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Enrique Melamed-Varela Carlos Miranda-Medina

Resumen

Editorial

El creciente desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación en la estructura de los sistemas económicos ha representado una de las estrategias más eficientes en materia de la generación de factores diferenciadores que propicien la sostenibilidad en el tiempo y el impulso del desarrollo tecnológico en los diferentes territorios; la educación representa un elemento fundamental por cuanto contribuye a la formación y fortificación de las capacidades, habilidades y competencias necesarias para la gestión de proyectos de investigación, desarrollo e innovación que coadyuven a la transferencia tecnológica y el avance del conocimiento científico que se incentiva desde el interior de las estructuras orgánicas de los sectores del sistema económico nacional.

Las teorías del desarrollo endógeno en Ámerica Latina representan una de las corrientes conceptuales más influyentes en el pensamiento económico de las naciones (Gómez, Ibagón & Forero, 2014), a esto se le suma que el desarrollo científico de una nación se gesta desde un proceso de aprendizaje interno y de fortalecimiento de las capacidades técnicas y tecnológicas que soportan los procesos de la educación y la investigación como generadores de conocimiento (Amar & Diazgranados, 2006), este principio se fortalece con la teoría de Mazzucato (2014) quien considera a los estados como un emprendedor capaz de generar una plataforma de capacidades facilitadoras de recursos para el desarrollo científico y tecnológico, hecho que se apoya continuamente con la educación.

Partiendo de esta serie de conceptos, surge el siguiente interrogante: ¿el mundo moderno conlleva a las instituciones educativas de diferentes niveles al uso de las herramientas de acceso tecnológico?, se debe tener en cuenta que para las organizaciones educativas no es indiferente el avance científico y tecnológico resultados de la investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), actividad que es mayormente adjudicada a las universidades y a los centros de desarrollo tecnológico (Ortiz, 2012). Es innegable que el papel de la tecnología en la sociedad ha sido un elemento motivador de redimensionamiento de la convivencia social, promoviendo el conocimiento a través del fácil acceso a la información y al conocimiento. En la educación, este principio se soporta en evidencias como: virtualización de los contenidos curriculares o de la oferta educativa misma, la práctica de aula apoyada en recursos multimedia y la disruptividad en las metodologías de enseñanza-aprendizaje, en un marco integrador de las tecnologías de información con la docencia y la investigación (Sandoval, 2011).

Ante los escenarios que representa el siglo XXI para la educación, es válido que la organización de las aulas de clase en los diferentes niveles de formación, debe estar relacionada con el componente tecnológico, Prensky (2001) manifiesta que las nuevas generaciones presentan ya de forma casi innata las habilidades para el uso de la tecnología, por lo que la interacción con este componente es cada vez más simple; hecho que a su vez, prima por la facilitación de los procesos académicos y del trabajo colaborativo en las aulas, este hecho permite la planeación y dirección de los proyectos educativos en las instituciones (Rincón, 2015).

Desde la revista Educación y Humanismo, en sus 18 años de trayectoria académica e investigativa, a través de la praxis académica que desarrollan los investigadores que consideran en la revista, un espacio trascendente de intercambio de conocimiento que propicia una adecuada transferencia de los saberes universales resultantes de las actividades de ciencia, tecnología e innovación, que son generadas y ejecutadas en las universidades mediante las funciones sustantivas de docencia, investigación, extensión y proyección social.

Dimensiones que en paises de Iberoamérica como: España, México, Venezuela, Paraguay y Colombia, naciones participantes en este número de la revista; se exponen a través de los resultados del ejercicio investigativo y la reflexión que los investigadores trazan en las diferentes realidades analizadas durante su proceso de investigación; destacando el aporte de la actividad de investigación científica en educación con la transferencia de tecnología con el sector productivo y la comunidad en general, aportando la disciplina educativa en la relación de las universidades y centros de desarrollo tecnológico como aliados de los ecosistemas de innovación en los distintos territorios de Iberoamerica.

El grado de incorporación tecnológica a la educación, puede afirmarse que también ha fortalecido los modelos pedagógicos por los cuales se transfiere y evalúa el conocimiento en los estudiantes, este principio genera espacios diferentes de aprendizaje caracterizados por fomentar la habilidad crítica, el pensamiento disruptivo y el trabajo colaborativo, así como un mayor empoderamiento con el proceso educativo, incentivando la autogestión y compromiso en el estudiantado.

En esta edición de la Revista Educación y Humanismo, se comparten diferentes artículos de líneas de investigación específicas que analizan y reflexionan sobre escenarios en educación y humanidades que tácita o explícitamente exponen el rol de la tecnología al interior de los procesos, así como de las estrategias educativas que emergen en aras de garantizar la mayor calidad en la academia, con el fin de generar los aportes pertinentes que el mundo contemporáneo exige a las instituciones sociales.

Enrique Melamed-Varela

Carlos Miranda Medina

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