenta a la hora de proponer un plan terapéutico, pero
ninguno de estos por sí solo explica completamente la
naturaleza compleja de los llamados trastornos menta-
les, y por consiguiente diferentes disciplinas
*
están lla-
madas a responder (Arango-Dávila et al., 2008, p.554;
Chinchilla, 2010; Berenzon & Vargas, 2012, p.19).
En este sentido, la interdisciplinariedad represen-
ta un desafío sustancial para los diferentes profesionales
a la hora de comunicarse y tomar decisiones que pro-
muevan la cura del paciente o mitigación del impacto
negativo de los trastornos en la vida de los sujetos que
los padecen (Lyons, 2006; Chinchilla, 2010, p.4; Bulbe-
na et al., 2007). Chinchilla (2010) lo ilustra al advertir
que “el especialista tiende a diagnosticar aquello que
sabe tratar y viceversa” (p.644), lo cual permite formular
* Podrían mencionarse aquí profesiones del ámbito de la salud como la psi-
quiatría y la enfermería; terapia ocupacional, psicología y trabajo social.
abordaje de las urgenCias psiquiátriCas en los Hospitales generales: una propuesta desde el marCo de las urgenCias subjetivas
| Psicogente | 21 (39): pp. 203-215 | Enero-Junio, 2018 | Colombia ISSN 0124-0137 EISSN 2027-212X |